sábado, 9 de abril de 2016

El ser ontológico del chavismo


Hay quienes creen que el chavismo es una organización política con ideas propias, con valores de orden democrático, con vocación de servicio público y principalmente, con voluntad republicana, en el sentido, que su pretensión es hacer de Venezuela un mejor país por medio del trabajo político, enmarcado en las leyes y la constitución, con respeto a la disidencia y a las minorías.
Algunos han llegado al exabrupto de comparar al chavismo con otros partidos republicanos como Acción Democrática, alegando que le hacemos un flaco favor a la democracia negándole el derecho de existencia a este grupo humano, que siguiendo con la torcida lógica constitucionalista, tendría el mismo derecho de coexistir con los otros partidos políticos, alegando, que el chavismo no va a desparecer simplemente negándole el derecho a la participación en los asuntos nacionales.
En mi opinión ésta equivocada percepción del chavismo, confunde el comportamiento criminal con el comportamiento político, no hace distinción entre los enemigos de la democracia y los grupos facinerosos que por medio de la fuerza quieren tomar el poder e imponer su voluntad.
Me explico, el chavismo nace de una enorme equivocación, en el seno de un grupo de militares golpistas cuyo propósito era acabar con la democracia, en conchupancia o asociados, a corrientes subversivas internacionales de la izquierda radical, cuyo proyecto es instaurar regímenes totalitarios y militaristas en la región.
El chavismo nace de un enorme vacío de ideas, su principal motivación era la voluntad de poder para provecho personal de la camarilla que lo alentaba, cuando Chávez y su grupo se alían al castrocomunismo, inmediatamente se hicieron acreedores de una franquicia que venía con un paquete ideológico, en una presentación revolucionaria socialista, que le daban un carácter político beligerante y cierto lustre de luchadores por reivindicaciones sociales y humanitarias.
Con el teniente coronel Hugo Chávez a la cabeza, un histriónico personaje que impuso su sello personal al movimiento sedicioso, luego de su fracaso en la toma del poder por las armas, jugaron suerte a competir electoralmente, y como el país se lo permitió, como en ese momento no hubo conciencia ni reconocimiento del peligro que significaba tener a estos maleantes compitiendo democráticamente en la carrera política, como el país se encontraba sumido en una profunda crisis de identidad y liderazgo, fue de esta manera que pudieron hacerse con la presidencia de la República por medio de los votos.
Gracias a la inmadurez de las instituciones, a la ineptitud de los dirigentes del momento, a la ignorancia del pueblo y a las terribles desigualdades sociales que se habían fomentado, el discurso, la figura y la organización que presentaba el chavismo se hicieron irresistibles al ánimo del momento, pero en el fondo seguían siendo los mismos militares golpistas apoyados por el castrocomunismo, y como no eran políticos y porque nunca lo serán, sencillamente porque no tienen el ADN democrático que se necesita para ser un partido político en democracia, tuvieron que recurrir a la simulación, montaron su estructura operativa, la rellenaron con la ideología prestada de Cuba y matizada por el bolivarianismo, y abrieron la tienda para captar prosélitos que resultaron ser todos, unos bandidos.
Todo el mundo sabe que el chavismo es un cartel criminal, allí va a parar lo peor de nuestra sociedad, los “echaditos a perder”, los que nunca tuvieron la oportunidad de figurar, los mediocres, los resentidos, los caza fortunas, oportunistas, tramposos, lo que sucede es que como tenían el lustre revolucionario socialista atrajo mucha gente de la izquierda que se tragó el cuento de la “Justicia Social” que promovían, creyeron que con su participación y buena voluntad harían la diferencia y podrían cambiarle el alma oscura al partido, que ya en su nombre, Partido Socialista Único de Venezuela, PSUV, venía la semilla de su naturaleza totalitaria y antidemocrática.
Y fueron estos pendejos de la izquierda que cayeron engolosinados en el panal de miel del chavismo, los que trataron de darle cierta dignidad a lo que en realidad era un pranato, un cartel de narcotraficantes, un nido de fuerzas subversivas armadas y violento, un entramado de corruptos.
El chavismo siempre ha sido y será una organización criminal, quien pretenda asignarle la categoría de partido político o movimiento social, está ciego ante la evidencia de 17 años de terror y destrucción.
Ningún país del mundo que se considere así mismo como civilizado puede, ni aún en las más amplias concepciones de la política, pretender incluir al crimen, las malas costumbres, a la mentira, la ignorancia y la violencia como parte destacada de su entorno democrático, porque sencillamente un cartel del crimen, del resentimiento y la venganza nunca podrá despegarse de su raíz torva y maltrecha.
Se pretende por medio de una hegemonía comunicacional hacerle ver al país y al mundo que el chavismo es otra cosa, que son hombres y mujeres que les importa el prójimo, que son humanistas, supuestamente demócratas, que aman a sus hermanos y quieren hacer del país una potencia, pero la realidad es ineludible y cualquier intento por ocultarla es criminal, así tengan en su nómina a uno de los mejores constitucionalistas del país, el hampa organizada, las personas que viven de las actividades ilícitas, los que no tienen moral, los ladrones, los torturadores y asesinos, los corruptos y narcotraficantes no pueden tener lugar en la política, no pueden pretender dirigir un país.
Por algo Venezuela ocupa los peores lugares al momento de medir sus índices de gobernabilidad, de transparencia, de calidad de vida, de oportunidades de negocios, de democracia, porque no somos una democracia, el país está tomado por el crimen organizado y nos ha retrotraído a la barbarie más absoluta, de linchamientos en las calles, de colas enormes para conseguir alimentos, de apagones y falta de agua, de inflación y controles de cambio, de hospitales y universidades cerradas, vivimos casi aislados del mundo, con un grupito de dirigentes multimillonarios que a cada momento les descubren cuentas secretas en el extranjero, paraísos fiscales con enormes sumas de dinero mientras en el país los niños se mueren de mengua.
El chavismo es anti política, es antidemocrático e inhumano, mal pueden comparársele con otros partidos políticos tradicionales y hacerle creer a la gente que se trata de una alternativa democrática, el solo hecho que esté utilizando al Tribunal Supremo de Justicia y la figura de un referéndum para liquidar al Poder Legislativo, que es el único poder en manos de la oposición política y elegido por la voluntad popular, ya indica el verdadero talante del chavismo.
Quien crea que el chavismo y su partido, el PSUV, es una organización política que va a cumplir con el ordenamiento constitucional,  que se trata de un esfuerzo para conseguir el bien común, de un medio para la participación, de un recurso para un mejor país, quien crea eso, no tiene la menor idea del problema en que los venezolanos estamos metidos.  -  saulgodoy@gmail.com


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