Durante
la Segunda Guerra Mundial no hubo operación militar más compleja, difícil y de
tal alto costo como la Guerra del Pacífico que protagonizaron las fuerzas
aliadas (EEUU, Inglaterra y sus territorios, Holanda) en contra de Japón; la
historia empieza el 7 de diciembre de 1941 con el ataque a Pearl Harbor y
termina en 1945 cuando el 6 de Agosto los Norteamericanos lanzan la bomba
atómica sobre Hiroshima, y el 9 sobre Nagasaki que provocó la rendición
incondicional de Japón (ese fatal día 9 de Agosto el ejército soviético invade
Manchuria y 1.5 millones de efectivos arroyan sin contemplación a 713.000
tropas de ocupación allí estacionadas, el Imperio Japonés no pudo resistir
tales daños) además, recordemos que Japón había sido blanco de continuos
bombardeos de sus principales ciudades industriales, lo que redujo su capacidad
de producción de armamentos en más de un 40%.
Pero
fueron cuatro años que empezaron con victorias militares absolutas para Japón, con
Pearl Harbor los EEUU pierde buena parte de su flota marítima, pero poca gente
cae en cuenta que con la perdida de las Filipinas pierden también su flota de
bombarderos de larga distancia, bajo estas circunstancias los EEUU no está en
capacidad de detener el avance de los japonés, y efectivamente, los japoneses
avanzaron, y ocuparon una buena parte del Pacífico dejando apenas a Australia y
Nueva Zelanda bajo asedio.
Los
japoneses tenía una clara ventaja en experiencia, tácticas y tecnología, desde
1931 las campañas en contra de China le dieron la oportunidad de adquirir
experiencia de combate donde desarrollaron una coordinación efectiva entre sus
fuerzas navales y aéreas, ya para 1941 el avión Mitsubishi A6M Zero estaba
plenamente desarrollado y probado, convirtiéndose en el caza de escolta de
mayor maniobrabilidad, alcance y poder de fuego que cualquier otro en el bando
aliado, contaban con el fusil Arisaka calibre 7.7 mm., con una velocidad en la
bala de 2.500 pies por segundo considerado el más efectivo en su tipo,
igualmente disponían de morteros de alta precisión de 50 y 81 mm, igual con la
mortal ametralladora ligera Nambu y la pesada de 7.7 mm que era una
modificación de la ametralladora francesa Hotchkiss, todas probadas en combate.
Los
aliados por su parte tenían sus barcos y aviones de vieja tecnología, nunca
habían coordinado prácticas de combate con sus pares británicos, holandeses,
australianos, franceses, y desconocían el comportamiento y el pensamiento
estratégico japonés, sumado todo esto al sorpresivo ataque en Hawaii, quebraron
toda posibilidad de defensa efectiva en contra del avance enemigo.
En
los primeros tres meses de la campaña en el Pacífico los japoneses obtuvieron
contundentes victorias sin apenas resistencia, destruyeron los buques de guerra
británicos Prince of Wales y el Repulse en las costas Malayas, a los
pocos meses en el mar de Java hundieron sin dificultad una coalición de
destructores y cruceros que ensamblaron a la carrera los americanos,
británicos, holandeses y australianos, para finales de 1941 se perdieron Hong
Kong, Wake y Guam, inmediatamente después cayeron Java Sumatra, Borneo, Malaya,
Singapur, Burma y la parte norte de Nueva Guinea.
Para
1942 sobrevino el terrible descalabro naval de Midway para los norteamericanos,
pero ya el aparato militar empezaba rápidamente a aprender sobre como peleaba
el enemigo, cada una de esas derrotas fueron concienzudamente estudiadas,
aprendieron rápidamente las combinaciones de apoyo aéreo a los convoyes navales,
como hacían las operaciones anfibias, como ocupaban los territorios y las
defensas que levantaban, sus ingenieros estudiaron a fondo cada una de sus
armas que utilizaron, la logística de abastecimiento y reequipamiento.
Nos
dice el historiador militar Mark Roehers en su ensayo El Suroeste del Pacífico (2013):
Cuando se dieron los grandes
enfrentamientos en el otoño de1943, los aliados gozaban de superioridad en
todas las categorías del conflicto. En el mar, nuevos portaviones reemplazaron
aquellos que se perdieron en las etapas tempranas del combate así mismo con
toda una nueva clase de transportes. De manera similar los barcos que se perdieron
en Pearl Harbor fueron más allá de simplemente repararlos o reemplazarlos,
nuevos cruceros y destructores, una nueva clase de vehículos de asalto anfibios
fueron desarrollados y construidos, una nueva armada de buques de
abastecimiento fue puesta a la orden para llevar los productos de la industria
norteamericana tanto para el Atlántico como para el Pacífico y que suplieron de
material a los aliados en el mundo. En el cielo, una nueva clase de cazas y
bombarderos salían a granel de las fábricas de la Grumman, North American,
Boeing, y Douglas, aviones diseñados para destruir las fuerzas aéreas del Eje y
llevados a los territorios enemigos.
Uno de los casos que reflejan este éxito de la
industria armamentista norteamericana fue lo sucedido en las islas Aleutianas,
donde en la batalla de Dutch Harbor, un avión Zero se estrelló en una de las
islas resultando prácticamente intacto, el piloto murió pero los americanos lo
recuperaron se lo llevaron, lo repararon y lo examinaron operándolo bajo todas
las condiciones posibles observándolo al detalle para descubrir sus secretos,
todas sus prestaciones fueron superadas y todas sus debilidades corregidas y de
allí nació el caza F6F Hellcat de la Grumman, fue el fin del reinado del Zero
japonés.
La intención de los japoneses con la aventura en el
pacífico era por un lado, extender lo más posible el anillo de defensa para
proteger al Japón, que tendría un uso dual ya que les permitiría lanzar ataques
en contra de los aliados, incluso, haciendo posible un ataque directo a la
costa oeste de los EEUU, también era parte del plan apropiarse de importantes
recursos naturales del sureste asiático y del Suroeste del pacífico, caucho,
petróleo, minerales, alimentos, mano de obra esclava pero sobre todo, una serie
de bases de avanzada aérea, en pistas sobre las islas profundo en el Pacífico,
la estrategia militar en el Pacífico debido a las enormes distancias entre las
masas continentales requerían construir una serie de bases alternas para ir
saltando y reabasteciendo hasta llegar a sus objetivos finales.
Desde el principio era vital para el plan de dominio
japonés el desarrollo de una fuerza combinada aire-mar y una infantería para la
ocupación territorial, todos los manuales de guerra tuvieron que ser reescritos
bajo estas nuevas necesidades, pero fueron sin duda la geografía y el aspecto
climático lo que cambiaron radicalmente las reglas de combate, muchos de estos
territorios eran tropicales, el calor afectaba el rendimiento de las tropas, algunos
de estos parajes contaban con las selvas más densas del planeta, con períodos
de lluvia que anegaban el terreno y hacían proliferar cualquier tipo de
enfermedades, una buena parte de las bajas en ambos bandos eran producto de las
condiciones ambientales, la malaria y la disentería eran mortales y cuando no,
incapacitaban al soldado, pelear en aquel teatro de operaciones era un infierno
tal y como quedó registrado para la posteridad, cuando se interrumpían las
frágiles líneas de suministro era muy fácil para las tropas quedar aisladas,
sin municiones, medicinas, agua potable y sin comida.
Uno de los grandes protagonistas de esta guerra fue
el General Douglas MacArthur (1880-1964), no era santo de mi devoción, pero es
admirado por un gran número de personas, el autor William Manchester en la
biografía que escribió sobre el General, American
Cesar (1976), nos habla de su cualidad de estratega durante este conflicto:
Al final de la primavera de 1943, el
General probablemente sabía más de geografía de la Nueva Guinea, del
Archipiélago de Bismarck y de las islas Salomón que ningún hombre en su época.
Se había familiarizado con los bancos de coral, las tablas de las mareas, sus
ensenadas y promontorios, sus senderos montañosos, las estaciones de lluvia;
podía señalar pistas de aterrizaje o áreas donde podían ser abiertas entre la
hierba kunai, podía identificar blancos para los P-38 (que podían tener una
autonomía de vuelo de 2.260 millas por tanque de combustible), de los P-40
(2.300 millas), y de los B-17 (1850 millas con su carga de 3000 libras de
bombas). Además MacArthur entendía al enemigo, la capacidad y disposición de
sus fuerzas, sus líneas de abastecimiento, su capacidad de contar con
refuerzos, la calidad de sus equipos (alta), su moral (más alta) y su coraje
(el más alto de todos)… las dotes del General eran la de un estratega, la de un
arquitecto de la guerra, simplemente no tenía par en el ejército durante la
Segunda Guerra Mundial.
MacArthur, luego de perder las Filipinas dijo su
famosa frase: “I will come back”, y
lo hizo, a sangre y fuego en una de las reconquistas más duras de la historia
militar.
Pero el genio estratégico de MacArthur brilló en su
campaña contra el sitio de Rabaul, situado en la punta este de New Britain (una
isla, parte de Nueva Guinea), los japoneses lo habían convertido en uno de los
puntos con mayor capacidad bélica y de fortificaciones del área, para llegar a
las Filipinas había que pasar por Rabaul, que la habían convertido en el
principal depósito de municiones, tenía un impresionante puerto, cuatro grandes
aeropuertos, contaba con 100.000 tropas de infantería, los japoneses se habían
preparado para tener un enfrentamiento definitivo en el que estaban dispuestos
a infligirle un alto costo a los EEUU, las tropas estaban mentalizadas para
darla vida por el Imperio del Sol y resistir hasta el último hombre.
Pero MacArthur tenía otra idea, como buen estratega
de infantería, veía al poderío aéreo como una extensión de la artillería, y
usaba a los bombardeos, escoltados por cazas para protegerlos, para atacar y
destruir las bases japonesas que servían para que sus propias fuerzas pudieran
dar esos “saltos de rana” que había que dar en el Pacífico debido a las distancias
entre isla y isla.
Sus aviones destruían las bases, las islas eran
ocupadas por los Marines, e inmediatamente entraba el cuerpo de ingenieros para
reconstruir las pistas para los bombarderos de largo alcance, con cada nueva
base sus fuerzas se acercaban a territorio japonés, en vez de ir contra Rabaul
donde sabía los costos en tiempo, vidas y recursos serían prohibitivos, prefirió
aislarla interrumpiendo todas las bases pequeñas que le servían de apoyo y
línea de suministro.
MacArthur hundía a toda nave que salía o entraba,
tumbaba cualquier avión que se atreviera a acercarse a Rabaul, y los japoneses
simplemente se secaron esperando el combate, pasaron directo a las Filipinas
sin tocar a Rabaul y los japoneses enloquecieron, literalmente, esperando un
combate para el que se habían preparado y que nunca se dio, pasando hambre y
sed, se cuenta de historias de soldados que se internaron en la selva a vivir
como animales salvajes.
El teatro de operaciones del Pacífico representa
para los estudiosos, uno de los escenarios de mayor dinamismo y cambios en las
tácticas, armas, estrategias y logística en la historia de los conflictos
armados, donde se jugó por primera vez el dominio de múltiples esferas de
acción simultáneamente, donde se dieron a un grado máximo de complejidad las
operaciones combinadas, las FFAA de cada país involucrado reescribieron los
manuales de guerra, cada derrota y cada victoria fue cuidadosamente estudiada
para extraer enseñanzas, resumido todo en menos de cuatro años pasaron de la
guerra convencional a la guerra atómica.
En esta guerra se vio operando a los países en su
máxima capacidad de producción industrial, Japón tenía las de perder pues
abarcó demasiado para su capacidad, los EEUU en cambio, aprovechó su músculo
innovador, a sus diseñadores, investigadores, ingenieros, empresarios y los
puso a producir al máximo, eficiente y ordenadamente todo tipo de equipos,
desde lo más sofisticado a lo más común, por ejemplo, mecanizar a todo su
ejército; mientras los alemanes llegaron al final de la guerra utilizando más
de 600.000 caballos para el transporte de sus tropas y artillería, los aliados
contaban con jeeps y camiones en sus movilizaciones.
En otros artículos exploraremos el lado salvaje de
esta guerra como lo fue el sitio de Tarawa o la majestuosa batalla naval de
Midway. - saulgodoy@gmail.com
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