lunes, 23 de marzo de 2020

La plaga según el chavismo



No es un castigo de Dios ni un acto ciego de la naturaleza en evolución, es un producto del capitalismo, una creación infernal del aparato industrial-militar norteamericano sembrado en la ciudad de Wuhan, capital de la provincia de Hubei, en China, para desestabilizar los gloriosos logros del camarada Pin; para el tirano Nicolás Maduro, el virus Covid-19 es una creación de los laboratorios de la guerra bacteriológica gringa, no hay otra explicación y punto.
Tal acusación la hace sin prueba alguna el jefe del socialismo del siglo XXI, únicamente basado en la propaganda de guerra generada por el comunismo internacional y que tiene como único sustento, una teoría de la conspiración de carácter maniqueo entre la lucha del bien contra el mal, en este caso, aduciendo toda las cualidades e intenciones positivas al socialismo y las negativas al capitalismo, obviando el hecho de, que efectivamente la epidemia tuvo su origen en China, y que ese gobierno tuvo unas actuaciones poco claras tratando de ocultar el brote de la contaminación, negándole información a los organismos internacionales, y reprimiendo a los voceros de la sociedad civil que alertaban sobre la misma en su fase más temprana.
Estos brotes epidemiológicos que afectan regularmente a los países del mundo no son bienvenidos por nadie, no sólo son un peligro para la salud humana sino que afectan seriamente la actividad productiva, la estabilidad social y política de esas sociedades y sus relaciones con el mundo, un país infectado con enfermedades contagiosas se convierten una amenaza para la comunidad internacional y se hace todo lo posible por contenerla y erradicarla en el menor tiempo posible, de allí que exista la vigilancia, procedimientos y protocolos por parte de entes multilaterales y en base a tratados internacionales, para evitar, y en lo posible, controlar sus efectos negativos.
El que un gobierno maneje una epidemia como un hecho exclusivamente político, adelantando una agenda de propaganda, de intereses ideológicos e incluso de “real politik” en el sentido de que se hace necesario imponer a lo interno, medidas que limitan los derechos ciudadanos e incluso llegar a estados de excepción, como el de imponer aislamientos y cuarentenas, hacer compulsivos los tratamientos médicos y limitar la movilización de personas dentro del país afectado, dan pie para algunas actuaciones de fuerza que son justificadas dentro de ese cuadro de emergencia nacional.
En este sentido, hay gobiernos que se aprovechan de estas circunstancias para imponer controles, erradicar elementos opositores a sus planes y posicionarse  políticamente para adquirir más poder o distraer la atención sobre asuntos que no son de su interés que se ventilen, esto de alguna manera se entiende y es responsabilidad de esas sociedades estar alerta sobre estas desviaciones, el problema surge en aquellas naciones que tienen gobiernos totalitarios, que no gozan del apoyo popular, que tienen a sus ciudadanos sometidos a medidas de opresión, que desean perpetuarse en el poder por medio de trampas, que tienen control hegemónico sobre los medios de comunicación y que utilizan al aparato militar-policial para generar una política de miedo.
Los gobiernos de China y Venezuela pertenecen a ese club de naciones socialistas y comunistas que tienen un férreo control político sobre sus pobladores, limitando severamente sus libertades individuales en aras de un colectivismo controlado por el estado, por un partido único que ejerce su poder por medio biopolíticos, con una marcada ausencia de instituciones que sirvan de contrapeso sobre la autoridad central, sin un estado de derecho que garanticen la defensa en contra de los abusos de poder de un estado interventor y policial, lo cual, en principio, los haría sumamente eficaces en lograr que una epidemia pueda ser controlada de manera rápida… el problema surge cuando son ellos los que generan la contaminación.
En el caso de Venezuela es patético, por decir lo menos, como luego de veinte largos años de destrucción del sistema de salud del país y de su estructura productiva nacional, el Sr. Nicolás Maduro exprese de la manera más irresponsable que el país está preparado para hacerle frente a esta pandemia y vencerla, nunca antes el país estuvo tan vulnerable a una crisis de esta dimensiones, el colapso de nuestra estructura hospitalaria es patente y está a la vista, no contamos con los insumos mínimos ni en medicinas, ni en equipamiento, ni en personal, mucho menos en cuanto a las inversiones y financiamiento para el sector, y nuestra población viene sufriendo de estas carencias desde hace mucho tiempo.
Lo que ha venido ocurriendo con la atención a los adultos mayores, con nuestros niños, con las madres durante el parto, las estadísticas no engañan, esto ha sido una hecatombe sanitaria que alarma a los organismos internacionales por el número de fallecimientos, infecciones y agravamiento de los casos que son tratados prácticamente sin ningún tipo de recurso, esto, sin contar con todas esas otras enfermedades  que aquejan a la población de manera recurrente como  el cáncer, la diabetes, enfermedades cardiovasculares, trasplantes de órganos y un largo etcétera.
Pero la propaganda socialista se impone, el estelar papel que le asigna el régimen al programa Barrio Adentro que se encuentra en ruinas, a la labor de los médicos cubanos, de su medicina y sus fármacos, de los aportes humanitarios de China y de otros países que pertenecen a esta liga internacional de países socialistas y comunistas es utilizada para crear, la falsa percepción de que gozamos de un sistema de salud confiable y robusto ante cualquier tipo de emergencia, eso es criminal, esas mentiras atentan en contra de nuestra seguridad humana y viola todos nuestros derechos.
Pero lo que no se entiende y de verdad pareciera ser algo exprofeso, es la inexplicable negativa del régimen chavista de permitir la entrada a la ayuda humanitaria que ya tiene un buen tiempo represada en países vecinos y que pudieran aminorar el sufrimiento de la población que la necesita, pero pareciera que por razones de índole ideológico o por seguir encubriendo un plan genocida en contra de los venezolanos, estas medicinas y asistencia sean negadas.
De acuerdo al discurso altamente politizado de Maduro, así como es de despiadado el Imperio con Venezuela, ahogándola en sanciones y bloqueos en contra de un bravo pueblo que ha hecho la diferencia en el mundo por su talante soberano e independiente, prefiriendo mil veces morirse de hambre y necesidad, que soportar la ominosa bota del poder colonial de Washington, y entregarle su riqueza petrolera, de la misma manera, los chinos han luchado en contra de este enemigo silencioso con el que la han inoculado para destruirla.
La construcción ideológica que se ha levantado en torno a la realidad es simplemente imposible de sostener, se está actuando con una intención claramente de exterminio masivo de una población y con el surgimiento de esta pandemia del coronavirus, se está cocinando una bomba biológica en nuestro país de consecuencias impredecibles para la región, una cosa es cierta, la información que está dando el gobierno sobre el avance y la contención de la epidemia no se puede creer sin una verificación internacional.
Esto lo ha venido repitiendo el jefe del chavismo desde el día en que hizo público la crisis en Wuhan, sin otra evidencia que su encendido discurso en contra del Presidente Trump y su afiebrada tesis de que el socialismo mundial se encuentra bajo ataque, su prédica es  que el socialismo es la única ideología verdaderamente humanista, que se basa en la solidaridad y el amor por el prójimo, que es la única forma de gobierno del pueblo y para el pueblo que puede salvar al mundo de su crisis ecológica y a la raza humana de una pobreza atroz, el socialismo está en riesgo de perder el terreno que han ganado en elecciones democráticas y limpias debido a las trampas y la guerra sucia que lleva a cabo el capital y la burguesía mundial... si las consecuencias de esta actitud no tuvieran las secuelas destructivas que  está creando, sería una cuestión para reírse.
El discurso es uno de guerra, la invitación es una de acción, de lucha, de alerta máxima.
De las intervenciones de Maduro en cadena nacional, se han desprendido en cascada todas las demás apariciones de sus adeptos y seguidores, explicándonos como estamos “aplanando la campana” de la estadística, como los números favorecen las medidas que se han tomado (al parecer obligante para la mayoría, pero para un grupito de privilegiados del régimen, es cuestión de fiestas y parrandas así terminen contaminando a la población), tampoco han pasado  inadvertidos sus intentos por conseguir financiamiento internacional para hacerle frente a esta situación, pero sus reiterados manejos corruptos de fondos públicos y la poca transparencia de su gestión lo impiden.
Estamos bajo amenaza de intervenciones militares, de allí la movilización de todas las fuerzas armadas al servicio del partido único socialista, por ello el apresto de las milicias, de los colectivos armados, de las fuerzas policiales y de acciones especiales, todas las misiones y comunas que han formado están movilizados, en medio de las maniobras de defensa del territorio que ha implicado la instalación de baterías antiaéreas en diversos puntos estratégicos, encima de esto, ahora les toca manejarse en una emergencia sanitaria mundial, lo que refuerza su necesidad de despliegue de sus componentes armados, desde hace unos meses Venezuela vive en un ambiente prebélico en medio de una grave crisis político y social.
El discurso chavista va impregnado de una fuerte dosis de liberación de la opresión, no sólo de las estructuras de dominación, escuelas, familias, propiedad privada, estado de derecho burgués, sistema financiero, religión… el proceso político es una lucha y los socialistas la enfrentan con la intención de derrotar a un enemigo en todas las arenas, y si la violencia cobra víctimas y si la destrucción se escapa del control no importa, por las banderas de la justicia social todo está permitido, de allí que no les tiemble el pulso al momento de obligar a las personas a pasar necesidades y sufrimientos, el precio a pagar por un mundo mejor no tiene un monto asignado, generaciones enteras deben estar dispuestas al sacrificio máximo.
Pero lo más curioso de todo este tinglado ideológico marxista es que dicen que todo lo hacen por amor, quieren la paz pero están armados, te llaman a las mesas de negociación pero tienes que @@hacer lo que te dicen, vas a unas elecciones pero ya sabes quién va a ganar, la revolución no admite derrota, ni retroceso, para ellos, los conductores de este proceso revolucionario, lo que está en juego es mucho más grande e importante que cualquier interés o vida de los comunes.
Dicho esto, les pregunto a mis amables lectores ¿Qué creen ustedes que va a suceder con esta cuarentena obligada a punta de pistola y de alcabalas policiales? Ya andan los colectivos armados asesinando bajo el manto de la impunidad a ciudadanos que violan el toque de queda, en el sitio, sin proceso legal, sin derecho a la defensa, es la pena de muerte por estar en la calle, preguntan por las redes sociales ¿Y dónde quedó la política?
El chavismo sigue persiguiendo a políticos de la oposición, haciendo visitas domiciliarias amenazantes, acallando con violencia a periodistas y las opiniones que difieran del discurso oficial, incrementando su nómina de presos de conciencia, los únicos que están en las calles son las fuerzas de ocupación del régimen ejerciendo el aislamiento progresivo de barrios, urbanizaciones, municipios, poblados, imponiendo un estricto racionamiento de alimentos, medicinas, combustible, con planes de distribución escalonados de electricidad, agua, gas doméstico, el dinero anda escaso, el transporte público está al punto del colapso, no hay posibilidad de surtir a todo el país de gasolina, ya nadie puede ir a trabajar, la enorme crisis económica ha sido enmascarada con esta cuarentena… ¿En que han convertido a Venezuela?   -    saulgodoy@gmail.com



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