La ecología es una especialidad dentro de la biología que abarca la
interrelación entre las plantas, los animales y el medio ambiente.
Los estudios de la ecología pueden tener como escenario la tierra, el mar,
la atmósfera o los medios de agua fresca (ríos, lagos, aguas subterráneas) y
como objeto las plantas y animales que allí viven.
Hay una parte de la ecología que estudia las diferentes y complejas
relaciones que surgen entre los seres y el medio ambiente y se llama autecología, y los que estudian los
ensamblajes de organismos, las poblaciones y comunidades se llama synecología.
En general podríamos afirmar que las técnicas ecológicas son experimentales
y descriptivas.
Estudia también el origen y establecimiento de las especies en el medio
ambiente, el ajuste de los organismos a su entorno en forma de competencia o
colaboración.
Plantas y animales están interconectados en una madeja de relaciones entre
comunidades, las cuales pudieran ser manipuladas o reemplazadas con criterios
científicos por parte de los ecólogos.
Bernard Campbell en su excelente obra Ecología
Humana (Biblioteca Científica Salvat, 1985) introduce al hombre como
especie de la siguiente manera: "…se
refiere al estudio de todas las relaciones entre los seres humanos y su
ambiente (que incluyen factores como el clima y el suelo), y de los
intercambios energéticos con otras especies vivas: plantas, animales y
diferentes grupos de personas."
El hombre es fundamental para el estudio de la ecología ya que su
influencia en el medio ambiente ha sido y es decisivo para los cambios, tanto
del lado de la conservación como de la extinción de especies, así como para la
modificación directa del medio como en el caso de la contaminación que se desprende
de su actividad productiva.
Cuando el hombre desarrolló a gran escala su actividad agrícola-industrial
e introdujo especies de plantas comerciales al medio ambiente, cuando varió la
composición de los suelos para estas adaptaciones, cuando introdujo dietas
preparadas para animales domésticos y técnicas tanto intensivas como extensivas
sobre pastoreo con sus secuelas de deforestación y contaminación,
indudablemente ejerció una presión determinante sobre el medio ambiente (de
estos hechos se desprenden razones para considerar a la agricultura como una
actividad potencialmente peligrosa para el equilibrio medioambiental, que no
solo degrada sino transforma el ambiente).
Los principios de la ecología han jugado un papel importante en el control
de las enfermedades infecciosas por transmisión animal, ya que controlando al
vector (portador) más que al agente patógeno en sí, se podían controlar de
mejor manera las epidemias como fue el caso de las ratas portadoras de la
peste, tan temida unos siglos atrás.
En la ecología animal contamos con tres actividades fundamentales que hace
que los individuos vivan y perpetúen la especie, son la alimentación, el reposo
o recuperación y la reproducción, la manera como las especies satisfacen estas
necesidades se llaman ajustes o adaptaciones, mientras más ajustado esté el
individuo a su medio, más oportunidad tendrá en sobrevivir.
El medio ambiente está sometido a dos variables fundamentales: los factores
físicos (luz, temperatura, precipitaciones, evaporación, etc.) y factores
biológicos (fuentes de alimento, refugios, depredadores, enfermedades, etc.)
Pero fue Darwin con la publicación de su teoría sobre la selección natural
(1859) que da justamente el argumento ecológico de la evolución, ya que
destacaba la importante influencia del medio ambiente en largos períodos de
tiempo sobre los cambios adaptativos en las especies.
En 1869 Ernst Haeckel, afirmó que el individuo era producto de la
cooperación con su medio y la herencia del organismo, a esta relación la llamó oecología de donde viene la actual
denominación. Lamentablemente Haeckle no era un científico muy confiable y
estuvo incurso en varios fraudes académicos entre ellos, falsificar embriones
de batracios para demostrar su tesis de Generación Espontánea.
La ecología moderna debe sus bases al suiso F.A. Forel (1892), a E.B
Warming (1896) de Dinamarca y a los norteamericanos E.A Birge, H.C Cowles y F.E
Clements (1891-1905).
La ecología actual hace énfasis en el análisis de poblaciones y
comunidades, usa los métodos estadísticos y cuantitativos y relaciona a otras
especialidades como la taxonomía, fisiología, bioquímica y geografía, se
auxilia con las más avanzadas técnicas de computación, posicionamiento satelital
y sensores remotos.
Pero sigue siendo una ciencia basada en la observación y el trabajo de
campo.
Hasta aquí la leyenda dorada de la ecología, ahora pasemos revista sobre la
leyenda negra.
El mal uso de la ecología la ha hecho, en su versión popular, una parte de
un movimiento seudocientífico que se inscribe en el movimiento de la Nueva Era,
junto con la astrología, la imposición de cristales, la lectura de las Runas y
un largo etc., de prácticas astrobiológicas, que nada tienen que ver con la
ciencia, o que usan algunos enunciados científicos para montar una
argumentación mágico-religiosa.
En nuestro país se manejan conceptos y tecnologías supuestamente ecológicos
y al alcance de todos, cuando en realidad se trata de procesos y aplicaciones complejas
y costosas, especializadas (reciclaje de basura, energía solar, potabilización
del agua, etc.) y que tratan de hacerlas ver como al alcance de cualquiera y
para solucionar problemas, que muchas veces están fuera del rango de una
escuela o de una comunidad, creando angustias y culpas en vez de verdaderas
soluciones, haciendo ver a la ecología como una disciplina irresponsable y
vana.
Hace algunos meses se puso de moda el lema “Devolvamos a la madre tierra todo lo que nos ha dado” que es absolutamente risible, ya que carece de
sentido.
Igualmente la mayor parte de grupos ecológicos y los esfuerzos que hace el
gobierno venezolano educando, son una vitrina de lugares comunes y buenas
intenciones pero que carecen de una disciplina, de ciencia, de trabajo de campo,
por lo que sus acciones ecológicas no pasan de ser una confusa declaración de
principios sobre lo bonito que sería que todos respetáramos la naturaleza.
Por tratarse de una imagen aceptada por el público, con importantes
connotaciones positivas para la sociedad, las empresas, instituciones,
gobiernos locales y regionales, incluso, nacionales, tratan de identificarse
con la causa ecológica, aunque hagan todo lo contrario para merecerla, de
hecho, algunas de las empresas más contaminantes del mundo ocultan sus
crímenes, detrás de la fachada “verde”, que lamentablemente, da para todo.
Por último, en el terreno de la política es donde más se mal utiliza la
ecología, no hay funcionario público, político, organización no gubernamental o
grupo de opinión que no quiera hacerse pasar por un “verde” con la errada
visión que se trata de un defensor de las causas nobles, no se dan cuenta que
los ecologistas somos personas non gratas para muchos sectores nacionales,
empezando por el mismo gobierno, nuestras causas imponen otros intereses que el
humano, nuestras denuncias entran en conflicto inmediatamente con intereses
poderosos, especialmente grandes negocios, actividades depredadoras de muy
jugosas ganancias, formas de vida “populares” pero reñidas con la
sustentabilidad, los ecologistas andamos en campaña poniéndole frenos al
“desarrollo” por lo que es difícil que se nos den tribuna para expresar
nuestros puntos de vista.
El escudo guayanes en peligro por la falta de actuación del gobierno chavista |
Es en la política donde más se ven a los falsos ecologistas, los que andan
vendiendo y promoviendo proyectos e
ideas que tratan de hacer ver como neutros e inocuos pero detrás del discurso,
la propaganda y el show, se encuentran auténticos garimpeiros ¿Se acuerdan de
las últimas elecciones de alcaldes? ¿Se acuerdan de cuántos de aquellos
candidatos se declararon ecologistas?
Vean ahora sus municipios, parecen zonas de guerra.- saulgodoy@gmail.com
ri
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