"El 20 de diciembre de
1924, a las doce y cuarto de la tarde, Hitler fue sacado de la prisión de
Landsberg, después de trece meses y veinte días de detención. Había comprendido
que el poder le pertenecería a condición de conquistarlo por medios legales, es
decir, usando la fuerza, pero disimulándola con artificios, violando la ley,
pero escudándose en sólidas complicidades, fingiendo jugar a la democracia,
pero minándola en su interior."
Jaques
Delarue
Con
la llegada de Chávez al poder se culmina un proceso de deterioro democrático y de infiltración de la izquierda
en nuestra institución militar que comenzó en 1958, justamente con la caída de
Pérez Jiménez; históricamente será identificado ese año, 1999, como el triunfo
de las fuerzas antidemocráticas en nuestro país; era el único resultado posible luego de años de corrupción, inepcia
administrativa y olvido de las
aspiraciones legítimas de un pueblo empobrecido y mantenido ignorante, por
parte de los partidos de la vieja oligarquía.
La
democracia no cumplió su papel de proporcionar mejores condiciones de vida,
empleo, educación, participación e inclusión en una parte importante de la
población, las instituciones estaban tomadas por los partidos políticos y el
gobierno solo complacía las necesidades clientelares y eleccionarias de esas
organizaciones, y la respuesta fue Hugo Rafael Chávez y el chavismo.
Hombres
y mujeres violentos se hicieron con las instituciones fundamentales y
proclamaron una revolución de corte cubano, con el apoyo de Fidel Castro y el
beneplácito de otras naciones y movimientos de izquierda, que vieron en ello la
oportunidad de minar la influencia norteamericana en la región.
El
hecho de ser un país con una de las democracias más sólidas del continente y en
medio de una crisis mundial de acomodos de bloques económicos, guerras en el
medio oriente y actos terroristas de gran escala, permitió que esta
"revolución" golpista participara y ganara en las urnas de votación,
sin levantar suspicacias en el resto del mundo.
Los
analistas creyeron que el pueblo venezolano que había vivido por décadas en los
valores de la libertad y la libre empresa pudiera hacer de efectivo freno a
cualquier pretensión comunista.
No
contaron en lo efectivo que había sido el trabajo de indoctrinación en los
cuarteles, se olvidaron que la izquierda venezolana poseía unos cuadros
formados y fogueados en la clandestinidad, y que a pesar del medio siglo
transcurrido desde que la izquierda se rebeló y fue combatida, la organización
seguía intacta y ahora con nuevas organizaciones políticas y un discurso
renovado.
Los
factores democráticos internacionales que presenciaban estos cambios políticos
en Venezuela tampoco creyeron en la eficacia de los medios de comunicación para
perpetrar el engaño y la trampa, Chávez conocía muy bien la naturaleza de este
llamado “Cuarto Poder”, simplemente tenía que adueñarse de algunos, asfixiar a
los otros y establecer la mentada hegemonía comunicacional.
Cuando
aparece Chávez en escena, la mesa estaba servida; una importante porción de la
población viviendo en la pobreza, un sistema económico que nutría a unos pocos
intereses, un sistema político agujereado por la corrupción y la ineficacia,
unas instituciones débiles y serviles al poder, la defensa de las libertades y
la democracia no eran prioritarias, de modo que, nuestro sistema inmunológico político
estaba debilitado ante una epidemia totalitaria.
Toda
la formación militar de este líder de movimientos golpistas e insurreccionales,
fue aplicada en aplastar la disidencia con las armas del terror, según los
postulados clásicos de los manuales norteamericanos sobre contrarrevolución que
estudió mientras se formaba.
Los
principios de guerra psicológica, propaganda y terrorismo de Estado fueron
desempolvados y aplicados sistemáticamente en contra del pueblo de Venezuela,
con la cooperación de la inteligencia cubana y su experiencia en organizar los
grupos de choque y las redes de inteligencia social, fue así como se entrenaron
y se apoyó a grupos de control e informantes, de allí los famosos Círculos
Bolivarianos, los Patriotas Cooperantes, el Poder Comunal, ojos y oídos de la
revolución y las nuevas milicias, que sustituirían a las Fuerzas Armadas.
Se
inició una persecución sostenida en contra de los factores de oposición,
utilizando el sistema judicial como instrumento, primero de venganza en contra
de ciertos personajes e instituciones, y luego como control de la disidencia,
de esta manera empezaron a aparecer los llamados presos políticos.
Desde
la Asamblea Nacional, tomada por el oficialismo, se operaron los cambios
legislativos necesarios para tomar control absoluto de la economía de la nación
y de sus instituciones fundamentales, El Consejo Nacional Electoral, el
Tribunal Supremo de Justicia, el llamado Poder Moral que incluye la Defensoría
del Pueblo, La Fiscalía y la Procuraduría, el Banco Central y los órganos de
seguridad del Estado, todo, cayó bajo el dominio de los intereses del chavismo
y sus comisarios políticos.
Pero
la convivencia democrática practicada por tantos años en Venezuela, la
fortaleza de los principales grupos económicos del país así como la presencia
fundamental de los medios de comunicación social libres e independientes,
impidieron que el plan se llevara a cabo con facilidad, existía una resistencia
aunque inarticulada y sin liderazgo que trató de evitar lo inevitable.
Los
partidos políticos de la llamada oposición democrática, todos sin excepción
provenían de la izquierda, muchos de ellos vieron con simpatía y apoyaron
abiertamente al chavismo cuando accedió al poder, y a medida que avanzaba,
hicieron una oposición timorata y colaboracionista, la ideología socialista en
cualquiera de sus manifestaciones está unida por un mismo cordón umbilical, el
populismo, y cortar con ese vínculo toma tiempo y pasar mucho trabajo.
Por
el lado revolucionario, la misma ineptitud que ha caracterizado a los gerentes
públicos de la democracia continuó, y se acentuó con la supuesta revolución. La
corrupción y la ignorancia sobre asuntos de Estado le restó fuerzas al proceso,
pero la bonanza petrolera y el apoyo del régimen castrista le insuflaron alientos.
El
hecho de haber dividido al país en pueblo y burguesía, le facilitó al gobierno
chavista identificar rápidamente a sus intereses, pero le impidió a la
revolución tener acceso a un recurso humano preparado, fundamental para su
éxito. La misma ideología, difusa, contradictoria y personalista del proceso
impidió la concreción de metas claras y logros importantes, que de alguna
manera le hubiera ganado el apoyo popular.
Pero
fue sin duda la permanente beligerancia del líder en contra de las
instituciones fundamentales de la sociedad lo que ocasionó su descalabro en el
apoyo popular, su insidiosa campaña contra la familia y el derecho de educar a
sus miembros, su ataque frontal en contra de la propiedad privada, sus golpes
en contra de la iglesia, los sindicatos y los gremios profesionales, su
continua provocación a los medios de comunicación y a implantar controles que
afectaban la libertad de los ciudadanos, fue demasiado plomo en el ala.
Chávez
nunca las tuvo todas consigo, muy pronto se dio cuenta que más de la mitad del
país se le oponía a sus designios y hacían una resistencia importante, por ello
fue vital su continua campaña de propaganda que demostraba que el pueblo estaba
con él, que era mayoría, de allí sus políticas de apartheid, de discriminación,
de halagos para unos y palos para los otros, necesitaba criminalizar a la
oposición.
Poco
a poco el pueblo fue cayendo en cuenta que estaban siendo arreados hacia un
corral donde no querían estar, el colectivismo no sienta bien con nuestra
naturaleza expansiva y gregaria, iba a necesitar de brutalidad policial a gran
escala y suministrarle armas a sus facciones, por lo que iba a requerir de
complicidades en la institución que tenía el monopolio de la violencia, de allí
su claro objetivo de prostituir y debilitar moralmente a las Fuerzas Armadas,
pero fue demasiado grueso el bocado para poderlo tragar, y se dieron las
reacciones que casi lo sacan del poder.
Pero
de nuevo, una oposición desconcertada y negada a reconocer al chavismo como un
enemigo de la nación, una serie de líderes que creían que todavía tenían
espacios para actuar, le dieron una nueva oportunidad al régimen.
En
este punto cabe la pregunta ¿Deja Chávez un legado? ¿Qué construyó con sus
ideas, políticas y gestión durante su largo gobierno?
Me
parece increíble que todavía encontremos personas que piensen que Chávez dejó
una filosofía, una manera de hacer las cosas más justas y mejores que las que
proponen políticos de mediana preparación en los principios republicanos,
entiendo que su afecto personal sea sentido por sus más cercanos colaboradores,
con la gente que trabajó con él y que de alguna manera se favoreció durante su
gobierno, pero de allí a proponer que este militar dejó un legado, me parece un
exabrupto, una simple exageración.
Ya
lo he referido anteriormente, Chávez no dejó obra escrita, lo que sí hay son
transcripciones corregidas y manipuladas de sus miles de horas de discursos,
entrevistas, decretos, notas, declaraciones a la prensa, intervenciones en
programas de radio y televisión, y quien se tome la molestia de leer esos
textos se encontrará con la decepcionante realidad de que no dijo nada
original, ni si quiera sus puntos de vista sobre nuestra historia patria, que
muchos de ellos pecan de un exagerado subjetivismo, están acompañados por
evidencias o documentos que avalen sus muchas veces arriesgadas opiniones.
En
política se comportaba como matón de barrio, sabiéndose fuerte y acompañado por
las armas actuaba de manera unilateral y autoritaria, siempre arropándose con
la bandera nacional y la supuesta voluntad de un pueblo que él decía encarnar,
no era un demócrata, aunque se atribuía muchas de sus virtudes, pero
constatados los hechos de su gestión con su discurso, había una muy clara
ausencia de honrar las libertades públicas, el libre emprendimiento, el derecho
a la propiedad privada, el derecho a la privacidad.
El
simple hecho de dejarnos como su sucesor a un extranjero indocumentado, sin
cualidad alguna para ocupar el alto cargo de presidente, indican que su sentido
común estaba seriamente dañado, ¿O es que alguien sería capaz, a estas alturas
del juego, de afirmar que Chávez no sabía que Nicolás Maduro era un ciudadano
colombiano?
Su
visión social era un increíble pastiche de ideología marxistas, utopismo,
socialismo ecológico, tribalismo, darwinismo, colectivismo, ideas neonazis y
tesis cristianas, contaminadas estas, por las visiones de la revolución
continental, de la Patria Grande, del mundo multipolar, que son todas tesis
elaboradas por el castrocomunismo cubano.
Su
visión militar era tan confusa como su idea orgánica de estructura funcional
que quiso imponerle a las Fuerzas Armadas, que terminó resultando en un
frankenstein donde había una parte milicia, otra componente político del PSUV,
otra fuerzas especiales para operaciones encubiertas, y aún otra conformada por
unidades multitasking que se ocupaban de producir armas, alimentos, manejar
bancos, canales de televisión, constructoras, operadoras petroleras, gerentes
de mercados y transportes, no en vano las FFAA se encuentran en las lamentables
condiciones de apresto que tienen hoy en día.
Toda
esa iconografía del Comandante Eterno, sus retratos, sus estatuas, sus bustos,
su supuesta tumba en el Cuartel de la Montaña, sus repetidas y cansonas
repeticiones de sus videos, deberían llamar la atención sobre el tipo de
persona que realmente era ¿Dónde está so obra? Que no sea esa ese estamento de
oficiales militares absurdamente ricos, muchos de ellos viviendo de actividades
ilícitas, que hoy quieren ponerlo a la derecha del Libertador.
Lo
único en que Chávez fue bueno fue en venderse el mismo como eso, un hombre con
un legado, que termino siendo un castillo de arena en la playa, y repito, no
hay sino ver la situación del país, a escasos cuatro años de su desaparición
física, para constatar que la destrucción de Venezuela fue total, si hay algún
legado de Chávez para las próximas generaciones debe ser el de no imitarlo, en
jamás volver a cometer sus grandes errores.
- saulgodoy@gmail.com
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