Es
preocupante la escalada de violaciones y otros delitos sexuales en contra de la
mujer venezolana, de las jóvenes estudiantes, por parte de funcionarios de la
Guardia Nacional, que son apresadas en las calles por protestar el mundo
infernal en que Nicolás Maduro a convertido a nuestro país.
No
contentos con golpearlas salvajemente, insultarlas, vejarlas, una vez
ilegalmente detenidas, las desaparecen y las violan lejos de las miradas
incómodas de sus superiores y otros detenidos, a algunas de estas venezolanas
le han introducido objetos en sus partes intimas para satisfacer bajos
instintos, las desnudan y las humillan, algunas de ellas aún siendo menores de
edad.
A
estas mujeres venezolanas heridas y aterrorizadas por las huestes del General
Padrino López, les roban sus pertenencias, les extravían sus documentos de
identidad y las obligan a punta de pistola a ser manoseadas por estos
cancerberos del régimen del socialismo del Siglo XXI.
Estos
militares simplemente reducen a nuestras muchachas a objetos de sus
desviaciones, bestializan la relación ciudadano-autoridad y borran
definitivamente la palabra humanidad de sus actos, creando traumas imborrables
en las vidas de unas venezolanas que algún día serán esposas y madres de
alguien, de la misma manera que estos energúmenos vestidos de uniforme tienen
hermanas, novias, esposas o madres y en medio del fragor de la represión
inhumana ordenada por sus jefes, olvidan sus orígenes y destruyen para siempre
la inocencia de nuestras niñas valientes que salen a defender un futuro.
El
simple hecho que estos actos bestiales ocurran ya indican la lenidad y la
corrupción que vive esa institución, que en estos últimos 100 días se han
ganado el desprecio y la ira de millones de venezolanos que ven impotentes cómo
este comportamiento digno de esbirros castristas en Cuba, es copiado en la
patria de Bolívar, utilizando su nombre y blasón como excusa para insultarnos
de mil maneras y para llenarnos de odio.
La
lógica del terror que aplican tanto para las torturas, asaltos a residencias y
violaciones es la de inducir miedo en la población bajo el esquema del
terrorismo de estado, llevar a los ciudadanos al silencio y a la sumisión
absoluta para que el régimen haga lo que le dé la gana con la nación y sus
riquezas, se trata de advertencias y ejemplos, lo más públicos posibles, para que la gente se entere de que no deben
protestar, denunciar o contradecir lo que el chavismo dice o hace bajo pena de
muerte… o peor.
Tanto
Chávez como Maduro trabajaron con tesón y constancia para provocar cambios
importantes en las instituciones de modo de llevarlas a su definitiva
disolución, descociendo la fibra moral de cada una de ellas, introduciendo la
política bastarda que los caracteriza, una política primitiva que se resuelve
en base al favor, al compromiso con el jefe que brinda oportunidades de ocupar
cargos que de otra manera jamás pudieran alcanzar a personas sin las
condiciones profesionales, éticas y cívicas.
Esto
lo hicieron gracias a la ideología socialista, esa que apunta a la igualdad de
las personas sin importar sus condiciones, a un supuesto humanismo lumpen donde
lo importante era satisfacer el resentimiento social del pobre contra el rico,
del analfabeta contra el que sabe leer y escribir, el que no tiene nada contra
el que todo lo tiene, una enconada forma de justicia social proclamada y
desfigurada por quienes creen que se trata de un mandato divino, de esa ley
histórica que proclama la dictadura del proletariado y un paraíso en la tierra.
Las
FFAA fueron su principal bastión y porque Chávez era militar y despreciaba a la
institución, se propuso destruirla haciendo los cambios necesarios,
inutilizando a los hombres y mujeres probos, pasando a retiro todo aquel que se
opusiera a su designio, poniendo preso a sus enemigos y quienes trataron de
detenerlo, comprando las conciencias de los más débiles moralmente y llenando
las FFAA de hombres y mujeres desalmados, ruines y menesterosos, que obedecían
al amo sin cuestionarse la orden.
De
esta manera fue como, en especial, la Guardia Nacional se convirtió en un antro
de narcotraficantes, contrabandistas, lavadores de dinero, torturadores,
asesinos, secuestradores y violadores, no tener méritos era el mérito más
buscado, ser un cobarde y un matón se convirtieron en virtudes.
Cuando
llegó el mandato de Maduro, las FFAA estaban convertidas en la imagen y
semejanza del ejército cubano, una tropa de mercenarios al servicio del
Comandante en Jefe, sin ninguna consideración por valores patrios ni por
respeto a la vida humana, su tarea era obedecer sin importar el costo, ellos
eran las armas de la revolución, no del país de Bolívar, sino el de Chávez y
Maduro, no al servicio del pueblo sino sus controladores, no con respeto a la
constitución sino para desconocerla, donde sólo importa el dinero que tengas,
las drogas y el alcohol que consumas y las mujeres con las que cohabites, muy
al estilo de aquel ejército de asesinos al mando del Viejo de la montaña, el
legendario Hasan-i Sabbah y su fortaleza de Alamut.
Durante
recientes disturbios en la parroquia del Valle en Caracas, los Guardias
Nacionales le gritaban a las mujeres que golpeaban sus cacerolas en señal de
protesta por la presencia de los uniformados armados:”Putas, las vamos a violar
a todas”, era el nuevo grito de guerra de estos torvos especímenes de nuestras
Fuerzas Armadas quienes su sola intención era acabar con la insurrección
popular en contra del régimen oprobioso del hambre, la miseria y la muerte que
el ciudadano colombiano Nicolás Maduro le había impuesto al pueblo de
Venezuela.
La Guardia
Nacional, dirigida por un alto mando donde se confundían los hombres más
buscados por la justicia internacional, representantes de los carteles de la
droga de Las FARC, de Juárez, de Los Soles, representantes de empresas
explotadoras del oro, el diamante, el coltán, el thorium y otros minerales
estratégicos, los jefes del contrabando de gasolina para Colombia y el Caribe,
los que controlan el contrabando de alimentos, de aparatos de la línea
doméstica y electrónica, los directores de las empresas mixtas petroleras, de
algunos bancos y empresas de seguro, de agencias de real state en los EEUU, todo un consorcio de intereses
crematísticos para un grupete de privilegiados en uniforme, que no quieren
soltar su presa otorgada generosamente por Raúl Castro en Cuba, con tal y le
mantengan los 100.000 barriles de petróleo diarios que salen para esa isla, con
esas lacras es que algunos expertos negociadores de la oposición democrática
quiere sentarse a negociar, bajo la consigna de que “todo es negociable”.
No
sé, pero yo en lo personal jamás podría sentarme a negociar con los violadores
de mis hijas, todo lo contrario desearía la peor de las muertes para ellos,
pero total, no soy un político. –
saulgodoy@gmail.com
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