Lo
más obsceno del chavismo no es su naturaleza criminal y cobarde sino su ánimo
de falsear el mundo, su intención perversa de falsificar incluso su propio ser,
lo que lo convierte en una de las más perniciosas conductas humanas de las que
se tenga memoria.
Tal
comportamiento podría pensarse que es una adaptación evolutiva (o degenerada)
del mimetismo, de esa facultad que tienen algunos organismos vivos de hacer
cambios en su fisonomía para confundirse con su entorno, para pasar
inadvertido.
En mi
opinión los chavistas son los peores enemigos de la sociedad abierta, de la
democracia, de las libertades y la dignidad humana porque se hacen pasar
precisamente por lo que no son: humanistas, republicanos, libertadores,
progresistas, socialistas y cristianos cuando en realidad son todo lo contrario.
Chavismo
es igual a mentira, eso debemos grabárnoslo en la mente como si fuera la marca
de un hierro caliente, todo lo que dicen, ese discurso bonito y lleno de
esperanza con el que tratan de marear a sus seguidores, todas sus promesas y
proyectos están envenenados por el más crudo y salvaje interés propio, si dan
algo a alguien es porque están recibiendo cinco veces más.
El
chavismo es una concepción tan primitiva que yo los comparo con una ameba, un
organismo unicelular muy simple que tiene las características básicas de la
vida, se mueve, se alimenta, se reproduce y muere signado por los más básicos
principios de la sobrevivencia, simplemente reacciona al medio ambiente con un
solo propósito, vivir ellos por encima de todas las cosas, sin importarles los
demás, sin ninguna consideración con su entorno, si el medio se les acidifica
huyen hacia otro más alcalino donde se sienten cómodos, si hace mucho calor se
mueven hacia uno más fresco, si es muy oscuro migran hacia la luz.
Al
chavismo no le interesa sino vivir ellos, a como dé lugar, sin consideraciones
ni contemplaciones con sentimientos, cultura, valores mucho menos con su propia
familia, como la ameba, simplemente se reproduce y sus clones son abandonados a
su suerte, allí no hay sino el designio de unas fuerzas ciegas que le impelen a
sobrevivir, si tienen que comerse entre ellos, lo hacen.
El
chavismo es la expresión salvaje del egoísmo, cualquier manifestación que aparezca
como solidaridad o interés por el prójimo es un disfraz para su absoluta y
voraz glotonería, si te regala una nevera, un apartamento o un carro es porque
tu vida les pertenece, el chavismo encadena a los demás en una mortal sujeción
que acaba en canibalismo, esa pobre gente que aparece gritando consignas y
aplaudiendo a Maduro en el Balcón del Pueblo, en el Palacio de Miraflores,
supuestamente agradecida por favores recibidos, es simplemente comida para el
chavismo, como parásitos viven de la vitalidad de los demás, se los chupan
hasta dejarlos secos.
Son
altamente peligrosos precisamente porque se disfrazan de acuerdo a las
circunstancias, si necesitan hacerse pasar por demócratas y libertarios, hacen
todo lo que distinguen a estos, se hacen constituyentes, se convocan a
elecciones, promueven mesas de diálogo, se inventan unos índices de desarrollo
y felicidad que envían a los organismos internacionales para asombrarlos de la
eficacia de su gestión, se involucran en cuanta asociación regional y mundial que
existe para mostrar sus bondades como si fueran joyas.
Pero
son en realidad unos predadores, unos asesinos, extorsionadores, ladrones y
mentirosos compulsivos, su cortas mentes trabajan constantemente ocultando y
manipulando las escenas de sus crímenes, culpan a otros inocentes de sus actos,
le atribuyen a sus enemigos sus masacres y componendas criminales, se siente
atraídos irremediablemente por la riqueza fácil y la violencia, empezando por
que les es imposible no robar, quitarle a los demás lo que tienen, violar la
propiedad privada y cobrar “peaje” para todo, si quieres pasar frente a mí,
debes pagar, si quieres una autorización dame tu oro.
Les
encanta hacer el papel de víctimas, se inventan enemigos y guerras por
montones, tienen un muy bien ganado complejo de persecución, viven en un estado
constante de paranoia ya que creen que el mundo quiere quitarles lo que
supuestamente es de ellos por derecho divino: autoridad, prestigio, riquezas
materiales, legado de grandes héroes (la mayoría asesinados por sus enemigos).
El
país le entregó el gobierno a estos especímenes de la maldad, creyéndoles sus
cuentos de que con ellos el paraíso en la tierra era posible, a los venezolanos
ni siquiera les importó de donde venían y lo que hacían, unos golpistas y
traidores que trataron, por medio de las armas que les había confiado la
República, dar un golpe de estado e imponer una dictadura marxista.
En un
caso de ceguera inexplicable el país vivió 18 años permitiéndole a estos
antropófagos ejercer su dominio, elevándolos al rango de seres humanos,
reconociéndoles su autoridad obtenida por la trampa, revistiéndolos de
ciudadanía como si fueran unos demócratas, permitiéndoles que se apropiaran de
los medios de comunicación del país para que promovieran la campaña de
desinformación e indoctrinación más perniciosa y antivenezolana que se recuerde
en nuestra historia, oportunidad que aprovecharon para difundir su mentira.
Visto
en perspectiva, pareciera que los venezolanos, efectivamente, cometieron un
“auto-suicidio”.
Para
cuando la gente se dio cuenta del gravísimo error que habían cometido, cuando
las caretas empezaron a caer, cuando la realidad los golpeó el rostro con la
fuerza de un puñetazo y se hizo evidente que habían puesto a cuidar la carne
era un enorme y hambriento zamuro, ya era muy tarde.
Nicolás
Maduro es un Calígula moderno, un dictadorcillo sin ningún tipo de luces que
hace su voluntad como si gobernar un país fuera un juego donde la gente tiene
que hacer lo que a él le venga en gana.
Su pasado, que debió ser muy triste y pesaroso ya que lo resiente, hasta
el punto de negarlo y falsificarlo, tratando de asumir esa pose de “presidente
obrero”, nos recuerda a esos emperadores romanos que las guardias pretorianas
ponían y quitaban a conveniencia, unos buenos para nada, locos y enfermos que
hacían de figurones mientras los centuriones robaban de los cofres del imperio.
El
chavismo nació en los cuarteles militares y desaparecerá sólo cuando la
institución militar sea neutralizada, las FFAA es una creación monstruosa de
nuestra sociedad, un engendro que desde su creación lo que hacía era, como un
perro furioso que no reconoce amo, tirar a morder la mano que lo alimentaba.
Desde
que nació la institución militar nadie duerme seguro en el país, eso de tener a
los peores individuos de una sociedad, a los más ignorantes, necesitados y
vulgares, uniformarlos, armarlos y darles un presupuesto y autoridad, manteniéndolos
en sus jaulas lejos de la sociedad que supuestamente debía defender, fue la
peor idea de nuestra democracia.
Fidel
Castro se dio cuenta de ellos y solo era cuestión de tiempo que su veneno
infectara a estas amebas y las convirtiera en caníbales tal y como sucedió en
Cuba, los guardianes se convirtieron en los secuestradores del país.
Pero
sucede que la naturaleza es sabia, donde se produce una colonia de estos
parásitos, que se canibalizan entre ellos, cuando su número excede el límite de
soporte del medio donde viven, cuando las demás especies que conviven con estos
enfermos se dan cuenta de su virulencia, se produce una reacción por lo general
violenta y definitiva, el medio ambiente, que incluyen otros seres vivos, a
manera de autoprotección proceden a extinguir a los parásitos (la opción es que
se extinga la vida y el medio se haga invivible), y en este momento no importa
si la solución es constitucional y pacífica, lo importante es sobrevivir.
Para
cuando los parásitos hayan desaparecido, la sociedad deberá empezar una nueva
forma de convivencia, ya no en competencia sino en colaboración, ya no para
engañar sino para construir, en eso estamos.
- saulgodoy@gmail.com
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