Todavía
no logro descifrar algunos comportamientos del colectivo venezolano, que como
todos sabemos, tiene diferencias importantes con los grupos que lo integran y
distinciones aun más profundas con algunos individuos que destacan como voceros
o líderes; a medida que nos alejamos de la persona y nos adentramos en el
hombre-mujer-masa, las características de sus acciones y las ideas que lo
sustentan se hacen más extraños, generales y difusos.
A
esto deberíamos agregar que debido a la hegemonía comunicacional por parte del
régimen usurpador, a la falta de medios críticos, a la censura, y a la ausencia
de criterios claros y con una buena difusión, haya una enorme orfandad de ideas
por lo que ese colectivo funciona, mal que bien, en un mar de contradicciones y
lugares comunes, que terminan por caracterizar a ese ente llamado “los
venezolanos” como gente muy confundida.
Pero
esto tiene una explicación si vemos la cantidad de medios de comunicación
cerrados por la fuerza pública, de periodistas heridos, desparecidos y
torturados, de editores amenazados o en el exilio, de equipos de prensa
confiscados o destruidos por los gorilas del régimen, los tiranos
latinoamericanos tienen una especial predisposición sobre la prensa libre y el
derecho a estar informados.
¿Cuál
es la opinión mayoritaria que distingue a ese colectivo llamado Venezuela? Hoy
por hoy, tendríamos que adentrarnos en las redes sociales para enterarnos,
esto, debido a que carecemos de ese quinto poder que es la prensa y que
conforma esa opinión pública tan necesaria en los países democráticos,
empezando porque existe un vacío de información tan pavoroso en el país, que
muchos de los temas de interés y hasta estratégicos para la vida nacional
debemos buscarlos en la prensa extranjera, nos informamos por medio de factores
que no hacen vida en el país.
En
Venezuela ya los periódicos impresos son una rareza, igual con las revistas y
otros órganos de prensa escrita, esto entre otras razones debido al férreo
control del papel para imprimir que tiene el chavismo y que sólo entrega a los
periódicos que ellos controlan, la radio cada vez está más intervenida por los
órganos de censura del chavismo, diariamente se sacan emisoras del áire por
cualquier razón banal, la televisión nacional está irremediablemente perdida,
nos queda la televisión por cable o satélite en manos de corporaciones y países
con sus propios intereses y punto de vista, por ello es que las redes sociales
se han convertido en el último recurso de los venezolanos en encontrar
información y sentido sobre lo que nos acurre, con todos los riesgos que ello
implica.
Los
medios digitales son la única luz posible pero para encontrarla debemos navegar
en las peores condiciones posibles (hay censura, y una capacidad física de
velocidad y capacidad de acceso bastante limitada) pero igual, debemos competir
con una enorme cantidad de contenidos y ofertas que hacen una búsqueda de
información una odisea, con servicios de conexión cada vez más costosos, una
buena parte de esos portales son pagos y de acceso restringidos, y la
información veraz y confiable compite don la misma fuerza contra las fake news y las desinformaciones, y lo
grave del asunto es que no todo el mundo tiene acceso a una computadora o a un
teléfono inteligente.
Pues
bien, dentro de las redes sociales privan sobre todas las demás los correos,
sitios de chat y mensajes cortos, mucho twitter,
instangram y facebook, páginas personales donde los contenidos familiares y
comerciales son los favoritos, la mayor parte de los venezolanos no concurre a
estos sitios a buscar noticias o análisis de la situación del país, simplemente
se los encuentra y a partir de allí se elabora una opinión que retransmiten en
sus mensajes, hay por supuesto una comunidad “dura” de personas interesadas en
el tema político cuyos comentarios van un poco más allá de la utilización de
simples emoticones, se replican artículos, se diseminan noticias, se
“viralizan” opiniones y análisis, se hacen públicos algunos debates, pero en
general estamos viviendo en un desierto comunicacional a pesar del abundante
papelillo.
Y en
esa situación es muy fácil manipular la opinión de los venezolanos, basta saber
que hay sitios que se especializan en multiplicar los mensajes, en robots que
manejan Big Data (en especial direcciones de correos) o listados de grupos que
se venden por gigas de memoria para que una noticia u opinión prevalezca por
encima de todas las demás, para que los diferentes algoritmos que califican la
información y los envía de manera automática a diferentes nichos o hubs distribuidores, que determinan
favoritos y tendencias, las grandes organizaciones políticas las utilizan, la
tiranía abusa de ellas, grupos de interés y países tienen sus centros de
distribución y laboratorios de “falsos positivos”, de modo que ni siquiera en
las redes sociales se puede determinar cómo pensamos como país, todo está
altamente mediatizado.
Tanto
el gobierno como la oposición tienen sus propias oficinas de información que
manejan a su gusto y conveniencia ciertas informaciones sobre otras que hacen
lo posible por ignorar, contrata voceros, pagan periodistas, financian grupos
de “expertos” que acomodan sus visiones de la realidad a sus objetivos
políticos, siempre las mismas caras.
El
termómetro de convocatorias a marchas y mítines es demasiado volátil y abusado
por las organizaciones políticas que no dejan de utilizarlo hasta agotarlo y
hacerlo inservible, no hay proceso electoral en que podamos contarnos de manera
confiable y las encuestas y pools de
opiniones son ya cartas marcadas en las que nadie cree.
¿Qué
piensan los venezolanos sobre una posible intervención extranjera? Imposible
conocerlo, lo único que sabemos es lo que los políticos de la denominada
oposición democrática están haciendo todo lo posible para que no se dé, y
prolongar esta situación de incertidumbre por conveniencia de unos pocos.
Estamos
viviendo en uno de los peores estados de desinformación posibles, nadie sabe
que es verdad ni lo que piensan sus vecinos, el país no tiene ni pies ni
cabeza, somos una masa informe de dimes y diretes fuertemente abusado por una
comunidad de hackers, del crimen organizado, del comunismo y de los factores
políticos que continúan actuando en nuestro nombre sin ni siquiera enterarse de
lo que realmente queremos y opinamos.
En un
país que sufre prácticamente de autismo, es afortunado quien tenga un sitio en
la red, una blog, una página web o un nombre reconocido y seguido en internet y
donde pueda expresar al mundo su punto de vista, y más todavía si esa opinión
es seguida, aunque sea por un grupúsculo, de lectores.
Toda esta
introducción la refiero porque de nuevo los opositores negociadores, esos
grupos socialistas pro chavismo, andan desesperados promoviendo de nuevo la
negociación con la mafia criminal de Maduro, pero esta vez clamando al miedo, a
la destrucción del país, a la aniquilación total de lo que alguna vez fue
Venezuela si no nos sentamos a pactar con el narcotráfico y la corrupción.
Ya
estos vende patria se han quitado la careta, sienten que ahora sí los
venezolanos nos sentimos derrotados, cansados y hartos de llevar palo y ser
engañados una y otra vez, precisamente por sus malas políticas y juegos debajo
de la mesa, por sus mentiras y exageraciones, por sus desplantes y ansias de
protagonismos, aunque la principal razón que los mueve para vender de manera tan
intensa la negociación es porque saben que la intervención militar ya viene y
su reinado se acabará con el corte contundente y definitivo de ese cordón
umbilical que nos ata a Cuba.
¿Y
que es lo que dicen estos traidores? que la opinión mayoritaria de la gente es
que quiere una negociación, lo cual es mentira, otra manipulación que van a
tratar de constatar en firmas recogidas, en apoyos institucionales, en
maniobras anti norteamericanas por parte de grupos socialistas europeos y
factores castristas posicionados en el Grupo de Lima y en el Grupo de Contacto
de la UE.
La
acción y la estrategia es tan obvia que se ve claramente como Rusia y
principalmente España lideran esta escalada por una salida negociada, en un
desesperado intento de último momento por frenar la acción que le pondrá fin al
grave problema de seguridad hemisférica que representa Venezuela para los
intereses norteamericanos, el reloj de arena se ha vaciado y no lo van a
voltear, el tiempo que ahora corre solo puede significar ganancias para los
terroristas y con la amenaza de Irán sobre el horizonte, la única manera de
restituir el orden en la región es con una acción militar rápida y contundente.
Brasil
y Colombia están listas para cumplir con su parte en contener la guerrilla y el
desborde de una emigración en pánico, la ayuda humanitaria está a punto para su
distribución, los recursos y planes para la reconstrucción de Venezuela, sobre
todo de su industria petrolera está afinada hasta en sus mínimos detalles, la
demostración de caos y desarticulación que reina en el seno de las FFAA indican
que no habrá resistencia posible excepto algunos casos de suicidios rituales
para fines de propaganda comunista.
La
oposición negociadora no tiene el menor escrúpulo en ocultar su desaliento y
nerviosismo al saberse fuera del juego político, porque una vez que ocurra la
intervención no tendrán vida, su disgusto ante un fin precipitado del chavismo,
que ha sido su inspiración para mantener el estado de cosas miserables en que
nos han obligado a vivir en estos últimos meses, es despreciable, no les queda
otra sino hacer público su vena anti norteamericana y su vocación de colaboracionistas
con los esclavistas, fomentar sus paranoias de un holocausto nacional (por lo
menos de mayores proporciones del que ya estamos viviendo) y tratar de
convencernos que la negociación es parte de una gran cruzada nacional.
Como
dije al principio, en estos momentos es imposible saber lo que piensa el
venezolano de a pie, el ciudadano común, ese hombre y mujer que han dejado tanto
sufrimiento por estas calles, pero si de algo estoy seguro, es que aceptar que
nuestros torturadores y esclavistas tienen el derecho de seguir violándonos,
pero ahora con nuestro consentimiento, eso lo dudo, no hay manera que vengan a
detener una intervención tan bien preparada y tan costosa al último minuto,
porque a unos políticos de tercera, las gónadas se les pusieron de
corbata. - saulgodoy@gmail.com
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