jueves, 19 de marzo de 2020

La estrategia suicida en cuarentena



En un país con las condiciones económicas y sociales como las de Venezuela, la estrategia del aislamiento y la cuarentena contra el contagio del coronavirus, es una invitación al desastre. Esto es así porque el socialismo ha acabado con los medios de subsistencia de sus habitantes, aún antes de que llegara la epidemia, ya Venezuela sufría de un severo trance de desabastecimiento y necesidades, que nos hacían un país vulnerable a cualquier amenaza de contagio, viniera ésta de donde viniera.
Hay regiones en Venezuela que están sufriendo unos niveles de carestía, inseguridad e insalubridad, que son ya focos, no solo de epidemias, sino de niveles peligrosos de violencia, que pudieran desbordarse en cualquier momento, aún frente a las medidas y las armas militares que los están apenas conteniendo; Mérida y Maracaibo son dos ejemplos obvios en cuenta regresiva, pero no los únicos, hay por lo menos veinte puntos críticos, entre ellos varias zonas populosas en Caracas, que pudieran entrar ignición social en cualquier momento, con una terrible consecuencia, la de desatar una cadena de caos destructor.
Lamentablemente, contamos con unos usurpadores del gobierno que han elegido el militarismo autoritario para enfrentar el problema de orden público que representa tener a un estado convertido en enemigo de la gente; se trata de pillos que sólo están pendientes de su seguridad personal y la de sus fortunas mal habidas; controlan el estamento militar del país, como guardia pretoriana; para ellos, el país se ha convertido en una turba de seguidores y dependientes a quienes se hace cada día más difícil mantener.
En otras circunstancias un régimen autoritario hubiera significado cierta ventaja, unas FFAA en condiciones de apresto optimas, una economía que fluyera, aún con la paralización de actividades si hubiéramos contado con existencias de alimentos y medicinas, con inventarios en los comercios e industrias, si hubiéramos contado con un sistema monetario más o menos sólido, si el país contara con un abastecimiento mínimo que nos permitiera aguantar una cuarentena, si el gobierno tuviera credibilidad, si los servicios públicos funcionaran, si la información circulara sin censuras ni temores de represión, si la sociedad civil fuera tomada en cuenta en solucionar nuestras emergencias, quizás un régimen de fuerza hubiera sido efectivo en afrontar esta crisis, que es mundial.
El poder en Venezuela está concentrado en, un pequeño núcleo dictatorial de familias que están atrapadas en sus propias redes de corrupción y crimen; no tienen a dónde huir, no hay para ellos refugio seguro si no cuentan con anillos de seguridad armados hasta los dientes; y no tienen como mantenerse a salvo si permanecen en el país, justamente porque la civilidad se derrumba a su entorno… lo que les viene encima es hambre, miseria, venganza y sufrimiento, y bajo estas circunstancias se les hace muy difícil pensar, tomar las decisiones adecuadas; trabajan desde el desconocimiento de la realidad que les rodea, viven desde hace ya un tiempo, de creer en su propia propaganda que es un engaño.
Pero con esta epidemia del virus chino, ellos son también son víctimas; la receta del mundo ante el avance de esta epidemia ha sido cerrar sus fronteras, de modo que ni siquiera pueden huir de la amenaza (esto sin contar que son criminales buscados por las autoridades internacionales), no les queda otra alternativa sino quedarse en el país, hacer un círculo con sus carretas y esperar con nerviosismo el asalto de los salvajes.
En sus mundos privados de bodegas repletas de alimentos y licores de todas partes del mundo, en sus reuniones “privadas” en restaurantes de lujo con todo aquel exhibicionismo de autos último modelo y guardaespaldas apostados en sus puertas, como si nadie se diera cuenta de quiénes están allí consumiendo, sin vergüenza alguna, lo que le han quitado de la boca a miles de venezolanos, o en sus instalaciones militares, bunkers y mansiones, cada vez más vulnerables a un ataque, que probablemente venga de sus propios escoltas y “amigos”, para apoderarse del botín en efectivo, oro, joyas y obras de arte que acumulan en sus lujosas jaulas.
Y siguen con sus políticas ciegas, haciendo que la mayor parte del peso y el sacrificio recaiga en un pueblo que ya no puede más, al que le han quitado hasta la dignidad… y que, como ya no tiene nada que perder, se ha convertido en una bestia desesperada y hambrienta, que huele la comida a kilómetros. Personas tan radicales como Diosdado Cabello no se están dando cuenta de que ya la amenaza no les está funcionando, todo lo contario, ese teatro del “macho Camacho”, de que morirá con las botas puestas, contra quien se atreva a desafiarlo, es solo más miel que se unta, para hacerse más apetitoso a la marabunta que se apila frente a su casa; a estas alturas ya debe estar desconfiando hasta en sus hombres claves para su seguridad, y como un enajenado lo que hace es llamar la atención sobre sus rollizas carnes.
Maduro insiste en su papel de mandatario nacional, del hombre de las dificultades, de la pieza clave e imprescindible en esta debacle que tiene el sello inconfundible de su propia creación; en un acto de desdoblamiento continuo trata de apartar de sí toda implicación, culpa o pruebas en su contra que sólo lo señalan como culpable de la terrible situación por la que atraviesa Venezuela, lo cual enardece los ánimos y agita las furias.
 Su estrategia comunicacional de más mentiras y llamadas a la calma, su intento permanente de crear la ilusión de que tienen todo bajo control, está trabajando aceleradamente en su contra, la solicitud que hizo al FMI fue un ejemplo de su escaso margen de maniobra… si fuera inteligente, si su verdadero deseo fuera sobrevivir, creo que estaría haciendo algo distinto, que rindiera resultados, y no encolerizar aún más al pueblo.
Una de las claras señales de que poco a poco se están inclinando hacia el peligroso curso del nihilismo revolucionario, que vistas las circunstancias tan desesperadas en que se encuentran pudieran estar aceptando el hecho de que están acabados, y entregarse, como lo hizo Hitler en su bunker en Berlín a la salida cobarde, el problema con esto, es que no todos los chavistas quieren jugar ese papel, muchos tienen aún esperanzas de vida y  expectativas políticas, los sucesores de los actuales líderes del chavismo ya tienen nombre y apellido.
Una cosa es segura, esta situación es insostenible, deben tomar una decisión ahora, o lo perderán todo, incluso la inmortalidad revolucionaria que tanto parece atraerles; creo que ya es hora de repensar su posición en los actuales momentos, de modo que voy a echarles una mano antes de que se los trague el tremedal.
Basta de maltratar a la gente, de poner presos a los políticos, periodistas u opositores que no comulguen con sus absurdas ideas; todo lo contrario, llegó el momento de vaciar las cárceles de los presos políticos, la epidemia es una buena excusa y no se vería como un signo de debilidad; llamen a reuniones urgentes a la oposición política, a Guaidó y sus asociados, que aunque no son de mi agrado y ya han demostrado su debilidad moral, son los que tienen reconocimiento internacional.
En esas reuniones que propongo se hagan urgente con la oposición política, busquen las mejores condiciones posibles para su retirada, pásenle el testigo a Guaidó y que corra hasta la meta, él tiene más posibilidades de hacerlo que ustedes, él puede tomar medidas urgentes y lograr respaldo de la comunidad internacional, ustedes no; no se pongan ambiciosos, garanticen unas condiciones mínimas que les permitan tiempo para preparar sus defensas, para movilizar sus piezas políticas, las que les queden.
Eso sí, aprieten esas nalgas, porque lo que viene es joropo para ustedes, pero esos tres o seis meses que pudieran ganar, con cierta impunidad, serían suficientes para organizar sus cosas y que el panorama se les aclare, pero si hicieren como les digo, tendrían entre sus manos una carta infalible para jugar a su favor, cuando más lo requería el país, pensaron en el interés nacional y actuaron acorde, nadie podrá negarle que jugaron por el bien general… al menos una vez.
Para hacer esto van a tener que poner orden a lo interno del chavismo, todavía hay gente enferma y desquiciada que ha apostado a esta aventura, y están viendo el caos como una oportunidad; no se engañen, en medio de la desintegración social y la inopia, los más violentos y “locos” son los primeros que caen, de modo que van a tener que ocuparse de estos cañones sueltos en su barco y llamarlos al botón.
No traten de negociar parcelas de poder, ministerios o territorios; entreguen todo una vez que negocien y firmen un acuerdo, para ustedes no hay perdón posible, lo que pueden hacer es buscar condiciones, aminorar las penas, tratar de conseguir beneficios en los castigos que les serán impuestos, pero no piensen que van a salir lisos, en eso creo que estamos claros.
Lo que pudiera presentarse si el país no supera esta situación sanitaria es impredecible; un nuevo gobierno tiene mayores oportunidades de éxito que ustedes y ustedes quieren seguir viviendo ¿O estoy equivocado?
Háganse un favor y piensen lo que les estoy explicando, estamos sobre los minutos finales del conteo, no se dejen ofuscar por sus miedos y las presiones a los que están sometidos; están ocupando el peor lugar para tratar de solucionar sus problemas, hagan esa transición política, ganen ese tiempo, pidan unas garantías mínimas, y brinquen de ese sartén donde se van a carbonizar.  ­-    saulgodoy@gmail.com

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