sábado, 25 de enero de 2020

La gira de Guaidó



Todo este inesperado cambio de juego en la agenda de Guaidó tienen un significado muy claro, el gobierno del Sr. Trump requiere una rápida solución para el problema venezolano, su principal interés radica en remover a Maduro del poder, es decir necesita neutralizar a un gobierno enemigo de sus intereses y el causante de un problema grave de seguridad en la región, y que es apenas una parte de un problema mayor donde están Cuba, Nicaragua, Argentina, México, España y que se extiende a otros países fuera de la esfera hispanoamericana.
No tiene tiempo de armarle el juego a la oposición venezolana, las fuerzas de la derecha continúan desperdigadas y con un protagonismo muy bajo excepto por su incidencia en la opinión pública por medio de las redes sociales; la oposición de la izquierda está mejor organizada porque viene de los partidos tradicionales, están estructurados en una unidad muy activa en el tema electoral donde son buenos pero no tienen la fuerza para cobrar sus victorias, pero son los únicos que tienen una presencia en la calle y acceso a los grandes medios de comunicación.
De esta oposición de la izquierda viene Juan Guaidó, un candidato incidental producto de los manejos de las brujas del llamado G-4 que son los principales partidos políticos de la izquierda democrática venezolana, al Sr. Trump le hubiera gustado contar con otro candidato y con otra configuración de fuerzas políticas en Venezuela, pero eso es lo que hay, y con eso es que están trabajando, repito, el objetivo principal es salir de Maduro, lo que venga después sería mucho más manejable que estar trabajando con un títere de La Habana.
A pesar de todos sus problemas y deficiencias Guaidó es un peón manejable y con la presencia mínima permisible para montarlo en una gira promovida por los EEUU y la UE, permitiéndole el acceso a importantes tribunas como Davos y a ser recibido en las principales capitales europeas como el representante legítimo del gobierno de Venezuela, el incidente de Delsy Rodríguez, enviada de Maduro en España, dan cuenta del grado de desprestigio y peligro que representa el chavismo en el mundo, son tratados como una nueva especie del coronavirus de Wuam, nadie los quiere, excepto sus aliados estratégicos como PODEMOS, y ahora el Presidente Sánchez del partido socialista español quien quedó en evidencia.
El asunto es que el plan de Washington de acabar con la nefasta influencia de Maduro y Raúl Castro en el continente va a velocidad de crucero, y a medida que el chavismo siente la presión y se desespera, comete garrafales errores como la de incorporar al representante diplomático de Cuba en el gabinete de gobierno de Venezuela, una jugada que todavía no ha tenido una reacción internacional contundente ante la grosera injerencia de La Habana en los asuntos internos de otros países.
Lo que podemos observar es que los EEUU le ha imprimido mayor velocidad a su juego en ayudar a Venezuela a salir del régimen totalitario que la asfixia, y que una vez dejado atrás el mal trago del intento demócrata de sacar al presidente Trump del poder por medio de una celada judicial, muy de las democracias bananeras, por cierto, y que lo que viene es joropo, Maduro lo sabe y está actuando como un animal acorralado tirando dentelladas a lo loco.
Pero veamos el asunto desde otra óptica, a lo interno de Venezuela, igualmente coincidimos con el interés norteamericano de salir de Maduro, es una piedra de tranca que hay que remover a como dé lugar, ya se le dieron las oportunidades de que lo hiciera por las buenas y no las aprovechó, viene ahora un tratamiento un poco más rudo.
El problema para nosotros los venezolanos, es que todas esas fuerzas corrosivas que conforman el alma podrida del chavismo, desde hace ya algún tiempo están migrando hacia la oposición democrática de la izquierda, partidos como Acción Democrática, Voluntad Popular, Primero Justicia y otros, siguiendo en la práctica de sus políticas de que mejor es sumar que restar, de la práctica de una muy mal entendida fórmula de tolerancia democrática y por supuesto del insaciable gusanito de la corrupción, han permitido que sus líderes se hayan aliado con gente indeseable y muy peligrosa.
Todas las evidencias apuntan en que han permitido que capitales y negocios del chavismo se hayan prácticamente mudado a lo interno de sus partidos, y que ya hay dineros financiando a sus políticos estrellas, y lamentablemente, y todo apunta a que esto es así, el señor Juan Guaidó haya caído entre sus redes.
Esta gira promocionando una Venezuela democrática y con futuro en el mundo, ha debido realizarse hace mucho tiempo atrás, este primer año perdido de la gestión de Guaidó lleno de graves errores y situaciones incomprensibles al menos que se piense en un colaboracionismo con el chavismo, la insistencia de unas elecciones con los mecanismos electorales intervenidos por el comunismo internacional, es una clara señal de una cogestión con La Habana, a los venezolanos no nos queda la menor duda del profundo grado de penetración que tiene el chavismo en todos estos partidos de la izquierda.
El gran problema de aceptar el financiamiento chavista es que detrás de él vienen los dineros del narcotráfico y del terrorismo, del contrabando, de la insurgencia comunista, de los bolichicos, vienen los compromisos, quiéranlo o no, con el crimen organizado internacional, que son todos enemigos de los EEUU (algunos de ellos queriendo negociar con altas autoridades de Washington una amnistía).
Estos intereses oscuros se están haciendo parte del metabolismo de estos partidos políticos venezolanos y ya están reventando las primeras pústulas de esa terrible enfermedad que es la corrupción, el lamentable episodio de los parlamentarios traidores que se vendieron al gobierno de Maduro, todos provenientes del stablishment socialista, que lograron dividir a la Asamblea Nacional, fue una trama donde tuvo participación el Sr. Guaidó (el permitir que los diputados chavistas participaran de nuevo en la AN, fue su idea) y que todavía no ha explicado al país.
Los enemigos de los EEUU en Venezuela desde hace tiempo están saltando como ratas del barco del chavismo que se va a pique, y se están refugiando en el barco de la oposición democrática izquierdista venezolana, cuyos líderes han aceptado este pacto con el diablo porque creen que en algún momento en el cercano futuro, los van a necesitar para combatir, precisamente, a los EEUU.
Y eso lo hacen porque esa es la naturaleza del escorpión, para nosotros los venezolanos, esto es inconveniente en grado sumo para nuestro futuro democrático, y estamos frente a una situación donde la prioridad es sin duda salir de Maduro, pero tampoco podemos permitir que Guaidó sea la semilla de una nueva mandrágora que nos emponzoñe el futuro.
Este dilema diabólico (los venezolanos somos expertos en dejarnos conducir a este tipo de situaciones imposibles) tenemos que afrontarlo con inteligencia, ya sabemos quién es Guaidó y quienes están detrás de él, deberíamos estar trabajando preparando las alternativas para el futuro inmediato, opciones diferentes que nos permitan una salida razonable y posible, por los momentos creo que debemos apoyar el plan de Washington, sabiendo que Guaidó es circunstancial, por los momentos, pero con la claridad y toda la intención de no caer de nuevo en el lazo de los partidos de la MUD-G4-FA.   -    saulgodoy@gmail.com



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