Los antecedentes
El
próximo jueves, primero de septiembre del 2016, fue la fecha escogida por la
MUD para realizar lo que se ha llamado La Toma de Caracas, que no es otra cosa
que la convocatoria de todas las fuerzas políticas de la oposición para
concentrar en la capital de Venezuela al mayor número posible de ciudadanos, de
todas partes del país, en una gigantesca marcha para, supuestamente, manifestar
su deseo por que se efectúe el Referendo Revocatorio (RR) este año.
Como
ya es sabido, el CNE y el gobierno de Nicolás Maduro Moros están negados a que el
referendo se realice. El cinismo y la desvergüenza del gobierno son tales, que
pretende llegar hasta el final del período presidencial como si nada estuviera
pasando; en el peor de los casos, si logran posponerlo para el 2017, el
chavismo podrá llevar al Vice-presidente a presidir el Poder Ejecutivo, en la
eventualidad de que Maduro renuncie o sea removido de su cargo, de esta manera
podría terminar los tres (3) años restantes que le quedan en el ejercicio del
gobierno.
Si el
RR se hace este año, lo más probable es que el gobierno pierda, Maduro sea eyectado
del poder y se convoque de inmediato a unas nuevas elecciones presidenciales, en
las cuales el chavismo, en sus actuales circunstancias, jamás ganaría.
El
Revocatorio es un referendo que constitucionalmente está establecido para que
los ciudadanos opinen si un funcionario público tiene los méritos o no para
seguir ejerciendo su cargo y se hace al llegar a la mitad de su período; si el
funcionario cuenta con el favor de los votantes podrá continuar en el ejercicio
de su cargo.
Esta
consulta, que es un derecho constitucional del pueblo, pasa por el CNE que,
como árbitro electoral, debe hacer todo a su alcance para prepararla, de acuerdo
a una normativa establecida. Ya anteriormente, estas consultas se han hecho sin ningún
problema, sólo que en esta ocasión, está en juego la posibilidad de sacar a un
presidente de su cargo.
Maduro
y el chavismo están en su peor momento en cuanto a popularidad; la gestión de
gobierno nunca en la historia había sido
percibida de manera tan negativa por la opinión pública, de hecho, el país se
encuentra la peor crisis económica y social de su historia, tanto la calidad de
vida de los venezolanos, como las posibilidades de solucionar los urgentes
problemas que han arruinado al país, requieren remover a Maduro y a su gobierno
del poder.
Hay
varias circunstancias que obligan al partido de gobierno, el PSUV, a no dejar
el poder en este preciso momento y tienen que ver con su responsabilidad en la
quiebra del país. Por otra parte, sus principales actores y funcionarios son
casi todos requeridos por la justicia internacional, acusados como
narcotraficantes, lavadores de dinero sucio, violadores de DDHH, por estar
incursos en flagrantes actos de corrupción… en pocas palabras, no quieren
rendir cuentas ni que se les investigue.
Unos
pocos tienen expedientes abiertos y demandas en el país, por abuso de poder, pero
la gran mayoría tendría que explicar de dónde vienen sus inmensas fortunas
personales, adquiridas durante su trabajo en la administración pública, y todos
deben responder por sus vinculaciones con algunos carteles del crimen
organizado y por el daño que le han provocado al patrimonio de la nación.
Hay
un grupo de personas que dependen de sus privilegios y nombramientos de sus
cargos para evitar ser investigados, entre ellos algunos con inmunidad
diplomática y parlamentaria, que serían presa fácil de las autoridades de la
justicia internacional si no tuvieran esa protección que da el poder; pero
también existe un grupo de personas que quieren seguir en el gobierno para
continuar apropiándose de los recursos del estado.
Los actores del evento
Pero
el problema fundamental que enfrenta la iniciativa para el RR, es que el CNE ha
dejado de ser un árbitro imparcial y confiable para la mayoría del país;
ostensiblemente de lado del gobierno, ha estado retrasando de manera
injustificada los lapsos del proceso, violando la normativa electoral de forma
descarada, con el propósito de permitirle al gobierno llegar al 2017 en el
poder, lo cual tendría consecuencias catastróficas para el país.
La
Toma de Caracas, para la mayor parte de los partidos políticos pertenecientes a
la MUD, debe ser una muestra de fuerza, para obligar al CNE a realizar de
inmediato el Referendo y al gobierno a aceptar sus resultados; se espera sea un
acto masivo de calle que le muestre al mundo, al país y a la misma oposición
que el país llegó “al llegadero”, a su límite.
Este
particular momento, exige, según algunos políticos y analistas, una muestra
pública y fehaciente del número de venezolanos que no quieren seguir en esta
calamitosa situación, de allí la necesidad de movilizar al mayor número de personas
posible a las calles, primero con el propósito de inhibir cualquier acción
violenta por parte del régimen y sus grupos de violentos, en segundo lugar,
para que quede el registro público, la fotografía, que evidencia la voluntad
popular.
Esta
iniciativa del RR fue liderada por el candidato y líder de la centro izquierda,
Henrique Capriles Radonsky, uno de los aspirantes al cargo para la presidencia
de la República, en caso de haber nuevas elecciones; el otro candidato que ha
surgido en las filas de la oposición es el actual presidente de la Asamblea
Nacional, Henry Ramos Allup, también de
la centro izquierda. No dudamos que habrá otros candidatos atraídos por el
cargo, y si liberan a los presos políticos, es casi seguro que contaríamos con
la candidatura de Leopoldo López, igualmente de la centro izquierda.
Todos
estos líderes tienen una comprensible y justificada sed de poder; han sido 18
años de sequía en la renovación de los cuadros de poder en el país, el chavismo
ha impedido una y otra vez la alternabilidad de los diferentes partidos
políticos, de sus distintas visiones del país, la voraz hegemonía de los
socialistas revolucionarios que, como lo manifiestan en sus consignas, “llegaron
para quedarse”, ya que, según ellos, su
proyecto socialista es una necesidad histórica para el país.
En
circunstancias normales, en una Venezuela donde se respetara la constitución y
las leyes, esta Toma de Caracas habría sido innecesaria, bastaría que el CNE
cumpliera con su mandato de manera transparente, eficiente y oportuna para que
se diera la consulta y se terminara con la diatriba sobre si hay o no
intenciones de desestabilizar al gobierno, pero no ha sido así.
Es
absolutamente obvio que el gobierno no quiere ser removido del poder, que está
utilizando al CNE para promover su interés hegemónico y no le importa la
opinión de la voluntad popular; Maduro ha mantenido una deriva hacia un
gobierno autoritario para poder aplicar el llamado Plan de la Patria, que es la
receta socialista revolucionaria que ha provocado el desastre económico, de
servicios públicos, de seguridad y la enorme escasez de alimentos y medicinas
que sufre Venezuela, al punto, de entrar de lleno en una crisis humanitaria,
que ha sido reconocida por importantes organismos internacionales; pero que el
gobierno tercamente niega e impide que se canalicen las ayudas y suministros de
emergencia, que pudieran haberla aliviado.
Las
políticas públicas y de relaciones internacionales de este gobierno socialista
revolucionario, no sólo han alejado a las inversiones extranjeras, han
maltratado y despojado a los empresarios de sus industrias y comercios, asumido
el control de los precios de los productos, secuestrado su distribución,
absorbido las decisiones sobre sus políticas laborales y de salarios, sino que,
por medio de un esquizofrénico control de cambio, elige a dedo quién puede y
quién no acceder a las divisas extranjeras, lo que tranca de manera injusta la
adquisición de materias primas e impide la repatriación de ganancias de las empresas
a sus casas matrices.
La crisis en busca de unos padres
Producto
de estas erradas políticas y de no atender certeramente el derrumbe de los
precios del petróleo, nuestra principal fuente de ingresos, nos encontramos
afectados por una monstruosa inflación, un decrecimiento de la productividad y
un endeudamiento que hacen imposible mantener una economía estable, razón por
la cual el gobierno ha tenido que convertirse en una dictadura, ahora ya sin
ningún rubor, utilizando la fuerza y las armas para obligar al pueblo a aceptar
el patético Plan de la Patria, siendo una de sus más preocupantes consecuencias
que el gobierno ya no quiere más elecciones y pretende mantenerse en el poder
sin el consentimiento del pueblo de
Venezuela.
El
país lleva tres años en una acelerada caída hacia el caos total: la miseria va
en aumento, hay una destrucción real de la economía, un derrumbe de las
instituciones, un desmontaje de la moral pública, hambre y mucho padecimiento,
hay demasiada gente pasando necesidades y tratando de sobrevivir en medio de un
desorden violento, mientras la corrupción en el gobierno aumenta, los
privilegios de la clase gobernante se hacen cada vez más obscenos y abusivos;
los derechos de los ciudadanos, empezando por sus libertades, se hacen cada vez
más críticos, mientras el hampa y el crimen se enseñorean en el país.
Por
parte del gobierno chavista y de acuerdo a su propaganda, discursos y
actividades, ellos están enfrentando una contra-revolución, que conlleva una
supuesta guerra económica, una conspiración mundial en su contra por parte del
imperio y sus lacayos, y esta Toma de Caracas es parte de un golpe de estado en
proceso para desconocer la verdadera voluntad del pueblo, que ellos encarnan.
Bajo
estas circunstancias, la Toma de Caracas para un número grande de personas que
conforman la oposición política tiene otro significado y propósito: hay gente
que el 1S va a salir a la calle, que va a llegar a Caracas de otras lejanas regiones
y ya no tienen a donde regresar, porque devolverse significa prácticamente
morir de mengua.
Se
trata de gente que ya no pueden seguir sufriendo, han perdido toda esperanza,
agotado toda posibilidad de vida en un país que los ha condenado a la mendicidad,
lo único que les queda es avanzar y “echar el resto”, terminar de una vez por
todas con la enorme inequidad que se ha apoderado del lar que los vio nacer,
sacar al gobierno inhumano que los ha llevado a los límites de la nuda vida,
ese es su único propósito.
El otro significado de la Toma de
Caracas
El
gobierno chavista ha llegado a un punto en su proceso totalitario que, como lo
sucedido en los campos de exterminio nazis, sobre todo en Auschwitz, entró en
la fase de “producir cadáveres” al por mayor: según Giorgo Agamben, un filósofo
que se ha ocupado en estudiar los estados de excepción, éste es el inicio del
final de estos regímenes, y es cuando son más peligrosos.
Eso
es lo que ha venido haciendo el gobierno chavista en los últimos tiempos, con
sus políticas de darle al hampa coto libre para que extermine a la población a
sus anchas, bajo la fachada de un problema de seguridad pública, protegida y con
impunidad garantizada; de igual manera, ha venido practicando su biopolítica
del control del suministro de alimentos y medicinas para la población, dejando
morir lentamente a los más vulnerables primero, para luego continuar con los
que han sobrevivido, comprando conciencias con una bolsa de comida, los que se
van a quedar en sus casas sin participar en la resistencia, los que pretenden
que la cosa no es con ellos.
Los
venezolanos que no salgan el 1S a las calles, los que no vean la importancia
vital de su presencia en el asfalto de Caracas ese día fundamental, no van a
tener otra oportunidad de defender sus vidas, su honor, su patria y su familia;
no es el revocatorio el emblema de la marcha, es la sobrevivencia de un país que
ahora esté en manos de los peores: incompetentes, bandidos y asesinos.
Yo no
creo que la MUD esté preparada para liderar la ola humana que va a tomar a
Caracas y para manejar, mucho menos satisfacer, las múltiples razones y
necesidades que mueven a la multitud; ya no se trata de la viabilidad o no de
un revocatorio, no creo que la masa de gente quiera ser despachada con unos
discursos ilusos para luego mandarlas de vuelta por donde vinieron, sin
arreglar su problema existencial. Creo firmemente que el 1S va a ser un
acontecimiento histórico en nuestro país.
El
gobierno, ciego y pendenciero, no sabe en realidad a lo que se va a enfrentar,
ya tiene preparadas sus jugadas represivas de siempre, va a intentar taponear
las entradas y salidas de la ciudad, para evitar que entre la gente del
interior del país, que ya viene en ruta hacia el centro del poder, sin darse
cuenta de que están sellando su suerte, al exponerse a que múltiples focos de
resistencia activa los rodeen y no tengan ruta de escape.
El
menú del régimen está diseñado: traslado de los presos políticos a cárceles
distintas, arrestos sorpresivos de dirigentes y personalidades por parte de los
servicios de inteligencia, implantación de “pruebas” para involucrarlos en
ollas podridas, seguimiento e intercepción de políticos, bolas amenazantes en
las redes sociales… probablemente hagan algunos atentados y secuestros
selectivos.
El
G-2 cubano está altamente involucrado en las respuestas del régimen a los
acontecimientos, sobre todo en el uso de la violencia; se dice que muchos
uniformados de Guardia Nacional serán extranjeros disfrazados con órdenes de
elevar el número de víctimas (ya lo han hecho antes), pero serán fácilmente
ubicables y neutralizados si se llegaran a dar los enfrentamientos.
Tienen
planificado cortes de luz, de servicios de transporte público, va a tumbar
internet y los servicios de telefonía pública, tienen listos a sus colectivos
violentos, a sus grupos paramilitares y milicias; según la información que está
circulando en las redes sociales, solamente cuentan con la Guardia Nacional
para tratar de evitar el descontrol de la multitud, el resto de la FFAA ha
hecho llegar un mensaje claro y contundente, no va a permitir que se agreda al
pueblo con las armas.
El
gobierno chavista, como es usual, tiene listas diferentes actividades con sus
grupos cómplices para contrarrestar este evento de la oposición, desde
mega-mercados y marchas a favor del régimen, promesas de medidas paliativas a
la crisis, los medios públicos de comunicación y todo el poder mediático del
gobierno van a tratar de tender su capa de invisibilidad sobre este evento de
la oposición, con un black out
informativo para que nadie se entere de lo que está sucediendo; la prohibición
de vuelos de drones privados es una
clara señal de que no quieren evidencia del evento, si sobreviven a la toma,
tratarán de aparentar que nunca tuvo lugar.
Tengo
la impresión de que si el gobierno, o alguien de sus factores, llegare a abrir fuego contra los
manifestantes, la respuesta misma del pueblo no se haría esperar y los ríos de
gente cambiarían de curso en la búsqueda del responsable de ese desastre, lo
cual transformaría drásticamente la naturaleza del evento y se entraría en
terrenos de lo desconocido.
Ya se
encuentra el gobierno subiendo los sueldos de los efectivos militares en un intento
vano por comprarles la conciencia con chapitas de refresco; pero ningún aumento,
ninguna contraprestación por su lealtad al pueblo, a la democracia y a la
constitución va a cambiar el curso de los acontecimientos, es demasiado tarde.
Epílogo.
El
CNE está dispuesto a ofrecer ya la fecha para la recolección del 20% en un
intento por retrasar lo inminente; quiere seguir jugando con la paciencia de
los venezolanos, engañarlos con ofrecimientos falsos, prometer términos y
fechas que van a seguir posponiendo, y llegar al 2017, para prolongar este
banquete de pordioseros.
La
presencia de corresponsales extranjeros en el país, la observación
internacional y el monitoreo de las ONG’s son fundamentales en el 1S; en el
mejor de los casos, el gobierno permitirá que la Toma de Caracas se produzca
sin inconvenientes, permitirá que la gente drene su hostilidad al régimen
durante la toma y tendrá que lidiar con la presión interna y externa que esto
generará, pero entró ya en pánico y es probable que cometa alguna insensatez,
de modo que, al contrario de lo que pregona la MUD, dejen los niños en casa y
salgan a defender su futuro.
La
MUD no tiene idea de la magnitud de lo que ha convocado, es probable que puedan
reunir dos millones de personas para convertirlo en el evento más
multitudinario de nuestra historia, dos millones de ciudadanos pidiéndole la
renuncia a un funcionario, y creo, en base a las declaraciones de sus
promotores, que la MUD jugará un lamentable papel tratando de contener a la
gente para que no les eche a perder sus planes dorados para optar por la
presidencia de la República, único interés de ciertos líderes en este momento;
a algunos se les va a caer la careta de estar cohabitando con el régimen, se
les va a ver las costuras, si les ofrecen la fecha del revocatorio, la aceptan
y tratan de impedir la satisfacción de un pueblo en su clamor de justicia en la
calle… imponerle bridas a la toma de Caracas será un error garrafal.
Lo
único que salvaría al chavismo de esta hecatombe en puertas es la renuncia de
Maduro, sin dilación y con un llamado a nuevas elecciones generales; y, por
supuesto, la renuncia de la directiva del CNE, celestinas desvergonzadas de
esta convulsión política. -
saulgodoy@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario