domingo, 31 de marzo de 2019

Un nuevo orden mundial



En varios artículos anteriores me he referido a que el gobierno colonialista de Cuba tiene secuestrada a Venezuela por medio del gobierno del dictador y usurpador Nicolás Maduro Moros, quien actúa como un procónsul imperial sobre una provincia sometida militarmente.
Pero Cuba en realidad es sólo un engranaje en una red internacional de gobiernos comunistas, que han mutado, luego de la Segunda Guerra Mundial, en gobiernos donde impera el capitalismo de estado, el totalitarismo, el militarismo, el estado social benefactor, y que, bajo la denominación de “socialismo”, están tratando de llevar a cabo un plan por un Nuevo Orden mundial, cuyos ejes los comparten China y Rusia, que han penetrado a profundidad los organismos multilaterales y de gobierno global.
Lo vemos en la Rusia de Putin, en la China de Jinping, en la Cuba de Castro, en la Venezuela de Maduro, las empresas más grandes y exitosas pertenecen a una plutocracia que baila pegado al régimen, una diferencia sustancial al comunismo leninista o estalinista, mucho menos al marxista, que veían en la empresa privada a los verdaderos explotadores del pueblo y enemigos a los que había que desaparecer.
Una de las claves del capitalismo salvaje que han adoptado estos países socialistas, es la creación de una nueva clase empresarial y financiera conformada por ex funcionarios, utilizando capitales de dudoso origen pero bendecidos por la cabeza del gobierno; se trata de grupos afiliados y muy cercanos al liderazgo político desde los que se financian iniciativas y campañas a favor del socialismo; son familias, mafias, corporaciones, beneficiadas por jugosos contratos y oportunidades económicas, en detrimento de los intereses del país ya que se alimentan de fondos públicos, su método de operar es poco ortodoxo (si no me vendes, te secuestro, te arruino o te mato) y contrario al libre emprendimiento y competencia.
La intención de este Nuevo Orden mundial es la imposición de gobiernos fuertes y autoritarios, que dominen a las poblaciones de sus estados por la fuerza y los mantengan domesticados a programas de ayudas sociales, que los hagan dependientes de sus gobiernos en sus necesidades más básicas, con la intención de explotarlos y mantenerlos controlados, con manipulaciones y discursos ideológicos, haciéndoles creer que son felices e imponiendo la opinión de que son ellos los que se autogobiernan, esto era lo que Chávez llamaba un nuevo mundo multipolar.
Este Nuevo Orden mundial pretende traer la estabilidad a un mundo superpoblado, con cada vez menos recursos para satisfacer las necesidades de todos y en medio de graves problemas ambientales, evitando de esta manera los conflictos y haciendo de sus países colmenas ordenadas y obedientes de humanos serviles al poder; este plan no tiene ningún escrúpulo en sacrificar al individuo en aras del colectivo, y a la libertad ante el altar de la igualdad y el progreso, se trata de la deshumanización más agresiva y en mayor número que las intentadas en el pasado reciente.
Y digo deshumanización porque el hombre, su naturaleza, es su vocación a la libertad, el desarrollo de la individualidad, el poder llevar sus potencialidades al máximo con independencia, buscando sus propios intereses y haciendo sus contribuciones en trabajo e innovación a la sociedad, que si es una sociedad capitalista, democrática y de libre mercado, premiará sus éxitos y talentos con riqueza y reconocimientos, muy contrario a lo que sucede en las naciones socialistas donde la persona está al servicio del estado y donde todo esfuerzo es por el bien común.
Esta tesis del Nuevo Orden mundial tiene una historia muy interesante, el plan fue desarrollado por los socialistas británicos por medio de la Sociedad Faviana, un club de socialistas intelectuales y millonarios que pensaron que había otra manera de poner en práctica las ideas de Marx que no fuera desde una barricada o poniendo bombas en los mercados, esto fue a finales del siglo XIX y donde se anotaron gente muy interesante como Bernad Shaw, H.G Wells, Bertrand Russell, Arnold Toynbee, John Maynard Kaynes, algunos de ellos fueron fundadores y consultores de la Sociedad de Naciones, la antecesora de la ONU, y de ellos viene el plan del socialismo a fuego lento, para traer a la vida al comunismo en el mundo que ellos creen es la única forma posible de gobernar un mundo en problemas, es una historia realmente apasionante y que recomiendo la investiguen, fue un plan especialmente diseñado para atrapar a los EEUU en el laberinto socialista y lo hicieron muy bien.
Uno de los incentivos de este Nuevo Orden Mundial es la aparición de una nueva clase dominante, de individuos privilegiados, que podrán disfrutar de los placeres, bienes y servicios negados a la gran mayoría; estos núcleos de poder o élites, son los gobiernos socialistas que se hacen con el poder por medio de revoluciones, elecciones o golpes de estado, que se mantendrán en el poder gracias a organizaciones partidistas únicas y poderosas, por manipulación y fraudes electorales, y con el apoyo de las fuerzas armadas, se dicen socialistas democráticos porque creen en el poder de la masa, de las grandes clases sociales, de determinismo histórico de la prevalencia del pueblo sobre el individuo.
Técnicas de biopolíticas cada vez más poderosas, nuevas formas de manipulación ideológica en masa, tecnologías de identificación y reconocimiento, control absolutos del contenido informativo de los medios de comunicación y redes sociales, conectado todo esto con un eficiente aparato policial hacen posible la ubicación de cualquier persona y su historial en tiempo real y si a esto le aunamos un discurso, una narrativa que haga vivible y soportable la opresión inherente a este tipo de gobiernos, tendremos como resultado una población domesticada en un orden absoluto, rígido y propio de termitas o abejas en un panal, todos tienen su lugar y su función, si hacen su trabajo bien el estado se ocupará de mantenerlos desde la cuna hasta la tumba.
Venezuela no es más que un ensayo de laboratorio que salió mal en este diseño, debido entre otras cosas por una inmensa corrupción y un desorden generalizado dentro del propio gobierno, pero ha dejado importantes enseñanzas en la manera de de dominar la rebelión y la resistencia por medio del terror y la violencia, la red internacional de gobiernos comunistas está tratando de reparar el daño causado en nuestro país y en instancias internacionales, aplicando presiones diplomáticas, influencias y simple chantaje para no perder su control sobre el país, de su posición geoestratégica, de su riqueza energética, con la que han venido financiando una buena parte de este plan mundial de promoción del socialismo… eso explica la quiebra y la ruina del país.
En Venezuela el socialismo existe en sus dos vertientes principales, la revolucionaria, que es mucho más autoritaria y violenta que el socialismo democrático, el socialismo revolucionario, que es propio de sectas secretas, de logias, es popular entre los militares, creen en una cadena de mando, en un líder absoluto e imponen su visión de país por medio de las armas, el teniente coronel de los paracaidistas Hugo Rafael Chávez Frías, fue uno de estos hombres, un conspirador nato y golpista quien fracasó llevando su revolución por métodos violentos, pero dio un giro hacia la política y aprovechando un momento electoral de mucho descontento con la política tradicional, ganó la presidencia de la república.
Chávez acogió diversas tesis del socialismo que hablaban de una unión cívico militar, de un pueblo en armas y ensayó nuevas fórmulas de relación con la sociedad civil, empezando porque fundó el partido único socialista (el PSUV) en el que pretendía darle cabida a todas las organizaciones socialistas que existían en el país, los únicos que no aceptaron unirse al club fueron los socialistas llamados demócratas, que ya tenían tradición en el país y estaban afiliados a sus propias organizaciones internacionales, eran los socialdemócratas y los democratacristianos, conformados como Acción Democrática y Copey, que comulgaban con muchas de las ideas del Nuevo Orden mundial y de los que luego surgirían una serie de nuevos partidos.
Como era de esperar para una personalidad autoritaria como la de Chávez, estos partidos democráticos socialista se convirtieron en el enemigo, en la nueva oposición y como tal fueron tratados, pero indudablemente existía un vínculo ideológico y algunos piensan que se trata de una estrategia muy bien calculada para que el socialismo abarcara todo el espectro político nacional, como de hecho ocurrió y sigue ocurriendo.
De modo que todos los principales partidos políticos del país devienen de una misma raíz socialista, del marxismo leninismo y que han mutado hacia el Nuevo Orden mundial, los revolucionarios quieren llegar por la vía rápida, los socialista demócratas por la ruta panorámica pero el objetivo es común, es la prevalencia del estado sobre el individuo, la anulación del individuo en aras del colectivo, la creación de riqueza desde el estado y sus empresas afiliadas, el control absoluto de la población por medio de la dependencia económica y la creación de un estado policial para la supervigilancia social.
En los EEUU era el mismo plan que tenía Kennedy, Carter, Clinton y últimamente, Obama, en Venezuela era la misma ruta desde Rómulo Betancourt, Caldera, Carlos Andrés, Chávez, Maduro y ahora Guaidó, en el que están anotados nuestros ya no tan jóvenes políticos de Primero Justicia, Voluntad Popular y el 90% de nuestras organizaciones políticas, todas irremediablemente socialistas.
Los socialistas en la tradición Faviana prefieren las actuaciones suaves pero firmes, lentas pero constante, prefieren pasar como inofensivos y provocar los cambios por medio de reformas graduales no por revoluciones y confrontaciones, el típico faviano pasa por ser un intelectual de bajo perfil, un hombre afable y no agresivo, su discurso no es confrontacional ni violento, pretende dar la imagen de un hombre común y familiar, elude ser identificado ideológicamente por lo que sus posiciones con cambiantes y acomodaticias.
El presidente interino de Venezuela, el Sr. Juan Guaidó es un socialista demócrata, educado y propulsor del Nuevo Orden mundial (probablemente no esté muy consciente de ello, pero si es socialista esa es su meta), lo cual explica porque no han podido solucionar el problema de Maduro y su mafia, porque en el fondo hay afectos, coincidencias ideológicas, una historia común, lo que sucede es que el castrocomunismo es una cepa muy agresiva del socialismo y no reconoce a los otros socialistas como familia, pero si se sientan a negociar, si le hablan muy suave en las orejas, si le acarician suavemente las garras e ignoran la sangre que le gotea por sus belfos, estoy seguro encontrarán una salida conveniente para ambos, algo así como un co-gobierno, ¿No les atrae la idea?.  -   saulgodoy@gmail.com



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