domingo, 30 de junio de 2019

¿Qué hacemos con Juan Guaidó?



Me incluyo entre quienes cree que Juan no resultó lo que esperábamos, alguien quien aglutinara en su entorno la esperanzas del país, que señalara la hoja de ruta por la que debíamos transitar, que fuera el ductor que nos permitiera efectivamente hacer ese trayecto, y que se fuera logrando los resultados de acuerdo a la urgencia y las necesidades del país; en pocas palabras, alguien en quien confiar la dirección ejecutiva de la fuerza política opositora, enfrentada y reclamando su derecho a la democracia y a la libertad.
En medio de circunstancias oprobiosas y muy difíciles para los venezolanos, dos momentos se conjugaron en un movimiento sincronizado, que permitieron el avance hacia una posible solución a nuestra crisis de gobernabilidad, el primero tenía que ver con los mecanismos administrativos con el que se había dotado la Asamblea Nacional para elegir a su directiva, liderada por los partidos tradicionales de corte socialista y operados por el estratega Henry Ramos Allup.
Se conformaron unos “turnos” para que cada uno de los grandes partidos pudiera tener el control político de la AN, ocupando sus representantes la presidencia del Poder Legislativo y repartir los cargos entre ellos, lo que significaba el control de la agenda legislativa y sus funciones de control institucional, le tocaba a la organización Voluntad Popular, el partido fundado por Leopoldo López.
Recordemos que para ese momento Leopoldo estaba privado de libertad bajo la modalidad de casa por cárcel, e inhabilitado políticamente, pero dentro del partido y con la anuencia de la familia López, y llegado a acuerdos con los demás partidos, le correspondió a Juan Guaidó ser el abanderado; de ésta manera, se conformó una nueva junta directiva que representaba los intereses del stablishment político,  en realidad era la continuidad dentro de la oposición, de los mismos factores de poder desde que se creó la MUD.
Seguía siendo el partido AD el que lideraba la mayoría de las organizaciones políticas, y continuaba la estrategia de negociaciones con el régimen, bajo la política de no perder los “espacios” ganados, llegar a términos en una cohabitación pacífica con el régimen de Maduro, e insistir en la realización de elecciones más o menos limpias, de modo de ir escalando en el tiempo, posiciones más importantes.
El otro evento que avanzó la confrontación política entre la oposición y el régimen de Nicolás Maduro, fue el del reconocimiento por parte del gobierno de Washington a la figura del presidente encargado, ante el vacío institucional que se presentaba en el país, al no aceptar como validas las elecciones fraudulentas que Maduro se había mandado hacer por un CNE parcializado y a la medida de la necesidad del gobierno de Cuba por mantener a su “agente” en el poder, el tirano creía poder seguir ejerciendo el cargo de presidente de la república sin ninguna consecuencia.
De modo que, por cálculo político y por los avatares de la fortuna, un desconocido, “un rostro fresco”, luego de embridarlo con riendas corticas y supervigilando sus actuaciones, Juan Guaidó se convirtió en una especie de presidente encargado, y digo en una especie, porque en realidad nunca se ha tomado el rol de representante de todos los venezolanos muy en serio, o no ha querido, o no lo han dejado.
Por un lado, Guaidó sigue siendo una ficha del partido Voluntad Popular, nunca renunció a su militancia a ese partido, por lo tanto sigue recibiendo línea de sus jefes políticos, tampoco podía apartarse de los distintos acuerdos a que habían llegado internamente en cuanto a su función como integrador de las fuerzas opositoras, tampoco era libre de zafarse de los compromisos con la izquierda venezolana acumulada en el llamado Frente Amplio, y del cual se nutre en cuestiones programáticas y de planificación.
Supongo que alguien en el Departamento de Estado pensó que si una figura política iba a motorizar un movimiento opositor en Venezuela, necesariamente tenía que venir del socialismo, a la que pertenecían la gran mayoría de las fuerzas políticas, y apostaron a la oferta que tenían en la mesa, a Juan Guaidó.
En consideración a lo anterior, puedo decir sin temor a equivocarme que Juan Guaidó no es un hombre libre, su voluntad está coaptada por una serie de intereses que los desbordan, e incluso llegan a instancias internacionales, a supra organizaciones como la Internacional Socialista, la UE, el gobierno español, y cuidado sino el mismísimo Foro de Sao Paulo, el Vaticano, el partido Demócrata de los EEUU, y el gobierno cubano.
Esto último puede sonarles escandaloso y posiblemente cizañero, pero piensen por un instante, en el juego de nuestra política nacional, el partido AD y su líder el Sr. Allup se han caracterizado por mantener unas actuaciones, vínculos, relaciones e intereses de dudoso tenor con poderosos grupos financieros y políticos del gobierno, contratistas del estado y grupos empresariales que tienen intereses en la industria de las comunicaciones, alimentarias, de construcción, etc.
La enorme cantidad de dinero que se ha negociado durante estos veinte años de gobiernos chavistas y que todavía existe dando vueltas por el mundo, pertenecientes a estos grupos cercanos al gobierno, lo que quieren es proteger sus intereses en el país, tomemos la industria petrolera por ejemplo, ¿Creen ustedes que a estas alturas del juego pornográfico entre Cuba con nuestros militares, nuestra riqueza petrolera no tenga dueños?
Grupos económicos y familias se han posicionado en las concesiones de los diversos bloques y sectores que ya se saben son ricos en petróleo y gas, son las llamadas Empresas Mixtas que son las que tienen las concesiones a sus nombres, ellos esperan que en algún momento, serán activadas, y esos contratos valdrían una fortuna, estas empresas mixtas tienen que ser revisadas ya que muchos de estos contratos ni cumplieron las condiciones pactadas (entre ellas las inversiones a las que se comprometían) ni sus asociados llenan los requisitos de ley.
Igual cuidado deberíamos tener con nuestras participaciones en refinerías, puertos de carga y otras instalaciones petroleras, ubicadas en el extranjero, el gobierno castrista de Cuba quiere timarnos con la refinería de Cien Fuegos, construida con una importante participación de PDVSA, igual sucede con la refinería en Jamaica y en otros lugares, pretenden aprovecharse de la crisis que afecta al país para hacernos daño, lo cual ni es justo ni legal.
CITGO es otro dolor de cabezas, se trata de una holding que llegó a contar con cerca de 17.000 estaciones de servicios a todo lo largo de USA, dueña de refinerías y de bienes raíces de importante valor, la empresa aunque intervenida por el gobierno norteamericano todavía está activa y produciendo, y hay intereses nacionales que la tienen en la mira para aprovecharse de su valor en detrimento del interés nacional.
Ahora, la pregunta es ¿Por qué no se ha nombrado un nuevo Ministro de Energía y Minas para que se ocupe del enorme problema que tenemos en ese renglón? Un problema vital de orden estratégico que debe confrontarse con el chavismo-madurismo lo antes posible y asumir su control, todo parece indicar que hay una serie de áreas grises donde el chavismo y esa falsa oposición tienen intereses comunes, y con lo cual debemos tener un cuidado extremo y una contraloría social e institucional lo más clara posible, se nos va el futuro en ello.
A ver, ¿Cómo creen ustedes que la mayor parte de nuestros parlamentarios se han podido sostener en sus puestos sin recibir un sueldo por su trabajo? El gobierno de Maduro les trancó el presupuesto desde hace un buen tiempo, y nadie allí recibe una paga por su trabajo, no de manera abierta y legal, pero si por debajo de la mesa y en ese mundo sórdido, creado por el chavismo, donde fluyen las coimas, extorciones y sobornos.
De ésta manera el gobierno de Maduro ha mantenido control sobre nuestra Asamblea Nacional, en control digo, que por lo menos no se les salga de la manos y empiecen a actuar con criterio propio y tener en agenda los intereses del país antes que los intereses del chavismo, allí hay parlamentarios que no pueden justificar sus estilos de vida, mientras hay otros que apenas pueden sobrevivir, un caldo de cultivo propicio para la corrupción.
En esa Asamblea Nacional aterrizó nuestro Juan Guaidó, engringolado, pescueceado, y obedeciendo al amo, como el perrito escuchando el gramófono de RCA.
Bueno, hay un gran número de agentes de inteligencia cubana que por medio de las redes sociales y campañas de desinformación nos quieren convencer de todo lo contrario, y producto de ello hay venezolanos que tienen una fe ciega en que Guaidó es un ángel caído del cielo, me da risa la campaña que montan sobre lo valiente y desinteresados que son nuestros parlamentarios de arriesgar prácticamente la vida cada vez que van a una sesión de la Asamblea, de que son ellos los que reciben los palos, botellazos y hasta disparos de la multitud de hunos que el gobierno les manda todos los días, para mantener la verisimilitud de la trampa.
A que tú no te atreves a salir a la calle, a que tú no te arriesgas a poner tu nombre en un partido político para que te allanen tu casa en el medio de la noche, te persigan a la familia y te desaparezcan por meses, confinado en una ergástula, sin consideración alguna por tu inmunidad parlamentaria, estos son los retos que los grupies de Guaidó lanzan a diario a quienes nos oponemos a este sainete.
¿Qué Guaidó y la Asamblea es lo único que tenemos? Tal y como estaba diseñada la jugada es cierto, lo cual no quiere decir que vamos a apoyarlos en cuanto marramuncia nos propongan, lo que me lleva al tema unitario, tan cercano al socialismo venezolano, ese ideal colectivista de “todos somos uno” y en el meme “en la unidad está la fuerza”, el jugar inteligentemente radica precisamente en escoger los momentos de unidad y los momentos de diferenciación, como en la vida real, saber cuándo debemos actuar como individuos y cuando como grupo, hay sus criterios, sus instancias y razones, y no siempre son iguales.
Pero ojo, esto es un juego de espejos, lo que les he descrito no quita de que existan en la Asamblea Nacional personas comprometidas con el país, que tengan principios y valores, que sí se arriesguen por tener un mejor país, es parte de la enorme manipulación que el gobierno comunista de Cuba tiene sobre Venezuela, saben que deben permitir la existencia de una verdadera oposición, que tienen que tolerar la presencia de auténticos demócratas, de otra manera acabarían con su propio juego de mantener la ilusión para poder seguir cometiendo sus fechorías.
Para concluir, sabiendo que confrontamos con esta realidad ¿Qué podemos hacer?, lo importante es estar claros del escenario en que nos desenvolvemos, de las trampas que nos han puesto, de quienes son los protagonistas y quienes mueven los hilos, porque si nos dejamos engañar y nos tragamos el cuento de Juan Guaidó el bueno, no vamos para ningún lado.
Por allí vienen los nuevos nombramientos de su gobierno, hasta el momento ha seguido con el guión que sus manejadores le han impuesto, todos representantes de grupos afectos a su misión, todos comprometidos con el plan de aguantar para que Maduro permanezca en el poder el mayor tiempo posible, enfriando los ánimos de la oposición, cultivando el pesimismo y la resignación, consolidando los intereses del chavismo en el futuro inmediato, algunos de estos elegidos han resultado ser verdaderos pillos, Guaidó ya escogió su bando, y no somos nosotros, eso nos da licencia para utilizarlo como comodín.
Sabiendo del juego perverso que nos están haciendo jugar, debemos decidir si continuamos jugando o le damos una patada al tablero, sin continuamos jugando ya será sin la venda en los ojos y a consciencia de quien es quien en esta danza macabra, y en ese sentido, podemos hacer mucho, entre otras cosas, ponerle presión a la Asamblea Nacional, dejar de tratar a nuestros parlamentarios como víctimas del gobierno y utilizarlos como armas en su contra.
Desenmascarado Guaidó, moverlo como ficha en el tablero condicionando sus movimientos, poniéndole las brasas ardientes de la opinión pública debajo de las nalgas para que sienta el rechazo, denunciarlo en sus posiciones blandengues y obligarlo a tomar unas más firmes, aprovechar a nuestra redes, periodismo de calle, a los guerreros del teclado, a nuestros líderes naturales, a las organizaciones nacidas al calor de la resistencia genuina, e ir conformando un gran bloque de verdadera oposición (que ya se está armando).
Guaidó y su equipo parecieran estar viviendo en otra dimensión donde no se entera que existimos venezolanos que ya no podemos aguantar esta situación de desgobierno criminal, que por mil razones, las condiciones económicas, de salud, alimentarias, de seguridad, de servicios ya no podemos vivir como seres humanos, que cada día que pasa sin una solución a nuestros problemas la gente mueren o sufren lo indecible, son personas que desesperan y toman decisiones tan radicales como abandonar el país dejando atrás a su familia, no es justo, no es humano, es absolutamente criminal pretender que los más vulnerables seamos sacrificados para que los que puedan, sigan esperando a su lado un milagro.
Es necesario renunciar por un momento en nuestros gustos e inclinaciones personales y apoyar a quienes parecen saber lo que hacen, sobre todo eso, a los que promueven la acción, la construcción de caminos alternativos, a los movimientos de calle, a quienes se arriesgan en el protagonismo, a los que enfrentan los retos de la conducción política.
Ya la casta financiera y empresarial del país está tomando conciencia de que la neutralidad, en estas circunstancias, es cuchillo para sus gargantas, eso de que “el dinero es cobarde” tiene sus bemoles, el dinero financia guerras, golpes de estados, atentados y disturbios con la misma facilidad que financia elecciones, campañas sociales y equipos de futbol, como en todo, hay momentos en que es preferible resistir, a tener que esperar el terrible momento de bajar las santamarías y apagar la luz empujado por “las circunstancias”, los empresarios viven de hacerse ellos sus propias circunstancias.
Tenemos aliados y socios confiables, coordinemos con ellos acciones y posiciones, lo más importante, rasguemos el velo negro que cubre el país, que estemos todos informados de lo que ocurre, hacerles cada vez más difíciles que hagan sus porquerías en la sombra y la escurran debajo de la alfombra, luz, luz, luz… que el país se ilumine, eléctrica y moralmente, que podamos ver nuestra realidad sin importar que tan duro sea descubrirla, pues es el primer paso para corregirla.   -    saulgodoy@gmail.com




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