“En el realismo
político se cree que la política, así como la sociedad en general, está
gobernada por leyes objetivas… también se cree… en la posibilidad de distinguir
en política, entre la verdad y una opinión- entre lo que es verdad objetiva y
racional, soportada por evidencia e iluminada por la razón, y lo que es
solamente un juicio subjetivo, divorciado de los hechos e informado por
prejuicios y buenos deseos”.
Hans Morgenthau, Politics Among Nations, 1978.
Digo posición chavista porque no es una estrategia, no es
política de estado, no se trata de una postura en el marco de las relaciones
internacionales, ni tiene nada que ver con principios, mucho menos con
ideología, la posición expresada por Maduro y algunos altos voceros del régimen
es una declaración partidista, que corresponde más a los intereses del PSUV,
del partido del gobierno, que de una resolución de estado; a alguien le leí un twitter por allí, que decía, que la
opinión de Maduro no es la de Venezuela, concurro con esa afirmación.
Y es que desde hace mucho tiempo Venezuela no tiene una
voz en la comunidad internacional, y esto es así por múltiples razones,
empezando por que no tenemos a una cancillería propia y funcional, capaz de dar
respuestas serias, razonadas, sustentadas en argumentos políticos y propios del
derecho internacional, reflejando una imagen-país, una opinión consensuada de
una mayoría de venezolanos… ni siquiera existe una opinión de expertos, de
estudiosos u académicos que pudiera dar alguna luz sobre lo que pensamos los
venezolanos, solo escuchamos algunos alaridos en la Asamblea Nacional a favor
de Rusia, solidaridades automáticas de funcionarios que tienen comprometidos
sus fondos personales, dinero de la corrupción, en cuentas congeladas en bancos
en Moscú, políticos afectados por el retruque de las sanciones internacionales
en contra de Rusia y que terminan afectando la poca maniobrabilidad del
régimen.
El analista político norteamericano Noah Rothman en su
análisis de la crisis ucraniana dice que las políticas y los gobiernos
liberales del mundo se encuentran ante una gran desventaja ante los regímenes
de fuerza y totalitarios, y es que el modelo liberal parece “flojo”, débil,
ante propuestas más asertivas que no requieren de tanta deliberación ni
discusiones, la lucha de Ucrania por su libertad e independencia refleja
precisamente eso, la gente en la calle, los ciudadanos, una y otra vez han
tenido que protestar elecciones, y maniobras de gobiernos que no querían que
Ucrania se integrara a Occidente, la llamada Revolución Naranja y el desalojo
del presidente Yanukovych del poder, son ejemplos de ese proceso político, pero
del otro lado les vino la respuesta de Putin, rápida, inconmovible, violenta,
sin ningún tipo de consideración democrática.
Todos sabemos que antes del conflicto armado, el
chavismo-madurismo, siguiendo la postura Cubana, y en vista de las pésimas
relaciones que tenemos con Occidente, decidieron recostarse de la economía China
y Rusa para ver que podían obtener a cambio del apoyo político, esas
inversiones que empezaron a darse con Chávez y de la que había todo un programa
de cooperación, fueron secándose a medida que esos gobiernos totalitarios se
dieron cuenta que estaban siendo timados por la administración de Maduro,
China, más que Rusia invirtieron fuertes cantidades de dinero, tecnología y
tiempo, en tratar de llevar a cabo grandes obras públicas y de levantar algunos
parques industriales en nuestro país, pero todo se fue disolviendo a medida que
estos gobiernos se dieron cuenta de que no estaban en tratos con gente seria,
sino con pillos, los recursos se fueron parando, incluso en áreas tan
productivas como era el petróleo, la minería de extracción y las compras militares.
Los chinos retiraron el financiamiento de grandes obras y
proyectos de desarrollo, dejando solo una deuda multimillonaria que todavía se
sigue pagando con petróleo y la explotación salvaje del Arco Minero, Rusia fue
más cauta, pero igual, la deuda por armas es enorme, y no se han ido
definitivamente del país, porque todavía lo consideran un emplazamiento
geopolítico de primer orden por sus cercanía a los EEUU, y como paso obligado
para el resto del subcontinente, es un apostadero estratégico.
Haber perdido la industria petrolera tan vital para el
país, habla muy mal de los chavistas, que lo único que les interesa es mantener
sus cuentas seguras en el extranjero, pero el conflicto militar con Ucrania les
agrió el plan de tener a Rusia como “cochinito para los ahorros”, más de uno
anda insomne y con el estómago flojo de solo pensar que perdieron esos reales.
La fama de maulas y tramposos es ya vox populi, el
chavismo tiene deudas en todos los organismos internacionales a los que
pertenece el país, empezando por la ONU, donde tienen un “mono” de 40 millones
de dólares, que les impide votar en las asambleas, esto se repite en todos
lados, en la OIT, en la OEA, en la OPEP, la OMS, y en todos las instituciones
multilaterales donde tenemos participación, ese es el otro plomo en el ala que
tenemos para hacernos sentir como un ente independiente, deliberante, y con voz
propia, en los foros mundiales.
Pero para nadie es una sorpresa que Maduro fije su
posición personal como si fuera la del país, está claro que no cree en
democracia, ni en la soberanía del pueblo de Venezuela, hace su voluntad
personal como si fuera el mandato de un Rey, sin consulta, sin velar por los
intereses de la nación, ni por el interés de la mayoría, no toma en cuenta el
ordenamiento legal, ni las tradiciones, le importa un pepino lo que piensen los
demás, para él, Putin es su mejor amigo, confía en que no le echará la partida
para atrás y que los dineros del chavismo serán devueltos en algún momento, en
su mente, Ucrania es para Putin lo que Canaima es para él, son territorios que
les pertenecen y pueden hacer con ellos los que les venga en gana, incluyendo
someter a su población autóctona o destruirlos.
De modo que las jugadas de Maduro en política
internacional son mayormente, producto de su instinto de jugador de “truco”,
ninguno de sus asesores está capacitado para ayudarle a tomar las decisiones
cruciales, principalmente, porque la información verdaderamente relevante es un
secreto que solo él conoce, de allí que las mismas, en el mejor de los casos,
son decisiones transitorias, a cortísimo plazo, pues su fórmula mágica es “como
vamos yendo vamos viendo”.
Es por ello que sus políticas cambian de manera
inesperada de dirección e intensidad.
Pasó con el asunto Saab, un traficante de alimentos y
otros “commodities”, que de un
momento a otro pasó de simple intermediario comercial a embajador
plenipotenciario y casi santo, a ser un mal recuerdo, luego que el gobierno se
enteró de que era un colaborador de la DEA, y tenía tiempo trabajando para ellos;
sigue pasando en cuanto a nuestra política monetaria, un enredo que tiene con
el “bolívar” que quiere salvar pero que está devaluado en lo profundo del
averno, el “petro” que quiere imponer, no se sabe si como referencia cambiaria,
o criptomoneda, y el dólar, que se ha comido todas sus expectativas de hacer
algo coherente (revolucionario) con la economía del país.
En la situación de Ucrania, sus declaraciones pasaron de
un irreversible apoyo a al gobierno de Putin, a una búsqueda de salidas
pacíficas al conflicto, esto, apenas se produjo el contacto con los
representantes del gobierno de Biden, que buscan reactivar los negocios
petroleros con Venezuela, lo que quiero decir, es que las decisiones de Maduro
son escrotales, son puntadas del momento, su criterio es absolutamente
inestable y solo obedecen al beneficio mal calculado, que pudiera obtener en
una situación dada.
Para los norteamericanos esto no debería ser una
sorpresa, si tienen un FBI que pueden hacer unos perfiles criminalísticos de
las personas, con una certeza casi del 90%, deben saber el tipo de patología
que afecta a Nicolás en su quehacer diario; a esta alturas del juego, deberían
estar muy claros a qué atenerse cuando lleguen a un acuerdo con él.
Lo que sí es diáfano e inequívoco, es el inmenso rechazo
que siente el pueblo de Venezuela con la arremetida militar de Putin en contra
del gobierno y el pueblo de Ucrania, en una pelea entre un Goliat y un David,
los venezolanos estaremos siempre mayoritariamente de parte del más débil, lo
hacemos no solo por principios cristianos, sino porque hemos estado sufriendo
por demasiado tiempo la injusta y penosa ventaja de los gorilas sobre nosotros,
sabemos lo que se siente.
Esta guerra en contra de Ucrania le ha cambiado la vida a
mucha gente y en lugares muy lejanos al teatro de operaciones, la respuesta de
Occidente ha sido unánime y muy rápida, las sanciones no se hicieron esperar y
cayeron sobre Rusia en cascada, condenándola a un retraso económico y social
imposible de calcular, pero cuyos efectos ya se están sintiendo, no veo a China
echándose este bacalao sobre sus hombros, no en las actuales circunstancias, es
muy poco lo que pueden hacer por una Rusia empobrecida y desmoralizada; no sé
qué es más peligroso, una Rusia con capacidad nuclear arruinada y humillada, o
la Rusia del mes pasado, arrogante, con ínfulas de riqueza, buscando su utopía
de imperio soviético en sus fronteras inmediatas, pero algo es seguro, pronto
lo sabremos.
No quiero terminar este comentario sin referirme a la
importancia del petróleo en esta coyuntura, el cálculo de los ambientalistas
radicales que pensaban que la era petrolera era ya una cosa del pasado, que las
energías alternativas estaban a punto y a la mano de toda la humanidad, han
recibido un baño de agua fría; el petróleo no tiene substituto inmediato, una
crisis bastó para que la realidad nos abofeteara el rostro, hasta las viejas plantas nucleares europeas,
que habían sido condenadas a la obsolescencia, van a tener su segundo debut.
Todos aquellos predicadores que habían dado por terminada
el período rentista de nuestra economía petrolera, están ahora calculando en
cuanto tiempo pudiéramos tener de nuevo nuestros pozos y refinerías produciendo
el pupú del diablo, incluso el infame PSUV, que hasta muy poco se jactaban sus
jerarcas de haber terminado con la dependencia petrolera, están haciendo sus
cálculos de cuanto hay para ellos, si vuelven los gringos.
Como dice el cantautor panameño de salsa, Ruben Blades,
“Sorpresas te da la vida”. - saulgodoy@gmail.com
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