Me
incluyo entre quienes cree que Juan no resultó lo que esperábamos, alguien
quien aglutinara en su entorno la esperanzas del país, que señalara la hoja de
ruta por la que debíamos transitar, que fuera el ductor que nos permitiera
efectivamente hacer ese trayecto, y que se fuera logrando los resultados de
acuerdo a la urgencia y las necesidades del país; en pocas palabras, alguien en
quien confiar la dirección ejecutiva de la fuerza política opositora, enfrentada
y reclamando su derecho a la democracia y a la libertad.
En
medio de circunstancias oprobiosas y muy difíciles para los venezolanos, dos
momentos se conjugaron en un movimiento sincronizado, que permitieron el avance
hacia una posible solución a nuestra crisis de gobernabilidad, el primero tenía
que ver con los mecanismos administrativos con el que se había dotado la
Asamblea Nacional para elegir a su directiva, liderada por los partidos
tradicionales de corte socialista y operados por el estratega Henry Ramos
Allup.
Se
conformaron unos “turnos” para que cada uno de los grandes partidos pudiera
tener el control político de la AN, ocupando sus representantes la presidencia
del Poder Legislativo y repartir los cargos entre ellos, lo que significaba el
control de la agenda legislativa y sus funciones de control institucional, le
tocaba a la organización Voluntad Popular, el partido fundado por Leopoldo
López.
Recordemos
que para ese momento Leopoldo estaba privado de libertad bajo la modalidad de
casa por cárcel, e inhabilitado políticamente, pero dentro del partido y con la
anuencia de la familia López, y llegado a acuerdos con los demás partidos, le
correspondió a Juan Guaidó ser el abanderado; de ésta manera, se conformó una nueva
junta directiva que representaba los intereses del stablishment político, en
realidad era la continuidad dentro de la oposición, de los mismos factores de
poder desde que se creó la MUD.
Seguía
siendo el partido AD el que lideraba la mayoría de las organizaciones
políticas, y continuaba la estrategia de negociaciones con el régimen, bajo la
política de no perder los “espacios” ganados, llegar a términos en una
cohabitación pacífica con el régimen de Maduro, e insistir en la realización de
elecciones más o menos limpias, de modo de ir escalando en el tiempo,
posiciones más importantes.
El
otro evento que avanzó la confrontación política entre la oposición y el
régimen de Nicolás Maduro, fue el del reconocimiento por parte del gobierno de
Washington a la figura del presidente encargado, ante el vacío institucional
que se presentaba en el país, al no aceptar como validas las elecciones
fraudulentas que Maduro se había mandado hacer por un CNE parcializado y a la
medida de la necesidad del gobierno de Cuba por mantener a su “agente” en el
poder, el tirano creía poder seguir ejerciendo el cargo de presidente de la
república sin ninguna consecuencia.
De
modo que, por cálculo político y por los avatares de la fortuna, un
desconocido, “un rostro fresco”, luego de embridarlo con riendas corticas y
supervigilando sus actuaciones, Juan Guaidó se convirtió en una especie de
presidente encargado, y digo en una especie, porque en realidad nunca se ha
tomado el rol de representante de todos los venezolanos muy en serio, o no ha
querido, o no lo han dejado.
Por
un lado, Guaidó sigue siendo una ficha del partido Voluntad Popular, nunca
renunció a su militancia a ese partido, por lo tanto sigue recibiendo línea de
sus jefes políticos, tampoco podía apartarse de los distintos acuerdos a que
habían llegado internamente en cuanto a su función como integrador de las
fuerzas opositoras, tampoco era libre de zafarse de los compromisos con la
izquierda venezolana acumulada en el llamado Frente Amplio, y del cual se nutre
en cuestiones programáticas y de planificación.
Supongo
que alguien en el Departamento de Estado pensó que si una figura política iba a
motorizar un movimiento opositor en Venezuela, necesariamente tenía que venir
del socialismo, a la que pertenecían la gran mayoría de las fuerzas políticas,
y apostaron a la oferta que tenían en la mesa, a Juan Guaidó.
En
consideración a lo anterior, puedo decir sin temor a equivocarme que Juan
Guaidó no es un hombre libre, su voluntad está coaptada por una serie de
intereses que los desbordan, e incluso llegan a instancias internacionales, a
supra organizaciones como la Internacional Socialista, la UE, el gobierno
español, y cuidado sino el mismísimo Foro de Sao Paulo, el Vaticano, el partido
Demócrata de los EEUU, y el gobierno cubano.
Esto
último puede sonarles escandaloso y posiblemente cizañero, pero piensen por un
instante, en el juego de nuestra política nacional, el partido AD y su líder el
Sr. Allup se han caracterizado por mantener unas actuaciones, vínculos,
relaciones e intereses de dudoso tenor con poderosos grupos financieros y
políticos del gobierno, contratistas del estado y grupos empresariales que
tienen intereses en la industria de las comunicaciones, alimentarias, de
construcción, etc.
La
enorme cantidad de dinero que se ha negociado durante estos veinte años de
gobiernos chavistas y que todavía existe dando vueltas por el mundo,
pertenecientes a estos grupos cercanos al gobierno, lo que quieren es proteger
sus intereses en el país, tomemos la industria petrolera por ejemplo, ¿Creen
ustedes que a estas alturas del juego pornográfico entre Cuba con nuestros
militares, nuestra riqueza petrolera no tenga dueños?
Grupos
económicos y familias se han posicionado en las concesiones de los diversos
bloques y sectores que ya se saben son ricos en petróleo y gas, son las
llamadas Empresas Mixtas que son las que tienen las concesiones a sus nombres, ellos
esperan que en algún momento, serán activadas, y esos contratos valdrían una
fortuna, estas empresas mixtas tienen que ser revisadas ya que muchos de estos
contratos ni cumplieron las condiciones pactadas (entre ellas las inversiones a
las que se comprometían) ni sus asociados llenan los requisitos de ley.
Igual
cuidado deberíamos tener con nuestras participaciones en refinerías, puertos de
carga y otras instalaciones petroleras, ubicadas en el extranjero, el gobierno
castrista de Cuba quiere timarnos con la refinería de Cien Fuegos, construida
con una importante participación de PDVSA, igual sucede con la refinería en
Jamaica y en otros lugares, pretenden aprovecharse de la crisis que afecta al
país para hacernos daño, lo cual ni es justo ni legal.
CITGO
es otro dolor de cabezas, se trata de una holding que llegó a contar con cerca
de 17.000 estaciones de servicios a todo lo largo de USA, dueña de refinerías y
de bienes raíces de importante valor, la empresa aunque intervenida por el
gobierno norteamericano todavía está activa y produciendo, y hay intereses nacionales
que la tienen en la mira para aprovecharse de su valor en detrimento del
interés nacional.
Ahora,
la pregunta es ¿Por qué no se ha nombrado un nuevo Ministro de Energía y Minas
para que se ocupe del enorme problema que tenemos en ese renglón? Un problema
vital de orden estratégico que debe confrontarse con el chavismo-madurismo lo
antes posible y asumir su control, todo parece indicar que hay una serie de
áreas grises donde el chavismo y esa falsa oposición tienen intereses comunes,
y con lo cual debemos tener un cuidado extremo y una contraloría social e
institucional lo más clara posible, se nos va el futuro en ello.
A
ver, ¿Cómo creen ustedes que la mayor parte de nuestros parlamentarios se han
podido sostener en sus puestos sin recibir un sueldo por su trabajo? El
gobierno de Maduro les trancó el presupuesto desde hace un buen tiempo, y nadie
allí recibe una paga por su trabajo, no de manera abierta y legal, pero si por
debajo de la mesa y en ese mundo sórdido, creado por el chavismo, donde fluyen
las coimas, extorciones y sobornos.
De
ésta manera el gobierno de Maduro ha mantenido control sobre nuestra Asamblea
Nacional, en control digo, que por lo menos no se les salga de la manos y
empiecen a actuar con criterio propio y tener en agenda los intereses del país
antes que los intereses del chavismo, allí hay parlamentarios que no pueden
justificar sus estilos de vida, mientras hay otros que apenas pueden
sobrevivir, un caldo de cultivo propicio para la corrupción.
En
esa Asamblea Nacional aterrizó nuestro Juan Guaidó, engringolado, pescueceado,
y obedeciendo al amo, como el perrito escuchando el gramófono de RCA.
Bueno,
hay un gran número de agentes de inteligencia cubana que por medio de las redes
sociales y campañas de desinformación nos quieren convencer de todo lo
contrario, y producto de ello hay venezolanos que tienen una fe ciega en que
Guaidó es un ángel caído del cielo, me da risa la campaña que montan sobre lo
valiente y desinteresados que son nuestros parlamentarios de arriesgar
prácticamente la vida cada vez que van a una sesión de la Asamblea, de que son
ellos los que reciben los palos, botellazos y hasta disparos de la multitud de
hunos que el gobierno les manda todos los días, para mantener la verisimilitud
de la trampa.
A que
tú no te atreves a salir a la calle, a que tú no te arriesgas a poner tu nombre
en un partido político para que te allanen tu casa en el medio de la noche, te
persigan a la familia y te desaparezcan por meses, confinado en una ergástula,
sin consideración alguna por tu inmunidad parlamentaria, estos son los retos
que los grupies de Guaidó lanzan a
diario a quienes nos oponemos a este sainete.
¿Qué Guaidó
y la Asamblea es lo único que tenemos? Tal y como estaba diseñada la jugada es
cierto, lo cual no quiere decir que vamos a apoyarlos en cuanto marramuncia nos
propongan, lo que me lleva al tema unitario, tan cercano al socialismo
venezolano, ese ideal colectivista de “todos
somos uno” y en el meme “en la unidad
está la fuerza”, el jugar inteligentemente radica precisamente en escoger
los momentos de unidad y los momentos de diferenciación, como en la vida real,
saber cuándo debemos actuar como individuos y cuando como grupo, hay sus
criterios, sus instancias y razones, y no siempre son iguales.
Pero
ojo, esto es un juego de espejos, lo que les he descrito no quita de que
existan en la Asamblea Nacional personas comprometidas con el país, que tengan
principios y valores, que sí se arriesguen por tener un mejor país, es parte de
la enorme manipulación que el gobierno comunista de Cuba tiene sobre Venezuela,
saben que deben permitir la existencia de una verdadera oposición, que tienen
que tolerar la presencia de auténticos demócratas, de otra manera acabarían con
su propio juego de mantener la ilusión para poder seguir cometiendo sus
fechorías.
Para
concluir, sabiendo que confrontamos con esta realidad ¿Qué podemos hacer?, lo
importante es estar claros del escenario en que nos desenvolvemos, de las
trampas que nos han puesto, de quienes son los protagonistas y quienes mueven
los hilos, porque si nos dejamos engañar y nos tragamos el cuento de Juan
Guaidó el bueno, no vamos para ningún lado.
Por
allí vienen los nuevos nombramientos de su gobierno, hasta el momento ha
seguido con el guión que sus manejadores le han impuesto, todos representantes
de grupos afectos a su misión, todos comprometidos con el plan de aguantar para
que Maduro permanezca en el poder el mayor tiempo posible, enfriando los ánimos
de la oposición, cultivando el pesimismo y la resignación, consolidando los
intereses del chavismo en el futuro inmediato, algunos de estos elegidos han
resultado ser verdaderos pillos, Guaidó ya escogió su bando, y no somos
nosotros, eso nos da licencia para utilizarlo como comodín.
Sabiendo
del juego perverso que nos están haciendo jugar, debemos decidir si continuamos
jugando o le damos una patada al tablero, sin continuamos jugando ya será sin
la venda en los ojos y a consciencia de quien es quien en esta danza macabra, y
en ese sentido, podemos hacer mucho, entre otras cosas, ponerle presión a la
Asamblea Nacional, dejar de tratar a nuestros parlamentarios como víctimas del
gobierno y utilizarlos como armas en su contra.
Desenmascarado
Guaidó, moverlo como ficha en el tablero condicionando sus movimientos, poniéndole
las brasas ardientes de la opinión pública debajo de las nalgas para que sienta
el rechazo, denunciarlo en sus posiciones blandengues y obligarlo a tomar unas
más firmes, aprovechar a nuestra redes, periodismo de calle, a los guerreros
del teclado, a nuestros líderes naturales, a las organizaciones nacidas al
calor de la resistencia genuina, e ir conformando un gran bloque de verdadera
oposición (que ya se está armando).
Guaidó
y su equipo parecieran estar viviendo en otra dimensión donde no se entera que
existimos venezolanos que ya no podemos aguantar esta situación de desgobierno
criminal, que por mil razones, las condiciones económicas, de salud,
alimentarias, de seguridad, de servicios ya no podemos vivir como seres
humanos, que cada día que pasa sin una solución a nuestros problemas la gente mueren
o sufren lo indecible, son personas que desesperan y toman decisiones tan
radicales como abandonar el país dejando atrás a su familia, no es justo, no es
humano, es absolutamente criminal pretender que los más vulnerables seamos
sacrificados para que los que puedan, sigan esperando a su lado un milagro.
Es
necesario renunciar por un momento en nuestros gustos e inclinaciones personales
y apoyar a quienes parecen saber lo que hacen, sobre todo eso, a los que
promueven la acción, la construcción de caminos alternativos, a los movimientos
de calle, a quienes se arriesgan en el protagonismo, a los que enfrentan los
retos de la conducción política.
Ya la
casta financiera y empresarial del país está tomando conciencia de que la
neutralidad, en estas circunstancias, es cuchillo para sus gargantas, eso de
que “el dinero es cobarde” tiene sus bemoles, el dinero financia guerras,
golpes de estados, atentados y disturbios con la misma facilidad que financia
elecciones, campañas sociales y equipos de futbol, como en todo, hay momentos
en que es preferible resistir, a tener que esperar el terrible momento de bajar
las santamarías y apagar la luz
empujado por “las circunstancias”, los empresarios viven de hacerse ellos sus
propias circunstancias.
Tenemos
aliados y socios confiables, coordinemos con ellos acciones y posiciones, lo
más importante, rasguemos el velo negro que cubre el país, que estemos todos
informados de lo que ocurre, hacerles cada vez más difíciles que hagan sus
porquerías en la sombra y la escurran debajo de la alfombra, luz, luz, luz… que
el país se ilumine, eléctrica y moralmente, que podamos ver nuestra realidad
sin importar que tan duro sea descubrirla, pues es el primer paso para
corregirla. - saulgodoy@gmail.com
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