Hoy
me siento con la suficiente lucidez mental para abarcar un tema que me es caro,
pero que raramente toco, debido a su grado de abstracción; es un tema difícil,
por lo que el lector está dispensado a obviarlo, si no se siente en forma para
ir conmigo de visita a este lugar donde se exhiben las teorías con las que
funciona nuestra mente como si se tratara de exóticas aves del paraíso.
Lo
primero que habría que decir es que las teorías son unos productos
intelectuales que le dan sentido a la cultura humana, otorgándole significados
al mundo en que vivimos; son elaboraciones epistémicas de un registro
fenomenológico, que tienen capacidad relacional con otras teorías, otras que son
tan especializadas, que sólo abarcan un estrecho segmento de la naturaleza y son
como tornillos a la medida, que sólo sirven para explicar algo muy concreto, eso
quiere decir que su capacidad de trans-contextualidad es limitada, pero
funcionan dentro de los aparatos conceptuales para fijar y explicar funciones.
Las
teorías son los productos finales de un proceso sociolingüístico imbuido en una
ideología,y en un trabajo de diferenciación, tienen como característica
fundamental un potencial comunicativo polimorfo, y como registro lingüístico
presume de ser la “tapa del frasco”, lo más sofisticado del pensamiento, útiles
para determinar articulaciones e
interpretaciones de la realidad, y por supuesto, listas para ser citadas.
Para
un investigador como éste servidor, las teorías son útiles pues me permiten
acceder a unos códigos analíticos y a cruzar referencias entre diversos objetos,
para el antropólogo Dominic C. Boyer de la Universidad de Cornell en su
artículo, Foucault en el monte
(2001), nos dice que las teorías son como lenguajes para el comercio de ideas
que le permiten a los especialista hablar entre ellos, y a encontrar
similitudes entre diferentes disciplinas académicas.
Las
teorías tienen una acción pragmática, diferencia a los individuos, temas,
objetos y categorías unos de otras, propone distinciones jerárquicas, asigna
papeles en una discusión y es notable cuando se usan y abusan de las teorías en
presentaciones y discusiones.
Ahora,
¿Qué es una teoría? Para algunos autores como Jonathan Culler de la Universidad
de Oxford, se trata de algo más que una hipótesis e involucra una serie de
relaciones entre factores y que puede ser más o menos complejas, uno de los
problemas fundamentales de la teoría es que no puede ser confirmada o improbada
de manera sencilla, el ejemplo que pone el profesor Culler en su libro Teoría Literaria una explicación sencilla
(1997) aunque algo pueril, pero ilustra bastante bien lo que es una teoría: “En una conversación alguien dice- Mi teoría
de porque Miguel estaba sosteniendo un affaire con Samanta es porque Laura, la
esposa de Miguel estuvo secretamente enamorada de su padre y Miguel nunca
estuvo a su altura, nunca fue la persona adecuada y ella perdió interés en él,
y él en ella.”
Pero
escogí la Teoría Literaria porque explica cómo se construye la teoría y como
esta afecta el conocimiento, la teoría en el campo de la literatura nace fuera
del campo estrictamente literario, lo generan estudios que hacen antropólogos,
lingüistas, sociólogos, politólogos, psicólogos, filósofos sobre obras literarias
y sus impactos en la cultura, estos trabajos especializados son de interés y se
usan como “teoría” para explicar, argumentar, criticar significados y procesos
mentales cuando se estudian las obras literarias.
Lo
mismo ocurre en las ciencias, lo que sucede en otras especialidades y que de
alguna manera se conectan con aplicaciones, composiciones, efectos o causas,
pueden generar teorías que polinizan experimentos, investigaciones e incluso
construcción de teorías en otras áreas, y son las teorías y las hipótesis las
que empujan el método científico. Pero en las ciencias la palabra teoría tiene
otro uso, y en vez de sugerir una tentativa de explicación o desconocimiento de
sus resultados, el término se refiere a sub-disciplinas científicas donde existen
leyes probadas y actuantes, como sería el caso de la “teoría de juegos”, o “la
teoría cuántica” o “la teoría evolutiva”, entre otras muchas.
En
las ciencias, las teorías son sistemas organizados deductivamente, son
hipótesis de las cuales se pueden derivar consecuencias utilizando la lógica y
sucede algo interesante, y es que el progreso de las ciencias se basa en el
desarrollo de nuevas teorías que van sustituyendo a las viejas, o que las
corrigen y le dan una mejor explicación. ¿Cómo trabaja una teoría en las
ciencias? Alex Rosemberg de la Universidad de Duke, en USA, en su libro Filosofía de la Ciencia (2003) nos pone
como ejemplo la Teoría de Euclides:
Como todos los matemáticos y científicos
antes del siglo XX. Euclides sostenía que la geometría era la ciencia del
espacio y sus elementos para constituir una teoría acerca de las relaciones
entre puntos, líneas y superficies en el espacio. La Teoría de Euclides es un
sistema axiomático, estos es, consiste en un pequeño número de postulados o
axiomas- proposiciones no probadas en el sistema pero que se asumen ciertas
dentro de él, y un gran número de teoremas derivados de los axiomas por medio de
la deducción de acuerdo a las reglas de la lógica.
Pero aparate de ser un tipo de conocimiento
especulativo (fue Kant quien le dio al termino esta connotación), la palabra
Teoría viene del griego, etimológicamente se desprende del verbo theorein, que significa mirar, contemplar, constatar,
aunque John Ruskin, en su libro Pintores
Modernos, expresa que hay una diferencia fundamental entre theoretic y theoria , que en castellano sería entre estética y teoría, siendo
esta última la conciencia del júbilo, la exaltación que siente el sujeto al
momento de contemplar la belleza, siendo la estética la experiencia del hecho
que podemos ser “movidos” por el arte sin otra consideración; lo que es muy
propio del termino theorein, que en la antigua Grecia era la
apreciación de unos emisarios oficiales, en la constatación de ciertos hechos
que necesitaban del testimonio y la validación por tener una importancia
pública.
Estos funcionarios o testigos debían ser escogidos
por su probidad, y su función era “presenciar y contar” sobre lo acaecido, que
por lo general eran hechos de relevancia política en la ciudad, solo aquellos
hechos atestiguados por la theorein tenían
valor, y dice mucho de porque la teoría ha pasado a significar lo que es y
puede ser “real”, uno de los aspectos de la evolución del término tiene que ver
con los testigos, que en el sistema judicial norteamericano, tan formal en los
aspectos normativos, se utilizan para atestiguar la ejecuciones de la pena de
muerte a los reos sentenciados a la pena máxima.
Uno de los problemas de la teoría lo explica
brillantemente el investigador y profesor español Justo Villafáne, en su libro
Introducción a la Teoría de la Imagen
(1985) donde nos plantea: “En todas las
ciencias coexisten diversos planteamientos que explican su objeto desde punto
de vista diferentes; sin embargo por radicales que sean sus postulados, el
lector siempre encuentra una estructura del problema, común a todos ellos, que
dé cuenta de la totalidad del fenómeno que se está estudiando. El problema al
que me refiero aquí es mucho más complicado; no es que exista una teoría de la
percepción explicada desde muchas ópticas diferentes, sino la existencia de
muchas teorías denominadas perceptivas que ocupándose de aspectos parciales del
proceso, pretende explicarlo en su conjunto.”
Las teorías se perfeccionan con los experimentos y
constataciones prácticas, acertando sus contenidos y convirtiéndose en leyes, y
las leyes, como todos sabemos, deben tener un carácter universal, y si surgen
complicaciones, contradicciones, o no se cumplen en determinadas
circunstancias, surgen entonces nuevas teorías que ajustan el conocimiento con
nuevos límites, contenidos y relaciones en sus explicaciones de cómo funciona
el mundo.
Por último no podía dejar pasar la oportunidad de
traer a colación brevemente, a ese gran pensador (aunque no muy buena persona),
Paul de Man, uno de los grandes estudiosos de la Teoría que ha existido en el
campo de las humanidades, algo así como la figura que representó Popper en las
ciencias, recordemos que cuando de Man entra en el mundo académico
norteamericano (Universidad de Yale) la enseñanza de la literatura en ese país
había tomado bríos con la llamada Nueva Crítica, sobre todo con el
deconstruccionismo predicado por Derrida, por lo que el autor se embarcó en consideraciones
de carácter metodológico del que resultaron sus magníficos ensayos sobre la
teoría.
Paul de Man es un estudioso profundo y complicado,
llevo ya un tiempo descifrándolo y aún no me siento cómodo con sus propuestas,
el profesor Wlad Godzich en su ensayo introductorio a sus trabajos, El tigre en el tapete de papel (2002),
nos dice:
Paul de Man delimita un problema
fundamental para él, pero que hasta el momento había sido tratado como
categorías de la conciencia y que temporalmente se habían heredado de la
fenomenología hegeliana; era el asunto de la lectura. Leer, tal y como de Man
lo concebía, es mucho más radical que cualquier intento teórico esté dispuesto
a admitir… el leer interrumpe la continuidad entre lo teórico y lo fenoménico y
fuerza un reconocimiento de la incompatibilidad entre lenguaje e intuición.
Esta última constituye la base fundacional de la cognición sobre la cual se
construye la percepción, la consciencia, la experiencia y la lógica así como el
entendimiento, sin mencionar la estética que todo lo contagia, de allí resulta
esa mescolanza en la organización y conceptualización del conocimiento, desde
la que el lenguaje, concebido como un doble sistema de tropos y persuasión,
esto es la entidad retórica, emerge como una dimencionalidad necesaria de la
cognición.
A partir de estas observaciones de Man se embarca en
una crítica a la teoría que ha sido descrita como uno de los productos
intelectuales más acabados y sofisticados de la academia, pero para
desarrollarlo necesitaríamos un artículo sólo para ese fin, por lo momentos les
dejo este aperitivo para ver si les gusta.
- saulgodoy@gmail.com
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