A
quienes me leen siempre les recuerdo que el chavismo está conectado al
comunismo internacional que es una red de corrupción, terrorismo y crimen que
tuvo 20 largos años para echar raíces profundas en nuestro país, ni se diga en
el continente. La única manera de
explicar lo que nos pasó en Venezuela, es que fue una cayapa internacional, una
conspiración de carácter global para posesionarse no solo de nuestra riqueza
petrolera, sin para crear una plataforma militar y de intervención política
para todo el continente, incluyendo como objetivo a los EEUU.
¿Qué
quiero decir con que echaron raíces? Que solo un idiota puede pensar que la
historia de esta pesadilla termina con la captura de Maduro y su estado mayor,
piensen en las organizaciones, empresas, sindicatos, partidos políticos, comunas,
medios de comunicación, universidades, y otras instituciones, que pudieron
haberse creado con el propósito de que pudieran ayudar al chavismo a volver al
poder en caso de una derrota como la que están a punto de sufrir, o por lo
menos van a tratar de hacerlo, contando con que el país seguirá siendo una
democracia, y por lo tanto, sujeto a un nuevo asalto de las instituciones por
agentes que se hacen pasar por demócratas, de hecho ya sabemos que tienen gente
infiltrada dentro de los partidos políticos, ni digamos de nuestros cuerpos de
seguridad.
Es
por ello que el trabajo de limpieza y purga del país apenas comienza con la
derrota militar del régimen de Maduro, ahora viene el trabajo largo, de
detalle, de mucha paciencia que básicamente trata de garantizarle al país su
seguridad, material, civil, política y constitucional, este trabajo se divide
en dos grandes tareas: proteger a la nación y defendernos de nuestros enemigos,
que no son la misma cosa.
Proteger
a la nación consiste fundamentalmente en impedir que acciones de siembra y
desarrollo de una actividad política como el chavismo nunca más vuelva a
repetirse, hay que negarle toda oportunidad de remisión a este cáncer
revolucionario, y la única manera de hacerlo es fortaleciendo nuestro sistema
inmunológico, creando los medios apropiados para que las comunicaciones fluyan
a todo nivel, que la información sea accesible a todos, que los alerta tempranos
sean tomados en cuenta por quienes tienen el poder de decisión y estén
dispuesto a actuar, y que podamos contar con los anticuerpos apropiados para
contener cualquier infección.
Defendernos
de nuestros enemigos trata de saber quiénes son, donde están, con qué recursos
cuentan y cuáles son sus planes con respectos a nosotros, y tan fundamental
como lo anterior, tener los medios para desactivar esos planes y hacerles
altamente costoso que lo vuelvan a intentar.
Ya
sabemos que no somos monedita de oro, hay intereses y grupos que nos quieren
hacer daño simplemente por estar donde estamos y tener lo que tenemos, y si
realmente hemos aprendido la lección, ya deberíamos estar atentos a nuestros
enemigos internos tanto como a los externos, todo lo que he planteado hasta el
momento tiene un solo y único basamento, Venezuela más que nunca necesita
desarrollar y profesionalizar su propio aparato de inteligencia, ese es un
trabajo que nadie más debería hacer por nosotros, y es la piedra angular de
toda planificación estratégica.
Pero
cuando hablo de nuestra propia inteligencia no estoy hablando ni remotamente de
los patéticos intentos de la inteligencia chavista que es la misma inteligencia
cubana, una inteligencia policial-militar que parte del principio de la sospecha
general y que tiene en el espionaje y la tortura su sus puntas de lanza, la
inteligencia de la que hablo se remonta a un nivel superior, sin descuidar la
parte policial y militar, debe aprovechar los recursos de la información
abierta del mundo que es extremadamente abundante y útil si se maneja
adecuadamente, y con criterio.
La
inteligencia de la que hablo es la información que nos hará fuertes,
eficientes, proactivos, y permitirá que nuestra recuperación sea rápida y
sólida, la inteligencia de la que hablo es la que permitirá a millones de
ciudadanos venezolanos repartidos por el planeta podamos convenir en un
proyecto global de redes de información para nuestro desarrollo y obtener y
ofrecer a nuestro país ventajas competitivas, que nuestras embajadas realmente
hagan su trabajo de informar al extranjero sobre nuestra cultura, bienes y
productos, que exista un intercambio útil que nos informen a los venezolanos de
las metas e intereses de esa comunidad internacional, que nuestra academia
contribuya con la construcción del país que queremos dándonos los recursos
humanos especializados que requerimos para la tarea, en análisis de la información, en lenguas
modernas, en criptografía, en cartografía y sensores remotos, en informática,
etc., esta es parte de una inteligencia que le está negada a un policía o a un
militar, es la inteligencia civil, la única que nunca se ha trabajado en
nuestro país, la más necesaria.
La
mayoría de nuestros gobiernos trabajan en ambientes restringidos, de poca
información útil para la toma de decisiones, con un gran margen de error en
contra, nuestros dirigentes entran a reuniones y se hacen parte de mesas de
trabajo con una preparación mínima, muchas veces ignorando quien es la persona
que tienen en frente y cuáles son los escenarios alternativos si el plan que
tenían fracasa, lo que da pie a que sean manipulados, confundidos y cedan
terreno ante las presiones, es tarea de una buena inteligencia reducir al
máximo esas incertidumbres y darle herramientas y salidas de situaciones comprometedoras
a nuestros líderes, de hecho si la inteligencia es óptima lo más seguro es que
se consigan las metas planificadas y que se puedan sortear los inconvenientes
que surjan.
En
ese lenguaje pobre y restringido que caracteriza nuestro ambiente, inteligencia,
para los venezolanos, es principalmente inteligencia que se produce en los
cuerpos de las policías políticas, detectar alzamientos, revolucionarios,
agentes provocadores, opositores al gobierno demasiado visibles a la opinión
pública, periodistas incómodos, pactos entre grupos de interés, personalidades
que pudieran influir en la gente… se trata de una inteligencia social, de
barrios, de chismes, de soplones, de torturadores, de vigilancia y
seguimientos.
Con
la llegada de los Cubanos, los Rusos y los Chinos el ambiente empezó a
modificarse, aunque no mucho, era el mismo estilo totalitario y se dieron
avances en la propaganda negra, en la intercepción de telecomunicaciones, y
principalmente en el control político resultante de la bio-data por medio de
chips inteligentes y registros más rigurosos sobre personas, propiedades,
movimientos bancarios, control sobre los documentos de identidad y los
registros públicos.
Con
aquellos cambios en el manejo de la llamada “big
data” bastaba para tener a la ciudadanía en un puño, los jefes de la
inteligencia bolivariana no eran un dechado de recursos y habilidades, eran
simples esbirros a quienes había que ponerle la tarea y estar supervisándolos
todo el tiempo.
Esta
manera primitiva y ciega de hacer inteligencia era más que suficiente en un
pueblo que carecía de malicia, una enorme manada de pacifistas y come flores
que lo que más les gustaba era perdonar y abrazarse como hermanos, todavía
sufrimos de esa falta de capacidad para la sobrevivencia, somos un pueblo
bregador y que no se rinde, pero todo lo hace sin inteligencia, la cognitiva y
la que se refiere a información de seguridad, no tenemos el espíritu de combate
que hace a los ganadores.
Mientras
los gobiernos democráticos sigan apostando a los militares para qué manejen la
inteligencia civil, mientras que la seguridad sea solamente un coto exclusivo
de los policías, y quienes tengan la
responsabilidad de dirigir estas instituciones sean simples palomas
(pacifistas) y no halcones (guerreros), como debería ser, entonces ya sabemos
que estamos en riesgo de una recaída, con este comentario no estoy despreciando
al estamento policial y al militar, ambos tienen una función importante y
complementaria en el mundo de la inteligencia, pero cada uno en su área de
trabajo, y deben responder a una estrategia común dictada por las necesidades
de un gobierno civil y en coordinación con la llamada “comunidad de
inteligencia”, tanto nacional como internacional.
Las
personas aptas para las funciones de inteligencia no crecen en los árboles, son
profesionales que necesitan de un largo entrenamiento, sus responsabilidades
son claves para un país y necesariamente deben equivocarse y errar para ir
adquiriendo experiencia, lo cual no es una buena noticia, pues las
consecuencias pueden ser costosas y peligrosas, pero no hay manera de obviar
esta iniciación, y más aún, cuando debemos fundar los órganos de inteligencia
en Venezuela desde cero.
Yo
acostumbro a decirle a mi audiencia cuando trato el tema, que Venezuela tiene
que hacer borrón y cuenta nueva con toda su información nacional, ya que la
misma reposa en los cuarteles del G-2 en La Habana y en este momento está
siendo manipulada por fuerzas enemigas extranjeras, debemos hacernos la idea de
que fuimos invadidos y todos nuestros archivos confiscados; la primera tarea de
un jefe de inteligencia en nuestro país debe ser proteger toda la data sensible
que se genere a partir de éste momento, y eso, es una labor de titanes, y lo
peor, es impostergable. - saulgodoy@gmail.com
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