domingo, 23 de febrero de 2020

Esa ayuda no, por favor hermano


El profesor y filósofo español Alejandro Escudero Perez en su libro Turbulencias (2019) muy acertadamente desgrana los principales problemas de la modernidad política de occidente, y en ese esbozo traza los principales rasgos de la crisis venezolana, no porque haya hecho el ejercicio de ver específicamente nuestra situación, sino porque nuestro país refleja con claridad meridiana la crisis que enfrenta la democracia en el mundo, dice Escudero en su obra, haciendo un análisis de la tesis de la politóloga Hanna Arendt, quien habla de la despolitización de la política democrática en su trabajo Los Orígenes del Totalitarismo:

Alguno de los factores que la provocan son unos medios de comunicación al servicio de los poderes fácticos (económicos o religiosos), el auge de la tecnocracia o gobierno de los expertos, la aparición de una clase política profesionalizada y de unos partidos políticos que son sólo empresas electorales y agencias de colocación y, en general, el estrechamiento de las opciones para los ciudadanos de la participación política, limitada a depositar periódicamente un voto en una urna.

En Venezuela esta situación resalta en el paisaje mundial porque justamente estamos siendo oprimidos desde hace veinte años por un totalitarismo de origen socialista, que es presentado por los medios de comunicación internacionales, que en una gran mayoría están en manos de una plutocracia de izquierda, y que describen el problema, como si se tratara de algo que pudiera solucionarse en una negociación, con fines a unas elecciones, que volvería a traer la democracia perdida al país.
Obviamente no quieren admitir que se trata de una nueva cepa de totalitarismo socialista en donde su núcleo es militarista, con fuertes conexiones con el narcotráfico y el crimen organizado, y soportada por estrechos vínculos con el socialismo internacional, cuya base ostensiblemente es la Unión Europea, y que su verdadero fin es multiplicar en el mundo los regímenes de facto de izquierda, como la solución posmodernista a los ingentes problemas globales.
Europa, lamentablemente, ha caído en una vorágine de gobiernos socialistas que está conduciendo a ese continente hacia un escenario de guerra y conflicto, el muy mal manejado multiculturalismo está acabando de manera rápida con aquella otrora orgullosa y universal cultura helénica, todavía sufre de los brotes racistas que los hace ver al resto del mundo como inferiores e imponiendo sus recetas marxistas para palear los graves problemas climáticos, de disminución drástica de recursos, de una sobrepoblación suicida y un culto a la tecnología que está desgastando su humanismo.
Junto a un Vaticano en manos de un Papa comunista, están propugnando el modelo cubano y venezolano para Latinoamérica, África y buena parte de Asia, sin darse cuenta que China y Rusia los están penetrando por el lado de los mercados y la energía, que sus aparatos de inteligencia los están enredando en una trama de contra intereses, para alejarlos cada vez más de la órbita de los EEUU, que su diplomacia de prudencia y contención está cultivando enemigos en sus propios países dispuestos a cortarles la cabeza mientras duermen.
El BREXIT ha sido una campanada de alerta de lo que está ocurriendo en el viejo continente, fluyen subterráneamente corrientes tumultuosas de religiones, etnias y movimientos sociales que no están conformadas ideológicamente, sólo están aprovechando el momento de acomodo que les brinda un cosmopolitismo cada vez más peligroso, como lo demuestran ciertas crisis sanitarias y de contaminación que surgen de movimientos migratorios sin control, Europa asemeja más un gran campamento de refugiados entre ruinas gloriosas, que unos países civilizados consolidando su futuro en unidad.
Esta receta única de negociaciones y elecciones, sin importar el grado de corrupción ni la penetración del crimen organizado en las cúpulas del poder, es un inequívoco indicativo de la perdida de los valores libertarios y de democracia, en aras de una sustentabilidad del autoritarismo y la igualdad en la miseria, que prefiere occidente fuera de sus fronteras, en la creencia de que les traerá una cierta estabilidad y orden en sus mercados, un suministro ininterrumpido de materias primas, rutas turísticas y factorías (mano de obra barata) para sus productos de consumo masivo.
Lo que indica por igual el grado de deterioro espiritual que el socialismo ha adquirido debido a sus prácticas populistas, incluso dentro de sus propios países donde el sueño imposible de un estado  bienestar perfecto, donde todos tengan acceso a programas de protección social, seguros, pensiones, y se mantenga un justo balance entre sectores de la población productivos y los jubilados, sin importar que los faltantes demográficos entre la población activa (el reemplazo generacional), esté siendo ocupada por una migración descontrolada y desplazando a los habitantes originales de Europa por poblaciones africanas, del medio oriente y orientales ajenas a la preparación de la más alta cultura europea.
Hoy más que nunca los países Latinoamericanos están siendo influenciados por la nefasta Internacional Socialista, por todas esas expresiones del cristianismo comunista y democrático que intenta prevalecer en el mundo como la ideología del consenso y el pacifismo, que no son otra cosa que la introducción de aquella “tolerancia autoritaria” que había diseñado Marcuse, o esa “justicia social” reelaborada por la teología de la liberación y que identifican a los principales partidos democráticos de la región, la gran mayoría contaminados por el neomarxismo.
Europa se está suicidando y nos presta el arma y nos enseña como apuntarla a nuestras cabezas y nos anima a apretar el gatillo mientras nos sentamos en mesas de negociación con el terrorismo internacional, el narcotráfico y la corrupción, bajo estas circunstancias se entiende la preocupación de los EEUU de ver como sus socios europeos, sus aliados y amigos de tanto tiempo, queman puentes y le dan la espalda en materias fundamentales para la sobrevivencia de occidente y la preservación de su propia seguridad.
Porque Europa tenga siglos cortejando a los capitales mal avenidos, a piratas insaciables en su sed de conquista y dominio de colonias y reinos diferentes, porque haya sido la cuna de tiranos y guerreros, de sofisticados pensadores del mal, de mafias, terroristas y carteles de infames explotadores de pueblos foráneos y hayan prevalecido luego de intensas matazones de sus propios naturales, no significa que nosotros, los pueblos de Latinoamérica seamos capaces de apurar el oscuro brebaje que nos brindan torturadores y asesinos.
Si la idea es que nos pongan a bailar pegados con tiranos y proxenetas para que en un futuro no muy lejano, ellos, los artífices de la esclavitud y el caos, observados y dirigidos por una serie de organismos internacionales y gente de buena voluntad a la europea, vayan dejando las malas mañas e incorporándose poco a poco a la civilidad, creo que se consiguieron con los candidatos equivocados por ambas partes, por los caníbales irredentos y por las víctimas que no han conseguido la paz.
Los europeos que no le han visto la catadura y los propósitos al socialismo del siglo XXI, están cometiendo la misma insensatez que llevó al nazismo casi a la destrucción de la civilización, esa sepa de socialismo es en extremo letal, acondicionada a mentir y a adoptar formas en latencia pero siempre activada para destruir a sus portadores, ya los tienen sembrados en su continente, solo esperamos que con todos los problemas que ustedes tienen no nos impidan defendernos.
Europa, cuidado con ellos.   -   saulgodoy@gmail.com














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