miércoles, 13 de marzo de 2019

Los últimos días de Maduro



El dictador está actuando de manera incoherente, las diversas crisis que le han estallado en el rostro, debido a la ineptitud de su gobierno lo tienen confundido, una tras otra no cejan de golpearlo en la línea de flotación de su precaria autoridad sobre girones de gobierno ilegítimo que aún le queda; el mega apagón, la terrible sequía de agua a las principales ciudades del país, las diversas sentencias de la justicia internacional que lo tienen contra la pared, los saqueos y las protestas, las acciones policiales marcadas en contra de periodistas y la libertad de expresión, la presencia de una comisión de la ONU de observadores sobre violaciones de DDHH en el peor momento posible, la amenaza de una intervención humanitaria por parte de las fuerzas aliadas de Colombia, Brasil y los EEUU en las fronteras, la falta de dinero para sostener su estructura de poder, la fractura evidente dentro de los mandos de las FFAA, y a todo esto, se une los reclamos y la urgencia de Cuba por mantener el cordón umbilical que la alimenta.
Con todas estas presiones no es extraño que el hombre esté desvariando, inventándose una agresión cibernética, una guerra eléctrica, ataques electromagnéticos con rayos desde el espacio, sabotajes internos de estaciones eléctricas locales por parte de agentes imperiales, todos los crímenes que ha cometido, todas sus víctimas, se les atribuye a sus enemigos transnacionales y a una conspiración mundial en su contra, suena como si Maduro si hubiera comido una pizza en mal estado y hubiera empezado a alucinar ciencia ficción barata.
Y vuelve a arrestar a los sospechosos habituales, los periodistas y dueños de medios a quienes acusa de estar cooperando con el enemigo, acusándolos de traición a la patria, allanando sus viviendas y aterrorizando a sus familias, todo con el propósito de asustar al gremio, de amordazar al irreverente y valiente poder de la información, justamente cuando el país necesita ser informado, conocer su situación para poder prepararse para las contingencias.
Toda esta situación conforma un escenario de guerra, Venezuela está bajo el imperio del terror y de la incertidumbre, los colectivos y bandas armadas, las milicias y componentes militares están en las calles tratando de controlar la protesta ciudadana, reprimiendo los justos reclamos de la gente por sobrevivir en medio del desastre.
Maduro pretende dar su última pelea rodeado por un escudo humano que ha construido en los diversos sitios donde pudieran encontrarlo las fuerzas internacionales de liberación, en Miraflores, en Fuerte Tiuna, en los diversos fuertes y centros de comando y control que ha activado en la geografía nacional, tratan estos criminales de hacernos creer que se va a quedar y morir con las botas puestas, por lo que sería aconsejable, a los habitantes de estos conjuntos habitacionales cerca de estos bunkers, que si saben que Maduro se encuentra allí enconchado, huyan, salgan de allí para que no queden como daños colaterales; pero el hombre es un cobarde, y sigo creyendo que su salida será el suicidio ritual, o la huída desesperada en el último momento.
Dios quiera y lo podamos capturar vivo para que enfrente su proceso y rinda cuentas ante la justicia, verlo en su estrado de acusado repitiendo las fantasías y mentiras a las que nos tiene acostumbrados, pero esta vez, siendo careado por unos fiscales que le presentarán, en nombre del sufridopueblo de Venezuela, las evidencias, testimonios, documentos que tendrá que explicar, en ese momento de absoluta sorpresa y pusilanimidad, con su rostro ajado y ceniciento, sudando y balbuceando incoherencias, escuchando los duros relatos de víctimas llamadas como testigos de sus crímenes, derrotado y asustado negándolo todo con la cabeza, valdrá la espera; verlo en cadena nacional, en todos los canales de televisión, humillado, rendido como un galeote ante la perspectiva de que lo declaren culpable, ese será el triunfo de la razón y la justicia.
Yo tengo mi personal opinión, de que merece y habrá que darle la pena capital, y aunque no está establecida en nuestra constitución, y por tradición los venezolanos rechazamos tal medida como extrema e inhumana, creo que deberíamos hacer una excepción y colgarlo públicamente hasta morir, para mi tiene que acabar sus días al extremo de una soga balanceando su corpulenta humanidad a metros del suelo, y de nuevo, transmitido todo en cadena nacional, que los padres se ocupen de que los niños no vean el espectáculo, perola catarsis nacional es necesaria.
Debemos crear un precedente en contra de los genocidas, y la Asamblea Nacional debería autorizar su ejecución tras la sentencia, si permitiéramos que Maduro viva el resto de sus días como un prisionero común y que tengamos los venezolanos que pagar de nuestro dinero para cuidarlo y alimentarlo, me parece que sería demasiado cruel para nuestro sufrimiento, debemos hacer de él un ejemplo para que ningún extranjero corrupto y asesino vuelva a intentar una aventura parecida, y enviarle sus restos a Cuba, con una nota al degenerado de Raúl Castro, ¨El próximo serás tú¨, para que allá se ocupen de sus exequias.
Por los momentos, necesitamos lidiar con el Maduro vivo y enloquecido, rodeado de sus secuaces que como perros rabiosos, están atacando todo lo que se mueva y los excite, están en su etapa más peligrosa, pero ya presienten el final. El país está a punto de quedarse sin combustible, sin alimentos, y con todas estas carestías sumadas, estamos a las puertas de una vuelta a la ley natural que imperaba en la época de las cavernas, todo, cortesía de esa ideología para idiotas y subnormales; el socialismo.   -    saulgodoy@gmail.com



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