Dentro
de las novelas de ficción que tienen que ver con el desarrollo de nuevas armas
(no confundir con la ciencia ficción) hay una rama, sobre todo en Norteamérica
que se fue por el lado de los desarrollos militares; esto tiene su explicación
al reconocer que USA es un país esencialmente guerrero, que no sólo tiene uno
de los ejércitos más grandes del mundo, sino el más moderno, el mejor equipado
y el que ha estado involucrado en más guerras desde su creación. Esto es así
por dos factores fundamentales, primero, tienen un Departamento de Defensa que
maneja uno de los presupuestos más sustanciosos y mejor administrados para el
desarrollo de alta tecnología aplicada al combate, tanto en tierra, aire, mar
como para el espacio exterior; el segundo factor es que su posición geopolítica
lo ha convertido en un árbitro de conflictos globales, teniendo que recurrir a
la fuerza para salvaguardar sus intereses y los de sus aliados contra enemigos
comunes.
El
tema es una mina de oro para escritores, entre ellos novelistas, guionistas,
diseñadores de juegos, de comics, que se ganan la vida alimentando una serie de
personajes y situaciones, derivados de la guerra moderna, para la industria del
entretenimiento, sobre todo en el género de la aventura y el desarrollo de
nuevas armas.
Muchos
de estos autores reconocen como sus antepasados a escritores como Verne y
Wells, y hay en el género de la ciencia ficción (literatura de anticipación,
para algunos) contribuciones que se entrecruzan y polinizan los distintos
relatos; pero luego de la Segunda Guerra Mundial y una vez que la Guerra Fría
mutó en guerras híbridas, apareció una serie de escritores que incursionó en
las aventuras del soldado del futuro o de las nuevas armas disponibles, que se
constituirían en amenazas para el mundo si caían en manos de los enemigos de
occidente, y tomaban parte en la tarea para los nuevos héroes que, con
tecnología de punta, iban a resolver situaciones de peligro.
Ése fue
el nacimiento de los Technothriller, o
aventuras de alta tecnología, principalmente de uso militar, con personajes que
en su mayor parte son militares o funcionarios que trabajan para el gobierno de
manera encubierta.
En
los años sesenta los tuvimos, principalmente, en la rama del espionaje; el
escritor británico Ian Fleming, creador de James Bond, se ocupó de brindarle a
su personaje una cantidad de estos desarrollos tecnológicos basados en la
miniaturización, láseres y altos explosivos, pero todavía no habían aparecido
las aventuras militares, que vendrían posteriormente, de la mano de escritores
como Clive Cussler, con sus aventuras submarinas, o Dale Brown, con sus
guerreros de la Fuerza Aérea, o el mismo Tom Clansy, considerado el maestro del
género, con personajes como Jack Ryan, o el inolvidable Michael Crichton, con sus novelas sobre corporaciones de dudosos
objetivos, de las que emergieron joyas como Parque Jurásico, Congo, Sol
Naciente o Rescate en el Tiempo, todas exitosas películas.
Fue
temprano, en los setenta, cuando aparece una novela llamada Cyborg (1972), de Martin Caidin, escritor
que venía de probar la fama con otra novela sobre viajes espaciales, titulada Marooned (1968), de la cual hizo una
película de gran éxito, con Gregory Peck (también trabajaron en esa producción Richard Crenna, David Janssen, James Franciscus, Gene Hackman),
y trata del recate de un astronauta que queda a la deriva en el espacio.
Cyborg marcó una época y, dicen, fue el
inicio del movimiento de los technothrillers;
es la historia de un piloto de pruebas, de nombre Steve Austin, quien sufre un
aparatoso accidente y el Pentágono decide salvarle la vida utilizando partes
mecánicas desarrolladas como biónicas para remplazar las que perdió. La novela tuvo
un éxito inmediato y fue utilizada para la famosa serie televisiva The Six Million Dollar Man (El Hombre
Biónico); Austin también escribió los primeros guiones para la serie The Bionic Woman.
Ya
para ese momento, Martin Caidin tenía una muy bien ganada fama como experto en
el área aeronáutica; había publicado diversos libros y artículos, sobre todo en
viajes espaciales, cohetería, aviones de guerra, la historia del paracaidismo…
era piloto y su experticia lo hizo acreedor de varios honores, entre ellos,
voló con el equipo de demostraciones de la Fuerza Aérea Norteamericana, los Thunderbirds, fue miembro honorario de
los Caballeros de Oro, el equipo de demostración de paracaidistas del ejército,
atravesó el Atlántico con una cuadrilla de bombarderos B-17 hacia Inglaterra,
vía Los Azores, en celebraciones sobre la victoria aliada en Europa.
A su
cuenta y riesgo, compró y reconstruyó un Junker JU 52, el avión más pesado
construido para la Luftwafe alemana, el único en su tipo que existía en el
mundo con capacidad de vuelo. Piloteando su avión, ganó la certificación de
hacerlo despegar en menos de 120 metros de pista; en una demostración voló con
19 personas de pie sobre una de sus alas. Le dio a su avión el nombre de Ana de Hierro y, con él, recorrió varios
países, participando en shows aeronáuticos; finalmente, en 1984 se lo vendió a
la línea aérea Lufthansa que, desde entonces, lo mantiene en exhibición.
Caidin
escribió el único manual operativo que existe para el avión Messerschmitt Bf 108, aprobado por las autoridades
aeronáuticas, y ha escrito extensamente sobre materiales, propulsión,
aerodinámica, seguridad… fue reconocido como experto en el área.
Martin
Caidin escribió una gran cantidad de novelas de ciencia ficción, entre ellas
una secuela de Buck Rogers, y uno de sus libros, La Conspiración Mendelov (1971), se convirtió en una novela de
culto entre los creyentes en teorías conspirativas; al poco tiempo de haber
salido publicada fue recogida, sin ninguna explicación, y durante mucho tiempo
era difícil conseguirla; tuve la suerte de que el año de mi llegada a los EEUU,
para iniciar mis estudios, pude comprar un ejemplar, que aún conservo, porque no
se ha vuelto a reimprimir y su precio para coleccionistas es alto.
La
historia trata de un avistamiento de un UFO en Nebraska, que se convierte en un
problema militar por haber afectado silos de misiles nucleares; el personaje
principal es un periodista, quien es perseguido por sus investigaciones, y para
llegar a la verdad tiene que sacrificar su carrera y casi su vida. Para
escribir este libro, Caidin investigó todos los encubrimientos del gobierno en
casos similares y los ufólogos piensan, no sin razón, que el autor publicó
secretos que molestaron a mucha gente en su tiempo.
En el
libro de Stan Deyo, La Conspiración
Cósmica (1998) dice lo siguiente:
La Conspiración Mendelov de Martin
Caidim fue publicado en 1972. Martin tenía otras seis obras en las librerías
vendiéndose muy bien. El único de sus siete libros que fue retirado de las
ventas o era extremadamente difícil de conseguir era La Conspiración Mendelov.
La razóndebería ser obvia para quienes tuvieron la suerte de leer el libro.
Está levemente disimulado en la forma de ciencia ficción una trama para
apoderarse del mundo. La conspiración encabezada por el Dr. Vadim Mendelov (un
físico cuyos datos biográficos se parecen a los del Dr. Edward Teller o al ruso
Dr. Andrei Sakharov…Sakaharov,,, Mendelov… hum-m-m…) Los conspiradores son
descubiertos por un periodista norteamericano que trabaja para un gran
diario…(¿Recuerdan a Ansel E. Talbert?). El periodista- de nombre Brady-
escribe una serie de artículos… El hecho increíble es que la nave
extraterrestre que se construyó en el libro se hizo con la tecnología
existente- la de ahora. Los nombres de los principales protagonistas y de las
grandes corporaciones aeronáuticas que aparecen en el libro fueron cambiados para
ocultar los verdaderos nombres de los conspiradores- a quienes el mismo Caidim
había logrado identificar. ¿Por qué Martin Caidim escribió ese libro? ¿Por qué
lo escondieron cuando la demanda por el mismo aumentó?
El
otro dato interesante es que Caidim escribió dos de las novelas que conformaban
la serie de Indiana Jones, el proyecto de Spilberg (piratas del cielo,1993, y
la Bruja Blanca, 1994).
A
mediado de los ochenta, Caidin se dedicó a un programa de televisión muy
controversial, Face to face, donde
hacía de entrevistador de personajes sumamente radicales, de todos los
extremistas que en ese momento lideraban grupos minoritarios violentos, entre
ellos las cabezas del Partido Nazi Norteamericano, la Nación Aria, la John
Birch Society, y al rabino Meir Kahane, de La Liga de Defensa Judía, quien
moriría abaleado al poco tiempo en el lobby de un hotel.
Declaró
en algún momento poseer poderes mentales, telequinesis, el poder mover objetos
físicos a distancia con sólo concentrarse en ello… fue prácticamente perseguido
por el mago y posterior cazador de fraudes psíquicos James Randi, para que probara
sus poderes ante unos expertos y el público, pero nunca se pudo hacer la prueba,
ya que Caidin moriría de cáncer en Florida en 1997, cuando tenía 69 años.
Martin
Caidin fue reconocido tardíamente como un escritor de ciencia ficción, ya que
sus editores se habían empeñado en publicar sus obras bajo el género de
aventuras militares, pero obras suyas, como La última cuenta regresiva, La Maquina Dios, High Crystal, Mision
Acuario y muchas otras, forman parte de esa gran biblioteca del genero.
Sus
ficciones tuvieron una enorme influencia sobre los programas espaciales; cuando
se publicó su novela Marooned, y
posteriormente con su llevada a la gran pantalla, ante la posibilidad cierta de
que algún viajero espacial pudiera quedar varado en el espacio, y siendo los
rusos la competencia, era necesario contar con un mínimo de tecnologías
compatibles para poderse auxiliarse en caso de que algo saliera mal, Caidin logró
poner a trabajar a los norteamericanos y rusos, en conjunto, para estandarizar
algunas piezas y componentes de sus naves espaciales, como compuertas, tubos de
conexión, sellos, mangueras y otros elementos vitales, con la finalidad de
poder auxiliarse mutuamente si ocurrieran accidentes o hubiera la necesidad de rescates
de tripulaciones en el espacio. - saulgodoy@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario