¿Quién
ocupa la figura de un Duce o un Führer en un gobierno autoritario con fuertes
rasgos militaristas en nuestro país? ¿Quién encabeza un régimen monopolista y
corporativo, controlando una gran cantidad de empresas del estado con claras
inclinaciones al capitalismo salvaje? ¿Quién utiliza el nacionalismo como
instrumento de propaganda para fortalecer su posición de poder, designando a
sus seguidores como patriotas y denunciando a sus oponentes como traidores?
¿Quién utiliza la censura a los medios de comunicación para ocultar sus excesos
en el uso de la violencia, propagar mentiras e invisibilizar al adversario? ¿Quién
utiliza a grupos organizados de adeptos, en la forma de fuerzas de choque
armadas, en contra de las protestas ciudadanas?
¿Quién disuelve y anula a los
sindicatos de trabajadores y nombra a dedo representantes afectos en
organizaciones controladas por el estado? ¿Quién se beneficia con las medidas
inconstitucionales de otorgarle a la figura del líder el control sobre los
poderes judicial, electoral, moral por medio de leyes habilitantes? ¿Quién
mantiene a la institución militar como prioridad en el gasto y la utiliza como
órgano disuasivo en contra de la población civil? ¿Quién manda a secuestrar a
líderes de la oposición, sin derecho al debido proceso, los interroga, amenaza
y agrede sin que haya instancia a la cual acudir para la protección de derechos
fundamentales, para luego encerrarlos en cárceles que más bien parecen urnas?
¿Quién acapara, distribuye y no rinde cuentas de los recursos de la nación?
¿Quién controla los suministros de bienes esenciales, especialmente la comida y
medicinas y se convierte en el único proveedor autorizado de los mismos? ¿Quién
regula y dispone de la asignación de las divisas?
Por
supuesto, a todas estas me vas a decir que tu representas al pueblo, de que
este régimen es una “unión” cívico-militar, de que es la voluntad popular la
que guía tus acciones, que es el altísimo interés nacional tu único interés, y
que la revolución bolivariana socialista encarna ese altísimo interés nacional.
Maduro,
por si no te has dado cuenta, eres un fascista de marca mayor, un tirano energúmeno
y mentiroso que trata de hacerse pasar como víctima de una gran conspiración
imperialista, de varias guerras mundiales en tu contra.
Para
los chavistas ignaros, el fascista es el gran enemigo del comunista, el que
arruina al obrero, el que pisa al proletariado y lo pone a pasar hambre, la
idea de fascista se concreta en las figura de un Hitler, de un Mussolini o de
un Pinochet, ellos jamás admitirán que es posible un fascismo de izquierda, el
único que conocen convenientemente es el de la ultra derecha, el enemigo más
encarnizado de un revolucionario es un fascista, entonces, ¿Puedes explicarme
como unos revolucionarios de la ultra izquierda se convirtieron en fascistas?
Porque si tiene cola como un perro, se rasca como un perro y ladra como un
perro, debe ser un perro.
Te
podría recomendar un montón de buenos libros que explican de manera muy
completa que es el fascismo, pero no voy a perder mi tiempo, ustedes no leen, y
si lo hacen, no entienden lo que leen, solo trabajan en base a “memes” (búscalo
en un diccionario, en uno bueno y reciente, es una palabra de nuevo cuño), se
la pasan repitiendo consignas vacías, recordando agravios históricos, siempre
buscando un enemigo en quien descargar sus culpas.
La
denominación fascista, para ustedes, dizque un gobierno revolucionario
socialista bolivariano, es un insulto, un meme para identificar al enemigo,
pero véanse en un espejo y díganme si ese puño levantado o esas manitos
golpeándose una contra la otra, en medio de banderas rojas y paradas militares,
retratos del Comandante Eterno y gritos de “No Volverán” ¿No son símbolos de un
fascismo militante?
Díganme
si ese empeño enloquecido por hacer de la imagen y la memoria de Chávez un
santo y a un guerrero, a la par de Bolívar y Jesucristo, de elevar su nombre como
padre y salvador de la patria, el mismo hombre que la arruinó, que nos despeñó
por este precipicio y llenó la mente de tantos venezolanos de odio, que
asesinó, traicionó y se burló de nuestra nacionalidad, al punto de meternos un
presidente extranjero e inducumentado.
En
ese mundo detrás del espejo en que ustedes viven, como Alicia en su viaje por
el hueco del conejo relojero, donde se rodean de imágenes y reflejos de
fantasía, tratan de ocultar su verdadera naturaleza como predicadores del amor,
aunque les guste dispararle municiones letales a los estudiantes y quitarle las
cabezas a sus oponentes, o como pacifistas, armados, pero no violentos pero que
permiten que las cárceles se conviertan en arsenales y a los ciudadanos
inocentes en blancos para las prácticas de tiro.
Viven
en un mundo de trampas y doble lenguaje, de caretas y discursos, como
demócratas, aunque hagan fraudes electorales y no cuenten votos, como
socialistas, mientras haya “billete”, y como humanistas, mientras nadie
cuestione como desmontan a la patria.
Con
el tiempo, y a fuerza de trampas y dinero mal habido, pudieron desarrollar su
propio stablishment corporativo, con
sus empresarios rojos rojitos, muchos viviendo en el exterior como reyes,
crearon una red de corrupción con la que nacionalizaron y expropiaron empresas,
se adueñaron de grandes sectores de la economía privada como el de los seguros,
algunas industrias y comercios, acentuaron desde el estado el monopolio estatal
de la industria petrolera, crearon su propia industria armamentista, se
apropiaron de la mayor parte de los medios de comunicación, de la distribución
de alimentos, permitieron que los cubanos tomaran al sector salud, aduanas,
registros, centrales azucareras e inteligencia.
Incursionaron
en la industria automotriz con socios iraníes y chinos, en fin, se mimetizaron
en el ambiente capitalista bajo la fórmula de empresas socialistas, una buena
parte de ellas fracasaron pero le dieron ese aire organizacional del siglo XXI
que ligaron a las reivindicaciones sociales y nacionalistas, no faltaron
algunos grandes apellidos oligarcas sumados a esta aventura corporativista,
incluso tuvieron intenciones de globalizar su presencia vía líneas aéreas,
flotas de barcos, refinerías en el exterior, medios de comunicación.
El
espíritu monopolista y acaparador del gobierno revolucionario no dejaba lugar
para nadie más, si alguien mostraba interés en alguna área de inversión en el
país, la obligación era en hacer al gobierno socio, muchas veces mayoritario y
sin aportar capital, es decir, una “manguangua”, todo fácil, de acuerdo a la
jerga delincuencial, y con la actitud de que se está defendiendo la soberanía
nacional.
Y no
digamos nada del espíritu colonialista e imperialista que ha distinguido al
régimen, Latinoamérica entera era su patio y se comportaban como si fuera su
dueño, haciendo del Socialismo del Siglo XXI su principal comoditie exportable, utilizaron el petróleo como queso en la
trampa, se encabalgó en el discurso de la integración y la unidad de los
pueblos, se inmiscuyó en cuanto conflicto pudo y continúa en su esfuerzo por
destruir la viabilidad del desarrollo en países donde les dejan la puerta
abierta.
Me gusta mucho el concepto que elabora el estudioso E.
Gentile, cuando dice: “El fascismo es un
fenómeno político moderno, nacionalista y revolucionario, antiliberal y
antimarxista, organizado en un partido milicia, con una concepción totalitaria
de la política y del Estado, con una ideología activista y antiteórica, con
fundamento mítico, viril y antihedonista, sacralizada como religión laica que
afirma la primacía absoluta de la nación a la que entiende como una comunidad
orgánica étnicamente homogénea y jerárquicamente organizada en un Estado
corporativo con una vocación belicista a favor de una política de grandeza, de
poder y de conquista encaminada a la creación de un nuevo orden y una nueva
civilización.”
En tu más
íntima ignorancia, Maduro, acaricias un mundo de ideas confusas y utilitarias
que, en tus obligadas peroratas al pueblo, en cadena nacional, suelta con
enorme gratuidad, entre ellas esta perla pronunciada con motivo de uno de esos
Día de la Juventud, luego de explayarte en como el ejército español descuartizó
el cuerpo del héroe de La Victoria, José Félix Rivas, dijiste, que esos
ejércitos contra quienes peleaban los patriotas, eran los mismos fascistas que
hoy se oponen a tu gobierno… bien por el cucuteño (mal representando a ese
pueblo amable y trabajador).
Por
todo lo anteriormente explicado, es que deberías aceptar que eres un fascista
de pelo en pecho, un hombre básicamente cruel y sanguinario, que te importa un
cuerno la democracia, la libertad y la voluntad popular, estas donde estas por
designio de los dioses, ningún mortal te puede pedir la renuncia a tu cargo ni
cuestionar tus motivos, eres hijo de Chávez, eso es suficiente. – saulgodoy@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario