Maquiavelo, el pensador
renacentista, cercano siempre al origen de la tradición política realista de
nuestra modernidad, nunca sacrificaba la preservación de la vida y la
sobrevivencia, por nada. Si querías sobrevivir en este mundo- decía- y no en
alguna otra imaginaria república de hombres virtuosos, entonces tienes que
estar preparado para abandonar el bien cuando la necesidad así lo exigiere. Al
asumir que tu intervención para prevenir el sufrimiento y la matanza de otros
es algo bueno, debes tener en cuenta que es correcto descartarlo, cuando el
hacerlo, implica poner en peligro tu propia sobrevivencia.
Daniel.
M. Bell. Jr, Entre
nihilismo y utopía (2016), General Hugh Shelton Chair of Ethics U.S. Army
Command and General Staff College, 2016 Ethics Symposium.
¿Por
qué no se ha dado la intervención tan esperada de fuerzas aliadas en nuestro
territorio para salir del problema del chavismo? ¿Qué es lo que ha frenado que
unas fuerzas militares superiores en todo sentido, se refrenen de actuar en
contra de otra en estado de pauperización? ¿Por qué siguen los venezolanos
muriendo como moscas, huyendo del país a enfrentar dificultades y rechazo
internacional, humillados y oprimidos por un gobierno al servicio de La Habana?
¿Por qué continúa el país en caída libre hacia el atraso y la ruina?
La
respuesta es fácil y absurda, porque hay un grupo de venezolanos, muy poquitos,
que así lo han querido y nos lo han impuesto, manipulando a su conveniencia las
leyes, las instituciones, la representatividad y las relaciones exteriores del
país, buscando alargar esta situación hasta la nausea, castigando al pueblo en
un interminable estado de victimización e indefensión, tratando de ajustar la
resolución de la crisis venezolana a sus propios intereses, creyendo que ellos
podrán hacerse cargo de resolver nuestro problema, a su manera.
Los
venezolanos, desde un principio hemos debido retirarle nuestro apoyo a los
partidos políticos y líderes que conformaron la MUD, al momento de enterarnos
que habían enviado representantes a
Washington para pedirle al gobierno norteamericano que retiraran las sanciones
en contra de altos funcionarios del gobierno chavista, ya estaban en
negociaciones secretas con la dictadura y siguieron haciéndolo sin ningún
recato.
Desde
hace mucho tiempo existían conexiones entre toda la comunidad de partidos
socialistas en Venezuela, desde los llamados demócratas, que incluían a los
socialcristianos, socialdemócratas, progresistas, partidos obreros hasta los
revolucionarios, que eran los más extremistas, comulgando todos bajo una única
ideología estatista-benefactora, que propulsaba un estado fuerte, centralista y
un electorado clientelar sostenido a fuerza de programas sociales, financiados
por todos los contribuyentes de manera obligatoria, Venezuela venía viviendo de
este ecosistema socialista desde hacía 60 años.
Para
principios del nuevo milenio ya muchos partidos socialistas tradicionales se
había disuelto o venido a menos, y en su lugar, surgía estos nuevos partidos
liderados por jóvenes socialistas, pleno de ambiciones de poder y malas mañas,
herederos de una manera corrupta y distorsionada de hacer política, haciendo de
las elecciones el negocio del siglo para los ganadores.
Nunca
quisieron que los EEUU intervinieran en nuestro país para salvarnos de estas
hordas caudinas en que se convirtieron los socialistas revolucionarios, y muy
hábilmente, al momento de ser reconocidos por una parte de la comunidad
internacional, constituidos como Asamblea Nacional, como la única institución
legítima, se adelantaron y nombraron como representación en ese USA, a un
cuadro de funcionarios socialistas cuyo trabajo fundamental ha sido el de retrasar,
torpedear, enredar, las iniciativas del Departamento de Estado para una
intervención militar humanitaria.
Éste
gobierno de transición, representado por el Sr. Juan Guaidó y que rinde cuentas
a su jefe de partido, Leopoldo López, hacían como si estuvieran de acuerdo con
algunas estrategias trazadas por Washington, pero por debajo de la mesa
adelantaban gestiones con la Comunidad Europea, y con gobiernos
Latinoamericanos, que como ellos, no quería ver a los Marines y a otras tropas
aliadas de la libertad y la democracia, desembarcando en nuestras costas.
El
interés claro y demostrado ha sido ganar tiempo para que el dictador Maduro se
recupere, para que su gobierno de asesinos tenga el tiempo necesario para
atrincherarse en el poder, para que se armen los cuadros de apoyo y defensa
internacional que tiene el régimen usurpador, y prosperen otras iniciativas
aparte de las trazadas por el presidente Trump, para ayudar a nuestra tribulada
nación.
Está
más que claro que el gobierno interino del Sr. Juan Guaidó, está en combinación
con factores del partido demócrata en los EEUU con el fin de debilitar y hacer
fracasar la gestión del Sr. Trump y del partido Republicano para ayudar a que
recuperemos nuestra democracia, que a su vez trata de reforzar la posición
cubana en el hemisferio, haciendo sus líderes una serie de visitas,
declaraciones y gestos de solidaridad con la dictadura castrista y su supuesto
derecho de tenernos bajo su bota, esclavizados y muriendo.
¿Por qué están haciendo lo que
hacen?
Esto
debemos explicarlo con más detalle, existen en el mundo organizaciones
socialistas y comunistas que tienen influencias en una serie de bloques de
países e instituciones multilaterales, que tienen como objetivo proteger a sus
miembros asociados; Cuba es un país importante en este grupo, principalmente
porque son ellos los que fomentan gobiernos socialistas por vías violentas y
pocas ortodoxas en Latinoamérica, son una fuerza importante e influyente
política y culturalmente, son también capaces de desestabilizar a la región
completa, además de ser socios de Rusia y China, son integrantes de las redes
mundiales de terrorismo y narcotráfico.
Desde
el punto de vista de la geopolítica es importante no perder de vista que Cuba
es una cuña insertada en el continente Americano por las fuerzas
antioccidentales, a pocas millas de las costas de los EEUU y que ha tenido una
historia de amenazas y peligros para los intereses norteamericanos, el hecho
claro y cierto es que la caída de Venezuela en las redes socialistas
revolucionarias ha sido un duro golpe para la seguridad hemisférica que lucha
por mantener vivos los valores de la libertad y la democracia.
La
presencia del Sr. Julio Borges, de Carlos Vecchio, de Gerardo Blyde, de Martínez Mótola, de
Calderón Berti, de Gustavo Tarre Briceño, de Jon Goycochea, Stalin Gonzales y
de tantos otros socialistas demócratas al servicio del gobierno de transición,
ocupando cargos claves de representación internacional del país, sirviendo de
interlocutores del gobierno interino de Guaidó, que a todas luces no quiere un
cese inmediato de la usurpación de Maduro del poder en Venezuela, más sí una
negociación, que nos lleve a una cohabitación, a un co-gobierno, entre
socialistas revolucionarios y demócratas (aunque insisto, esto de demócratas les
queda grande).
Es
claro que un cambio abrupto en la correlación de fuerzas políticas en el país,
impulsada por una intervención militar humanitaria, va en detrimento de los
intereses políticos y los cálculos de poder de la mayoría de los partidos
políticos, que la llamada oposición democrática venezolana tiene para su futuro
inmediato, una respuesta militar al chavismo atenta en contra de su
sobrevivencia como operadores políticos de la crisis, pero lo que dicen al
público de galería que los aplaude, es que una invasión es mucho más costosa y
violenta que una negociación, y que cohabitar con el chavismo no es tan malo
como parece.
Los
socialistas democráticos creen que son los herederos históricos de los
socialistas revolucionarios, que ahora a ellos les corresponde el poder y
desarrollar su Plan País, que no es otra cosa que volver a la Venezuela
pre-chavista, a un petro-estado paternalista, los socialistas democráticos
creen que los socialistas revolucionarios se equivocaron, se alejaron del
constitucionalismo y de la senda del progreso.
Los
socialistas revolucionarios como grupo sectario y fundamentalista, influenciado
por los negocios de las mafias criminales que durante lustros funcionaron como
sus fuentes de financiamiento, no quieren ni desean compartir nada con los
socialistas demócratas, de modo que los convirtieron en el enemigo interno y
ahora los persiguen, aunque siempre han convivido y hasta compartido intereses.
La
situación luce extraña y a primera vista irreconciliable, dadas las muestras de
agresión del chavismo en contra de la Asamblea Nacional y sus parlamentarios,
de sus movimientos políticos para anular a la oposición, persiguiendo a sus
líderes, varios de ellos refugiados en embajadas en Caracas y otros en el
exilio, otros acosados policialmente y judicialmente, pero hasta ese cálculo de
riesgo lo han sacado los socialistas demócratas y prefieren, los encargados del
gobierno de transición, transarse con el chavismo que verse sustraídos del la
ilusión de mantenerse en posesión de una botella vacía, hasta esos extremos
juegan sus apuestas.
Los
dirigentes de esta oposición liderados por Henry Ramos Allup, Leopoldo López y
Juan Guaidó confían en la protección internacional que les brindan ciertos
gobiernos y organizaciones multilaterales para contrarrestar los golpes que
pudieran recibir de un chavismo desesperado y acorralado, que no confía en sus
pares socialistas democráticos, aunque estos estén dispuestos a perdonarlos y
hasta a compartir el gobierno con ellos.
Un juego pervertido, Guaidó no es
dueño de sus decisiones.
En
este punto debemos explicar que debido principalmente a la confusión de
intereses entre organizaciones criminales e intereses políticos del socialismo
internacional, hay una mar de fondo que afectan la estabilidad y la posibilidad
de llegar a un acuerdo entre el socialismo venezolano, estas contradicciones se
ven entre los roles de los líderes revolucionarios, que utilizan dos sombreros,
el de mafiosos y el de socialistas, esa es una de las razones por la que
secuestran a parlamentarios venezolanos, para tenerlos como rehenes y
canjearlos en una negociación con las autoridades norteamericanas por
salvoconductos (el típico caso de Mr. Jekils y Mr. Hide).
Pero
debemos estar claros en algo, la ruta escogida por Guaidó de la negociación con
el chavismo, lo hace por instrucciones del socialismo internacional, quienes con
esto, le aseguran una salida exitosa al régimen de Castro, si se atienen al
plan trazado, con la participación de la Comunidad Europea podrían propinarle
una derrota política al presidente Trump, en esto, tanto los gobiernos
socialistas de España, Italia y Francia, conjuntamente con el partido demócrata
en USA, están trabajando a toda máquina para dejar mal parada a la
administración Trump, un fracaso en el rescate de la democracia en Venezuela,
luego del compromiso expresado por la Casa Blanca, sería un golpe maestro que
debilitaría su reelección.
Pero
lo peor del asunto es el costo en vidas y tiempo perdido para nosotros los
venezolanos, la decisión de la cúpula socialista venezolana de darle largas al
asunto bajo la excusa de negociaciones, sólo favorece a Cuba, ganan tiempo y se
reorganizan en la defensa y resistencia de su colonia en Venezuela, Maduro se
envalentona y se atrinchera para una resistencia larga, haciendo llamados a sus
asociados y cómplices para no ceder un centímetro, lo que está sucediendo en
Oslo (territorio dominado por Rusia) es una muestra de que la estrategia va por
buen camino, serán negociaciones que durarán meses, tiempo que no tenemos la
mayoría de los venezolanos.
La
emigración venezolana va en aumento y pronto hará colapsar todas las medidas
para contenerla, poniendo en riesgo, más de lo que lo está, la paz en Colombia
y la estabilidad en Brasil, Ecuador y Perú; México se está desestabilizando con
MLO al copiar el plan venezolano, Centroamérica está sintiendo que las fuerzas
democráticas pierden terreno y que el tiempo está igualmente a favor de Ortega
en Nicaragua, ya hay temores fundados de
que la influencia revolucionaria aumente, Trinidad, Curazao, Aruba, Guyana, ya
no aguantan la presión de los desplazados venezolanos entre los que Cuba está
infiltrando agentes provocadores para aumentar las perturbaciones.
El
plan de Guaidó, de debilitar la opción de la intervención norteamericana,
pareciera, ha dado resultado, todo
indica que el presidente Trump prefiere no intervenir y permitir que las
negociaciones tengan resultado, cosa que no pasará, el nudo corredizo ya está
ahogando lo que queda de resistencia en Venezuela, el país está signado por una
hambruna y un colapso energético catastrófico, Cuba sigue conspirando en el continente,
Rusia y China continúan evitando que los EEUU se defienda, y el cerco se
cierra, internamente el partido demócrata y los medios de comunicación no cejan
de tirarle dentelladas al presidente.
Una
victoria militar de Trump en Latinoamérica, rápida, definitiva y audaz pondría
en evidencia la enorme conspiración socialista en el mundo, cambiarían los
términos de intercambios diplomáticos, le daría un aval en las elecciones de su
país y enviaría un mensaje claro a los que están subvirtiendo el orden mundial.
Si
estallare una crisis en Irak, en el mar de China y en alguna parte de Europa, simultáneamente,
que impliquen movilizaciones de tropas, los EEUU no podrá contener el fuego que
la rodea en su propio espacio vital, o bien se aplica en intervenir a Venezuela
y eliminar la amenaza chavista y cubana, o se estará jugando su seguridad y
sobrevivencia; es un error dejar en manos de Guaidó el destino del área, está actuando
conducido por fuerzas mucho más poderosas que él y en contra de los intereses
de los venezolanos y por supuesto de los EEUU.
El
comentario de Daniel Bell sobre las ideas de Maquiavelo con la que inicié el
artículo, es estudiada en los establecimientos militares norteamericanos, pero en
el caso venezolano, aunque no lo parezca, sí está comprometida la sobrevivencia
de USA, en varios sentidos, por el botín energético que quedaría en manos del
enemigo, por su localización geoestratégica para incendiar la sabana al sur del
Río Grande, en términos de los ideales y valores que los padres fundadores
establecieron como guía de esa gran república, una derrota de la democracia y
la libertad en Venezuela es un fracaso demasiado cerca de sus fronteras para
simplemente pasarlo por alto.
Entiendo
que la actitud del Sr. Guaidó haya sido decepcionante y posiblemente
desalentadora para el trabajo y el sacrificio que estaban dispuestos a llevar a
cabo, pero Washington debe entender que no lo va hacer por nosotros, los
venezolanos, lo hacen por ustedes, porque hay elementos de seguridad que son
vitales para la sobrevivencia de los EEUU que están en peligro, porque hay
aliados que están amenazados; en algún momento, estos socialistas confundidos
entenderán que escogieron mal y se pusieron del lado equivocado.
En
cuanto a Guaidó y López, y todos aquellos que los auparon en su errada jugada,
que se hagan responsables de sus actos, y le expliquen al pueblo, porque nos
pusieron a sufrir innecesariamente por tanto tiempo, y a la comunidad
internacional, porque favorecieron a una tiranía criminal. -
saulgodoy@gmail.com
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