domingo, 15 de septiembre de 2019

La guerra asimétrica en Venezuela




Los EEUU está en guerra en su propio continente, un conflicto asimétrico a escala global, con lo que no es necesario una declaración formal de guerra, ya que se trata de un enfrentamiento principalmente político, aunque tiene sus elementos bélicos bien identificados y en fase operativa; es un nuevo tipo de enfrentamiento, en múltiples escenarios geográficos y temáticos… para entender lo que estoy describiendo es necesario recurrir al análisis utilizando herramientas del pensamiento complejo.
El conflicto, que empezó a generarse en Venezuela ante la descarada intervención del gobierno de Fidel Castro, con la colaboración de Hugo Chávez, permitiendo que el Comandante cubano utilizara la chequera petrolera venezolana para financiar los diferentes elementos que se irían integrando en el conflicto con el correr del tiempo (el conflicto tiene 20 años operando, pero la preparación para el mismo tiene no menos de 30).
Lo que voy a dibujar es el escenario de gran visión, que fue integrando a Rusia y China con la estrategia local que armaba Fidel desde Cuba, porque Cuba fue un tumor que quedó vivo y creciendo en el continente americano luego de la Guerra Fría, fue un foco que nunca dejó de contaminar y promover desestabilización en la región con la expansión del comunismo.
Pero lo que fue mutando era la estrategia de ataque contra los EEUU y sus intereses; cuando los rusos y los chinos se percataron de que era posible llevar la desestabilización dentro de las fronteras norteamericanas, decidieron aprovechar las libertades políticas de las que disfrutaba su principal enemigo, porque los partidos políticos socialistas podían prosperar sin mayores restricciones e, incluso, ganar la presidencia de ese país; fue un proceso lento, donde los políticos de izquierda norteamericanos, comprometidos con la ideología liberal, empezaron a cultivar a las principales minorías, en la seguridad de que en algún momento esas minorías se convertirían en mayorías.
Y como, en los EEUU, la mayoría tradicional blanca, protestante y anglosajona se había convertido en una clase poderosa y con privilegios, se crearon relaciones conflictivas con las minorías, por lo que el principal postulado del socialismo, que es la lucha de clase, se convirtió en una cruzada por  los derechos civiles, la igualdad de oportunidades y la participación de las minorías en los provesos de decisiones de las políticas públicas.
Luego de la Crisis de los Misiles, la migración cubana en los EEUU fue fuertemente infiltrada por elementos de inteligencia de los cubanos comunistas; lo mismo estaba sucediendo con la migración mexicana, china y, con un trabajo de hormigas, que se hizo con la minoría afroamericana para ganarlos a la causa revolucionaria… de manera que el socialismo los estaba organizando políticamente, les daba argumentos, ideas y convicciones, trabajando con los más desposeídos, con los trabajadores, con los barrios populares, preparando el terreno para lo que venía.
Había suficiente material antinorteamericano para indoctrinar a los pobres en ese país; los idearios de Zapata, Sandino, Martí, Bolívar, Mao, empezaron a divulgarse, primero de manera subrepticia y, después, abiertamente; las universidades y la academia, en general, motorizaron esta siembra de doctrinas revolucionarias, destacando las injusticias sociales y las grandes diferencias de riqueza y estilos de vidas entre las clases sociales, se crearon condiciones artificiales de descontento popular, manifestaciones, protestas, algunas violentas.
Los comunistas cubanos hicieron un extensivo trabajo, tanto en la costa este como en Washington, dejando plantadas una serie de oficinas y personal para operar políticamente en los diferentes condados, alcaldías y gobernaciones, una extensa red de ONG´s, despachos de abogados, oficinas de relaciones públicas, publicaciones… el partido demócrata fue ampliamente penetrado, de manera que, a la vuelta de los años, conformaría grupos de lobby y operadores políticos con raíces profundas dentro del gobierno federal, las organizaciones multilaterales fueron sembradas de funcionarios pro Nuevo Orden socialista.
El ensayo que Fidel Castro había hecho en Venezuela, con la participación del socialismo internacional, principalmente del europeo, y muy especialmente el español, convirtió el proyecto del teniente coronel de paracaidistas Hugo Chávez Frías en una jugada maestra, que culminó con el triunfo en las elecciones de 1999.
Rusia y China estaban encantadas de la apertura que se había producido en Venezuela y que les permitió llenar los espacios que los norteamericanos se vieron obligados a renunciar, no sólo se trataba de una posición geoestratégica privilegiada, como país con un frente franco con los EEUU, entrada y salida del continente suramericano, sino porque era el principal reservorio de energía de la región.
Ya la guerrilla en Colombia tenía en ascuas a los gobiernos democráticos, sus actividades se extendían de manera importante en todo el noreste del continente, una extensión del dominio hacia Venezuela era, sin lugar a dudas, un triunfo importante, aprovecharon ese nuevo territorio para desplegar operaciones de narcotráfico, pistas clandestinas, laboratorios y depósitos.
Chávez se ocupó de financiar a los candidatos y partidos que le darían a la izquierda importantes victorias en el sur, el Caribe y Centroamérica; Cuba dejó que Chávez jugara su papel de líder continental, para no destacar como coordinadora de la red socialista que se estaba activando a una velocidad vertiginosa.
Dos factores le darían una importante ventaja a esta guerra contra los EEUU, el primero fue la victoria de Lula en Brasil y, el segundo, el triunfo de Obama en el propio “imperio”; ambos desarrollaron políticas para concretar los apoyos macros, de un proyecto de dominación mundial por parte de fuerzas de la izquierda para proyectar un Nuevo Orden; la filosofía de Obama de pasar a un segundo o tercer lugar como potencia mundial, para privilegiar a China y establecer un mundo “multipolar”, coincidía con la visión del castrocomunismo.
Pero de nuevo lo imprevisible jugó su parte en estas complejas ecuaciones: Chávez muere, fallece Kirchner en Argentina, el candidato republicano Donald Trump gana las elecciones, Rusia empieza a intervenir en Ucrania poniendo muy nerviosos a los socialistas europeos, el terrorismo islámico empieza una nueva ofensiva con ISIS, Irán endurece sus posiciones frente a Israel, el narcotráfico repunta en el mundo, sobre todo por la virulencia de los carteles mexicanos, Corea del Norte se destaca como amenaza nuclear en Asia… la violencia, el fundamentalismo y la izquierda copan las iniciativas en varias “zonas calientes” en el mundo y Venezuela se hace acreedora de una especial atención, sobre todo por los vínculos expresos del su gobierno con el terrorismo, el narcotráfico, el lavado de dinero de la corrupción y la ferviente defensa en los foros internacionales de todas las causas anti norteamericanas.
China necesitaba desesperadamente distraer la atención de los EEUU sobre la cuenca del pacífico para establecer sus nuevos dominios estratégicos, el control sobre el Mar de China era fundamental así como neutralizar la resistencia de Japón y Taiwan a sus avances territoriales, Venezuela resultó ideal para lanzar ciertas provocaciones cerca de la zona de seguridad del imperio capitalita.
El presidente Trump cambia la política del Departamento de Estado y empieza a tomar las amenazas de la izquierda internacional en serio, el dominio económico y financiero de China se convierte en una intimidación para los intereses norteamericanos, se cancela la iniciativa ambientalista de Obama, que tenía la intención de sustituir como patrón energético y de manera radical el petróleo en el mundo… pero, de igual manera, Cuba planifica dirigir a los emigrantes y refugiados centroamericanos y mexicanos contra los EEUU, inundando sus fronteras con una marea humana; la economía venezolana entra en barrena y la producción petrolera empieza a caer de manera acelerada… y muere Fidel Castro.
La política interna de los EEUU se radicaliza, con un ataque frontal de la oposición socialista en contra de su presidente; como nunca antes se había visto en ese país, los medios de comunicación con tendencia izquierdista se ensañan contra Trump y buscan desalojarlo del poder; la política hacia Cuba se endurece a medida que se hace más obvio su papel en la situación venezolana.
China y Rusia buscan proteger sus intereses en Venezuela, incluso enseñando su músculo militar; hay amenazas, enfrentamientos políticos en los foros internacionales, pero Trump no pierde su norte en ir fortaleciendo la economía interna de su país, limpiando errores, cauterizando las hemorragias, exigiéndole a sus socios y aliados una mayor participación en los temas de inversiones propias en seguridad y defensa; empieza su enfrentamiento con China en la protección de sus tecnologías, patentes y mercados, y se inicia una lucha sorda por aranceles justos.
Turkía cae en manos de Erdogán, Siria es prácticamente destruida, Grecia cae en situación de quiebra, la migración islámica y africana, con sus problemas de integración, causan problemas graves en Europa, pero el socialismo europeo no suelta el asunto de Venezuela donde decide tener un papel relevante para tener con que negociar con Washington su endurecimiento con los países de la OTAN.
En México gana el socialismo; Cuba le da una patada a la mesa del proceso de paz en Colombia y la guerrilla vuelve a sus fueros; Nicaragua es un polvorín; Venezuela profundiza su crisis y los refugiados inundan el subcontinente poniendo en peligro de desestabilización a la región entera… los socialistas venezolanos pertenecientes a la oposición democrática y miembros del parlamento, colaborando con la tiranía usurpadora, retrasan la intervención humanitaria y se preparan para unas elecciones arregladas, para que el chavismo, en su disfraz democrático, se perpetúe en el poder y siga generando distorsiones en la región.
Tanto los incendios en la Amazonía, como un posible triunfo del populismo en Argentina serían inmediatamente puestos en observación, con sus verdaderas causas descubiertas ante el mundo, el socialismo radical liderados por el Foro de Sao Paulo estaba apretando su retorno al poder… pero la estrategia política que el socialismo está utilizando en Latinoamérica sólo va a parar si hay una muestra de fuerza contundente, no entienden otro lenguaje.
Según los principios decantados hasta el momento sobre la guerra asimétrica, una modalidad de conflicto en pleno desarrollo, ante un enemigo con una superioridad tecnológica, de disciplina y de respuesta, como sería el caso de los EEUU ante los ataques de sus enemigos globales, van a buscar ir en contra de sus debilidades, que en este caso el enemigo presume se encuentra a lo interno y en su entorno más inmediato, según este punto de vista, los EEUU descuidaron sus propias fronteras y espacio vital para darle prioridad a sus respuestas de largo alcance, pueden estar en pocas horas atendiendo un conflicto al otros lado del mundo, pero se confunde si tiene que resolver un problema en el vecindario.
Todo este mosaico de piezas, aparentemente inconexas, presenta el escenario de una guerra asimétrica en progreso contra el único bastión de la democracia y la libertad en el mundo, que son los EEUU. Lamentablemente, no todo el mundo se detiene a ver el patrón que subyace en todas esas actividades, internas y externas, que están afectando la gobernabilidad de los EEUU y su influencia en el mundo, se trata de una guerra que está perdiendo en manos de socialistas moderados que dicen ser sus aliados, pero que soportan y apoyan el socialismo más radical, el revolucionario, el extremista, que se encarga de la lucha armada y de la desestabilización social en los países del orbe.
Para mí es un misterio porqué los EEUU no ha procedido con una intervención militar humanitaria en Venezuela dejándole las iniciativas al socialismo europeo, tiene que ser una decisión de carácter unilateral, para sofocar al chavismo, peón fundamental del castrocomunismo que tiene sembradas raíces profundas en la región, tomar una iniciativa militar contra la guerrilla colombo-venezolana, que ya le ha declarado la guerra a la civilización occidental, y aplacar, de una vez por todas, el santuario que el terrorismo y el narcotráfico tienen en Venezuela.
Hablando militarmente la situación en Venezuela se resolvería, tomando de las manos de los ejércitos extranjeros y mercenarios que tienen invadido a mi país (fuerzas cubanas, rusas, chinas, del terrorismo islámico, guerrilleros colombianos, de los carteles mexicanos, guardaespaldas sirios, etc.) primero, toda la región norte costera del país, se debe entrar y militarizar toda la franja al norte del Orinoco incluyendo el Guri y la represa que alimenta esta centro hidroeléctrico, acompañado con un bloqueo naval, y obligar a las fuerzas de la subversión a replegarse al sur del Orinoco; con un frente occidental, que presione desde Colombia, y  otro que presione desde el sur, desde Brasil, la guerrilla quedaría irremediablemente atrapada y sería fácilmente dominada, mientras es diezmada por las enfermedades endógenas de la zona y la falta de suministros vitales.
Con Venezuela bajo control, sería más fácil dirigir operaciones contra Cuba y liberarla con fuerzas de una coalición Latinoamericana; México y Nicaragua entenderían claramente el mensaje y dejarían de prestarse para juegos de guerra asimétrica contra USA, Evo Morales desistiría de incendiar la selva y de postularse para más períodos presidenciales, y los Kirchner  de arruinar a la Argentina; los principales líderes regionales de esta guerra contra los EEUU ya están muertos, presos o huyendo; sus instigadores han desaparecido, quedan sólo los actores de reparto, fáciles de derrotar, pero hay que trancar el apoyo del socialismo europeo, que ya muchos problemas internos tiene para seguir en este juego de poder contra el principal aliado de Europa, eso no tiene ningún sentido.
Con un tablero despejado, de esta manera será mucho más fácil sentarse con Rusia y China a discutir los nuevos términos de las relaciones, tanto geopolíticas como de comercio, reduciendo las presiones militares y con tiempo suficiente para tratar el problema  norcoreano e iraní, de los pocos enemigos de la libertad con aguijones nucleares en el mundo.    -     saulgodoy@gmail.com







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