“En lo concerniente a sus fines,
Socialismo y Comunismo son virtualmente términos intercambiables. De hecho, el
partido de Lenin continuó llamándose “Social Demócrata” hasta el Séptimo
Congreso del Partido en 1918, cuando sustituyó el termino por “Bolchevique”
como protesta en contra de las actitudes no revolucionarias de los partidos
socialistas de Occidente”.
Ezra
Taft Benson, Una Carrera contra el Tiempo,
1963.
El
pabellón es el plato de la cocina más típica venezolana, combina el arroz, las
caraotas negras, la carne desmechada, el plátano, (hay quienes le ponen un
huevo frito, en lo personal me gusta agregarle un aguacate al condumio) en una
colorida presentación de sabores y texturas, muy caribeño y con una larga
tradición en nuestras mesas, esta variedad de productos representa de manera
fidedigna el revoltijo de ideas que tienen los socialistas venezolanos al
momento de encarar los problemas del país.
Volvamos
al principio, el partido político Voluntad Popular del cual viene el Sr. Guaidó
es un partido socialista, firme creyente e impulsor de la tesis del Nuevo Orden
mundial; el Sr. Guaidó, hasta los momentos, ha probado ser un socialista
modelo: su discurso, sus valores, sus nombramientos reflejan esa posición… de
modo que, por favor, no se confundan, nuestro problema político es entre dos
fuerzas socialistas, una decadente y bañada en sangre, que es el chavismo,
representado por Maduro, que ya hizo todo el trabajo sucio para acabar con el
viejo orden, y ahora pretende venir el Sr, Leopoldo López, fundador del partido
Voluntad Popular y jefe político de Guaidó, ambos jóvenes, luchadores e
impolutos lideres civiles dispuestos a construir la nueva sociedad venezolana
bajo las bases del socialismo afiliado al Nuevo Orden Mundial.
Toda
la literatura y las ideas que han salido del entorno de Leopoldo López hablan
de un estado fuerte, centralista, planificador, benefactor, dueño de los
principales medios de producción y de los recursos naturales, nacionalista,
igualitario y colectivista, que es el mismo papelillo ideológico que nos ha
ahogado durante estos últimos 60 años, lo lamento por él, me cae bien, pero
tiene la cabecita llena de ideas equivocadas que no resisten el menor examen
racional.
Pero
debido al delicado momento que vive el país, al desastre que nos amenaza,
Guaidó se ha convertido en la esperanza de los demócratas venezolanos, en el
símbolo de la resistencia y para la comunidad internacional, en el único
interlocutor válido y legítimo que existe en el país.
Pero
eso no impide que alertemos sobre la naturaleza de los socialistas “buenos” que
representa Guaidó, los socialistas no creen en la propiedad privada, creen en
una propiedad mixta donde el estado siempre tenga la última palabra (expropiar
en nombre del altísimo interés del estado), no creen la empresa privada sino en
esas empresas mixtas tan extrañas que al final terminamos todos subsidiando sus
pérdidas, no creen en la libre competencia pero si en la regulación y la intervención
del estado en los asuntos de naturaleza privada, creen en distribuir acciones
de las empresas entre sus trabajadores, en hacerlos socios, están completamente
convencidos que la función primordial del estado es defender los intereses de
los pobres, de ayudar a los sindicatos a ser fuertes en contra de los
empresarios, no les importa la suerte de los entes productivos privados,
prefieren distribuir la riqueza que en producirla, son todos ingredientes para
el fracaso económico de un país.
Los
EEUU y sus aliados, que son los únicos países que pudieran parar el desastre humanitario
en Venezuela y contener el avance del socialismo en el mundo, están al tanto de
esta compleja situación, y van a actuar, no por altruismo, sino en defensa de
sus propios intereses, porque no se puede permitir que el chavismo siga
causando estragos en la región; de hecho, los EEUU y el gobierno del señor
Trump tiene internamente sus propios problemas, con la poderosa facción
socialista del partido demócrata, que está tratando, por todos los medios, de
sacarlo del poder enredándolo en una serie de acusaciones e investigaciones
judiciales, administrativas y políticas.
El
gobierno del Sr. Trump sabe que los afectos al partido político Voluntad
Popular y al Sr. Guaidó están del lado socialista, pero como son mucho más
moderados que los chavistas; y aunque la mayoría de los representantes de la
Asamblea Nacional venezolana prefieren la posición europea de negociar con el
chavismo por medio de su grupo de contacto (una herramienta del socialismo
internacional), el Sr.Trump está dispuesto a llegar a acuerdos mínimos con Guaidó y su grupo (que es decir, López y su
grupo) con tal de salir del chavismo y los cubanos, que encarnan la versión más
salvaje y primitiva del socialismo, y esto de llegar a acuerdos es un eufemismo
para decir que los republicanos saben que los socialistas venezolanos creen
poder burlarse de la derecha norteamericana, utilizarlos y luego hacer fiesta
con los demócratas de Obama y Sanders y con los socialistas europeos, Trump los
tiene mediditos.
En
este punto debo aclarar que el chavismo y los partidos socialistas venezolanos
que conforman la Asamblea Nacional están enfrentados, los chavistas no quieren
perder el poder, tienen demasiados compromisos con las mafias y el crimen
organizado, Rusia y China les han apostado fuertemente, Cuba depende de que
ellos se mantengan en el poder, no hay términos medios, o sigue gobernando el
chavismo o la cúpula del madurismo pueden resultar como daños colaterales
durante el colapso.
Pero las
fuerzas del chavismo ya no cuentan con el apoyo popular y se han deslegitimado,
pero se están aferrando al poder con las uñas, están tratando desesperadamente
de neutralizar al Sr. Guaidó, de despojarlo de su inmunidad parlamentaria para
así detenerlo; los otros partidos socialistas demócratas creen que les ha
llegado el turno a ellos, que esta crisis es su oportunidad de llegar al poder
y relevar al chavismo, practicando un socialismo más humano y eficiente… pero
no se confundan, todo socialismo no hace otra cosa que tenderle la cama al
comunismo, todos esos jóvenes políticos de la izquierda humanista venezolana,
que creen estar haciendo el bien, están conduciendo al país de nuevo a la
trampa acerada de un retorno, tarde o temprano, del chavismo.
Trump
aceptó el acuerdo con los socialistas demócratas venezolanos, de manera
pragmática, prefiere lidiar con estos socialistas moderados que lidera López a
través de Guaidó, a pesar de que estos no quieren a los republicanos
norteamericanos como él, pero coinciden en el interés de salir del
chavismo-cubano; más adelante buscará la manera de lidiar con ellos pero, por
alguna razón que desconozco, esta jugada de jaque mate a Maduro por parte de los
EEUU no se ha dado, lo que ha aprovechado Rusia para tratar de de incordiar y
hacerle más costosa la jugada al señor Trump.
Según
la información disponible la intervención de los EEUU se ha retardado por
varias razones, el señor Trump está muy ocupado tratando de impedir que los
demócratas le abran un proceso de impeachment
para removerlo del poder, además, se encuentra en el inicio de una nueva
campaña electoral para asegurarse un segundo turno en la presidencia, esta vez
por su reelección.
Para
complicar las cosas, parece que hay sobre el horizonte señales de una nueva
recesión económica mundial, que está empezando afectar la economía
norteamericana, ya ha golpeado a la China, y Europa empieza a sentir sus
efectos, lo que debería convertir a Venezuela en un objetivo de redoblado
interés para occidente, por la abundancia de su petróleo, lo que la trocaría en
una buena ficha contra esas predicciones, los programas de reconstrucción del
país darían empleo y ganancias a importantes empresas, y lo mejor, una vez
reactivada su producción petrolera, Venezuela tendría como pagar esas
millonarias inversiones.
Las
posibilidades de recuperación del país están frente a una disyuntiva, si se
negocia la recuperación con los EEUU, esta puede ser rápida y muy eficiente, sobre
todo en lo que concierne a poner de nuevo a operar a la industria petrolera,
ellos poseen la última tecnología justamente la que se necesita dadas las
características de nuestro petróleo, y siendo ellos el principal mercado todo
apuntaría a que el cronograma de recuperación de la industria sería óptimo,
además la gran mayoría de nuestras refinerías, oleoductos , plantas de gas,
pozos tienen como patrón la ingeniería norteamericana.
Pero
los socialistas venezolanos no quieren depender de los norteamericanos
justamente por esa desconfianza natural producto de dos ideologías que se
repelen, socialismo y capitalismo, además por todos unos temores heredados de
imperialismo y colonialismo que la filosofía de la liberación y de la relación
periferia-centro que el comunismo ha propagado por toda Latinoamérica, les da
pavor, prefieren que la recuperación sea lenta, repartiendo los huevos en
diferentes canastas, incluso pensando en incluir a China y Rusia en los planes
de reconstrucción, pero contando principalmente en el apoyo de los países del
mercado común europeo, porque allí están asentados sus socios socialistas.
Los
izquierdistas venezolanos son tan obtusos que prefieren hacer “justicia social”
con nuestra sobrevivencia como país, hacer política barata con nuestro futuro,
si los socialistas estuvieren en el poder cuando se produzca la reconstrucción,
va a ser perjudicial para los intereses de Venezuela, no será fácil, van a
enredarlo todo por cuestiones de intereses ideológicos, estoy seguro que lo que
nos van a presentar, es su propia versión de un pabellón socialista que lo
harán con productos que vienen en las cajas CLAP.
Yo
soy de la opinión de salir del chavismo primero, permitiendo que Guaidó lidere
esta salida con la ayuda de nuestros aliados en el mundo, no le va a quedar
otro remedio que aceptar la ayuda de los guerreros norteamericanos, y una vez
completada la extirpación del tumor chavista en el país y en el mundo, ejercer
internamente toda la presión política necesaria para que Guaidó y su gente acepte
la negociación con los EEUU para la fase de la reconstrucción, que
indudablemente serán los EEUU los primeros beneficiados, pero igualmente lo
será Europa, y si son inteligentes y negocian con el gobierno de Trump en
buenos términos, es posible que sea beneficioso también para Rusia y China.
Luego
vendrá la tercera fase, la preparación de una elecciones, sin el chavismo y
entre los partidos socialistas demócratas, y las organizaciones políticas de la
derecha venezolana, compitiendo en igualdad de condiciones y con un árbitro
imparcial, estoy seguro que será la primera vez en la historia de Venezuela que
un candidato y un partido de la derecha se haga con el poder. -
saulgodoy@gmail.com
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