No hay nada más poderoso en términos de la soberanía de
un estado que la manifestación en las calles, que la reunión masiva de
ciudadanos brindando su apoyo a un líder o a un gobierno; eso es mucho más
fuerte y robusto que los guarismos que pudieran arrojar los organismos
electorales sobre millones de votantes que otorgan su preferencia a un
candidato; se trata de un inmenso reforzador de la confianza del pueblo en sí
mismo y sus fuerzas, y es la máxima constatación de poder para los medios de
comunicación, sobre todo para la prensa internacional.
Los comunistas lo saben y la han utilizado como imagen
fundamental de su poder político, allí están las imágenes de Lenin y Stalin en
medio de un mar de gente que les brinda su apoyo, de Fidel en sus arengas ante
una plaza de la Revolución llena de bote en bote, de Chávez presidiendo los
actos del Socialismo del Siglo XXI desde una tarima, escrutando el horizonte
con binoculares para percatarse del tamaño de la concurrencia… pero cuando el
favoritismo cambia y las masas apoyan al contrario, cuando se vacían los
mítines, cuando se hacen huecos en las plazas y las avenidas se ven medio
llenas, entonces esa imagen contundente de poder cambia y exigen el conteo de
los votos.
Es lo que está sucediendo con el régimen chavista; nos
tenían abrumados por la infinidad de imágenes de avenidas repletas de sus
simpatizantes, de esa “marea roja” que se solazaban presentándonosla a cada
momento, recordándonos que ellos eran mayoría y nosotros unos pobres “escuálidos”,
En la calle es donde se miden las fuerzas y el chavismo abusó de estas concentraciones
hasta que pudo; su capacidad de mantener los niveles de popularidad,, que una
vez tuvieron o forzaron, se les ha ido a pique, a medida que su gobierno les ha
mostrado a esas masas que sus ofrecimientos eran mentiras, que sus ideales eran
un fraude y su gobierno una nueva forma de esclavitud.
Ahora no pueden mostrar esas impresionantes fotos, al
menos que estén trucadas, o esas escenas televisivas, sino están retocadas por
decenas de tomas superpuestas para llenar una avenida vacía, con gente que
nunca estuvo allí… las últimas reuniones de sus simpatizantes producían pena
ajena, nadie acudía a sus llamados, ni siquiera sus organizadores, que
preferían ocultarse antes de aparecer, sin el más magro de los apoyos, lo que
dice con rotunda firmeza que perdieron el apoyo popular, que ya nadie los
quiere, que son historia… es por ello que ahora, en un cambio de estrategia, y
en el desesperado intento por ganar tiempo, se abrazan a la tabla de unas
pretendidas elecciones, que es en el fondo el argumento principal que esgrimen
ante los organismos internacionales, un largo y tortuoso camino electoral que
les compre tiempo para, al final, no aceptar los resultados bajo el pretexto de
trampa y manipulación, para ganar más tiempo mientras se tramitan los reclamos.
Los comunistas no se van del poder por las buenas, y
menos “estos” comunistas, que han “donado” una buena parte de la riqueza del
país, durante estos últimos veinte años, para mantener al stablishment de la izquierda mundial en la cresta del poder
político, en diferentes regiones del mundo, comprando conciencias, financiando
costosas campaña políticas, sosteniendo infinidad de organizaciones de base que
aseguraban las movilizaciones…
El chavismo cuenta, además, con una quinta columna
infiltrada en la oposición venezolana, constituida por los principales partidos
de la vieja democracia y algunos partidos de la nueva, que han sido amamantados
con la misma leche de la corrupción y el oportunismo, y que hoy se encuentran
muy cerca de la figura de ese nuevo líder… un líder que, a pesar de todas las
circunstancias, se ha mantenido fuera de ese círculo nocivo, pero que sigue
tutelado por ellos mismos, pues fueron ellos quienes lo llevaron a esa
posición, y ahora le están exigiendo lealtad.
Pero Guaidó es diferente, no tiene ese pasado de
revolcones en el chiquero de la vieja política; considero que es un espíritu
incontaminado, cordial y justo, que sabe y ha caído en cuenta de las inmensas responsabilidades
que asumió en esta compleja trama, que ya tiene consecuencias mundiales; a
Guaidó le duele el país del que ha surgido, aspira a un mejor mundo para su
familia y las generaciones futuras, ha visto y ha estado en las trincheras de
la resistencia y no quiere que esa lucha ingrata continúe. Guaidó es un hombre
que aspira a la libertad igual que mucho de nosotros.
Pero porque está mal acompañado, porque en su troupe marcha a su lado esa vieja
guardia, experta en enfriar las iniciativas ciudadanas, en entorpecer la marcha
de los acontecimientos para que el chavismo tenga un respiro, porque en esa
chusma política hay conspiraciones en marcha en su contra, con la intención de
que fracase, es por ello que me obligado a la tarea de denunciar ese peso
muerto, que puede poner en peligro esta oportunidad de salir del régimen y
conquistar de nuevo la democracia.
Guaidó pareciera no tener en claro el enorme poder que
tiene con el apoyo mayoritario, visible y movilizado del pueblo de Venezuela,
dispuesto a rescatar su democracia; no hay opinión de organismo internacional alguno
que prive sobre la voluntad popular, a pesar de que algunos mandatarios y
gobiernos Latinoamericanos, con la excusa de negar la intervención de fuerzas
multinacionales bajo las banderas de la ONU, han escogido la defensa absoluta
de la soberanía y la autodeterminación de los pueblos, cosa que considero una
de las ficciones jurídicas más demodé
del pensamiento político contemporáneo, no existe soberanía de los países si
estos no pueden actuar libremente sobre sus economías y en el mundo de hoy
tanto la economía como las finanzas se encuentra globalizadas, los mercados
funcionan sin referencia a las decisiones locales.
Esto ha creado un nuevo modus vivendi entre los países del mundo, se han cedido ciertos
derechos que antes eran de exclusivo manejo de los gobiernos, asuntos como la
salud pública, la alimentación, el manejo de los derechos humanos de las
poblaciones, ciertos aspectos de la seguridad de las naciones son ahora
aspectos controlados internacionalmente por medio de tratados y las leyes
internacionales, disminuyendo cada vez más aspectos fundamentales de la soberanía
y la autodeterminación, vivir en un mundo cada vez más interconectado y en
relación con otros ha hecho necesario que los pueblos renuncien a aspectos que
eran fundamentales en sus fueros internos.
Pero quedaron aspectos de la política local, interna de
los países, en manos de sus gobiernos, especialmente aquello que corresponde a
la forma de organización política que los pueblos quieren darse, y en la
tradición democrática no hay, fuerza más importante que la del apoyo popular,
la voluntad de la mayoría, y es justamente con este apoyo, cuando no queda la
menor duda de lo que desea una población que no hay manera que prevalezca la
opinión de ningún país del mundo sobre lo que ha decidido el soberano, y que ha
hecho, en el caso venezolano, del Sr. Guaidó, su legítimo representante.
Si esto es así, no hay manera que una decisión de un foro
internacional como la ONU, se anteponga a los deseos de la mayoría del país no
sólo en recibir ayuda humanitaria para poder sobrevivir, sino en sacar a un
gobierno envilecido, que por sus actos haya convertido al país en una amenaza
en la región, que es lo que está sucediendo actualmente, la ONU se está
prestando para torcer esa voluntad popular y está protegiendo a una facción
ideológica afín a la de los directivos de esa organización de naciones, que es
la razón obvia por la que, la encargada de vigilar por la garantía de la
defensa de los DDHH no se haya pronunciado sobre el caso de Venezuela y el
porqué sus autoridades no hayan presionado en la entrega de la ayuda humanitaria.
Hay intereses en el mundo que quieren conservar a
Venezuela inestable para que sus recursos energéticos no sean usados por
occidente en la preservación de sus intereses, es más que obvio que hay
factores trabajando para mantener a la región en conflicto permanente, si los
comunistas no pueden hacerse con el petróleo venezolano, prefieren incendiar el
Caribe para que nadie más lo utilice, eso lo puede ver hasta un niño.
Esta situación está obligando al recién juramentado
presidente encargado de Venezuela, el Sr. Guaidó, a que exponga su integridad y
su libertad entregándose a una jugada peligrosa, como la de anunciar al país su
regreso del exterior, para que el gobierno lo aprese y probablemente lo
desaparezca. Ya sabemos cuál es la catadura de la banda criminal de Maduro y, dado
el estado de angustia en que vive, atrapado y sin salida, es capaz de cometer
cualquier locura.
Si esto ocurriese, si el presidente encargado fuera hecho
prisionero por el régimen de Maduro importarían muy poco las amenazas y las
medidas que pudiera tomar la comunidad internacional, como respuesta al
supuesto secuestro de nuestro líder, una vez que llegue al país; sólo lo peor
puede esperarse de Maduro y eso es lo que va a ocurrir.
Pero también debo añadir, que esa estrategia desesperada
pareciera ser una jugada política diseñada por el círculo interno de sus
asesores con el fin de sacarlo del escenario para favorecer esa otra
posibilidad de salvar al chavismo de su fin inmediato, posición que es apoyada
por las fuerzas de la izquierda internacional, sus consejeros lo están
empujando al sacrificio máximo, a que se entregue a su papel de mártir, para
que la comunidad internacional reaccione en contra del régimen de Maduro, les
puedo decir que allí están operando los colaboracionistas del chavismo, que quieren
que Guaidó desparezca de escena y se lo están sirviendo en bandeja de plata al
ogro caníbal de Miraflores.
En vez de seguir ese guión malintencionado, que sería la
antesala a una negociación y un cogobierno entre chavismo y oposición
colaboracionista, Guaidó debería irse a Washington, pedir una cita con su par,
el Sr. Trump, y pedirle, en su condición de aliado y amigo del pueblo de
Venezuela, que le proporcione los anillos necesarios para su seguridad personal
para poder volver al país; que se ponga a la cabeza de los convoyes de ayuda
humanitaria, pero esta vez con un acompañamiento militar, integrado por fuerzas
combinadas de Brasil, Colombia y USA, que garanticen que la ayuda no será
atacada y destruida como ya ocurrió, esta vez estaría acompañado por una fuerza
de tarea multinacional, y que entre al estado Zulia, esta vez haciendo realidad
la ayuda humanitaria para el país, “o sí o sí”.
Estoy abogando por la toma del estado Zulia, por el
control territorial y definitivo de una región del país por parte del
presidente legítimo de Venezuela y Comandante en Jefe de las fuerzas militares
que lo acompañen, para restaurar el orden constitucional, donde impere el
estado de derecho, y que desde allí, se inicie una campaña de reconquista de
los estados andinos, que nos libere del chavismo y de las fuerzas
insurreccionales, con todo lo que se necesite para obtener una victoria rápida
y definitiva, para que Maduro se entere que hablamos en serio, para que los
militares al servicio de la revolución cubana sepan lo que les viene, y para que
el pueblo todo de Venezuela se sume a esta inmensa contrarrevolución.
Ya está bueno de utilizarnos como carne de cañón para
complacer unos principios anémicos de derecho internacional y unos intereses de
proteger al socialismo Latinoamericano; basta de ofrecer nuestra sangre para
espectáculos mediáticos, donde siempre destacan los monstruos enseñando sus garras
y colmillos ensangrentados. Si vamos a perder la vida o a quedar incapacitados,
que sea por una causa justa, y no hay nada más justo que recuperar nuestra
libertad. Vamos por ellos, démosle paz eterna a la bestia moribunda del
chavismo, y salgamos de esta letrina donde nos confinaron. -
saulgodoy@gmail.com
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