martes, 21 de enero de 2020

La gran confusión militar



Es casi imposible para un observador independiente realizar un análisis serio del estado actual de nuestras FFAA principalmente por la falta de información, el régimen chavista se ha aislado progresivamente de las instituciones y organismos internacionales que hacen estos estimados, no comparte esta información ni siquiera con aliados, mucho menos dan facilidades a los agregados militares de la comunidad internacional para que se den una idea del estado de competencia del sector militar, hay mucha información suelta que viene de los pedidos de materiales y repuestos de reposiciones, equipamiento, armas, uniformes, etc., que pudieran dar una idea y que complementado con el espionaje que se practica en nuestro país, más o menos arrojan estimados.
Hay bastante información que se filtra de los cuarteles e instalaciones por los mismos efectivos que hablan de un progresivo deterioro del apresto nacional, pero uno de los principales obstáculo de poder hacerse una idea más o menos adecuada de la capacidad militar del país, radica en la campaña de desinformación que las mismas autoridades de las instituciones involucradas llevan a cabo, con el expreso propósito de ocultar una verdad que todos sabemos, es no solo desastrosa sino vergonzosa.
Las cifras que el mismo Maduro maneja en su supuesto papel de Comandante en Jefe de las FFAA varían de igual manera que en otras áreas de su desgobierno, la cantidad y calidad de nuestros efectivos y equipos  en servicio y operativos, varían de un día a otro, de un discurso al siguiente, de una crisis a otra, así como cambian las cifras de las viviendas que construye y otorga al pueblo, asi como fluctúan las personas atendidas por las cajas de alimentos CLAP. siempre en alza y ocultando un déficit de viviendas y alimentos profundo e injusto, del mismo modo hace con los estimados militares, nunca se sabe la verdad.
Ni siquiera haciéndole caso a las cifras de los presupuestos para Seguridad y Defensa hay certezas o pueden realizarse cálculos sobre el estado de la institución militar, pues se incurren constantemente en gastos extraordinarios que salen de créditos adicionales, que supuestamente van acomodando la carga militar, y conociendo la precariedad de nuestra situación económica que ha afectado la gobernabilidad en todos sus sentidos, es muy difícil no prever que el gasto militar también ha sufrido de importantes recortes.
Pero hay otro factor que pesa al momento de hacer un estimado sobre el estado del arte de nuestra principal fuerza armada, que goza de su propio ministerio, su propio presupuesto, su propia administración… y es el factor corrupción, para nadie es un secreto que nuestras fuerzas armadas es un inmensa armazón de tubos, conexiones, ramales, instancias, actividades, muchas de ellas que no tienen carácter militar, donde el dinero entra y nadie sabe cómo se utiliza, y de esta opacidad en el gasto, se puede deducir un pésimo manejo de los recursos teniendo en cuenta el lamentable desempeño de la institución en su principal misión, la defensa y la seguridad del país.
No hay manera de hacerle una auditoría o pedir cuentas sobre los dineros que se invierte en el área, no hay rendición de gastos, no hay responsables, no hay vocería que informe, y lo peor, no hay instancia para exigirlas, la inexistencia de una separación de poderes, la debilidad y confusión que existen en el poder legislativo, que se ocupen del asunto es absolutamente inoperante, el Ministerio de la Defensa actúa como un ente independiente, inauditable, en cuanto a licitaciones, adquisiciones y operaciones de sus diferentes actividades.
Y parte de esta situación de anomia estructural viene dada por la primitiva creencia, cultivada sin restricciones, de que los asuntos militares no son de competencia pública, está todo protegido por el secreto más ignominioso, el que da pie a las actuaciones clandestinas y a la comisión de crímenes sin castigos, es algo muy parecido a un hueco negro en el espacio sideral, ni siquiera la luz puede escapar de su interior, y todo lo que entra en su campo de influencia desaparece engullido por el secreto militar.
Esta situación no es normal y a medida que las FFAA se hunden en su propia crisis interna, esta falta de transparencia impide cualquier auxilio que la institución necesite, si no se define el problema no puede haber un diagnóstico, mucho menos un adecuado tratamiento para recuperar su salud como corporación, esa pretensión de independencia del resto del país lo que lleva es a desarticularla del estado y del mundo.
¿Por qué Maduro y el general Padrino están dejando perder a la institución? ¿Qué los motiva a no intentar salvarla sino todo lo contrario, a hundirla en la inopia? Creo que la respuesta nada tiene que ver con una posición profesional y responsable de quienes están a la cabeza de uno de los factores más importantes de poder del país, son más bien razones personases y muy lamentablemente, políticas, en las que se incurren para negar la realidad, pero de una calidad de política muy baja.
La llamada Doctrina Bolivariana de Seguridad y Defensa Hemisférica, trazada como estrategia geopolítica para prevalecer sobre los postulados norteamericanos de la lucha contra el narcotráfico, que era la punta de lanza de un supuesto plan hegemónico de USA en todo el continente, en este escenario se ponía principal acento sobre el peligro que constituía para la independencia regional el control de Washington sobre el ALCA, sobre la OEA, el TIAR, el Plan Colombia, igual preocupación se mostraba por el número de bases militares que tenían desplegada por Centro América, el Caribe, y Suramérica.
El haber escogido a los EEUU como los enemigos de la revolución bolivariana, implicaba un esfuerzo de integración militar interamericano sólo con el fin de hacer resistencia a estos planes hegemónicos, esto empezó a tomar cuerpo en el año 2007, un esfuerzo que distraía los recursos y los esfuerzos militares del país en una posible defensa del socialismo en los países del área.
Por decirlo de alguna manera fue la época de oro de las FFAA, contaban con el dinero suficiente para trasladar diferente contingentes a diversos países del área, hacían una serie de operaciones encubiertas trasladando material sensible a lo largo y ancho del continente, con acceso a diferentes bases de operaciones, enviaban a sus efectivos a realizar entrenamiento en países como Libia, Siria e Irán, contaban con el irrestricto apoyo de las fuerzas rusas y chinas
En este cambio de visión y misión de las FFAA, privó el interés de Cuba quien tenía toda la intención de expandir la revolución bolivariana no sólo a Latinoamérica sino a África, España y si se daban las conjunciones que se estaban haciendo con el partido Republicano en los EEUU, incluso había una oportunidad de llevar la revolución al seno mismo del monstruo capitalista, recordemos que ese mismo año de 2007 fue obligatorio utilizar el lema “Patria, socialismo o muerte”.
Esta internacionalización de la misión de las FFAA distrajo enormes cantidades de recursos, tiempo y personal, nuestros efectivos hacían acto de presencia en casi todos los países vecinos, se incrementaron los ejercicios militares conjuntos y los intercambios de carácter humanitario para disfrazar la construcción de una red militar antiimperialista.
Pero ya la petrochequera venezolana iba perdiendo su capacidad para financiar un proyecto de tal envergadura, y la presencia militar venezolana comienza su declive, pero ya el territorio venezolano venía funcionando como aliviadero, centro de entrenamiento, financiero y de descanso para fuerzas irregulares y movimientos liberadores de la izquierda radical, grupos terroristas internacionales entre lo que destacaron el IRA, la ETA, el Hezbolá, las FARC, quienes contaban con la protección del gobierno chavista, enviaban a sus miembros para “enfriarlos” al país o sus recursos financieros eran “lavados” utilizando nuestra industria petrolera y su alcance internacional.
Ante un cambio de papeles en la lucha continental, el régimen de Chávez decide copiar la Doctrina Militar del Estado Cubano, la que tiene que ver con la guerra de todo el Pueblo, en la constitución de un Sistema Defensivo Nacional basado en que cada ciudadano es un factor en la defensa del territorio, era la doctrina de la Guerra Popular Prolongada maoísta puesta en práctica en la China de los años treinta del pasado siglo, la misma que dio pie a la doctrina del pueblo en armas elaborada en Vietnam y llevada a la práctica por el General Giap en contra de unas fuerzas muy superiores y mejor equipadas, de esta idea que Venezuela en cualquier momento sería invadida, nació ese segundo aire de cambio doctrinal, pero esta vez fue hacia lo interno, había que fortalecer esta extensa base de operaciones de la revolución mundial en la que se había convertido Venezuela, y desempolvaron la idea de la creación de las milicias.
Lo más funesto de la puesta en marcha del programa miliciano fue el haberle dado participación en los procesos de vigilancia y organización de las elecciones, su presencia en los centros electorales y en el resguardo del orden en el acto comicial lo que han generado es una enorme desconfianza en la pulcritud de estos procesos fundamentales para la democracia.
Las FFAA ya venían en un proceso de cambios profundos en sus estructuras internas impulsados por la inseguridad que sentía el Comandante Chávez en cuanto a la lealtad de las mismas a la revolución, y el intento de golpe de estado en su contra confirmó esta sospecha que luego se convirtió en paranoia, de modo que el proceso de desmontaje de la cadena de mando se inició a la par con la creación de nuevos grados e instancias militares, pero le corresponde a Maduro con la Ley Orgánica de la Fuerza Armada Nacional Bolivariana (2014) y la creación del Comando Estratégico Operacional y las llamadas Regiones de Defensa Integral que fragmentaron las capacidades de comando y control de los diversos componentes.
Pero ha sido la politización de las FFAA la verdadera causante de la acelerada perdida de profesionalización de la institución, ya no cuenta el desempeño y las cualidades de mando de sus efectivos, ahora es la lealtad política y la utilidad del oficial a los intereses del partido, la utilización de sus miembros en funciones de estado, en cargos de representación popular y ocupando la jefatura de diversos estados, empresas del estado y oficinas gubernamentales, y es la corrupción la que ha causado los mayores estragos entre sus filas, sobre todo los contactos con el narcotráfico y su injerencia sobre las zonas de explotación minera.
El aparato militar venezolano sufre de un gigantismo imposible de sostener, no hay dinero, ni gerencia, ni valores, que puedan contener el derrumbe de la institución, lo que se está creando en un terrible foco de desorden y anarquía en la que cada núcleo regional empiezan a actuar por cuenta propia, para poder hacerse ellos mismos con los recursos que necesitan y utilizando sus armas para lograrlo, muchas veces en asociación con otros grupos armados no estatales operando en las localidades.
Maduro y Padrino no quieren admitir el terrible deterioro de las FFAA a su cargo, si hacen algo, si intentan una reestructuración temen una reacción en su contra, han creado un monstruo que ya anda por su cuenta y lo que hacen es tratar de tapar la situación desinformando y promoviendo unas FAN socialistas, diluidas en un “pueblo” tan amorfo, violento y con una aguda carestía de lo necesario para su supervivencia como lo están nuestros militares.
Ningún militar auténtico que hayan escogido esa profesión de las armas por vocación y creyendo en los valores que tradicionalmente la han distinguido, pueden estar a gusto con lo que hoy sucede puertas adentro, las condiciones de vida son humillantes para aquellos que no se han entregado a servirle como peón de La Habana, tampoco están de acuerdo con ser instrumentos de represión de su propio pueblo.
Lo único que está funcionando en la institución militar son pequeños componentes al servicio de los jefes de la revolución para efectos de asegurarse el poder político y para oprimir con violencia a la oposición democrática, ante esta grave situación que tiende a emporar, no a mejorar, la solución de los problemas de la institución está dentro de ella misma, soy de los que cree que todavía existe una reserva moral, una masa crítica que le puede dar un vuelco histórico a estas penosas circunstancias.   -    saulgodoy@gmail.com

  





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