martes, 2 de abril de 2019

El pabellón socialista




“En lo concerniente a sus fines, Socialismo y Comunismo son virtualmente términos intercambiables. De hecho, el partido de Lenin continuó llamándose “Social Demócrata” hasta el Séptimo Congreso del Partido en 1918, cuando sustituyó el termino por “Bolchevique” como protesta en contra de las actitudes no revolucionarias de los partidos socialistas de Occidente”.

Ezra Taft Benson, Una Carrera contra el Tiempo, 1963.

El pabellón es el plato de la cocina más típica venezolana, combina el arroz, las caraotas negras, la carne desmechada, el plátano, (hay quienes le ponen un huevo frito, en lo personal me gusta agregarle un aguacate al condumio) en una colorida presentación de sabores y texturas, muy caribeño y con una larga tradición en nuestras mesas, esta variedad de productos representa de manera fidedigna el revoltijo de ideas que tienen los socialistas venezolanos al momento de encarar los problemas del país.
Volvamos al principio, el partido político Voluntad Popular del cual viene el Sr. Guaidó es un partido socialista, firme creyente e impulsor de la tesis del Nuevo Orden mundial; el Sr. Guaidó, hasta los momentos, ha probado ser un socialista modelo: su discurso, sus valores, sus nombramientos reflejan esa posición… de modo que, por favor, no se confundan, nuestro problema político es entre dos fuerzas socialistas, una decadente y bañada en sangre, que es el chavismo, representado por Maduro, que ya hizo todo el trabajo sucio para acabar con el viejo orden, y ahora pretende venir el Sr, Leopoldo López, fundador del partido Voluntad Popular y jefe político de Guaidó, ambos jóvenes, luchadores e impolutos lideres civiles dispuestos a construir la nueva sociedad venezolana bajo las bases del socialismo afiliado al Nuevo Orden Mundial.
Toda la literatura y las ideas que han salido del entorno de Leopoldo López hablan de un estado fuerte, centralista, planificador, benefactor, dueño de los principales medios de producción y de los recursos naturales, nacionalista, igualitario y colectivista, que es el mismo papelillo ideológico que nos ha ahogado durante estos últimos 60 años, lo lamento por él, me cae bien, pero tiene la cabecita llena de ideas equivocadas que no resisten el menor examen racional.
Pero debido al delicado momento que vive el país, al desastre que nos amenaza, Guaidó se ha convertido en la esperanza de los demócratas venezolanos, en el símbolo de la resistencia y para la comunidad internacional, en el único interlocutor válido y legítimo que existe en el país.
Pero eso no impide que alertemos sobre la naturaleza de los socialistas “buenos” que representa Guaidó, los socialistas no creen en la propiedad privada, creen en una propiedad mixta donde el estado siempre tenga la última palabra (expropiar en nombre del altísimo interés del estado), no creen la empresa privada sino en esas empresas mixtas tan extrañas que al final terminamos todos subsidiando sus pérdidas, no creen en la libre competencia pero si en la regulación y la intervención del estado en los asuntos de naturaleza privada, creen en distribuir acciones de las empresas entre sus trabajadores, en hacerlos socios, están completamente convencidos que la función primordial del estado es defender los intereses de los pobres, de ayudar a los sindicatos a ser fuertes en contra de los empresarios, no les importa la suerte de los entes productivos privados, prefieren distribuir la riqueza que en producirla, son todos ingredientes para el fracaso económico de un país.
Los EEUU y sus aliados, que son los únicos países que pudieran parar el desastre humanitario en Venezuela y contener el avance del socialismo en el mundo, están al tanto de esta compleja situación, y van a actuar, no por altruismo, sino en defensa de sus propios intereses, porque no se puede permitir que el chavismo siga causando estragos en la región; de hecho, los EEUU y el gobierno del señor Trump tiene internamente sus propios problemas, con la poderosa facción socialista del partido demócrata, que está tratando, por todos los medios, de sacarlo del poder enredándolo en una serie de acusaciones e investigaciones judiciales, administrativas y políticas.
El gobierno del Sr. Trump sabe que los afectos al partido político Voluntad Popular y al Sr. Guaidó están del lado socialista, pero como son mucho más moderados que los chavistas; y aunque la mayoría de los representantes de la Asamblea Nacional venezolana prefieren la posición europea de negociar con el chavismo por medio de su grupo de contacto (una herramienta del socialismo internacional), el Sr.Trump está dispuesto a llegar a acuerdos mínimos con  Guaidó y su grupo (que es decir, López y su grupo) con tal de salir del chavismo y los cubanos, que encarnan la versión más salvaje y primitiva del socialismo, y esto de llegar a acuerdos es un eufemismo para decir que los republicanos saben que los socialistas venezolanos creen poder burlarse de la derecha norteamericana, utilizarlos y luego hacer fiesta con los demócratas de Obama y Sanders y con los socialistas europeos, Trump los tiene mediditos.
En este punto debo aclarar que el chavismo y los partidos socialistas venezolanos que conforman la Asamblea Nacional están enfrentados, los chavistas no quieren perder el poder, tienen demasiados compromisos con las mafias y el crimen organizado, Rusia y China les han apostado fuertemente, Cuba depende de que ellos se mantengan en el poder, no hay términos medios, o sigue gobernando el chavismo o la cúpula del madurismo pueden resultar como daños colaterales durante el colapso.
Pero las fuerzas del chavismo ya no cuentan con el apoyo popular y se han deslegitimado, pero se están aferrando al poder con las uñas, están tratando desesperadamente de neutralizar al Sr. Guaidó, de despojarlo de su inmunidad parlamentaria para así detenerlo; los otros partidos socialistas demócratas creen que les ha llegado el turno a ellos, que esta crisis es su oportunidad de llegar al poder y relevar al chavismo, practicando un socialismo más humano y eficiente… pero no se confundan, todo socialismo no hace otra cosa que tenderle la cama al comunismo, todos esos jóvenes políticos de la izquierda humanista venezolana, que creen estar haciendo el bien, están conduciendo al país de nuevo a la trampa acerada de un retorno, tarde o temprano, del chavismo.
Trump aceptó el acuerdo con los socialistas demócratas venezolanos, de manera pragmática, prefiere lidiar con estos socialistas moderados que lidera López a través de Guaidó, a pesar de que estos no quieren a los republicanos norteamericanos como él, pero coinciden en el interés de salir del chavismo-cubano; más adelante buscará la manera de lidiar con ellos pero, por alguna razón que desconozco, esta jugada de jaque mate a Maduro por parte de los EEUU no se ha dado, lo que ha aprovechado Rusia para tratar de de incordiar y hacerle más costosa la jugada al señor Trump.
Según la información disponible la intervención de los EEUU se ha retardado por varias razones, el señor Trump está muy ocupado tratando de impedir que los demócratas le abran un proceso de impeachment para removerlo del poder, además, se encuentra en el inicio de una nueva campaña electoral para asegurarse un segundo turno en la presidencia, esta vez por su reelección.
Para complicar las cosas, parece que hay sobre el horizonte señales de una nueva recesión económica mundial, que está empezando afectar la economía norteamericana, ya ha golpeado a la China, y Europa empieza a sentir sus efectos, lo que debería convertir a Venezuela en un objetivo de redoblado interés para occidente, por la abundancia de su petróleo, lo que la trocaría en una buena ficha contra esas predicciones, los programas de reconstrucción del país darían empleo y ganancias a importantes empresas, y lo mejor, una vez reactivada su producción petrolera, Venezuela tendría como pagar esas millonarias inversiones.
Las posibilidades de recuperación del país están frente a una disyuntiva, si se negocia la recuperación con los EEUU, esta puede ser rápida y muy eficiente, sobre todo en lo que concierne a poner de nuevo a operar a la industria petrolera, ellos poseen la última tecnología justamente la que se necesita dadas las características de nuestro petróleo, y siendo ellos el principal mercado todo apuntaría a que el cronograma de recuperación de la industria sería óptimo, además la gran mayoría de nuestras refinerías, oleoductos , plantas de gas, pozos tienen como patrón la ingeniería norteamericana.
Pero los socialistas venezolanos no quieren depender de los norteamericanos justamente por esa desconfianza natural producto de dos ideologías que se repelen, socialismo y capitalismo, además por todos unos temores heredados de imperialismo y colonialismo que la filosofía de la liberación y de la relación periferia-centro que el comunismo ha propagado por toda Latinoamérica, les da pavor, prefieren que la recuperación sea lenta, repartiendo los huevos en diferentes canastas, incluso pensando en incluir a China y Rusia en los planes de reconstrucción, pero contando principalmente en el apoyo de los países del mercado común europeo, porque allí están asentados sus socios socialistas.
Los izquierdistas venezolanos son tan obtusos que prefieren hacer “justicia social” con nuestra sobrevivencia como país, hacer política barata con nuestro futuro, si los socialistas estuvieren en el poder cuando se produzca la reconstrucción, va a ser perjudicial para los intereses de Venezuela, no será fácil, van a enredarlo todo por cuestiones de intereses ideológicos, estoy seguro que lo que nos van a presentar, es su propia versión de un pabellón socialista que lo harán con productos que vienen en las cajas CLAP.
Yo soy de la opinión de salir del chavismo primero, permitiendo que Guaidó lidere esta salida con la ayuda de nuestros aliados en el mundo, no le va a quedar otro remedio que aceptar la ayuda de los guerreros norteamericanos, y una vez completada la extirpación del tumor chavista en el país y en el mundo, ejercer internamente toda la presión política necesaria para que Guaidó y su gente acepte la negociación con los EEUU para la fase de la reconstrucción, que indudablemente serán los EEUU los primeros beneficiados, pero igualmente lo será Europa, y si son inteligentes y negocian con el gobierno de Trump en buenos términos, es posible que sea beneficioso también para Rusia y China.
Luego vendrá la tercera fase, la preparación de una elecciones, sin el chavismo y entre los partidos socialistas demócratas, y las organizaciones políticas de la derecha venezolana, compitiendo en igualdad de condiciones y con un árbitro imparcial, estoy seguro que será la primera vez en la historia de Venezuela que un candidato y un partido de la derecha se haga con el poder.   -   saulgodoy@gmail.com





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