viernes, 31 de mayo de 2019

La jugada equivocada de Juan Guaidó y Leopoldo López



Maquiavelo, el pensador renacentista, cercano siempre al origen de la tradición política realista de nuestra modernidad, nunca sacrificaba la preservación de la vida y la sobrevivencia, por nada. Si querías sobrevivir en este mundo- decía- y no en alguna otra imaginaria república de hombres virtuosos, entonces tienes que estar preparado para abandonar el bien cuando la necesidad así lo exigiere. Al asumir que tu intervención para prevenir el sufrimiento y la matanza de otros es algo bueno, debes tener en cuenta que es correcto descartarlo, cuando el hacerlo, implica poner en peligro tu propia sobrevivencia.

Daniel. M. Bell. Jr, Entre nihilismo y utopía (2016), General Hugh Shelton Chair of Ethics U.S. Army Command and General Staff College, 2016 Ethics Symposium.


¿Por qué no se ha dado la intervención tan esperada de fuerzas aliadas en nuestro territorio para salir del problema del chavismo? ¿Qué es lo que ha frenado que unas fuerzas militares superiores en todo sentido, se refrenen de actuar en contra de otra en estado de pauperización? ¿Por qué siguen los venezolanos muriendo como moscas, huyendo del país a enfrentar dificultades y rechazo internacional, humillados y oprimidos por un gobierno al servicio de La Habana? ¿Por qué continúa el país en caída libre hacia el atraso y la ruina?
La respuesta es fácil y absurda, porque hay un grupo de venezolanos, muy poquitos, que así lo han querido y nos lo han impuesto, manipulando a su conveniencia las leyes, las instituciones, la representatividad y las relaciones exteriores del país, buscando alargar esta situación hasta la nausea, castigando al pueblo en un interminable estado de victimización e indefensión, tratando de ajustar la resolución de la crisis venezolana a sus propios intereses, creyendo que ellos podrán hacerse cargo de resolver nuestro problema, a su manera.
Los venezolanos, desde un principio hemos debido retirarle nuestro apoyo a los partidos políticos y líderes que conformaron la MUD, al momento de enterarnos que habían enviado  representantes a Washington para pedirle al gobierno norteamericano que retiraran las sanciones en contra de altos funcionarios del gobierno chavista, ya estaban en negociaciones secretas con la dictadura y siguieron haciéndolo sin ningún recato.
Desde hace mucho tiempo existían conexiones entre toda la comunidad de partidos socialistas en Venezuela, desde los llamados demócratas, que incluían a los socialcristianos, socialdemócratas, progresistas, partidos obreros hasta los revolucionarios, que eran los más extremistas, comulgando todos bajo una única ideología estatista-benefactora, que propulsaba un estado fuerte, centralista y un electorado clientelar sostenido a fuerza de programas sociales, financiados por todos los contribuyentes de manera obligatoria, Venezuela venía viviendo de este ecosistema socialista desde hacía 60 años.
Para principios del nuevo milenio ya muchos partidos socialistas tradicionales se había disuelto o venido a menos, y en su lugar, surgía estos nuevos partidos liderados por jóvenes socialistas, pleno de ambiciones de poder y malas mañas, herederos de una manera corrupta y distorsionada de hacer política, haciendo de las elecciones el negocio del siglo para los ganadores.
Nunca quisieron que los EEUU intervinieran en nuestro país para salvarnos de estas hordas caudinas en que se convirtieron los socialistas revolucionarios, y muy hábilmente, al momento de ser reconocidos por una parte de la comunidad internacional, constituidos como Asamblea Nacional, como la única institución legítima, se adelantaron y nombraron como representación en ese USA, a un cuadro de funcionarios socialistas cuyo trabajo fundamental ha sido el de retrasar, torpedear, enredar, las iniciativas del Departamento de Estado para una intervención militar humanitaria.
Éste gobierno de transición, representado por el Sr. Juan Guaidó y que rinde cuentas a su jefe de partido, Leopoldo López, hacían como si estuvieran de acuerdo con algunas estrategias trazadas por Washington, pero por debajo de la mesa adelantaban gestiones con la Comunidad Europea, y con gobiernos Latinoamericanos, que como ellos, no quería ver a los Marines y a otras tropas aliadas de la libertad y la democracia, desembarcando en nuestras costas.
El interés claro y demostrado ha sido ganar tiempo para que el dictador Maduro se recupere, para que su gobierno de asesinos tenga el tiempo necesario para atrincherarse en el poder, para que se armen los cuadros de apoyo y defensa internacional que tiene el régimen usurpador, y prosperen otras iniciativas aparte de las trazadas por el presidente Trump, para ayudar a nuestra tribulada nación.
Está más que claro que el gobierno interino del Sr. Juan Guaidó, está en combinación con factores del partido demócrata en los EEUU con el fin de debilitar y hacer fracasar la gestión del Sr. Trump y del partido Republicano para ayudar a que recuperemos nuestra democracia, que a su vez trata de reforzar la posición cubana en el hemisferio, haciendo sus líderes una serie de visitas, declaraciones y gestos de solidaridad con la dictadura castrista y su supuesto derecho de tenernos bajo su bota, esclavizados y muriendo.

¿Por qué están haciendo lo que hacen?

Esto debemos explicarlo con más detalle, existen en el mundo organizaciones socialistas y comunistas que tienen influencias en una serie de bloques de países e instituciones multilaterales, que tienen como objetivo proteger a sus miembros asociados; Cuba es un país importante en este grupo, principalmente porque son ellos los que fomentan gobiernos socialistas por vías violentas y pocas ortodoxas en Latinoamérica, son una fuerza importante e influyente política y culturalmente, son también capaces de desestabilizar a la región completa, además de ser socios de Rusia y China, son integrantes de las redes mundiales de terrorismo y narcotráfico.
Desde el punto de vista de la geopolítica es importante no perder de vista que Cuba es una cuña insertada en el continente Americano por las fuerzas antioccidentales, a pocas millas de las costas de los EEUU y que ha tenido una historia de amenazas y peligros para los intereses norteamericanos, el hecho claro y cierto es que la caída de Venezuela en las redes socialistas revolucionarias ha sido un duro golpe para la seguridad hemisférica que lucha por mantener vivos los valores de la libertad y la democracia.
La presencia del Sr. Julio Borges, de Carlos Vecchio, de  Gerardo Blyde, de Martínez Mótola, de Calderón Berti, de Gustavo Tarre Briceño, de Jon Goycochea, Stalin Gonzales y de tantos otros socialistas demócratas al servicio del gobierno de transición, ocupando cargos claves de representación internacional del país, sirviendo de interlocutores del gobierno interino de Guaidó, que a todas luces no quiere un cese inmediato de la usurpación de Maduro del poder en Venezuela, más sí una negociación, que nos lleve a una cohabitación, a un co-gobierno, entre socialistas revolucionarios y demócratas (aunque insisto, esto de demócratas les queda grande).
Es claro que un cambio abrupto en la correlación de fuerzas políticas en el país, impulsada por una intervención militar humanitaria, va en detrimento de los intereses políticos y los cálculos de poder de la mayoría de los partidos políticos, que la llamada oposición democrática venezolana tiene para su futuro inmediato, una respuesta militar al chavismo atenta en contra de su sobrevivencia como operadores políticos de la crisis, pero lo que dicen al público de galería que los aplaude, es que una invasión es mucho más costosa y violenta que una negociación, y que cohabitar con el chavismo no es tan malo como parece.
Los socialistas democráticos creen que son los herederos históricos de los socialistas revolucionarios, que ahora a ellos les corresponde el poder y desarrollar su Plan País, que no es otra cosa que volver a la Venezuela pre-chavista, a un petro-estado paternalista, los socialistas democráticos creen que los socialistas revolucionarios se equivocaron, se alejaron del constitucionalismo y de la senda del progreso.
Los socialistas revolucionarios como grupo sectario y fundamentalista, influenciado por los negocios de las mafias criminales que durante lustros funcionaron como sus fuentes de financiamiento, no quieren ni desean compartir nada con los socialistas demócratas, de modo que los convirtieron en el enemigo interno y ahora los persiguen, aunque siempre han convivido y hasta compartido intereses.
La situación luce extraña y a primera vista irreconciliable, dadas las muestras de agresión del chavismo en contra de la Asamblea Nacional y sus parlamentarios, de sus movimientos políticos para anular a la oposición, persiguiendo a sus líderes, varios de ellos refugiados en embajadas en Caracas y otros en el exilio, otros acosados policialmente y judicialmente, pero hasta ese cálculo de riesgo lo han sacado los socialistas demócratas y prefieren, los encargados del gobierno de transición, transarse con el chavismo que verse sustraídos del la ilusión de mantenerse en posesión de una botella vacía, hasta esos extremos juegan sus apuestas.
Los dirigentes de esta oposición liderados por Henry Ramos Allup, Leopoldo López y Juan Guaidó confían en la protección internacional que les brindan ciertos gobiernos y organizaciones multilaterales para contrarrestar los golpes que pudieran recibir de un chavismo desesperado y acorralado, que no confía en sus pares socialistas democráticos, aunque estos estén dispuestos a perdonarlos y hasta a compartir el gobierno con ellos.

Un juego pervertido, Guaidó no es dueño de sus decisiones.

En este punto debemos explicar que debido principalmente a la confusión de intereses entre organizaciones criminales e intereses políticos del socialismo internacional, hay una mar de fondo que afectan la estabilidad y la posibilidad de llegar a un acuerdo entre el socialismo venezolano, estas contradicciones se ven entre los roles de los líderes revolucionarios, que utilizan dos sombreros, el de mafiosos y el de socialistas, esa es una de las razones por la que secuestran a parlamentarios venezolanos, para tenerlos como rehenes y canjearlos en una negociación con las autoridades norteamericanas por salvoconductos (el típico caso de Mr. Jekils y Mr. Hide).
Pero debemos estar claros en algo, la ruta escogida por Guaidó de la negociación con el chavismo, lo hace por instrucciones del socialismo internacional, quienes con esto, le aseguran una salida exitosa al régimen de Castro, si se atienen al plan trazado, con la participación de la Comunidad Europea podrían propinarle una derrota política al presidente Trump, en esto, tanto los gobiernos socialistas de España, Italia y Francia, conjuntamente con el partido demócrata en USA, están trabajando a toda máquina para dejar mal parada a la administración Trump, un fracaso en el rescate de la democracia en Venezuela, luego del compromiso expresado por la Casa Blanca, sería un golpe maestro que debilitaría su reelección.
Pero lo peor del asunto es el costo en vidas y tiempo perdido para nosotros los venezolanos, la decisión de la cúpula socialista venezolana de darle largas al asunto bajo la excusa de negociaciones, sólo favorece a Cuba, ganan tiempo y se reorganizan en la defensa y resistencia de su colonia en Venezuela, Maduro se envalentona y se atrinchera para una resistencia larga, haciendo llamados a sus asociados y cómplices para no ceder un centímetro, lo que está sucediendo en Oslo (territorio dominado por Rusia) es una muestra de que la estrategia va por buen camino, serán negociaciones que durarán meses, tiempo que no tenemos la mayoría de los venezolanos.
La emigración venezolana va en aumento y pronto hará colapsar todas las medidas para contenerla, poniendo en riesgo, más de lo que lo está, la paz en Colombia y la estabilidad en Brasil, Ecuador y Perú; México se está desestabilizando con MLO al copiar el plan venezolano, Centroamérica está sintiendo que las fuerzas democráticas pierden terreno y que el tiempo está igualmente a favor de Ortega en Nicaragua,  ya hay temores fundados de que la influencia revolucionaria aumente, Trinidad, Curazao, Aruba, Guyana, ya no aguantan la presión de los desplazados venezolanos entre los que Cuba está infiltrando agentes provocadores para aumentar las perturbaciones.
El plan de Guaidó, de debilitar la opción de la intervención norteamericana, pareciera,  ha dado resultado, todo indica que el presidente Trump prefiere no intervenir y permitir que las negociaciones tengan resultado, cosa que no pasará, el nudo corredizo ya está ahogando lo que queda de resistencia en Venezuela, el país está signado por una hambruna y un colapso energético catastrófico, Cuba sigue conspirando en el continente, Rusia y China continúan evitando que los EEUU se defienda, y el cerco se cierra, internamente el partido demócrata y los medios de comunicación no cejan de tirarle dentelladas al presidente.
Una victoria militar de Trump en Latinoamérica, rápida, definitiva y audaz pondría en evidencia la enorme conspiración socialista en el mundo, cambiarían los términos de intercambios diplomáticos, le daría un aval en las elecciones de su país y enviaría un mensaje claro a los que están subvirtiendo el orden mundial.
Si estallare una crisis en Irak, en el mar de China y en alguna parte de Europa, simultáneamente, que impliquen movilizaciones de tropas, los EEUU no podrá contener el fuego que la rodea en su propio espacio vital, o bien se aplica en intervenir a Venezuela y eliminar la amenaza chavista y cubana, o se estará jugando su seguridad y sobrevivencia; es un error dejar en manos de Guaidó el destino del área, está actuando conducido por fuerzas mucho más poderosas que él y en contra de los intereses de los venezolanos y por supuesto de los EEUU.
El comentario de Daniel Bell sobre las ideas de Maquiavelo con la que inicié el artículo, es estudiada en los establecimientos militares norteamericanos, pero en el caso venezolano, aunque no lo parezca, sí está comprometida la sobrevivencia de USA, en varios sentidos, por el botín energético que quedaría en manos del enemigo, por su localización geoestratégica para incendiar la sabana al sur del Río Grande, en términos de los ideales y valores que los padres fundadores establecieron como guía de esa gran república, una derrota de la democracia y la libertad en Venezuela es un fracaso demasiado cerca de sus fronteras para simplemente pasarlo por alto.
Entiendo que la actitud del Sr. Guaidó haya sido decepcionante y posiblemente desalentadora para el trabajo y el sacrificio que estaban dispuestos a llevar a cabo, pero Washington debe entender que no lo va hacer por nosotros, los venezolanos, lo hacen por ustedes, porque hay elementos de seguridad que son vitales para la sobrevivencia de los EEUU que están en peligro, porque hay aliados que están amenazados; en algún momento, estos socialistas confundidos entenderán que escogieron mal y se pusieron del lado equivocado.
En cuanto a Guaidó y López, y todos aquellos que los auparon en su errada jugada, que se hagan responsables de sus actos, y le expliquen al pueblo, porque nos pusieron a sufrir innecesariamente por tanto tiempo, y a la comunidad internacional, porque favorecieron a una tiranía criminal.  -   saulgodoy@gmail.com




No hay comentarios:

Publicar un comentario