Los llamados Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP) me recuerdan a los Consejos Judíos (judenräte) que los nazis crearon en los guetos, en lugares de tan terribles memorias como Lodz, Varsovia, Minsk, entre otros, donde los mismos representantes de las comunidades se encargaban de administrar a la población, incluyendo el manejo de una policía judía.
Su
función era hacer cumplir la voluntad de los nazis en aquellos encierros, y
para ello hacían los censos destacando quienes estaban aptos para el trabajo y
quienes no, hacían inventarios de sus bienes, e incluso elaboraban los listados
para la deportación.
La
filósofa Hanna Arendt, durante el juicio que se le siguió en Israel al criminal
de guerra Adolf Eichmann, recogió los testimonios de algunos de estos consejos
que tuvieron un papel destacado en acelerar los procesos de exterminio judío
cooperando con los invasores, y los denunció.
De
igual manera, el gobierno chavista utiliza personas del mismo barrio para constituir
estos siniestros CLAP que están encargados prácticamente de lo mismo, deciden
quien muere de hambre y quien no, los cooperante reciben su bolsa de comida,
los opositores son rechazados.
Así
como Eichmann, Maduro designó a Freddy Bernal, un oscuro personaje que pasará a
la historia como uno de los criminales que puso en marcha este inhumano
mecanismo de control social y exterminio de la población.
Como
todo lo que hace el chavismo, rodean el hecho de consignas y propaganda, lo
hacen ver como la solución al problema del abastecimiento popular, pero lo que
en realidad ocultan es que se trata de una organización del PSUV, para captar
adeptos utilizando la necesidad alimenticia como anzuelo proselitista, ¿Qué
puede ser más bajo en la política que valerse de la miseria humana para
conseguir apoyo?
Todas
las personas involucradas en este horroroso sistema de discriminación, desde la
Guardia Nacional y oficiales militares, encargados de robarle la producción a
la industria privada de alimentos (no los pagan, se los roban y pertenecen a la
industria privada ya que la industria de alimentos en manos del estado, muchas
de ellas, igualmente robadas por mecanismo confiscatorios, no producen nada),
hasta los supuestos líderes comunitarios afiliados al partido de gobierno que
se encargan de seleccionar y preparar estas bolsas de comida, las cuales
venden, leyeron bien, las venden, muchas veces con sobre precio, para ser
cobradas en dinero efectivo, de modo que no quede ningún registro contable.
Esta
deleznable operación mercantilista producto del despojo y el crimen, trabaja en
base a listas de personas a las que se les niega el acceso a estos alimentos
básicos, son los “escuálidos” que para el chavismo son venezolanos de tercera,
subhumanos que no tienen derechos y que merecen la muerte por inanición.
Yo soy
un escuálido, me encuentro en varias listas, entre ellas, la de los infames
CLAP que me condenan a no poder comprar los alimentos de la dieta básica,
supuestamente adquiridos por el gobierno a dólar preferencial, un dinero
público de todos los venezolanos, y aquí viene la otra parte oscura y tenebrosa
de este asqueroso negocio.
Tal y
como lo reporté en un artículo anterior donde develé el plan chavista de
recapturar el 20% de su base política a como diera lugar, inventaron a los CLAP
para “bajar” alimentos a quienes se mostraran dóciles al chavismo, pero al
mismo tiempo han convertido al hambre en uno de los negocios más jugosos del
momento, todos los funcionarios involucrados en el mismo, la mayor parte de
ellos altos oficiales del Estado Mayor, algunos gobernadores como el ciudadano Vielma
Mora, quien ahora está encargado de abastecer a la escuálida capital de la
República, a Caracas, con alimentos importados y a precios internacionales.
El
jefe de los CLAP, el Ministro de Alimentación, el de la Defensa, todos estos
chavistas que tienen que ver con este asalto al aparato productivo nacional y
que gracias a estos sucios manejos son hoy multimillonarios, en su insaciable
sed de más dinero a costa del sufrimiento del pueblo, son cómplices en este
esquema gansteril para manejar el hambre del pueblo y robar en nombre de un supuesto
humanitarismo.
Todavía
existe en el esquema cambiario del país un dólar preferencial que el gobierno
dice utilizar sólo para adquirir los bastimentos necesarios para mantener una
calidad de vida mínima para la población, es un dólar que supuestamente
utilizan para comprar las medicinas y los alimentos más necesarios.
Las
mafias del gobierno toman este dinero barato, compran en el exterior las medicinas
vencidas y la comida de la peor calidad,
las trae al país y la vende por medio de los CLAP con una ganancia que extraen
de los más pobres, y bajo la amenaza de que si no apoyan al gobierno no
recibirán esa bolsa de comida, cada veinte días.
No
contento con esto, le roban la producción a las empresas privadas nacionales
para completar las bolsas, y obligan al resto de la población, a los que pueden
comprar los alimentos importados como los que trae Vielma Mora, a precios
internacionales, aún cuando los traen subsidiados, para también tener una
ganancia por ese lado, este esquema monstruoso lo utilizan para que el sector más
pudiente del país (que es cada vez más reducido) financie la comida que el
gobierno le vende a los pobres.
Freddy Bernal el jefe de los CLAP |
Los
CLAP en muy poco tiempo se ha convertido en el factor de corrupción más grande
y público del país, hasta los Pranes
(delincuencia que se maneja desde las cárceles) tienen su parcela de este
negocio, las pandillas en los barrios, los colectivos, las comunas, toda la
estructura operativa del PSUV chupa de los dineros que este manejo criminal del
hambre produce.
Mientras
tanto el gobierno dice que los CLAP están llegando con sus bolsas de comida al
20% de la población (lo que es falso, no llegan ni al 10%), es un mecanismo de
biocontrol de la población para captar seguidores políticos a cambio de comida,
practicando un gigantesco apartheid.
Efectivamente,
están debilitando y muchas veces exterminando a una parte de la población, todos
los días mueren personas en las cárceles por hambre, fallecen enfermos,
personas de la tercera edad, neonatos y niños, tienen a la población sometida a
un programa intensivo de desnutrición con lo que aumenta su disposición a
contraer enfermedades, principalmente las
epidemias contagiosas y endógenas que por falta de atención por parte de las autoridades sanitarias, están
resurgiendo en todo el país, convirtiéndonos en una bomba de tiempo
epidemiológica para la región.
En
pocas palabras el gobierno de Maduro a Creado ex profeso una enorme y compleja
crisis humanitaria que la está explotando para su beneficio, y que niega al
mundo, aunque no pueda ocultar sus lamentables efectos.
Los
CLAP son una nueva pieza dentro del enorme mecanismo que el chavismo está
utilizando para destruir el país, y mientras existan venezolanos dentro de
nuestras comunidades capaces de hacerse parte de esta innoble tarea, los
chavistas seguirán avanzando en su labor infernal de destruir la dignidad
humana y multiplicar a su ejército de esclavos, hombres y mujeres que se venden
por un plato de comida.
Lo
que Colombia rechazó con el NO en el plebiscito por la supuesta paz, lo que
toda Latinoamérica está rechazando al negarle el apoyo a las organizaciones
políticas de la izquierda en el continente, es justamente el miedo y el rechazo
que sienten ante lo que sucede en Venezuela, una revolución hecha en Cuba que
está devorando a sus hijos, y que ha dado el paso fatal de negar las elecciones
para perpetuar en el poder a unos caníbales.
- saulgodoy@gmail.com
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