sábado, 26 de enero de 2019

Cien militares se balanceaban sobre la tela de una araña…


"Mira a esos pendejos, mataron por nosotros, y ahora morirán por tí Raúl" 
Y llegó el día… y no como muchos uniformados lo esperaban.
Creían que tenían al país cogido por los cojones, pero se equivocaron, el país tiene las pelotas de los uniformados en un puño, y como son tan chiquiticas, las está estrujando, y eso duele; le jugaron sucio a la patria y la patria se los está cobrando.
Su jefe, el indocumentado, ya no puede pagarles su apoyo, no hay dinero y con eso de romper relaciones con los EEUU no hay manera de que pueda financiar un presupuesto; está contando con su irrestricto apoyo, como revolucionarios, como camaradas, como guerreros del socialismo del siglo XXI, como patriotas que le deben lealtad a ese heredero del Bolívar mulato (que nunca existió) y del Comandante Fidel Castro (que murió), al fin y al cabo se trata del hijo de Chávez (una paternidad imposible), del  agente del G2 cubano (operativo) a quienes ustedes juraron obediencia y a quien, en su hora menguada, espera que lo mantengan en el poder… se los pide, no como un ejército profesional, sino como sus compinches en un secuestro que salió mal.
Todo fue sorpresivo, ustedes creían que, a pesar de las condiciones desfavorables que estaban planteadas con las sanciones internacionales, todavía podían salirse con las suyas, pero se movieron las fichas y el juego volvió a cambiar, esta vez, a favor de la oposición y con un actor inesperado, un joven socialista, pacifista y sin mayor experiencia en esto de conducir a las masas… y no fue con amenazas, ni prometiéndoles el infierno en la tierra con ejércitos multinacionales, ni desembarcos masivos en nuestras costas, sino con inmunidades, con una salida todavía honorable y a costa de su propia credibilidad.
En lo personal, no estoy de acuerdo con el presidente Guaidó en eso de otorgarles esas inmunidades para que depongan su actitud criminal y antipatriótica y retornen al orden constitucional; creo que es perder el tiempo; con un enemigo, como el cubano, dirigiendo sus destinos, el único final que se espera de ustedes es la muerte, y si es en manos del enemigo imperialista, mejor, la propaganda será más efectiva.
Ustedes no se han dado cuenta del triste papelón que están jugando, o quizás sí, y atormentados por sus traiciones, crímenes y miedos, lo que desean es morir en la lucha sin sentido por una causa que no es la de ustedes. Bueno, esa es su elección, pero permítanme decirles algo: en primer lugar, ustedes no son comunistas, ninguno en sus rangos se ha leído los tres volúmenes de El Capital de Marx, y el que lo haya hecho, dudo que lo haya entendido, porque si lo hubiera entendido se habría dado cuenta de que la oferta comunista es un engaño, no funciona en la realidad, y la historia lo ha demostrado mil veces.
Tampoco son unos igualitaristas; ustedes son militares, creen en el rango, en el principio de autoridad, en escalar los ascensos por méritos, no son comunistas que creen en la igualdad social, por algo están vistiendo uniforme que los diferencia de los otros, tienen una vida propia aparte de los civiles, e incluso, internamente, la tropa vive una vida distinta a la de la oficialidad y ésta se diferencia del Alto Mando, por lo tanto son clasistas por naturaleza, les encanta el consumismo, tener dinero y gastarlo en sus gustos, poseer un buen hogar, dotado de todo lo que hace la vida confortable para sus familias, les gusta disponer de buenos carros, ropas, licores, putas, poder viajar, tener cuentas repletas en los bancos para viajar e invertir en negocios lucrativos… lo sabemos por qué se ve a leguas, no lo pueden ocultar, ustedes, comunistas, no son.
Se dicen patriotas y afirman creer en las tradiciones, sobre todo en la de los ejércitos de Bolívar y Páez… pues les digo que ninguno de los dos era socialista; Bolívar era, de cuna, uno de los hombres más ricos del país y murió siendo dueño de una apreciable fortuna, sus conocimientos económicos venían de las fuentes del capitalismo, de las lecturas de los más brillantes economistas de la ilustración escocesa  de su época: las lecturas de Bolívar en su formación fueron las obras de Adam Smith, David Hume (los seis ensayos sobre economía en sus Discursos), James Steuart, que eran economistas racionalistas, que creían en la fuerza del mercado, en la productividad, ellos establecieron unos principios financieros que dieron cuerpo a las economías modernas; las lecturas del utopismo socialista de finales del siglo XVIII no hicieron mayor diferencia en el pensamiento del Libertador.
Páez fue aún más radical, su roce con las teorías manchesterianas sobre una economía y banca lo llevaron a establecer durante su mandato los primeros esfuerzos por darle una coherencia capitalista a nuestra maltrecha economía; entre sus logros, durante su primer mandato, logró sanear la deuda pública y establecer el primer intento de una apertura a la inversión internacional en el país; Páez fue además un emprendedor por cuenta propia, exitoso ganadero y criador de caballos, y al final de su vida fue un excelente vendedor, con lo que se mantenía en el exilio.
Los émulos que pretende establecer el chavismo dentro de las FFAA son las tristes figuras de Zamora y Maisanta, unos bandoleros ignorantes que asolaron nuestro país con montoneras incendiarias; el modelo que pretendían implantar es de un primitivismo y de una inviabilidad tal, que niega la misma naturaleza humana de progreso y atracción al lucro, para implantar una especie de casta de señores medioevales, que oprimen a una enorme masa de siervos… un plan imposible de implantar en Venezuela.
Pero, por fuerza de las armas, de esas que les confiamos a ustedes, los militares, para que protegieran a la nación y al pueblo de Venezuela, con esas mismas armas, apoyaron al forajido de Chávez y su plan de dominio absoluto sobre el país; fueron ustedes los responsables de haber  transformado la institución militar en un partido político, porque el verdadero PSUV no son los pobres diablos que aparecen en los medios dando declaraciones irracionales y diciendo mentiras, el auténtico partido chavista son ustedes, los militares.
A plena consciencia, se hicieron parte de un plan de traición para tomar el poder en Venezuela, en nombre de la revolución cubana; su verdadero jefe era Fidel Castro, y eso lo sabían… y estaban plenamente conscientes de que habían cambiado irremediablemente de lealtad, como los antiguos Templarios, le dieron el beso negro a Fidel con la promesa de que el oro sería de ustedes.
Y asesinaron, torturaron, incendiaron, robaron, despojaron, violaron, asolaron a su propia patria para complacer a sus jefes extranjeros, quienes, para humillarlos, les pusieron un comandante indocumentado, Nicolás Maduro, que fue un insulto de los cubanos a la lujuria y la inmoralidad que los embargaba al momento de aceptar esas innobles condiciones… para ellos, ustedes no se merecían a otro conductor, sino un chofer de autobús extranjero, bruto y homicida.
Se revolcaron en su propia porquería por veinte largos años y permitieron que los cubanos impusieran su red de espionaje e inteligencia dentro del seno de su propia organización, porque los cubanos sabían que llegaría este momento, el día en que ustedes tendrían que decidir entre la vergüenza y la muerte… y ellos estarían allí empujándolos hacia la muerte.
Ahora están comandados por un supuesto Ministro de la Defensa, vendido hasta los tuétanos al enemigo cubano, con un Alto Mando que está cayendo en cuenta de que el caramelo que había recibido de los hermanos Castro estaba envenenado y se sienten perdidos, con enormes fortunas en cuentas personales en países donde nunca podrán vivir y disfrutarlas, atrapados en un laberinto de mentiras y engaños, con una oficialidad enredada en un terrible dilema entre dos pésimas opciones: la vergüenza o la muerte.
Todo indica que van a despreciar el gesto generoso del presidente interino Juan Guaidó y van a rechazar su ofrecimiento de inmunidad, y se van a resignar a la muerte a la que los conducen sus amos cubanos; de aquí en adelante, lo que les queda es seguir en esa cadena de errores, van a despertar la furia de ejércitos más preparados y letales que ustedes; por si no se han dado cuenta, van a empujar a sus tropas, desnutridas, mal pagadas, peor entrenadas, sin logística ni apresto, sin culpa alguna en esta tragedia, a una derrota sin honor, violando el principal precepto de todo militar de no presentarse en batalla si sabe que van a perder.
Si me preguntaran qué haría yo, que soy un observador medianamente inteligente e informado, les diría que estar vivo ya es una enorme ventaja; la vida da demasiados giros y sorpresas, enfrentar una responsabilidad no es el fin del mundo, cumplir una pena tampoco lo es y, más todavía, si ésta es justa; no se dejen llevar por los cantos revolucionarios del sacrificio final, los están utilizando, van a ser usados en la propaganda del comunismo internacional como ejemplo de los crímenes imperiales, convertidos en mártires del socialismo.
Yo aceptaría la inmunidad del presidente encargado, pero primero cortaría algunas cabezas de la Gorgona responsable de esta calamitosa situación (advertencia: se trata de una alegoría); le ahorraría al país la pesada carga de tener que cargar con unos reos de la justicia a quienes habrá que mantener, hasta que mueran de desahucio, en alguna cárcel del país o del extranjero; no permitiría que me usaran como propaganda para fomentar el socialismo; proclamaría mi culpa a mis connacionales y les pediría perdón, y si pudiera hacer algo positivo por la reconstrucción del país, me pondría a las órdenes del gobierno legítimo y democrático para que me asignara en una posición donde pudiera ser útil.
Están a punto de dar sus vidas en nombre de una banda de mafiosos y criminales internacionales, que los están empujando al frente de la inmensa torta que ellos han puesto, para que sean ustedes los que reciban el plomo y la candela que era para esos cobardes, que jamás van a dar la cara. Escriban lo que les voy a decir: toda la plana mayor del chavismo va a preferir suicidarse que afrontar las consecuencias de sus acciones, ¿Y ustedes, van a inmolarse por estos proxenetas?
Por supuesto, lo que yo piense no importa un comino en estos atormentados momentos; ustedes, los militares, aparentemente, ya tienen resuelto un destino, o eso pareciera por los comunicados que sus jefes han emitido a la prensa… si es verdad lo que implica esa decisión, que se cumpla, pero no digan que no se les dio oportunidades y garantías. El caso es que la mayoría de los venezolanos pensamos que solo un grupito de oficiales, aterrorizados por la inminente derrota que van a sufrir, se tomaron la atribución de hablar por el grueso de las fuerzas armadas y falsearon el sentimiento de esa corporación.
El país tiene la necesidad de unos hombres y mujeres en armas que puedan garantizar la seguridad de los distintos convoyes y operaciones de la ayuda humanitaria en el territorio nacional; necesitamos, ahora más que nunca, a nuestros militares institucionales para hacerle frente a la violencia indiscriminada de esos grupos armados que, en nombre del usurpador de Maduro, están asesinando venezolanos.
Requerimos con urgencia unidades entrenadas en combate para enfrentar a los grupos de guerrillas del ELN, que el régimen de Nicolás Maduro introdujo en algunas importantes regiones del país y que Vladimir Padrino protege con impunidad; hay que detener de inmediato el ecocidio que se está perpetrando en el llamado Arco Minero y eso sólo será posible con fuerzas leales al país nacional, no a las mafias extractivas de nuestras riquezas.
Tenemos un grave problema de seguridad en nuestras fronteras con Guyana, tanto terrestres como marítimas; necesitamos unas fuerzas armadas leales a Venezuela que detengan y expulsen a la infiltración cubana en nuestro país, por lo que sí existe un trabajo urgente que realizar y un vacío que hay que llenar con unas fuerzas armadas leales a la constitución vigente y al presidente encargado Juan Guaidó.
Si quisieran lavar su vergüenza por sus faltas, oportunidades de redención sobran; estoy seguro de que el pueblo todo estaría agradecido si, por efecto de algún milagro, sus obtusos cerebros cambiaran y dejaran que algo de luz penetrara en sus manipuladas mentes; nadie se sentiría más feliz que yo si se anunciara un reconocimiento general de nuestras FFAA a nuestro presidente encargado y se le pusieran a la orden, pero para eso suceda hay que desbrozar el camino a la convivencia y el retorno a la legalidad. Ese es un paso que sólo ustedes pueden dar; lo que hizo el presidente Guaidó fue tenderles la mano.  -      saulgodoy@gmail.com







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