Se trata de uno de los
“duros” del género; científico de formación, Niven especula respetando hasta
donde puede el sentido común y el pensamiento racional, esto no necesariamente
lo hace aburrido, sus historias son asombrosas por decir lo menos, ni tampoco
es cortapisa para que haya incursionado con éxito en el campo de la fantasía.
También es uno de los autores
que más ha escrito a dos y tres manos (con otros escritores) relatos que se han
convertido en referencia obligada para la ciencia ficción mundial y pienso en
las colaboraciones con autores como Jerry Pournelle (experto en el área de
defensa militar) y Edward. M. Lerner (ex-científico de la NASA) entre otros
muchos excelentes escritores que incluyeron al mismísimo Isaac Asimov. La
ciencia ficción es un género que no solo permite, sino que necesita y estimula
estas colaboraciones literarias, dado lo complejo y los alcances de algunas de
estas obras.
Los trabajos de Niven han
sido inspiración para artistas gráficos y animadores, sus historias han sido
recreadas por la industria del “comic-book”, ha contribuido a darle vida a
personajes como Linterna Verde y varias series de televisión, incluyendo Star
Trek.
Larry es un conferencista
popular y su actuación en los foros que promueven las ciencias y los viajes
espaciales, es constante.
Hay dos aspectos en su
obra que llaman la atención, sus historias sobre magia y brujos y sus historias
policiales, bien en el futuro o en el presente, son constantes en su carrera,
ejercicios necesarios para poder abarcar situaciones y conflictos, que abundan
en sus grandes lienzos en otros mundos.
Niven fue uno de los
primeros en explorar las estrella de neutrón, los huecos negros (tuvo la
oportunidad de consultar largamente con Sthephen Hawking sobre sus
descubrimientos), los problemas de la teleportación, de los viajes en el tiempo
(sus ensayos sobre estos dos últimos temas son documentos básicos para el que
quiera especular o investigar sobre los mismos), de la propulsión en naves
espaciales, de los hábitats artificiales para sostener la vida humana y como
cosa curiosa, ha escrito y es una autoridad en el trasplante de órganos, de
hecho, su narración El Hombre
rompecabezas (The Jigsaw man, 1967), predecía con lujos de detalles como
sería el negocio de la obtención y el tráfico ilícito de órganos y partes
humanas, al punto de que todavía es tenido como la guía fundamental para operarios
en el negocio.
Una de sus obras más
famosas es un ensayo humorístico que escribió, dentro del más riguroso examen
científico, sobre la imposibilidad de una relación sexual entre Superman y
Luisa Lane, titulado Hombre de Acero, Mujer de Kleenex, siendo
Superman del planeta Krypton no tiene en absoluto relación con nuestra genética
y menos aún con nuestra evolución como primates, ¿Qué lo excita? ¿Qué le
produce una erección? La historia que
conocemos lo hace un hombre de unos treinta años y nunca ha tenido una mujer, y
teniendo visión de rayos X, sabe muy bien de lo que se pierde.
Pero es casi un imposible
que tenga una relación con la pobre Luisa, quien se juega la vida si el
superhéroe decide satisfacerla al estilo Kal-El, una sola eyaculación del hombre
de acero la perforaría, esa descarga seminal abriría un túnel hasta el otros
lado de la tierra y si Superman tiene un orgasmo (que de acuerdo a la ciencia,
es una especie de placentero ataque epiléptico) no se puede pensar en lo que un
super apretón le haría a la dulce periodista del diario El Planeta, una pieza
de antología.
Un escritor amigo lo acusa
medio en broma, de no haber dejado temas libres para las nuevas generaciones de
escritores de ciencia ficción. Hay un lugar en internet, Technovelgy.com, donde
se puede encontrar la lista de 82 inventos que Larry Niven a descrito en sus
obras y que “por ahora” la tecnología no ha avanzado lo suficiente para
hacerlas posible, desde armas, electrodomésticos, medios de transporte, pasando
por juguetes y aparatos de comunicación, es impresionante el rango de inventiva
de este matemático prestado a la literatura.
Acabo de leer uno de sus
mejores cuentos, Inconstant moon, que ganó el premio Hugo en su categoría, en el
mismo, nos da una lección sobre la historia del comportamiento del sol. Una
anomalía de nuestra principal estrella produce una catástrofe que prácticamente
significa la destrucción de la tierra, la historia nos narra lo que decide
hacer una pareja para pasar las últimas horas de vida antes de que amanezca y
los envuelva un choque térmico que los dejará achicharrados.
Hay que tener sangre de
horchata para no sentir un escalofrío ante el escenario que plantea Niven,
maneja con maestría la psicología de los personajes ante la perspectiva del fin
del mundo y nos deja preocupados ante la frágil estabilidad del sol.
Este autor californiano
nacido en 1938 con el nombre de Lawrence van Cott Niven, nieto de uno de los
Barones del petróleo a principios del siglo XX, es uno de los más exitosos
escritores en Norteamérica y como muchos de su generación, empezó su carrera
escribiendo para las revistas de Ciencia Ficción y Fantasía tan populares en
aquel período pre-televisión.
Con tantas buenas
historias en su equipaje, los expertos en su obra, le asignan períodos, de los
cuales, el llamado “Espacio Conocido” incluye una serie de obras y personajes de
extraordinaria riqueza que sirvieron de preparación para la saga que lo
catapultó al estrellato y la fortuna, El mundo del anillo, de los que ya
lleva cuatro novelas escritas y trata del desarrollo de ingeniería más grande y
complejo que se haya propuesto la humanidad hasta el momento, una idea que
Niven explica hasta el detalle y que hace funcionar, en un derroche de ciencia
y fantasía sin igual.
El aliento futurista de
Niven es uno de los más arriesgados y que ha llegado más lejos, miles de años
hacia el futuro y billones de años en el pasado alimentan muchas de sus obras,
incluyendo lo que él llama el Espacio Humano, que es el área del cosmos
colonizado por el hombre y que en su opinión nunca pasará de los 60 años luz de
diámetro.
Es un creador portentoso
de culturas extraterrestres para lo cual, hay que hilar muy fino, para no
incluir características humanas en sus personajes, es así como ha logrado
impactar el mundo de la ciencia ficción con los más auténticos seres
interplanetarios como los violentos felinos Kzinti, los inolvidables
puppeteers, los Moties, los Filthp, y esas extraordinarias criaturas que
asemejan a las langostas, los Chirpsithtra, constructores del espaciopuerto
Monte Forel, donde se encuentra el bar más famoso del universo, La Taberna Draco, administrada por su
propio dueño, Rick Schumann, y donde se cuentan las historias más asombrosas de
este lado de la galaxia.
Con Larry Niven es
imposible equivocarse, quien no guste de este género y lo lea, terminará
satisfecho no solo de buena ciencia, sino de una mejor ficción. –
saulgodoy@gmail.com
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