miércoles, 28 de agosto de 2024

El voto Latino en USA

 



En este momento hay unos 63 millones de latinos viviendo, trabajando y construyendo familias en EEUU, la gran mayoría emigrantes que están echando raíces en ese gran país del norte, otro grupo ya tiene tiempo radicado, algunas familias tienen siglos de tradición y ya son tan norteamericanos como los Trump o los Baiden; pero de esta enorme masa de latinos, proveniente de distintos países, votan alrededor de 17.5 millones, esto por diversas razones, empezando porque el derecho al voto exige, además de una residencia legal, cierto grado de integración y cultura, que inicia por un dominio aceptable del idioma inglés, conocimientos de la historia del país y el interés de involucrarse en la política.

Estos latinos están distribuidos a lo largo y ancho del país y tienen presencia en todos los estados de la Unión, configurando distintos porcentajes de votantes en unas elecciones que son indirectas, por medio de los llamados Colegios Electorales, afectando las preferencias de candidatos de maneras distintas, la mayor concentración de votantes latinos está en Texas y Florida.

Tradicionalmente, el partido demócrata ha cultivado el voto latino por medio de distintos programas de integración, ayudas y políticas sociales, que fueron muy efectivas en la década de los sesenta del pasado siglo, sobre todo con la administración Kennedy y su dura lucha por ampliar los derechos civiles de algunas minorías; pero debido al rápido crecimiento de la población latina, el partido Republicano igualmente se abrió en la búsqueda de esos votantes, que hoy, aunque todavía no son masas de electores que puedan hacer una diferencia, excepto en muy pocos estados, están llamados a liderar tendencias  tanto en elegir funcionarios, como para conformar representantes latinos en los distintos puestos y responsabilidades, dentro de la política norteamericana.

La actual minoría latina es una de las de mayor expansión debido, entre otras razones, a las presiones migratorias, que empujan grandes contingentes de refugiados que desde el sur tratan de alcanzar el “sueño americano” de oportunidad y progreso. En sus países de origen, las dictaduras, gobiernos militares y economías fallidas los obligan a probar suerte, muchas veces a riesgo de sus vidas y seguridad, corriendo grandes peligros y entrando a USA de manera ilegal, lo que los imposibilita para alcanzar una integración adecuada y plena, convirtiéndose muchas veces en un problema social, más que en una ventaja para el país receptor.

Ese volumen de inmigrantes latinos en condiciones de ilegales afecta incluso el desarrollo de aquellos latinos que sí han cumplido con las normativas y exigencias para alcanzar las visas, los permisos de trabajo y hasta la residencia; ésos que se encuentran en pleno proceso de integración, de allí que incluso estos emigrantes latinos en proceso de legalización de su estatus, apoyan ciertas medidas de vigilancia y control sobre estos nuevos contingentes de inmigrantes, contrarios al orden del país, y en los que fácilmente se infiltran personas con prontuarios y delincuentes comunes, dispuestos a seguir con sus estilos de vida en las comunidades de las que se hacen parte, incrementando la inseguridad y el desorden.

Pero los latinos tenemos una serie de ventajas sobre las otras minorías del mundo, en primer lugar nuestra cultura es occidental, pertenecemos a ese gran conglomerado de pueblos cristianos cuyos valores son apreciados en USA, en ese sentido somos fáciles para integrarnos, compartimos no solo un “pool genético” fuerte y variado, que se ha enriquecido con el mestizaje, tenemos mucha de nuestra historia común entre norte y sur américa, siendo vecinos del mismo continente.

Los latinos trabajan muy duro y con disciplina. Debido a problemas de formación académica, tenemos algunas desventajas en cuanto a nuestro conocimiento tecnológico y científico, pero somos grandes contribuyentes al producto interno bruto de USA, y nuestros trabajadores están repartidos en todas las especialidades y sectores, haciendo especial mención en la industria agrícola, construcción, del entretenimiento, educación, y en especial, en las fuerzas armadas.

El gusto y la responsabilidad de los latinos por tener a sus familias en las mejores condiciones posibles, y su instinto gregario y reproductivo, los capacitan para ser un motor importante en el desarrollo poblacional, y que no se den esos vacíos generacionales terribles, que provocan el envejecimiento acelerado de las poblaciones en los países desarrollados.

Pero algo muy importante está sucediendo en las transformaciones políticas de la cultura norteamericana; en el campo del partido demócrata hay una importante deriva hacia el comunismo autoritario, que preocupa enormemente a algunos observadores y analistas, el gobierno de Baiden (y es una tendencia que viene incrementándose desde el gobierno de Obama) está creando un aparato estatal socialista que atenta contra los valores y principios de la libertad individual y los valores democráticos que forman parte del entramado de ideas de los estadounidenses.

El ideal de fortalecer un estado bienestar, dándole relevancia a la igualdad en los principales aspectos de la vida ciudadana, está obligando a imponerle obligaciones antinaturales y forzadas al aparato productivo e innovador de USA. Hemos visto como mucho de ese dinero “viejo”, de familias poderosas detrás de algunas de las firmas más importantes de la gran industria, las finanzas y la banca, y sus nuevas generaciones de relevo están muy comprometidas con los ideales de la izquierda, contrarios a los principios de los padres fundadores de aquellos “Estados Unidos” del Acta de Independencia de 1776.

Ese estado benefactor, en plena construcción de la mano de unos socialistas radicales, le están imprimiendo un rumbo equivocado y siniestro tanto a la economía norteamericana, como a sus alianzas y el lugar estratégico que debe ocupar EEUU en el concierto universal de naciones. Quieren dejar atrás el liderazgo que implica ser el primer país del mundo (que si no es América, lo será otro, quizás enemigo y a riesgo de no volver a recuperar ese liderazgo). Ese estado socialista en plena construcción no es otra cosa que un estado policial y controlador de la población norteamericana, como ya está sucediendo, con un enorme aparataje de censura y propaganda, y un centro de poder en manos de unas pocas familias, blindado en contra de la renovación.

Los latinos, muchos de nosotros, venimos de gobiernos que ya gestaron esos monstruos de la razón, y que se encuentran en plena destrucción de las democracias al sur del Río Grande; la Venezuela de Maduro es el ejemplo más extremo y terrorífico del nuevo comunismo, una puesta en escena más de una mafia criminal, en la que un gobierno se dedica a delinquir y asesinar venezolanos para mantenerse en el poder, una propuesta tan absurda que no tiene ni cómo justificarse sin caer en mentiras y contradicciones.

Pareciera que el gobierno de Baiden y Kamala Harris, ahora la candidata del partido demócrata, tienen a Nicolás Maduro como ejemplo; es una idea de gobierno socialista, aunque muy mal elaborado y peor ejecutado de lo que ellos intentan hacer con EEUU; allí está la razón por la que no han querido ponerle punto final a esa orgía de sangre y dolor que se encuentra a un tiro de piedra de sus fronteras, las tiranías implantadas en Cuba, Nicaragua y Venezuela son los modelos que los demócratas quieren para USA, por supuesto, más sofisticado e indoloros, por ello no quieren tocarlos, a estos gobiernos los sienten más como aliados.

Los latinos no queremos eso, e instintivamente nos movemos hacia el campo del partido Republicano, que como toda organización compleja, tiene sus propios problemas, como contar con un candidato agresivo y poco simpático para el latino, aunque se comprende que Trump viene del medio empresarial, de la construcción y bienes raíces en New York, que se distingue precisamente por su alto grado de competitividad. La personalidad del “catire Trump” desagrada por su asertividad, y desconfianza natural con su entorno, no en vano ha sido víctima del ataque más despiadado por parte de un gobierno socialista a un político republicano en toda la historia de esa nación… y ha sobrevivido. El estilo directo, agresivo y autosuficiente de Trump desagrada a algunas personas, no se dan cuenta de la importancia de lo que ese candidato representa, la última oportunidad que tiene USA de salir de la ruta del comunismo.

Trump se ha visto en la necesidad de recurrir a varias tácticas del populismo para no perder el apoyo de su base electoral, que se constituye en el sector rural y profundo de Norteamérica, y para ganar el favor de algunas minorías, entre ellas los latinos, esto a pesar de sus fuertes comentarios sobre deportaciones masivas como única manera de retomar el control de las fronteras y del orden público en las grandes ciudades. Trump cree en el libre mercado y la libre empresa, no en un gobierno centralizado, poderoso y pródigo en burocracia para controlar precios, inversiones, impuestos y poder, y de esa manera tener la economía del país en un puño, como lo quieren los socialistas.

Las ideas que ha presentado la candidata Kamala Harris sobre su programa de gobierno, han debido hacer sonar las alarmas en todo el país, ella propone el control directo de la sociedad norteamericana por medio de una burocracia que obedecen a unos pocos, que quita y pone, que da o niega por encima de los intereses individuales de las personas, justamente el país que construyeron millones de personas e intereses y que ha servido para una enorme producción de riqueza e innovación, quieren ahora, reducirlo a un esquema de contribuciones sociales obligatorias para financiar a los grupos menos favorecidos, los latinoamericanos estamos hartos de escuchar el mismo cuento de camino, quieren comprar nuestro voto con promesas de regalos y obsequios que nunca nos darán la libertad de ser autónomos y libres, todo lo contrario, estas políticas de quitarle a los que más tienen solo será para enriquecer a los amos del poder.

Hay muchos norteamericanos que han perdido la brújula de su propio destino, quizás influenciados por una industria del entretenimiento en manos de los comunistas; ya hay un listado de artistas importantes que prometen mudarse de USA si gana Trump, aunque estoy seguro ninguno se vendría a vivir a Venezuela, Cuba o Nicaragua, porque son socialistas de champagne y comida japonesa que, enceguecidos por sus triunfos en el estrellato y sus enormes fortunas, perdieron hasta el sentido de la prudencia. Un nuevo triunfo de los Demócratas significaría muchos más Maduros, Ortegas y Castros en el escenario, y probablemente una China sentada en el trono de hierro.

Creo que es deber de los votantes latinos dar el buen ejemplo; tenemos nuestras familias y nuestros países de origen atrapados en callejones sin salida, torturados por pesadillas totalitarias que nacieron con candidatos que decían creer en una igualdad absoluta, de raza, género y educación para conformar un movimiento “Woke” que quiere salir de los parques de Disneylandia e inundar el mundo con sus colores de arcoíris y su “justicia social”. La única manera de detener el comunismo en América es diciéndole NO a la candidata de los Demócratas, y confiando que el “catire Trump” haga su trabajo.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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