Ese animal de ralo pelaje, gran abdomen y costosos relojes, que son los chavistas, son las criaturas más predecibles del reino animal, una vez que el miedo se posesiona de ellos siguen las rutinas como marcando un check list, se inflan mostrando sus púas, garras y colmillos, aumentan su tamaño y producen ruidos para intimidar al oponente, como no estoy al lado de ellos en el escenario, no puedo olerlos, pero imagino que la pestilencia que segregan debe ser insoportable, mezcla de feromonas, sudor, excrementos y orina, producto de excresencias que no pueden controlar, no dominan sus esfínteres y se produce esta agresión para el olfato del enemigo.
Hacen
una extraña danza y manejan el micrófono como si fuera una especie de amuleto
con el que hacen figuras en el aire como conjuros mágicos para apartar de ellos
posibles daños a sus personas.
Pero
es el discurso donde se percibe este desbordamiento de nerviosismo e
incoherencia, tardan un poco en controlarse, titubean, gritan saludando a su
público como si estuvieran a punto de arrancar un concierto.
Les
hablan a su gente como si estuvieran en el estadio del Maracaná en Río de
Janeiro, full de fanáticos, de bote en bote, aunque lo que se ve en pantalla, es
la estrecha cuadra de la Plaza Caracas entre las torres del Centro Simón
Bolívar, en pleno centro de la capital, que se llena con 3.000 personas, y
digamos, en la “multitudinaria” concentración de ayer del chavismo en Caracas,
donde participaron sus más excelsas estrellas: Vivas, Bernal, Cabello y el
inefable Nicolás Maduro creo que no había más de 2.500 personas, y estoy siendo
generoso, teniendo en cuenta que probablemente la mitad de la gente estaba allí
u obligada o pagada, lo que significa un rotundo fracaso en cuanto arrastrar
partidarios para su causa y en momentos tan difíciles como los que están
viviendo.
Tal y
como hacía Chávez hacia la mitad de su mandato cuando ya había perdido
popularidad y seguidores, y su poder de convocatoria estaba seriamente mermado,
se escogían lugares de poco aforo, con
tiros de cámara cerraditos para que no se vieran los huecos dentro del
público ni los cercanos límites de las concentraciones, entonces el Comandante
eterno utilizaba los recursos propios de los ilusionistas, se calaba los
binoculares para hacer el amago que estaba viendo ríos de gente que llegaban
hasta muy lejos, señalaba hacia el horizonte y preguntaba “Ustedes allá al
final ¿Me escuchan?” y hacía comentarios sobre elgran número de personas que había venido a escucharlo.
Cabello
comentaba que había una parte grande de la marcha que todavía no llegaba, no la
enseñaban, o cuando llegó la caravana de motorizados, lo mencionaron, pero
tampoco lo mostraron.
“Bajen
las bandera y carteles para que me permitan ver hasta dónde llega el gentío”
repetía el líder de la revolución madurista, pero la cámara no se atrevía a
mostrarlo.
El
asunto era que no tenían gente, fue una concentración escuálida, aunque Cabello
se encargó de advertir, que concentraciones como esa se replicaban en ese
momento en diversas capitales del estado por todo el país, tampoco se
atrevieron a hacer los pases de cámara para mostrarle a la audiencia, en cadena
nacional, ese apoyo al proceso revolucionario del que hablaba Diosdado en el
interior de la patria.
Eso
que estábamos viendo, era todo lo que tenían, allí debía estar toda la fuerza
popular de Maduro, un hombre solo, rechazado, no hay nada que un venezolano
desprecie más que un perdedor, y creo que el público se olían que el hombre, ya
era pasado.
Eso
sí, cantaban consignas como “Maduro, se queda”, “Maduro no se va”, y como todo
animal atrapado y con miedo lo primero fueron las amenazas, el imperio, los
gringos, que le estaban dando un golpe a Dilma, a Evo, a Correa y que
intentaban acabar con la revolución bolivariana, el discurso se volvió
contradictorio, gritaban promesas de enfrentamientos hasta el último hombre, de
violencia desencadenada, de sorpresas en el momento de la verdad, de una
derrota aplastante para la oligarquía, de acciones de los cuerpos de
inteligencia en contra de los violentos de la oposición, de persecuciones
policiales y juicios, Maduro había sido demasiado tolerante pera ya no más,
ahora venía la hora del horror y la justicia revolucionaria.
Y
acto seguido, hablaban de paz, de que sólo con ellos era posible la concordia,
de que el gobierno socialista era inclusivo, que lo que hacían lo hacían por
amor, por supuesto, recordaron al Comandante, los tiempos difíciles que vivió y
como el pueblo estaba siempre a su lado, pero azuzados por el nerviosismo el
hijo de Chávez sacó la carpeta y empezó a recitar las obras que acababa de
aprobarle presupuesto, hospitales, mercales, viviendas, si las amenazas no
funcionaban buenos era los sobornos.
Parece
que hay algunas personas dentro del chavismo, nigromantes y practicantes del
culto a la muerte, que pretenden, utilizando los medios de comunicación,
hacerle creer a la gente que Chávez está vivo, que pudiera aparecer en
cualquier momento de nuevo en el Balcón del Pueblo, para ordenarles a sus cohortes
la toma de alguna fábrica o invadir un terreno de algún empresario, eso se
acabó, nadie sabe en realidad donde están enterrados sus retos, ni siquiera se
sabe con certeza de que y cuando murió, pero la realidad que no quieren
entender es que no se gobierna con muertos.
Acto
seguido empezó hablar de los logros de su gobierno y del chavismo en general,
las misiones, la supuesta nacionalización de PDVSA, el gasto social, los
índices de desarrollo (los adulterados por el gobierno), los CLAP, las empresas
socialistas, parecía más bien un discurso para una campaña electoral que un
llamado a la defensa del régimen.
Esto
sucedía en medio de intervalos musicales, con Maduro cantando canciones de Alí
Primera y de Ruben Blades, el acto me pareció disperso, lleno de mucho
nerviosismo, tratando de aparentar que tenían todo bajo control y cargado de
tensiones, duró poco para los estándares a que nos tienen acostumbrados.
La
grave crisis por la que atraviesa el país es demasiado grande para ser obviada,
ellos la obvian, con el resultado que se hace patente el intento por ocultarla,
el acto de ayer en la Plaza Caracas fue patético, creo que les salió el tiro
por la culata, fue un mensaje sin destino y creo que puso a mucha gente del
chavismo a pensar, nada de lo que allí sucedió o se dijo van a cambiar los
eventos del 1S, fue una muestra de la debilidad y del descontrol que reina
puertas adentro del gobierno.
Mientras
el gobierno recrudece las acciones terroristas en contra de la oposición y sus
representantes, mientras taponan la ciudad utilizando a jóvenes y humildes
Guardias Nacionales para que le impidan el paso al pueblo, se multiplican las
señales de debilidad de un grupo de matones que pierden apoyo según pasan las
horas.
Maduro
y su claque han recibido serias advertencias para que amarre sus perros de
ataque, de afuera y de adentro del chavismo las señales de un inesperado
desplome del régimen se hacen evidentes, hay fuertes presiones para que baje el
tono del discurso agresivo, se le ha advertido sobre las serias consecuencias si llegare la violencia a las marchas de la
Toma de Caracas.
A
medida que impiden a los observadores y periodistas internacionales su
presencia en el país, las escuchas y monitores de alta tecnología vigilan cada
movimiento de cada miembro del gobierno, Caracas está siendo monitorizada como
nunca, hay ojos en el cielo apuntando sus instrumentos y sensores a los sitios
claves del gobierno, ese día no habrá un solo vuelo en el país y hacia el
exterior, sean estos militares o civiles, que no sea vigilado y seguido por
algún organismo internacional, hay varias aspiradoras de señales
electromagnéticas, de esas que Snowden denunciaba en sus wikileaks, succionando
y registrando cada bit de información que se produce en Venezuela, esté
encriptada o no.
Hay
fuerzas de seguridad en países vecinos listas en alerta naranja para detener
cualquier desbordamiento del bochinche rojito, los organismos de la justicia
internacional están registrando en tiempo real cada una de las violaciones a
los DDHH que se producen sobre expedientes que ya están abiertos, y les quiero
advertir a los ninja del SEBIN, que la nómina completa del organismo ya
conforma parte de una base de datos del Tribunal Penal Internacional de La
Haya, proveniente de diversas fuentes, internas y externas, si están creyendo
que por encapuchados van a salir impunes de aterrorizar y patear simples
ciudadanos desarmados que protestan, piénsenlo bien.
El
mito de que el chavismo es pueblo se derrumbó, Maduro no tiene a nadie quien lo
defienda, todos sus cómplices están ocupados en enterrar sus tesoros y quemar
evidencias.
Maduro,
te escuché varias veces repetir que no eras un cobarde, que tu vida la darías
por el pueblo de Venezuela, pues bien, el verdadero pueblo, el que está en las
calles y sufre tu mandato, te está pidiendo que renuncies, simplemente
devuélvele al pueblo lo que te otorgó en buena fe, no compliques las cosas más
de lo que estan.
No
hay ruta de escape posible ni posibilidad de éxito para cualquier loca
aventura, de esas que tiene Diosdado en sus más húmedos sueños de violencia
extrema.
Maduro
está atrapado en su propia telaraña, no tiene cómo, ni con qué, ni con quién,
lo que le queda es gritar, como lo hace: “Con mi revolución no te metas”. Pero está solo, íngrimo y solo. -
saulgodoy@gmail.com
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