Es
algo de lo que hay que preocuparse, más no ocuparse, lo importante en este
momento es terminar de sacar a Maduro y sus mafias del poder ya que siguen
haciendo ruido y distorsionando la vida de la nación, ya llegará el momento en
que la gente, los venezolanos todos le enmendemos la plana a nuestro presidente
interino, el Sr. Guaidó para que abandone, junto a la pandilla de socialistas,
insertos en la Asamblea Nacional, su intensión de perpetuar esa desagradable
ideología.
Y
para sacar a Maduro de su trinchera, para poder tener paz en el país e iniciar
la reconstrucción, necesitamos medidas de fuerzas superiores a la que ellos
ostentan y con las cuales nos están amenazando, el tiempo sólo favorece al
chavismo y sus aliados internacionales, si queremos eliminar el problema
debemos pedir ayuda, pero pedirla por escrito, públicamente, sin temores,
necesitamos un componente militar de paz que desarme a estos dementes, con
poder de fuego suficiente para disuadirlos de más violencia, es la única manera
de solucionar este trance.
Nadie
va a mover un dedo por nosotros si no lo pedimos, usted presidente Guaidó, es
la única persona que en estos momentos está investido de la legitimidad
necesaria para hacerlo, pero no lo hace, pareciera que no quisiera asumir su
responsabilidad histórica, pida la intervención militar, basta de esperas
inútiles que lo que hacen es aumentar las cifras de muertos y afectados por
esta crisis de poder en el país, esto no se soluciona con marchas ni con
cabildos masivos, menos pidiéndole a unos generales corruptos por el
narcotráfico que se sumen a la amnistía o que entren en razón, la única manera
de tener a fuerzas aliadas a Venezuela es que nuestro presidente interino los
autorice a venir con sus armas a resolver este peligroso asunto que nos tiene a
todos consternados.
Pero
era otro tema el que me llevó a escribir el artículo de hoy.
El
que haya sido usted, Sr. Guaidó el principal promotor del llamado Plan País,
que tiene unos indubitables parecidos al Plan de la Patria, que fue el
documento que presentó en la UCV ante una audiencia indudablemente socialista
debido a la ausencia de crítica, de resistencia o de oposición, nos indica a
los demócratas liberales (clásicos) como sería mi caso y de la mayoría de los
venezolanos, no estábamos representados en ese evento de aires populistas, que
reunió al chavismo de pleamar que depositaba el detritus de algas, cochas y
pescados muertos en las playas de la opinión pública.
El
llamado socialismo democrático que usted parece liderar deber de reconocer que
existimos, que somos mayoría y que estamos hartos de que se utilicen los
mecanismos que les otorga la democracia, para adelantar, una vez más sus
execrables intentos de encausar la historia del país por las agotadas vías de
la izquierda postmodernista, no es justo ni correcto que se utilice la lucha
del pueblo de Venezuela por su libertad para meter de contrabando un supuesto
Plan País elaborado con toda la intención de repetir todos los errores y
circunstancias que dieron pie para que el chavismo surgiera como fuerza política,
el bando de donde usted viene parece no entender que le está haciendo la cama
al chavismo para su retorno.
Ese
Plan País que promueven como un gran logro de diversos sectores de la sociedad
venezolana no es más que el programa de los chavistas “light” que le hubieran
impuesto al país si no hubiera metido la mano peluda el sector militarista.
Hay
otra parte del Plan País que nace como una iniciativa de estudiantes
venezolanos en la ciudad de Boston en los EEUU con la activa participación de
la Universidad de Harvard, sumada a ella una serie de profesionales de alta
capacitación que se encuentran en la diáspora, que lamentablemente también cayó
en las tenazas del socialismo, ésta vez bajo las fórmulas del partido demócrata
de USA con un contenido de reformas económicas en torno a la figura de un
estado fuerte e interventor, con un sector obrerista y una serie de programas
sociales imposibles de financiar en una situación de recuperación económica, es
decir, más de lo mismo.
Me da
pena ajena que se haya prestado en ser el vocero principal de ese proyecto que
usted sabe esta vencido, caduco, que expiró hace décadas, de un proyecto de
estado que nada tiene que ver con las ansias de libertad, prosperidad y
transparencia que los venezolanos necesitamos para poder construir nuestro
futuro, sigue usted tratándonos como si fuéramos unos idiotas, unos menores de
edad, que necesitamos de la figura del buen padre que se ocupa de proveernos de
todo lo que necesitamos para la vida a cambio de la sumisión, del control de
nuestra vidas y de la sujeción a un estado gigante, benefactor e irresponsable,
porque trabaja en función de lo que llama Justicia Social, igualitarismo y
solidaridad que corresponden al núcleo ideológico de una iglesia católica
comunista, decadente y sin ánimos de renovación.
Igualmente
noto una disociación con la realidad que me asombra, el Plan País está diseñado
como si los venezolanos hubiéramos sido los artífices de nuestra liberación,
ayudamos sí, pero hay actores que fueron determinantes, entre ellos, los EEUU,
el poder mundial por antonomasia, a quien le debemos hasta la forma de caminar,
lo que quiero decir es que el Plan País se desarrolla a espaldas de nuestros
compromisos históricos, de nuestra realidad geopolítica, ignorando los patrones
y líneas de comportamiento que nos exige la comunidad internacional, ¿Dónde
queda nuestra inserción en la globalización? ¿Dónde los patrones de desarrollo
económico que afectan los mercados mundiales hoy? ¿No se han dado cuenta que el
mercado laboral ha cambiado de manera radical gracias a la tecnología y el
avance en procesos automatizados?
Un
claro indicador de que las intenciones del Plan País es volver al modelo
socialista consiste en la insistencia de rescatar, revivir, al cadáver de PDVSA
en manos del estado venezolano, eso es un error, esa empresa debe ser
liquidada, poner en orden sus cuentas, pagar sus acreencias y dejarla
desaparecer, pertenece al pasado, a una manera de entender el negocio petrolero
de manera errada, el estado debe abandonar los intentos de ser otra vez el
dueño de los recursos energéticos, necesitamos una privatización profunda,
darle la oportunidad a la empresa privada de que renazca y haga fuerte al país,
no al estado.
Me
temo Presidente, que usted le hizo mucho más caso a los jesuitas que intentan
desesperadamente tomar control de
nuestros valores y forma de vida, que a la tradición libertaria, rebelde,
Caribe y democrática, con la que nacemos cada uno de los venezolanos de este
país irredento y original.
Quiero
que me interprete bien, creo que usted, así como el líder de su partido
Voluntad Popular el señor Leopoldo López, son hombres valientes, audaces, con
una voluntad para el servicio público a prueba de fuego, pero con una pobreza
mental inaudita, que los hace parecer unos ancianos encarnados en unos hombres
jóvenes y vitales, lo que están presentando es un monstruo que el país no se
merece en estos momentos históricos.
Las
ideas que expresan, el discurso que promocionan son ideas del siglo XIX, es el
marxismo revisado , más de lo mismo, la confiscación de la participación
política de los ciudadanos, la sujeción de la voluntad popular a los cogollos
de los partidos, por favor, hasta cuándo vamos a pretender que ustedes son los
dueños de la verdad; se nota a leguas que en la presentación que hizo, está
metida la mano del partido Acción Democrática,
de Ramos Allup, que es la pieza clave de toda la fundamentación del
estado centralista y planificador, hecha a la medida de los partidos políticos,
no del ciudadano, de los burócratas, no de la sociedad civil, de los gremios
clientelares, no de las ONG’s que buscan especializar sus funciones en áreas
específicas del desarrollo nacional, de las empresas privadas que son los
verdaderos generadores de riqueza y fuentes de empleo..
Pero
como soy un firme creyente de la evolución darwiniana, porque creo que el
progreso es ir de lo que éramos a lo que pudiéramos ser, de lo primitivo a lo
eficiente, de lo bueno a lo mejor, porque usted, Sr. Guaidó y quienes lo han
llevado a ocupar su posición de liderazgo son personas que se la han jugado por
sus creencias, así sean erróneas, no parecieran tener la capacidad de
entendimiento para caer en cuenta que las ideas que propugnan sobre democracia
no son las mejores, que ya hace mucho tiempo otras derivaciones de la vida en
democracia se han ensayado y resultado exitosas.
Si
tan sólo lograran comulgar con los sistemas ideológicos y de vida que sí
funcionan, si pudieran romper con los paradigmas que nos han impuesto, que
estoy convencido que pudieran superar y si dejaran de escuchar a los Chuo
Torrealba, a los Eduardo Fernández, a los Claudio Fermín, a los Luis Ugalde
SJ., que son todos fichas del socialismo, que defienden la equivocada tesis de
la filosofía de la liberación, de los pobres al poder, de la necesidad de
figuras mesiánicas, de un estado piramidal, único arbitro en la distribución de
la riqueza nacional y de volver a un pasado mítico de un estado-nación que sólo
existió en nuestras afiebradas mentes, entonces, sólo entonces, pudiéramos
tener la oportunidad de cambiar de paradigma.
El
presidente interino, elSr. Guaidó es hoy una pieza fundamental para el cambio
de poder en el país, pero al menos que rectifique, no llena los requisitos
mínimos para la transición hacia una nueva Venezuela, le está sucediendo lo
mismo que a Maduro, está atrapado por un grupo, secuestrado por los partidos
que nos quieren devolver en el camino de la modernidad; para una buena parte
del país representa a esa nueva juventud arriesgada y con ansias de futuro,
pero lamentablemente hay un grupo de jóvenes que ya están contaminados por el
cochino socialismo, piensan como Ramos Allup, Capriles y Oscaríz, tres de los
peores ejemplos de nuestro zoológico de la izquierda activa, no tienen cabeza
para pensar distinto, por lo que preveo que será parte de una generación que
tendremos que dejar ir para no volver a repetir los terribles errores del
pasado. - saulgodoy@gmail.com
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