El mago francés Michael Bertiaux creía en la existencia
de universos paralelos y simultáneos coexistiendo en nuestro tiempo humano, que
es uno de los muchos tipos de tiempo que existen en el universo, y explicaba,
que los brujos y magos son personas entrenadas y con el conocimiento para ubicar
y traspasar estos portales que comunicaban a estos universos, algunos tan
peligrosos y horribles, que aún los hierofantes mejor entrenados y con mayor
poder, apenas y se atrevían a visitarlos.
Nos cuenta Bertiaux:
Te he dicho que todas las salidas de escape están bloqueadas, pero en
realidad queda la salida de transformarse en monstruo, llegando a ser la
bestia. De esta forma puedes escapar por la misma puerta que ellos entran.
Asume también que esta puerta está siempre abierta y que el ingreso desde el
otro lado es una amenaza constante... Ellos están despertando lentamente, por
eso han sido creadas las puertas; tú debes ponerte las máscaras y pieles de animales,
de otros monstruos horribles y de entidades astrales infernales. Sólo por este
medio puede el mago escapar desde este universo hacia el siguiente sistema de
mundos. Estamos buscando sentar las bases de cierta magia específica para este
asunto, por eso tan sólo podemos avisar, porque la propia boca del infierno está
abriéndose, y los demonios y daemones del onceavo sendero están
esparciéndose en esta esfera
Esta es una
grave advertencia, nuestra dimensión está siendo invadida progresivamente por
entes peligrosos para nuestra existencia, entre ellos, sin ninguna duda,
elementos extraterrestres, y nuestros magos no se dan abasto ante la invasión
de entidades infernales.
Uno de mis
magos favoritos y uno de los más poderosos del pasado siglo fue Aleister
Crowley (1875-1947), uno de sus rasgos principales era su comprobada
resistencia física, fue uno de los alpinistas británicos más destacados y
pionero en rutas nunca antes intentadas en los Himalaya, su corpulencia,
resistencia y fuerza eran legendarias, y las usaba en sus trances místicos,
invocaciones y viajes astrales, muchas veces para luchar en contra de fuerzas
oscuras que querían hacerlo prisionero u hacerle daño, no fueron pocas las
sesiones donde terminaba empapado de sudor, temblando y al límite de su
resistencia, se le conocía por el mote de “La Gran Bestia, 666”.
“No invoques demonios
que no puedas controlar porque terminarás perdido” solía amonestar a sus discípulos, y fue
durante largos años el máximo sacerdote de la orden O.T.O (Ordo Templi Orientis), una
institución encargada de suministrar doctrina y ritos ocultos a las ordenes
rosacruces, masones y herméticas.
Su fama como
nigromante lo antecedían y los principales centros de poder de Europa y Asia le
abrían las puertas, cosa que aprovechó el Servicio Secreto Británico para hacer
de Crowley uno de sus más activos agentes durante las dos guerras mundiales.
Pero se
embarcó en el uso de las drogas y del sexo con fines rituales, lo cual le cobró
en salud y le restó calidad de vida a sus últimos años, él lo sabía y aceptó el
sacrificio en aras de recobrar un acervo oculto, se convirtió en el sumo
sacerdote de la magia sexual, que era una de los caminos de la magia que se
suponían olvidados y que nadie practicaba por ser considerada “magia sucia”,
pero sus contactos con el oriente, con el budismo y el yoga tántrico de Kali,
sus estudios en la alquimia medioeval, sobre todo las practicadas por los
caballeros templarios y los iluminatti en base a los fluidos sexuales y
el llamado “elixir de la vida” (que proviene fundamentalmente de la mujer), lo
convencieron que se trataba de una de las magias más poderosas que existía, logró
de esta manera, rescatar un enorme caudal de sabiduría que todavía perdura en
algunos círculos secretos.
Crowley murió
a los 72 años, asmático, en medio un cuadro depresivo, arruinado económicamente
y su salud seriamente comprometida por los excesos… esta historia como un
previo, pero ahora, a lo que iba.
Su
sucesor en la O.T.O. fue Kenneth Grant,
uno de sus discípulos, quien en 1980 publica un extraño libro titulado Fuera
de los Círculos del Tiempo, donde entre otras cosas, introduce la figura y
la obra del escritor norteamericano Howard Philips Lovecraft (1890-1937), uno
de los narradores de historias fantásticas y de terror cósmico (así lo llaman
sus editores), entre las que destacan Los Mitos de Cthulhu y se habla de
ese mítico libro El Necronomicón de Abdul Alhazared, que para la mayor
parte del público y de la academia, son todos obras de ficción, creaciones de la
proteica mente literaria de Lovecraft que no tienen asideros en la realidad,
pero para Kenneth Grant, uno de los más reconocidos ocultistas en Inglaterra,
la historia es otra.
Una de las
razones detrás del libro de Grant, es tratar de explicar el fenómeno de
avistamientos de OVNIS, la supuesta presencia de extraterrestres entre nosotros
y que en la misma tónica de Bertiaux, nos advierte, se han hecho los contactos
que confirman de manera inequívoca que hay seres que están en la tónica de
reclamar al planeta Tierra para ellos.
Una buena
parte de estas órdenes secretas de magos creen en la asunción, que la semilla
de la conciencia fue sembrada en nuestro planeta por visitantes de otros
planetas, y no precisamente en seres vivos con un sistema nervioso (cerebro), y
de esto, hace mucho tiempo atrás, en un período pre-humano.
Y aquí viene
la primera coincidencia, varios de las narraciones de Lovecraft suceden y son
protagonizadas por entes de otras dimensiones y en períodos justamente
pre-humanos, los mundos de pesadilla que describe en impresionantes detalles,
corresponden a escenarios subterráneos, en túneles en las profundidades de la
tierra, son seres primitivos dotados de una inteligencia especializada en la
ubicación y destrucción de los seres humanos.
Pero el
argumento de Grant se profundiza al decirnos que hay ciertos artistas que sus
inspiraciones son obtenidas en medio de unos trances creativos, o en sueños
(también en pesadillas y alucinaciones), durante estados alterados de
conciencia en situaciones de peligro, enfermedades o situaciones emocionales
profundas, donde tienen acceso a estas visiones que son presentadas al mundo
como expresiones artísticas, y que nos habla de escritores, poetas, pintores y
músicos.
Grant nos
dice que son momentos en que estos espíritus sensibles, tienen acceso accidental
a estos portales dimensionales y pueden viajar a otros mundos y tiempos,
trayendo consigo estas visiones de mundos que no son de este mundo.
Entre la
lista de escritores que menciona se encuentran Rimbaud, Remy de Gourmant,
Baudelaire, Lovecraft y sorprendentemente menciona a Salvador Dalí, en su obra
como escritor, la menos reconocida, donde se descubre como uno de los más
poderosos magos de su tiempo, dice Grant del gran artista español:
Con la utilización de la Fórmula de
Dalí de "actividad crítico paranoica", o con la aplicación de la
imaginería gemátrica, resulta posible establecer un "rapport" con
entidades de fuera del espacio y del tiempo; entidades que poseen todas las
características de la transubstanciación Maatiana en fenómeno "externo".
Tengo en mi
poder un juego de sus cartas del Tarot que deben ser las cartas más bellas
jamás logradas, pero ahora las estoy viendo con otros ojos, también menciona en
su listado de autores a Carlos Castañeda, pero quien estaba más cerca a la
magia que al arte.
En el caso de
Lovecraft, este siempre negó que sus visiones tuvieran un sustento “real”, que
sus obras eran absolutamente producto de su imaginación, o lo hacía adrede para
despistar, o verdaderamente creía en su imaginación, para averiguarlo, volví a
leer la estupenda y bien investigada biografía que el autor L. Sprague De Camp
publicó sobre la vida de Lovecraft en 1975 y donde efectivamente, habla de una
patología que pudo haber causado estas visiones.
Creo que no
hay dos autores más diferentes y contrarios en sus personalidades que Lovecraft
y Crowley, el primero sabía de la existencia del segundo pero jamás se
conocieron ni tuvieron ningún contacto; Crowley era un hombre de mundo viajado,
intrépido aventurero, gregario y mujeriego, excelente conversador y que podía
hipnotizar a su público, literalmente, y hacer su voluntad con ellos; Lovecraft
era lo opuesto, acomplejado (su propia madre se encargó de ello), solitario,
misógino, solitario, siempre viviendo en cuasi pobreza, jamás se le reconoció
en vida sus talentos como escritor.
Ambos eran
voraces lectores, con una extraordinaria pasión por lo oculto y lo
extraordinario, con memorias fotográficas y pasión por sus oficios, ambos
inspiraron generaciones de seguidores y ambos padecieron de desequilibrios
mentales, abiertamente o en privado ninguno era “normal” en la manera de ver el
mundo.
Nos dice
Grant lo siguiente:
La gran contribución de Lovecraft al
ocultismo está en su demostración, aun habiendo sido indirecta, del poder de
controlar la mente soñadora que es capaz de
proyectarse en otras
dimensiones, y descubrir allí puertas a través de las
cuales fluye, en forma de inspiración,
intuición y visión, la corriente genuina de
la consciencia mágica creativa. El
trabajo específico de ciertos artistas es invocar las fuerzas del Abismo (el vacío
o subconsciencia) para que puedan incorporarse en la consciencia humana, y
reflejarlas en el éter como criaturas engendradas mágicamente que nacen del
congreso con los Profundos. Esto es inmaterial, sea o no sea consciente el
artista de la dirección de su trabajo. Puede incluso ser esencial para su
realización el hecho de que no sea consciente, porque un artista sólo manifiesta
su poder creativo (Shakti) en su ausencia. El misterio de la Ausencia del
No-Ser, yace en la raíz de toda creatividad e inspiración. Lovecraft es un ejemplo
perfecto de esta fórmula, porque es sólo cuando el Lovecraft
"racional" está ausente, cuando la corriente vital fluye desde Fuera
y energiza sus creaciones imaginativas, dotándolas con vívidos conceptos acerca
de los cuales la ciencia de hoy está aún en el umbral de su descubrimiento.
Soy un gran admirador de la obra de Lovecraft, la que me
deparó momentos espeluznantes cuando era un adolecente, de alguna manera me es
grato revisitarlo luego de descubrir esta opinión de Kenneth Grant, quien para
el gran investigador de lo oculto Collin Wilson, se trata del historiador de la
magia más importante del siglo XX, este librito de Grant se consigue en
castellano en Internet, pero les advierto, su lectura los puede volver locos,
de modo que, mucho cuidado.
Por último, me despido con una cita de Grant sobre mi
admirado Lovecraft:
Lovecraft intuyó el hecho de que los
avisos de estas presencias foráneas sólo
se manifiestan usualmente mediante la
mente soñadora, y más
frecuentemente, cómo no, en las
pesadillas, porque pocas mentes son capaces
de contener sin terror las formas de
la nueva Gnosis, un miedo y una angustia
que siempre son heraldos de la pérdida
de identidad personal, la "ausencia" del
que ve. Esta ausencia, siendo una
condición esencial de la manifestación de la
presencia de la cosa vista, forma la
etapa más difícil del Gran Experimento.
-
saulgodoy@gmail.com
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