miércoles, 27 de enero de 2016

La reconciliación sin justicia no existe


El chavismo, al igual que el nazismo, no admite la existencia del otro, ya es muy claro que si dejamos que el chavismo avance, vamos directo a la consolidación de procesos de exterminación masiva de la población, algunos de estos procesos ya empezaron, y las estadísticas de fallecidos e incapacitados por la violencia del hampa y el crimen nos lo indica claramente, lo que sucede en nuestras cárceles no es fortuito, son ensayos calculados de exterminio, los venezolanos estamos siendo eliminados como política de Estado por medio de la delincuencia (al no combatirla y alentarla con la impunidad), por nuestra vulnerabilidad a los desastres naturales como es el caso de no poder afrontar una sequía y permitir que la población padezca de sed y por la falta de asistencia sanitaria y de salud, lo que están haciendo con los enfermos crónicos que sufren de leucemia, diabetes, sida y otros padecimientos, de negarle las medicinas e insumos necesarios, es un crimen equiparable al asesinato, cerrando finalmente las tenazas con la amenaza de una hambruna provocada desde el gobierno. 
Estos socialistas bolivarianos son tan sinvergüenzas e insensibles que ante la realidad expuesta lo que hacen es mentir, decir que el país está sometido a una guerra económica, que es una página web que se llama Dollar Today la que desestabiliza la economía, que son los empresarios y su ánimo de lucro los culpables de la inflación, que son las comunas las que producirán lo que Venezuela necesita, que es el socialismo el que salvará al país.
No contentos con estos insultos a la inteligencia y a la realidad del hambre que recorre las calles de Venezuela, nos presenta como solución un gabinete de “economía productiva” compuesta por los comunistas más retrógados y empresarios parasitarios, asesorados por otro de esos intelectuales menesterosos del partido Podemos de España, gente tan pero tan vil, que no les tiembla el pulso en hacerle más daño al país con sus ideas alucinadas de rescatar industria quebradas, sembrar ají en los balcones e imprimir más dinero sin respaldo y creer que se la están comiendo, que la inflación no existe y que unos motores imaginarios van a sacarnos del hueco. 
Este modus operandi, de ir eliminando a sectores completos de la población aplicándoles la “solución final”, como hacía los nazis o Stalin en la Unión Soviética, dejando que las epidemias se encarguen de enfermarlos y matarlos, que las aguas contaminadas los envenenen, encerrando sin juicios ni derecho a la defensa a los contrincantes políticos, de acusar a los opositores de golpistas, un viejo truco fascista que usan en contra de periodistas, empresarios, líderes sindicales y políticos, militares institucionales y representantes de la iglesia, para entregarlos a manos de violadores y torturadores que se placen de vejarlos y humillarlos en cárceles inhumanas.
La evidencia es imbatible, vean la cantidad de presos y exiliados políticos que tenemos, nuestros políticos perseguidos y amenazados con procesos judiciales, los que sufren de alguna medida judicial que les limita severamente sus derechos ciudadanos, la cantidad de representantes legítimos del pueblo que han sido inhabilitados por sentencias oprobiosas emitidas por tribunales vendidos al poder de la tiranía.
Esta situación tiene una característica que la hace aún más terrorífica, y es la censura de los medios de comunicación, que hacen para evitar sanciones del gobierno, el pueblo está desinformado en asuntos vitales para poderse sostener sin poner su vida en peligro, no sólo es que carece de información económica para poder prever un simple presupuesto, o conocer cómo van los asesinatos de policías en su barrio, el gobierno les niega el derecho de saber si hay una epidemia mortal instalada en su región para que puedan tomar medidas de protección.
Para que exista la posibilidad de una reconciliación, el chavismo tiene que ser derrotado, al igual que el “apartheid” en Suráfrica, con la ayuda internacional y la fuerza del pueblo, el aparato político-militar de los Afrikáners se rindió ante la presión mundial  y las multitudinarias manifestaciones en su contra, igual tiene que suceder en nuestro país, pero para que ello ocurra, debemos quitarnos la venda de los ojos, y quitársela al mundo, estamos frente a un gobierno criminal, antidemocrático e ilegítimo.
Por ello, la lucha hay que continuarla sin descanso, la inequidad no puede sostenerse por siempre, lo importante es no ser tan estúpido de tenerle simpatías al verdugo que te está torturando sin piedad, y una vez que los venzamos, y se formen los Comités por la Verdad para investigar sus violaciones, ya veremos; hay quienes quieren perdonarlos, e incluso hay políticos negociando la impunidad, porque perdonar es no hacer justicia, es pasar la página.
Si aplicáramos la justicia, que es lo que corresponde en una democracia, si la ley se cumpliera, sólo entonces será posible la reconciliación.
La reconciliación, nos dice Susie Linfield, en su extraordinario artículo, Viviendo con el Enemigo, nos ofrece una oportunidad de detener el ciclo de venganzas y ajustes de cuentas, pero su lado terrible es que muchas veces sucede a costa de las víctimas para favorecer a los victimarios, las víctimas tienden a ser ignoradas y en el mejor de los casos se pretende que sus heridas sean tratadas como patologías que el tiempo curará; quisiera ver a los cientos de miles de familias que han sufrido en carne viva la muerte, el hambre, la inseguridad y el acoso de un gobierno discriminador y asesino, aceptar sin oposición la reconciliación de la que tanto hablan algunos políticos irresponsables.
Pero aún antes de la reconciliación debemos pensar en cómo vamos a salir de éste brete, ¿Cómo podemos manejar esta difícil situación en que nos ha colocado éste régimen maligno y sin consciencia? El dilema consiste en que Maduro y su gobierno, por proteger sus intereses pequeños burgueses, sus fortunas mal habidas, sus privilegios, por miedo a enfrentar a la justicia por sus tantos crímenes en contra del pueblo de Venezuela, por proteger al gobierno de Cuba que continúa chuleando nuestro petróleo sin piedad, se encuentra inmovilizado ocupando posiciones de poder donde son más dañinos que útiles, no se abocan a solucionar el grave problema económico, prefieren que el pueblo sufra y la situación de calidad de vida del país se deteriore.
Como son incapaces de reconocer sus culpas y ya que insisten en promocionar un modelo socialista fallido y empobrecedor, prefieren recurrir a las mentiras, tratan por medio de su hegemonía comunicacional de hacerle creer a la gente que los culpables de la situación son otros y no ellos, tienen el juego trancado y tal y como yo lo veo, tiene que ser el mismo pueblo, en una sola e inmensa movilización general, quienes los saque del poder.
Una movilización de este tipo, multitudinaria y de gente hambreada de comida y justicia no son pacíficas ni organizadas, por lo que las vidas y bienes de estos irresponsables no podrán ser garantizadas, por lo que mi recomendación, por el bien de la estabilidad y de la democracia, y por supuesto, de la seguridad personal de los chavistas actualmente en el gobierno, lo mejor que pudiera suceder es que Maduro y su gobierno renunciara de inmediato, pero ya!, a medida que pasan los días la situación se hace más caldeada y difícil de controlar, esto lo deben saber ustedes que contabilizan las protestas diarias, que exponen a los efectivos militares a tener que dispararle al pueblo que quiere comer y debo recordarle a los chavistas, la primera regla de sobrevivencia política en Venezuela, “El pescuezo no retoña”.
No olvidemos el alerta que nos dejó Juan Vicente González en medio de la anarquía que provocó la rebelión de Pedro Carujo, el primer chavista que existió en la Venezuela de 1835, “La impunidad- advirtió- multiplica los crímenes, destruye la confianza, extingue el patriotismo y por consecuencia corrompe las naciones… la modestia no aplaca a un enemigo; lo hace, por el contrario, más insolente.”
Y de insolencia están llenos los que ahora quieren seguir gobernando como si nada hubiera pasado, los que quieren seguir escondiéndole la información vital del país al pueblo porque se trata de secretos de estado, sí, secreto para quienes tenemos que pagar la inmensa torta que pusieron durante estos 17 años de mal gobierno de este atajo de ladrones y corruptos…

Mejor no seguir, mi saludable consejo es que renuncien, todos, en cadena nacional, y cuando estemos al tanto del daño que le han propinado al país, podremos hablar de reconciliación.   - saulgodoy@gmail.com

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