miércoles, 3 de abril de 2019

El Teatro de Operaciones del Suroeste del Pacífico, por Saúl Godoy Gómez


Durante la Segunda Guerra Mundial no hubo operación militar más compleja, difícil y de tal alto costo como la Guerra del Pacífico que protagonizaron las fuerzas aliadas (EEUU, Inglaterra y sus territorios, Holanda) en contra de Japón; la historia empieza el 7 de diciembre de 1941 con el ataque a Pearl Harbor y termina en 1945 cuando el 6 de Agosto los Norteamericanos lanzan la bomba atómica sobre Hiroshima, y el 9 sobre Nagasaki que provocó la rendición incondicional de Japón (ese fatal día 9 de Agosto el ejército soviético invade Manchuria y 1.5 millones de efectivos arroyan sin contemplación a 713.000 tropas de ocupación allí estacionadas, el Imperio Japonés no pudo resistir tales daños) además, recordemos que Japón había sido blanco de continuos bombardeos de sus principales ciudades industriales, lo que redujo su capacidad de producción de armamentos en más de un 40%.
Pero fueron cuatro años que empezaron con victorias militares absolutas para Japón, con Pearl Harbor los EEUU pierde buena parte de su flota marítima, pero poca gente cae en cuenta que con la perdida de las Filipinas pierden también su flota de bombarderos de larga distancia, bajo estas circunstancias los EEUU no está en capacidad de detener el avance de los japonés, y efectivamente, los japoneses avanzaron, y ocuparon una buena parte del Pacífico dejando apenas a Australia y Nueva Zelanda bajo asedio.
Los japoneses tenía una clara ventaja en experiencia, tácticas y tecnología, desde 1931 las campañas en contra de China le dieron la oportunidad de adquirir experiencia de combate donde desarrollaron una coordinación efectiva entre sus fuerzas navales y aéreas, ya para 1941 el avión Mitsubishi A6M Zero estaba plenamente desarrollado y probado, convirtiéndose en el caza de escolta de mayor maniobrabilidad, alcance y poder de fuego que cualquier otro en el bando aliado, contaban con el fusil Arisaka calibre 7.7 mm., con una velocidad en la bala de 2.500 pies por segundo considerado el más efectivo en su tipo, igualmente disponían de morteros de alta precisión de 50 y 81 mm, igual con la mortal ametralladora ligera Nambu y la pesada de 7.7 mm que era una modificación de la ametralladora francesa Hotchkiss, todas probadas en combate.
Los aliados por su parte tenían sus barcos y aviones de vieja tecnología, nunca habían coordinado prácticas de combate con sus pares británicos, holandeses, australianos, franceses, y desconocían el comportamiento y el pensamiento estratégico japonés, sumado todo esto al sorpresivo ataque en Hawaii, quebraron toda posibilidad de defensa efectiva en contra del avance enemigo.
En los primeros tres meses de la campaña en el Pacífico los japoneses obtuvieron contundentes victorias sin apenas resistencia, destruyeron los buques de guerra británicos Prince of Wales y el Repulse en las costas Malayas, a los pocos meses en el mar de Java hundieron sin dificultad una coalición de destructores y cruceros que ensamblaron a la carrera los americanos, británicos, holandeses y australianos, para finales de 1941 se perdieron Hong Kong, Wake y Guam, inmediatamente después cayeron Java Sumatra, Borneo, Malaya, Singapur, Burma y la parte norte de Nueva Guinea.
Para 1942 sobrevino el terrible descalabro naval de Midway para los norteamericanos, pero ya el aparato militar empezaba rápidamente a aprender sobre como peleaba el enemigo, cada una de esas derrotas fueron concienzudamente estudiadas, aprendieron rápidamente las combinaciones de apoyo aéreo a los convoyes navales, como hacían las operaciones anfibias, como ocupaban los territorios y las defensas que levantaban, sus ingenieros estudiaron a fondo cada una de sus armas que utilizaron, la logística de abastecimiento y reequipamiento.
Nos dice el historiador militar Mark Roehers en su ensayo El Suroeste del Pacífico (2013):

Cuando se dieron los grandes enfrentamientos en el otoño de1943, los aliados gozaban de superioridad en todas las categorías del conflicto. En el mar, nuevos portaviones reemplazaron aquellos que se perdieron en las etapas tempranas del combate así mismo con toda una nueva clase de transportes. De manera similar los barcos que se perdieron en Pearl Harbor fueron más allá de simplemente repararlos o reemplazarlos, nuevos cruceros y destructores, una nueva clase de vehículos de asalto anfibios fueron desarrollados y construidos, una nueva armada de buques de abastecimiento fue puesta a la orden para llevar los productos de la industria norteamericana tanto para el Atlántico como para el Pacífico y que suplieron de material a los aliados en el mundo. En el cielo, una nueva clase de cazas y bombarderos salían a granel de las fábricas de la Grumman, North American, Boeing, y Douglas, aviones diseñados para destruir las fuerzas aéreas del Eje y llevados a los territorios enemigos.

Uno de los casos que reflejan este éxito de la industria armamentista norteamericana fue lo sucedido en las islas Aleutianas, donde en la batalla de Dutch Harbor, un avión Zero se estrelló en una de las islas resultando prácticamente intacto, el piloto murió pero los americanos lo recuperaron se lo llevaron, lo repararon y lo examinaron operándolo bajo todas las condiciones posibles observándolo al detalle para descubrir sus secretos, todas sus prestaciones fueron superadas y todas sus debilidades corregidas y de allí nació el caza F6F Hellcat de la Grumman, fue el fin del reinado del Zero japonés.
La intención de los japoneses con la aventura en el pacífico era por un lado, extender lo más posible el anillo de defensa para proteger al Japón, que tendría un uso dual ya que les permitiría lanzar ataques en contra de los aliados, incluso, haciendo posible un ataque directo a la costa oeste de los EEUU, también era parte del plan apropiarse de importantes recursos naturales del sureste asiático y del Suroeste del pacífico, caucho, petróleo, minerales, alimentos, mano de obra esclava pero sobre todo, una serie de bases de avanzada aérea, en pistas sobre las islas profundo en el Pacífico, la estrategia militar en el Pacífico debido a las enormes distancias entre las masas continentales requerían construir una serie de bases alternas para ir saltando y reabasteciendo hasta llegar a sus objetivos finales.
Desde el principio era vital para el plan de dominio japonés el desarrollo de una fuerza combinada aire-mar y una infantería para la ocupación territorial, todos los manuales de guerra tuvieron que ser reescritos bajo estas nuevas necesidades, pero fueron sin duda la geografía y el aspecto climático lo que cambiaron radicalmente las reglas de combate, muchos de estos territorios eran tropicales, el calor afectaba el rendimiento de las tropas, algunos de estos parajes contaban con las selvas más densas del planeta, con períodos de lluvia que anegaban el terreno y hacían proliferar cualquier tipo de enfermedades, una buena parte de las bajas en ambos bandos eran producto de las condiciones ambientales, la malaria y la disentería eran mortales y cuando no, incapacitaban al soldado, pelear en aquel teatro de operaciones era un infierno tal y como quedó registrado para la posteridad, cuando se interrumpían las frágiles líneas de suministro era muy fácil para las tropas quedar aisladas, sin municiones, medicinas, agua potable y sin comida.
Uno de los grandes protagonistas de esta guerra fue el General Douglas MacArthur (1880-1964), no era santo de mi devoción, pero es admirado por un gran número de personas, el autor William Manchester en la biografía que escribió sobre el General, American Cesar (1976), nos habla de su cualidad de estratega durante este conflicto:

Al final de la primavera de 1943, el General probablemente sabía más de geografía de la Nueva Guinea, del Archipiélago de Bismarck y de las islas Salomón que ningún hombre en su época. Se había familiarizado con los bancos de coral, las tablas de las mareas, sus ensenadas y promontorios, sus senderos montañosos, las estaciones de lluvia; podía señalar pistas de aterrizaje o áreas donde podían ser abiertas entre la hierba kunai, podía identificar blancos para los P-38 (que podían tener una autonomía de vuelo de 2.260 millas por tanque de combustible), de los P-40 (2.300 millas), y de los B-17 (1850 millas con su carga de 3000 libras de bombas). Además MacArthur entendía al enemigo, la capacidad y disposición de sus fuerzas, sus líneas de abastecimiento, su capacidad de contar con refuerzos, la calidad de sus equipos (alta), su moral (más alta) y su coraje (el más alto de todos)… las dotes del General eran la de un estratega, la de un arquitecto de la guerra, simplemente no tenía par en el ejército durante la Segunda Guerra Mundial.

MacArthur, luego de perder las Filipinas dijo su famosa frase: “I will come back”, y lo hizo, a sangre y fuego en una de las reconquistas más duras de la historia militar.
Pero el genio estratégico de MacArthur brilló en su campaña contra el sitio de Rabaul, situado en la punta este de New Britain (una isla, parte de Nueva Guinea), los japoneses lo habían convertido en uno de los puntos con mayor capacidad bélica y de fortificaciones del área, para llegar a las Filipinas había que pasar por Rabaul, que la habían convertido en el principal depósito de municiones, tenía un impresionante puerto, cuatro grandes aeropuertos, contaba con 100.000 tropas de infantería, los japoneses se habían preparado para tener un enfrentamiento definitivo en el que estaban dispuestos a infligirle un alto costo a los EEUU, las tropas estaban mentalizadas para darla vida por el Imperio del Sol y resistir hasta el último hombre.
Pero MacArthur tenía otra idea, como buen estratega de infantería, veía al poderío aéreo como una extensión de la artillería, y usaba a los bombardeos, escoltados por cazas para protegerlos, para atacar y destruir las bases japonesas que servían para que sus propias fuerzas pudieran dar esos “saltos de rana” que había que dar en el Pacífico debido a las distancias entre isla y isla.
Sus aviones destruían las bases, las islas eran ocupadas por los Marines, e inmediatamente entraba el cuerpo de ingenieros para reconstruir las pistas para los bombarderos de largo alcance, con cada nueva base sus fuerzas se acercaban a territorio japonés, en vez de ir contra Rabaul donde sabía los costos en tiempo, vidas y recursos serían prohibitivos, prefirió aislarla interrumpiendo todas las bases pequeñas que le servían de apoyo y línea de suministro.
MacArthur hundía a toda nave que salía o entraba, tumbaba cualquier avión que se atreviera a acercarse a Rabaul, y los japoneses simplemente se secaron esperando el combate, pasaron directo a las Filipinas sin tocar a Rabaul y los japoneses enloquecieron, literalmente, esperando un combate para el que se habían preparado y que nunca se dio, pasando hambre y sed, se cuenta de historias de soldados que se internaron en la selva a vivir como animales salvajes.
El teatro de operaciones del Pacífico representa para los estudiosos, uno de los escenarios de mayor dinamismo y cambios en las tácticas, armas, estrategias y logística en la historia de los conflictos armados, donde se jugó por primera vez el dominio de múltiples esferas de acción simultáneamente, donde se dieron a un grado máximo de complejidad las operaciones combinadas, las FFAA de cada país involucrado reescribieron los manuales de guerra, cada derrota y cada victoria fue cuidadosamente estudiada para extraer enseñanzas, resumido todo en menos de cuatro años pasaron de la guerra convencional a la guerra atómica.
En esta guerra se vio operando a los países en su máxima capacidad de producción industrial, Japón tenía las de perder pues abarcó demasiado para su capacidad, los EEUU en cambio, aprovechó su músculo innovador, a sus diseñadores, investigadores, ingenieros, empresarios y los puso a producir al máximo, eficiente y ordenadamente todo tipo de equipos, desde lo más sofisticado a lo más común, por ejemplo, mecanizar a todo su ejército; mientras los alemanes llegaron al final de la guerra utilizando más de 600.000 caballos para el transporte de sus tropas y artillería, los aliados contaban con jeeps y camiones en sus movilizaciones.
En otros artículos exploraremos el lado salvaje de esta guerra como lo fue el sitio de Tarawa o la majestuosa batalla naval de Midway.   -   saulgodoy@gmail.com



   





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