La
existencia del llamado Frente Amplio, como un conglomerado de organizaciones e
instituciones que apoyan al presidente encargado Juan Guaidó, quien ya, sin la
menor duda, es un factor de la izquierda venezolana, tiene para mi dos
significados fundamentales.
El
primero, que la derecha venezolana es pura retórica, puro bla, bla, bla… y esto
me duele admitirlo, porque viene de uno de los sectores políticos que está más
que claro en cuáles son las vías y las soluciones para reactivar a Venezuela; porque
que no sólo está consciente de la necesidad que tiene el país de transitar la
vía del libre mercado y de las libertades económicas, sino que, vistos los
resultados de los últimos 40 años de historia política y económica socialistas,
se hace necesario, prioritario y urgente que surja una nueva élite de
políticos, empresarios, intelectuales, dirigentes sociales que lleve al país
por la senda del verdadero progreso.
Entendiendo
progreso como la sumatoria de los cambios positivos, que se acumulan en una
línea de ascenso y superación de la sociedad, se trata no sólo de vencer sus
dificultades actuales y salir del atraso inducido por el socialismo, sino de
dejar atrás la economía rentista, estatista y monopólica del sector llamado
público (pero que no lo es), con la intención de brindar a los venezolanos el
escenario para destacar en las áreas de la productividad, la generación de
riqueza, la innovación y la creatividad, la eficacia de su gestión, tanto pública
como privada.
El
progreso tiene otro significado distinto, que la izquierda mundial lo ha
patentado como suyo, y es la utilización del aparato del estado como medio para
producir los cambios sociales, necesarios y justos de acuerdo a la ideología
socialista; ellos se pronuncian por la intervención del estado para imponer una
igualdad social, de modo de todos participen en igual medida en la construcción
de la sociedad, un concepto de progreso desarrollado por el filósofo izquierdista
John Rawls, de la Universidad de Harvard, quien propone un aparato burocrático
escéptico de contradicciones ideológicas y destinado al proceder igualitario,
bajo su concepto de justicia como equidad por la igualdad (Justice as Fairness).
En Venezuela, la izquierda tiene una ventaja
estratégica, está activa, nunca ha dejado de llevar iniciativas a la mesa
política, sus organizaciones son más numerosas y abarcan todas las actividades
sociales imaginables, desde los DDHH, el ambiente, la familia, la educación, la
empresa, la economía (intervenida por el estado), la religión, la diplomacia…
no hay actividad humana y social que la izquierda no haya intervenido con su
ideología colectivista.
Y
ello se debe, fundamentalmente, a que recibe financiamiento internacional de
grandes organizaciones, de estados (Rusia y China), de la operatividad de
gobiernos como el cubano y de organizaciones como El Foro de Sao Paulo, de una
parte importante de la Iglesia Católica, que tiene una agenda comunista muy
activa, que prestan el know how y los
procedimientos operativos.
Pero,
primordialmente, la izquierda en Venezuela se nutre del financiamiento de
capitales corruptos, de enormes complejos financieros, como el que manejan
desde España los bolichicos, protegidos por el gobierno español, o los de
“empresarios” como Gorrín, el dueño del canal televisivo Globovisión, así como
de una red de compañías de seguros, bancos, empresas de comunicaciones,
monopolios alimenticios y energéticos, cuyos dineros alimentan un enorme
entramado de intereses para influir en la opinión pública nacional, comprar
conciencias, lavarle el cerebro a venezolanos despistados, y financiar modus vivendi de intelectuales y
personalidades (artistas, influencers,
anclas de programas populares (aquí y en Miami), opinadores y ONG’s que actúan
diluyendo las responsabilidades y ganando adeptos para las causas socialistas
como las fundamentadas por los partidos políticos como Acción Democrática,
Voluntad Popular, Primero Justicia, Copey, Avanzada Progresista, y otros de
nuevo cuño (no olvidar el siniestro personaje de Timoteo Zambrano que está
enquistado en la AN y actuando como un operador político del chavismo, sin vergüenza
alguna, y así, como él, hay varios, Manuel Rosales, Henri Falcón, Eduardo Fernández,
Chúo Torrealba …)
La
izquierda venezolana tiene respuesta para todo, con la ventaja de haber sido
gobierno en consecutivas ocasiones tiene, para su prerrogativa, modelos,
ensayos, proyectos, ideas, que sacan del cofre de sus recursos de gobierno y
rellenan de expectativas y necesidades de venezolanos incautos que caen en su
trampa de “ven y dime tus ideas, nosotros
te la haremos realidad”… y es por ello que han tenido tanto éxito en
cosechar propuestas que acumulan en un Plan País que, para sus efectos, una vez
conquistado el gobierno, serán guardadas en el cofre de recursos de gobierno y
que servirán en otras campañas para sumar adeptos; después ejercerán el
gobierno autoritariamente, favoreciendo sus propios intereses partidistas,
alimentando una gran masa clientelar, haciendo crecer desmedidamente el aparato
estatal y la burocracia y restringiendo las libertades individuales en aras de
una igualdad colectiva.
La
izquierda ha actuado con total libertad porque no tiene contendores, ellos son
los dueños del campo de juego, y es por eso que retorna al poder, una y otra
vez, con otro disfraz… cuando es oposición de un gobierno radical de izquierda,
se convierte en oposición de “derecha” y se asume como tal, con total
desparpajo.
El
pensamiento liberal clásico, los demócratas de la centro derecha, los
demócratas críticos, conservadores, originalistas, defendemos un país de
individuos libres y responsables, de verdaderos ciudadanos, viviendo en un país
con un estado pequeño, donde se vuelva a rescatar la plaza pública, donde todos
podamos ejercer el derecho a la libre opinión y defender nuestras posiciones
con argumentos e ideas, no con las armas, un carnet, o una cartica de
recomendación del jefe del partido.
Si
Venezuela va a cambiar, como todos esperamos que cambie, debemos estar dando la
lucha en esa guerra de ideas, donde los izquierdistas son los amos del tablero;
ya basta de que todas las iniciativas sociales vengan ya comprometidas con el
comunismo, que sean copia de alguna receta cubana o del comunismo europeo, o
del nuevo socialismo demócrata norteamericano… tenemos con qué, lo que nos
falta es el apoyo de los venezolanos dueños del capital, de los industriales y
comerciantes, de los inversionistas exitosos, de los que han logrado triunfar
en el mundo con sus emprendimientos.
Ahora
más que nunca se necesita de contribuciones para las batallas que tenemos que
dar, el enemigo está herido pero no ceja en tirar dentelladas, es el momento de
dar información, capacitar a nuestros ciudadanos, formar nuestros jóvenes
políticos pero en los auténticos valores del capitalismo responsable, en
construir una nación de individuos libres y emprendedores.
En
Venezuela necesitamos un fondo (o varios) que tengan los recursos disponibles
para financiar las iniciativas liberales y democráticas, desde partidos
políticos, ONG’s, Think Tanks. congresos,
simposios, cátedras de estudio en las universidades, fundaciones, fondos de
iniciativas empresariales, asistencia técnica, publicaciones, programas en
todos los medios de comunicación posibles, en campañas abiertas de divulgación con
el mensaje de que existe otra visión del mundo, distinta del socialismo
enfermizo que tantas desgracias nos ha traído… y, de una vez por todas, que
dejen de financiar a los partidos y líderes socialistas con la excusa de que no
hay nadie más en el rin.
Para
ganarnos el corazón y las mentes de los venezolanos debemos invertir, y
fuertemente, en este nuevo período que nuestra nación inicia; es un deber
sagrado, que tenemos los venezolanos conscientes, de arrebatarles de la mano el
poder a los comunistas; Guaidó y los partidos que hoy tenemos en la Asamblea
Nacional son en su mayoría comunistas, afiliados a toldas rojas rojitas, con
programas de ruina y hambre para el país.
Entiendo
que el dinero es cobarde y huye del país que lo maltrata y no le da
oportunidades de crecer y multiplicarse, pero los dueños de esos capitales sí
tienen corazones, lealtades, identidades, querencias e ideas propias; desde
hace años, antes de Chávez, ese dinero empezó a huir de Venezuela y hoy existen
unos fondos robustos y consolidados en el exterior, haciendo negocios en todo
el mundo. Venezuela no va a resolver sola sus problemas existenciales e
ideológicos sin una ayuda y una intervención determinada de los venezolanos de
derecha… si están esperando que otros les hagan el trabajo, Venezuela está
perdida.
Algunos
venezolanos hemos contribuido y estamos aportando lo que humanamente podemos en
esta lucha por la libertad, y me sorprende cómo sobreviven plataformas tan
desarrolladas como CEDICE, algunas organizaciones pertenecientes a FEDECAMARAS,
universidades, fundaciones que se la están jugando frente al apabullante avance
de las fuerzas de las izquierdas disfrazadas de derecha… no entiendo cómo no
las han utilizado para canalizar ayudas e inversiones en la conformación y
fortalecimiento de las que serán las futuras instituciones liberales del país.
Los
Guerreros del Teclado deberían tener su propio canal de televisión en internet,
deberíamos tener radios, diarios, circuitos de conferencias, concursos en las
escuelas, varios partidos políticos conviviendo en una comunidad política
agresiva y en son de batalla, deberíamos contar con nuestros propios tanques de
pensamiento.
Esta
debilidad la aprovecha la izquierda para acaparar no sólo talentos, sino
recursos… vean ustedes lo que sucede con el Frente Amplio, promovido por los
partidos de izquierda, por la UCV, por la Iglesia, gremios y sindicatos, se
trata de la imagen en el espejo del Frente Unido, que es un instrumento político
marxista que según Herbert Marcuse, el filósofo comunista, en su libro El
Marxismo Soviético (1958), afirma lo siguiente:
El frente Unido ha sido un objetivo de
la política soviética. Al menos desde 1934, aún cuando el acento y alcance del
esfuerzo hayan cambiado en varias ocasiones. Lo que resulta decisivo para su
enjuiciamiento no es saber si el Frente Unido se proyecta sólo para la base o también
para los dirigentes de los partidos socialistas y de los sindicatos, o si
apunta, además de hacia otros sectores, a algunos o a todos los “partidos
burgueses”, sino averiguar si tal política tiene probabilidades de alterar el
carácter de los partidos comunistas. Incluso el problema eventual éxito es de
menor importancia. Como quiera que la respuesta de los posibles aliados está
determinada por el buen o mal funcionamiento de la sociedad occidental, el
Frente Unido estará abocado a permanecer
en un estado de frustración y “localización” en tanto que esta sociedad siga
funcionando normalmente. Si esto dejara de ocurrir, la política del Frente
Unido sería totalmente superflua. Sin embargo, el mero esfuerzo, prolongado
durante tanto tiempo, para conseguir un frente unido puede convertir a los
partidos comunistas, en aspectos importantes, en los herederos políticos de los
partidos socialdemócratas.
Estamos en una importante encrucijada, en la que
necesitamos de todos los recursos y esfuerzos de quienes creemos en la libertad
y la democracia, pero ésta debe ser organizada y bien pensada, que no sea un
esfuerzo disperso y por goteo; esta iniciativa de proveer de fondos a
instituciones y personas de la derecha venezolana es importante, no puede ser
responsabilidad de algunas individualidades y guerreros anónimos, hay que
organizar a nuestra sociedad para lo que viene, sin socialismo, sin comunismo,
sin militarismo, y en lo posible sin corrupción.
La izquierda lo que está haciendo es mimetizarse
como si fueran libertarios, nos engañan con sus posturas humanistas y
constitucionales, lo que quieren es robarnos seguidores, nos plagian ideas
tratan de confundirse como demócratas cuando la verdad fungen como instrumento
del totalitarismo de la extrema izquierda, son peones de Cuba que sin ninguna
vergüenza tratan de presentarse como patriotas y republicanos, pero en su
sumisión a las negociaciones lo que demuestran es que son sirvientes, lacayos
del comunismo.
Hay maneras de hacer llegar esos recursos al país de
manera segura, hay formas de ingeniería financiera que pueden burlar los controles
de los cubanos, del G2 y del chavismo; nuestra economía se encuentra en un
estado de desorden y caos que hace posible canalizar esos dineros de manera
eficiente y sin dejar rastros, estoy seguro que si le pedimos ayuda al
Departamento del Tesoro de los EEUU, con gusto nos darán fórmulas viables para
hacer llegar ese dinero al país sin problemas, todo esto hay que tomarlo en
cuenta pues la lucha es desigual y no sin riesgos. No nos dejen solos, el
momento es crucial. - saulgodoy@gmail.com
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