Mi versión de nuestra historia reciente es para aquellos
pueblos que tienen la suerte de todavía poder vivir en libertad, que aunque
nunca es perfecta, los ciudadanos pueden aún cambiar gobiernos en elecciones
justas y limpias, opinar sin temor a ser reprimidos, salir de sus casas en las
noches y regresar a sus hogares con vida y sin ser víctimas del hampa, comprar
en las tiendas los productos que desean a precios razonables sin sufrir de
escacez, sin una inflación que les impida hacer el presupuesto de la semana y
que les coma el salario de un día para otro…
Parecen cosas tontas, cotidianas, y que todos deberíamos
poder disfrutar en un país más o menos seguro y estable, en nuestro caso,
perdimos todo, y buena parte de la culpa la tuvimos nosotros mismos,
principalmente, nuestro problema fue uno de cultura, se la voy a contar para
que no comentan nuestros mismos errores… para nosotros es un poco tarde.
Lo primero que debo decirles es que nunca se sientan
seguros de lo que tienen, no se dejen apoltronar, sentir que la felicidad es
eterna, nunca se acobarden en decir lo que sienten ni en hacer lo que deben, es
su deber defender lo que han logrado por todos los medios que sean posibles,
aún con violencia, aún si va en contra de la norma.
Si ustedes sienten que es correcto pelear, luchen con
afán, no esperen que otros lo hagan por ustedes, pero para hacerlo deben estar
seguros que lo que hacen es justo, tienen que tener esa convicción interna,
moral, ciudadana, que no importa si quien les quiere quitar su paz o invadir su
vida tiene un uniforme, una placa o un mandato del gobierno de turno, menos
todavía si vienen armados; ningún gobierno legítimo y probo puede invadir su
privacidad, robarle su propiedad y obligarlo a nada, sin un previo proceso
donde usted pueda defenderse, alegar, probar, declarar y contrademandar.
Cuando un gobierno lo ataca, le quiere quitar su
propiedad, pretende hacerle daño a usted o a los suyos sin justificación alguna.
excepto la del poder desnudo y el despotismo, eso no es un gobierno y menos si
alega derechos revolucionarios, leyes supra constitucionales, incluso si dice
hacerlo por amor, justicia social, o por derechos colectivos, si habla de que
actúa en nombre del pueblo, de la solidaridad o un nuevo orden, no dude en
disparar si tiene arma de fuego, de quemar su propiedad si va a ser reducido, o
poner a su familia a buen resguardo si tiene la oportunidad, porque de seguro
que lo que viene es la violación de sus derechos humanos fundamentales, lo que
probablemente enfrente es la esclavitud, el saqueo, y probablemente la muerte.
Eso es lo que trae el socialismo que no es otra cosa que
comunismo y totalitarismo, no se deje engañar, ni por un Papa, ni por
sacerdotes elocuentes, ni por europeos de fino porte y cultura milenaria que se
creen con el derecho de exigirle que no se defienda, que si el gobierno que
propicia tal enfrentamiento es socialista entonces debe entregarse y rendirse,
o en último caso, negociar con los asaltantes, no lo haga, debe luchar hasta el
final y con lo que tenga a mano.
Jamás, y esto escríbalo con fuego en un muro de piedra
para que no se borre nunca, jamás le entregue a un partido político sus
derechos políticos, no permita que otros tomen decisiones por usted, que conciernan
a su vida, a su vecindario, a su pueblo o ciudad, averigüe y trate de conocer
quiénes van a ser sus alcaldes y gobernadores, su jefe de la policía, las
personas responsables por llevarle los servicios públicos con el agua y la luz,
quienes son los que van a legislar e introducir cambios en su entorno, y si
tiene dudas sobre sus personas y talantes, no se conforme con que otros decidan
por usted, opóngase, pelee su voto, opine y haga ruido, que sepan que usted
está allí, adviértales a sus vecinos y si por alguna razón ganan el cargo, que
se enteren que usted va a estar vigilándolos y exigiéndole cuentas claras.
Elegir un presidente de la república no es cualquier
cosa, piense que su vida depende de ello, no importa cuánto tiempo tenga en su
país la tradición democrática, repito, nada es seguro en la política, su vida
puede cambiar por una mala escogencia, un país no se le entrega a cualquiera, y
menos a una persona inculta, sin luces, con un pasado violento, trate de que no
sea un militar, hay militares dignos, lo sé, conozco algunos, pero creo que
ningún militar que se precie de su carrera y su vocación debe optar por la vida
política, por aquello que decía Clausewitz, de que la guerra es la continuación
de la política, por tal razón ambas actividades, la política y la guerra, deben
ser separadas y no mezclarlas.
Un presidente de la república tiene demasiado poder, por
lo que hay que estar controlándolo todo el tiempo, empezando por su vida pública
que debe ser reflejada por los medios de comunicación en cada instante, debe
poder ser criticado y cuestionado en sus actividades, la sociedad en general es
la principal interesada en que la división de los poderes sea efectiva, que su
gestión sea transparente y responda por sus actos ante el congreso, las
instituciones y el pueblo.
Desconfíen cuando un presidente les pida más poder o
menos control, tiemblen cuando les diga que no puede informarles por cuestiones
de seguridad de estado, un presidente se debe en cuerpo y alma a su nación, los
intereses del país debe ser su única agenda, el único mandante del presidente
es su pueblo, no la comunidad internacional, no otros gobiernos e intereses, no
una ideología y menos si se trata del socialismo.
Los socialistas tienen la mala costumbre de anteponer a
sus partidos y su ideología antes que al país, los socialistas son una secta
internacional de grupos de interés que se manejan como una liga de naciones,
tienen sus asociaciones, contribuyen en sus causas, ocultan sus crímenes y
protegen a sus miembros, la verdadera intención de los socialistas es construir
un nuevo orden social en el mundo, su objetivo es llevar el socialismo como
receta única para los problemas humanos y es por ello, que sus gobiernos se
protegen y se ayudan, usan a sus pueblos para obtener el poder mundial sin
importarles sus destinos como naciones, sacrifican sus países por un bien
mayor, el colectivismo, el poder mundial del comunismo igualitario en la
Tierra.
Los socialistas europeos llevan dos guerras mundiales,
han pasado por la destrucción de sus economías y la reconstrucción del
continente, instaurando gobiernos colectivistas que han logrado una enorme
unidad; la Unión Europea no es sino el resultado de un largo y tortuoso camino
para instaurar la utopía socialista, un sistema de gobiernos benefactores que
se ocupan de proteger a sus ciudadanos bajo un sistema de seguridad social
altamente costoso e imposible de sostener, y lo han logrado apoyándose en el
músculo productivo y de defensa de los EEUU, pero ya hay señales de que el
proyecto es inviable, el problema es que han dejado en Latinoamérica unos
experimentos socialistas inconclusos, siendo el más preocupante, por su alta
agresividad, el de Cuba.
Y por Cuba todo nuestro subcontinente fue contaminado de
esta ideología, y aún, los mismos EEUU están sufriendo el contagio de esta
enfermedad mental ahora con candidatos abiertamente socialistas en la lucha
electoral por la presidencia de ese país, Venezuela no ha sido más que un daño
colateral en esta lucha por el resurgimiento del socialismo en el mundo, un
experimento fallido con todo lo que puede salir mal en un socialismo
enloquecido y deforme, todo esto a pesar de que las cuentas ya han sido
sacadas, el socialismo es simplemente inviable, no hay manera de que los
números resulten, y eso lo demostró el presidente Obama, el más radical y
atrevido de los socialistas norteamericano, y padre del desastre venezolano,
con su proyecto imposible del ObamaCare, el frankestein de todos los programas
de seguridad social intentados en el mundo.
Una gran parte de los venezolanos han estado sometido a
través de los años, por décadas, a un programa intensivo de socialización por
medio de la propaganda, la educación masiva y el entretenimiento, los grandes
medios de comunicación se han prestado a conducir un experimento que ha
resultado finalmente en el Venezuelan
socialisticus, un raro espécimen de consumidor trastornado socialista, con
un nuevo cableado neural que lo hace hipersensible a las pasiones y el
sentimentalismo, que no piensa, que olvida con facilidad pasmosa, cuyo
principal característica es querer ser una buena persona, un socialista
complaciente, sin aportar ningún esfuerzo de su parte, excepto dejar hacer a
los partidos políticos socialistas y sus líderes lo que les diera la gana con
el país.
Dicho y hecho, esta es la parte del experimento que
funcionó, el pueblo más conformista del mundo, el ciudadano que no sirve para
nada sino para votar, para justamente, permitir que otros decidieran por él.
Pero dos cosas fundamentales sucedieron que no estaban en
el programa, el primero que unos extranjeros facinerosos como eran los cubanos
se adueñaran del experimento estableciendo vínculos de lealtad y amor con un
militar corrupto e ignaro como lo fue Hugo Chávez, al cual utilizaron hasta que
tuvieron que deshacerse de él, y colocaran a un agente de La Habana, a un
colombiano, que no era lo mejor de su gentilicio, a un bruto y sanguinario
personaje como presidente de la república.
Y la segunda cosa que sucedió que no estaba en el diseño
original y que en realidad eran una serie de eventos concatenados, que
apareciera una cepa de jóvenes puros y sin contaminar, que nacieron para ser
libres y no han cejado en luchar por lograrlo, paralelamente un grupo de
personas con pensamiento propio, capacidad de raciocinio y que pasaron debajo
del radar del chavismo castrocomunistas, coincidieran en su lucha por las ideas
y se reagruparan en una resistencia radical por la democracia y la libertad, y
el tercer elemento, fue el triunfo de Trump en los EEUU, que fue un balde de
agua fría para los planes socialistas.
Luego de veinte años de esta experiencia socialista
estamos ahora en un extraño momento, en una tenebrosa encrucijada, por un lado
con una tiranía comunista debilitada y asediada por el gobierno del presidente
Trump, pero más peligrosa y acorralada, una supuesta oposición democrática que
se ha declarado socialista, y pretende darle una salida honrosa a los
criminales chavistas, e incluso cohabitar con ellos, que han hecho muy poco por
desalojar a los usurpadores del gobierno, un socialismo internacional con dos
bandos de socialistas en Venezuela tratando de llegar a una negociación y a un
cada vez más impaciente EEUU que quiere una solución definitiva a su problema
de seguridad regional.
Mientras tanto el país está arruinado, pasando penurias,
destruido, con una hemorragia intensa de emigrantes huyendo como refugiados del
país, y creando problemas de seguridad entre los países vecinos debido a la
avalancha de personas, convertida Venezuela en un centro de acopio de toda la
criminalidad internacional y grupos terroristas, un foco caliente de violencia
e inestabilidad continental y hasta mundial, llevando zozobra al mundo con sus
capitales producto de la corrupción.
Lo peor, el socialismo europeo, quien supuestamente
controla el tablero en Venezuela, aún deshoja la margarita para ver a cuál de
los dos grupos apoya definitivamente, la decisión es diabólica pues uno de los
dos debe desparecer, por ahora parece aprovecharse de esta calma aparente,
permitiendo que esos capitales corruptos alimenten sus programas sociales, que
vorazmente consumen ingentes presupuestos, sin intenciones serias de aplicar
más sanciones en contra del estado forajido de Maduro, pero el tirano en
Venezuela ahora le dio por agredir a Colombia, con movimientos militares que
podrían traer consecuencias graves a la región, Trump observa, mientras los
socialistas norteamericanos tratan de erosionar su reputación como hombre
público con fines electorales. - saulgodoy@gmail.com
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