Hay
varias cosas que llaman mi atención sobre la abusiva y desmedida campaña que
tiene el chavismo para promocionar a sus candidatos a la constituyente, la
primera que salta a simple vista es la calidad de los candidatos, personas que
apenas saben hablar, que se expresan en base a clichés gobierneros que no han
cambiado desde que esta gente hizo su aparición, sus propuestas tan fuera de la
realidad que lo que dan es risa por su ingenuidad, su constante descalificación
y odio social en contra de la oposición libre y democrática, pero
fundamentalmente porque se tratan de unos desconocidos de los que nadie jamás
ha escuchado sus nombres.
Estos
desconocidos, que nadie sabe cómo ni por qué fueron elegidos, ni cuáles son sus
méritos para intentar conformar un cuerpo tan importante como una
constituyente, son reflejo del irrespeto que Maduro siente por el país.
Hablan
como si en el país no hubiera pasado nada, como si el socialismo fuera un
dechado de logros y prosperidad, como si tuviéramos un chorro inmenso de petrodólares
entrando a raudales, lo que hacen es pedir beneficios para sus supuestos
representados, incrementar sus prestaciones, lograr las contrataciones
colectivas, construir infraestructura, aumentar presupuestos, reclutar a un
gentío para sus programas sociales, pero nadie se pregunta de dónde van a salir
el dinero para financiar estos planes de consumo improductivo.
Los
supuestos empresarios que declaran son, como todos, unos desconocidos que lo
primero que hacen es atacar a sus pares del mundo privado, a quienes acusan de
explotadores y parásitos, para luego hacer una extraña apología a las empresas
del estado, empresas mixtas, comunas, empresas socialistas diciendo que ellos
son la verdadera fuerza productiva del país.
A
estas alturas de la revolución el país entero está enterado sin que nadie se
los recuerde, que todas esas empresas socialistas son las que han quebrado al
país, que no han producido nada sino deudas y quiebras, algunas hasta se han
visto involucradas en desfalcos contra el patrimonio nacional, que han engañado
a sus trabajadores y frustrado a sus clientes potenciales, prometiendo lo que
no pueden cumplir.
Hablan
de encender motores de la economía en unas condiciones que ninguno de ellos
está en la capacidad de comprender y menos aún, de arrancar iniciativa productiva
alguna, quien crea que esa multitud de analfabetas puede llevar la economía
nacional hacia algún lado está definitivamente fuera de sus cabales.
Igual
en todos los sectores, los trabajadores del sector público, en deportes, los
pensionados, los de la economía popular, los incapacitados, los trabajadores
del sector petrolero, todos tienen unas ganas inmensas de trabajar por el país,
pero ninguno tiene la menor idea de cómo hacerlo, aparte de la enorme voluntad
y buenos deseos que expresan, pero los deseos no preñan, dicen por allí.
El
otro desagradable asunto es que todos sin excepción aluden a Nicolás Maduro
como si fuera una salvador, sólo a él se le hubiera podido ocurrir una idea tan
extraordinaria como la de convocar una constituyente sin consultar al soberano,
de nombrar a dedo cada uno de estos cómplices de la ignominia y de predicar a
un país asediado por la violencia y la represión policial, que con la
constituyente vendrá una paz y una democracia que todos sabemos, por esa vía,
nunca aparecrá.
Lo
que todo el mundo está claro es que la Constituyente comunal es el paso que Nicolás
y Raúl Castro piensan es el definitivo para consolidar una segunda Cuba en
Venezuela, la instauración de un régimen de fuerza, un gobierno militarista y
socialista, una nueva constitución donde el PSUV se convierta en el único
partidos político del país, donde se consolide de manera definitiva el crimen
organizado, el narcotráfico y el terrorismo como las fuerzas vivas del país.
Pero
es una ilusión de un loco, el chavismo piensa que una constituyente pueden
controlar mejor al país, que después del 30 de julio las cosas serán diferentes
en Venezuela, que luego del mega fraude que tiene preparado el CNE para aprobar
su constituyente, van a tener otras condiciones ventajosas a sus propósitos,
que la oposición en Venezuela que la constituye el 95% de la población va a
desaparecer, que por arte de magia el país se va a estabilizar y que el mundo
le abrirá sus puertas al nuevo pequeño monstruo de gobierno, un híbrido entre
ISIS y un PRAN.
Creo
que no saben a lo que están jugando, o mejor todavía, saben, se imaginan lo que
les viene encima y están nerviosos, todas las cartas están marcadas y todos los
jugadores han apostado sus vidas, es sólo cuestión de sacar cuentas, 30
millones en contra de un millón de enchufados y 254,123 fanáticos que creen en patria,
socialismo o muerte.
De
todos ellos sólo unos 5.000 están dispuestos a dejar el pellejo en la calle,
del otro lado calculo unos 15 millones, quince millones de hombres y mujeres
que no van a permitir que unos analfabeta funcionales les roben a su país, les
confisquen sus propiedades, les secuestren a sus hijos para indoctrinarlos, les
impidan tener un futuro y tengan que depender de las bolsas CLAP, por lo que
hay que anotarlos entre los que no van a permitir que la constituyente se
instaure en el país.
Malas
noticias, van a tener que utilizar los tanques, los aviones, los lanzallamas,
las ametralladoras .50, van a tener que cañonear las ciudades desde el mar,
bombardear la capital y encerrar un gentío en campos de concentración, en
estadios, van a tener que habilitar personal para seguirle juicios militares y
fusilar a una legión de traidores a la patria socialista.
El
país se va a encender por los cuatro costados, con la gente hambreada y
desesperada no se juega, ningún chavista podrá salir a la calle sin la escolta
de un pelotón de Guardias Nacionales, en esas condiciones no hay gobierno
posible, pero vamos a ponerlo todavía más claro, desde hace tres años, Maduro
no ha gobernado en Venezuela, lo que ha hecho es sobrevivir, el chavismo lo
único que puede mostrar como logro, si eso es un logro, es un largo listado de
presos políticos, de gente herida, masacrada, asesinada, torturada, vejada y
arruinada, por lo único que puede responder es por tratar de mantener a duras
penas a sus clientes políticos, unos desvergonzados que lo que hacen es exigir
dádivas y sobras de las mesas de sus jefes para asistir a sus cada vez más
escuálidas concentraciones.
Yo no
entiendo mucho la estrategia de Maduro y Raúl Castro, están jugando a
perder-perder, aquí nadie va a ganar, lo único que los venezolanos vamos a
impedir es que unos criminales se adueñen del país de nuestros antepasados, de
nuestros hijos y de los hijos de nuestros hijos, Maduro, supongo tiene todo
listo para su exilio dorado al igual que su camarilla más cercana, pero el
resto de los infelices que lo acompañan en esta oscura aventura, van a pagar.
Un
consejo a todos esos incautos que han prestado sus nombres y fotografías para
llenar los puestos de diputados en esta constituyente, están actuando a
consciencia de que están traicionando a su país, están engañando a Venezuela,
saben que se están prestando para un fraude, se están poniendo del lado del
verdugo, y luego del 30 de julio no van a tener donde esconderse, lo único que
están haciendo en este momento es gritar ¡Aquí estoy! ¡Soy yo!
Todavía
están a tiempo para retirar sus postulaciones, no sean pendejos, el país está más
polarizado que nunca y ustedes se ofrecen como chivos expiatorios, no caigan
por inocentes, jamás cobrarán sus sueldos de diputados, ninguno de ustedes
participará de las ganancias de las empresas del Arco Minero, ni de las
empresas mixtas petroleras que quieren nacionalizar y van a vivir
escondiéndose, no digan después que no se lo advirtieron. – saulgodoy@gmail.com
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