El artículo No. 600

Cuando iba por el artículo 300 en mi blog El Tambor del Hortador, me dije, que al llegar al número 600 daría por terminada esta fase de mi trabajo por el país, pensando que para ese momento el régimen chavista ya sería historia, pero ha tomado mucho más tiempo, aunque ya la salida se ve en la esquina y nuevos aires se respiran.

Quise construir mi propio blog por dos razones, la primera, tener un depósito, por decirlo de alguna manera, para mis artículos que había publicado en otros medios como lo fueron, las páginas de opinión de el diario de El Universal de Caracas, de donde viene una buena parte, y de otros medios donde publicaba mis escritos sobre política, conservación ambiental, literatura, filosofía, ciencia y arte.

La otra razón es que estaba cansado de ser censurado, de que me devolvieran artículos porque a algún editor le parecía impropia mi opinión o la manera de expresarla, sobre todo porque sentía, y de hecho tuve un sueño, en el que se me revelaba que mi tarea fundamental en estos años de revolución bolivariana, era hacer una crónica de estos eventos.

Cuando hice el blog y posteriormente incursioné en Facebook, tuve la grata sorpresa de ver algunos de mis artículos publicados en importantes medios internacionales, replicados en páginas web, comentados por otras personalidades y periodistas, y mis opiniones siendo parte de hasta procesos judiciales en otros países, pero ha sido muy satisfactorio ver que era leído en todo el mundo, supongo que por nuestra diáspora regada en los cinco continentes o por personas con interés en nuestra situación como país.

Desde lugares tan lejanos como las islas Mauricio, por allá por Madagascar, me han llegado comentarios, de una estación polar en el antártico recibí en una ocasión un e-mail, hasta me enteré por buena fuente, que era seguido con interés por funcionarios del Departamento de Estado del gobierno de los EEUU.

La experiencia ha sido muy grata, entre otras cosas, como escribo casi todos los días mantengo una válvula de escape, que me ha servido para mantenerme con buena salud y no llenarme de vibraciones negativas, también ha hecho maravillas con mi estilo y facilidad para la escritura, me siento cómodo aún con los temas más difíciles y abstrusos, me ha obligado a estar informado y leído toneladas de libros y revistas.

Escribir para ustedes me ha convertido en un as de la investigación en el ciberespacio donde he descubierto que, así como hay enormes cantidades de información basura, es un sitio ideal, para quien tenga un criterio mínimo y sepa lo que quiere buscar, para explotar la veta más importante del mundo de invaluable conocimiento e información de último minuto, les puedo asegurar que internet me ha hecho 300% más inteligente de lo que era (y hablo de la capacidad de hacer múltiples conexiones entre temas que jamás pensé pudieran relacionarse).

Pero hay una razón de mucho peso que me hizo entregarme a esta cruzada, cuando se inició el mandato de Chávez, inmediatamente me di cuenta que estábamos en mano de una partida de bárbaros ignorantes, y que uno de sus primeros objetivos, era acabar con la inteligentzia en Venezuela, con ese sector de la población preparada, con acceso a los medios, que son en definitiva los formadores de la opinión pública.

A esa inteligentzia pertenecemos todos aquellos que presumimos de ser intelectuales, de tener algún grado de preparación, que tenemos cierta capacidad de análisis,  que contamos con alguna reserva moral y seamos capaces de explicarle al común de las personas, de manera sencilla, situaciones complejas que muchas veces escapan a su comprensión, y peor, que muchas veces la sufren y no se dan cuenta de que están inmersos en ellas hasta el cuello.

Pues muchos de nuestros intelectuales tuvieron que emigrar, otros fueron perseguidos y censurados, otros optaron por el silencio y unos pocos quedamos combatiendo al dragón, que escupía candela por aquella boca sucia.

Estos términos heroicos es para que se me comprenda que no ha sido fácil y que hemos arriesgado mucho, seguimos en eso, apostando el pellejo; me hace gracia las personas que creen que soy un colectivo de escritores, que vivo apoltronado y gordo en algún lugar de Miami, que pertenezco a esa oposición del teclado que no conocemos la calle ni la realidad del pueblo en esta sufrida Venezuela, los que me conocen saben donde vivo, como vivo y lo que hago para poder  subsistir en este mi país, porque afortunadamente, sigue siendo nuestro y pronto conocerá de nuevo la libertad.

Cuando me di cuenta de la estratagema de borrar del mapa a la gente que sabía leer y escribir, para que Venezuela quedara como un país de caníbales viviendo en la edad de piedra, me propuse publicar artículos sobre cultura, sobre alta cultura, quise demostrarle al mundo que aquí habíamos seres humanos con inteligencia, que podíamos hablar sobre temas diversos, que había una luz brillando en la noche que nos trajo el comunismo, que éramos gente sensible, preparada, con opiniones, que no nos olvidaran.

Creo que lo logré, o lo estoy logrando, me gusta reconocer en muchos voceros de la oposición mis opiniones de artículos que he escrito, le he dado letra a un gentío, y lo mejor, mis ideas se han multiplicado como memes, de hecho ya no son mías, son parte de la cultura, porque una de las cosas que he descubierto es que sí he influenciado en la opinión pública, me leen y me entienden, pueden que no estén de acuerdo con mi posición, pero los he marcado, así no me reconozcan con mi nombre, ni sepan de donde les vino esa interpretación de la realidad.

Por supuesto todo esto ha tenido un costo para mi tranquilidad personal y mi capacidad productiva, nunca quise que mis artículos fueran pagos o tuvieran una tarifa, en un país donde pocas personas leen, cobrar para ser leído es una tragedia.

Tengo varios proyectos productivos que reclaman mi atención, esto de tener una canasta alimentaria con aumentos de hasta un 658% anual (según el Cendes) es una locura que muy pocos bolsillos pueden aguantar, el mío no es tan profundo y ya siento las consecuencias de vivir en socialismo, por lo que espero que las cosas de verdad se resuelvan pronto, que Maduro se vaya al exilio con su gobierno de chupasangres, y podamos retomar la normalidad de una vida civilizada.

No escribiré tan seguido, ni publicaré con tanta frecuencia, no abandonaré la lucha hasta no ver a Venezuela de nuevo en la ruta democrática, pero creo y confío que lo peor ha pasado y que lo que viene es reconstrucción, espero, que sea en paz y en libertad.   -    saulgodoy@gmail.com