No es un castigo de Dios ni un acto ciego de la
naturaleza en evolución, es un producto del capitalismo, una creación infernal
del aparato industrial-militar norteamericano sembrado en la ciudad de Wuhan, capital
de la provincia de Hubei, en China, para desestabilizar los gloriosos logros
del camarada Pin; para el tirano Nicolás Maduro, el virus Covid-19 es una
creación de los laboratorios de la guerra bacteriológica gringa, no hay otra
explicación y punto.
Tal acusación la hace sin prueba alguna el jefe del
socialismo del siglo XXI, únicamente basado en la propaganda de guerra generada
por el comunismo internacional y que tiene como único sustento, una teoría de
la conspiración de carácter maniqueo entre la lucha del bien contra el mal, en
este caso, aduciendo toda las cualidades e intenciones positivas al socialismo
y las negativas al capitalismo, obviando el hecho de, que efectivamente la
epidemia tuvo su origen en China, y que ese gobierno tuvo unas actuaciones poco
claras tratando de ocultar el brote de la contaminación, negándole información
a los organismos internacionales, y reprimiendo a los voceros de la sociedad
civil que alertaban sobre la misma en su fase más temprana.
Estos brotes epidemiológicos que afectan regularmente a
los países del mundo no son bienvenidos por nadie, no sólo son un peligro para
la salud humana sino que afectan seriamente la actividad productiva, la
estabilidad social y política de esas sociedades y sus relaciones con el mundo,
un país infectado con enfermedades contagiosas se convierten una amenaza para
la comunidad internacional y se hace todo lo posible por contenerla y
erradicarla en el menor tiempo posible, de allí que exista la vigilancia,
procedimientos y protocolos por parte de entes multilaterales y en base a
tratados internacionales, para evitar, y en lo posible, controlar sus efectos
negativos.
El que un gobierno maneje una epidemia como un hecho
exclusivamente político, adelantando una agenda de propaganda, de intereses
ideológicos e incluso de “real politik” en el sentido de que se hace necesario
imponer a lo interno, medidas que limitan los derechos ciudadanos e incluso
llegar a estados de excepción, como el de imponer aislamientos y cuarentenas,
hacer compulsivos los tratamientos médicos y limitar la movilización de
personas dentro del país afectado, dan pie para algunas actuaciones de fuerza
que son justificadas dentro de ese cuadro de emergencia nacional.
En este sentido, hay gobiernos que se aprovechan de estas
circunstancias para imponer controles, erradicar elementos opositores a sus
planes y posicionarse políticamente para
adquirir más poder o distraer la atención sobre asuntos que no son de su
interés que se ventilen, esto de alguna manera se entiende y es responsabilidad
de esas sociedades estar alerta sobre estas desviaciones, el problema surge en
aquellas naciones que tienen gobiernos totalitarios, que no gozan del apoyo
popular, que tienen a sus ciudadanos sometidos a medidas de opresión, que
desean perpetuarse en el poder por medio de trampas, que tienen control
hegemónico sobre los medios de comunicación y que utilizan al aparato
militar-policial para generar una política de miedo.
Los gobiernos de China y Venezuela pertenecen a ese club
de naciones socialistas y comunistas que tienen un férreo control político
sobre sus pobladores, limitando severamente sus libertades individuales en aras
de un colectivismo controlado por el estado, por un partido único que ejerce su
poder por medio biopolíticos, con una marcada ausencia de instituciones que
sirvan de contrapeso sobre la autoridad central, sin un estado de derecho que
garanticen la defensa en contra de los abusos de poder de un estado interventor
y policial, lo cual, en principio, los haría sumamente eficaces en lograr que
una epidemia pueda ser controlada de manera rápida… el problema surge cuando
son ellos los que generan la contaminación.
En el caso de Venezuela es patético, por decir lo menos,
como luego de veinte largos años de destrucción del sistema de salud del país y
de su estructura productiva nacional, el Sr. Nicolás Maduro exprese de la
manera más irresponsable que el país está preparado para hacerle frente a esta
pandemia y vencerla, nunca antes el país estuvo tan vulnerable a una crisis de
esta dimensiones, el colapso de nuestra estructura hospitalaria es patente y
está a la vista, no contamos con los insumos mínimos ni en medicinas, ni en
equipamiento, ni en personal, mucho menos en cuanto a las inversiones y
financiamiento para el sector, y nuestra población viene sufriendo de estas
carencias desde hace mucho tiempo.
Lo que ha venido ocurriendo con la atención a los adultos
mayores, con nuestros niños, con las madres durante el parto, las estadísticas no
engañan, esto ha sido una hecatombe sanitaria que alarma a los organismos
internacionales por el número de fallecimientos, infecciones y agravamiento de
los casos que son tratados prácticamente sin ningún tipo de recurso, esto, sin
contar con todas esas otras enfermedades
que aquejan a la población de manera recurrente como el cáncer, la diabetes, enfermedades
cardiovasculares, trasplantes de órganos y un largo etcétera.
Pero la propaganda socialista se impone, el estelar papel
que le asigna el régimen al programa Barrio Adentro que se encuentra en ruinas,
a la labor de los médicos cubanos, de su medicina y sus fármacos, de los
aportes humanitarios de China y de otros países que pertenecen a esta liga
internacional de países socialistas y comunistas es utilizada para crear, la
falsa percepción de que gozamos de un sistema de salud confiable y robusto ante
cualquier tipo de emergencia, eso es criminal, esas mentiras atentan en contra
de nuestra seguridad humana y viola todos nuestros derechos.
Pero lo que no se entiende y de verdad pareciera ser algo
exprofeso, es la inexplicable negativa del régimen chavista de permitir la
entrada a la ayuda humanitaria que ya tiene un buen tiempo represada en países
vecinos y que pudieran aminorar el sufrimiento de la población que la necesita,
pero pareciera que por razones de índole ideológico o por seguir encubriendo un
plan genocida en contra de los venezolanos, estas medicinas y asistencia sean
negadas.
De acuerdo al discurso altamente politizado de Maduro,
así como es de despiadado el Imperio con Venezuela, ahogándola en sanciones y
bloqueos en contra de un bravo pueblo que ha hecho la diferencia en el mundo
por su talante soberano e independiente, prefiriendo mil veces morirse de
hambre y necesidad, que soportar la ominosa bota del poder colonial de Washington,
y entregarle su riqueza petrolera, de la misma manera, los chinos han luchado
en contra de este enemigo silencioso con el que la han inoculado para
destruirla.
La construcción ideológica que se ha levantado en torno a
la realidad es simplemente imposible de sostener, se está actuando con una
intención claramente de exterminio masivo de una población y con el surgimiento
de esta pandemia del coronavirus, se está cocinando una bomba biológica en
nuestro país de consecuencias impredecibles para la región, una cosa es cierta,
la información que está dando el gobierno sobre el avance y la contención de la
epidemia no se puede creer sin una verificación internacional.
Esto lo ha venido repitiendo el jefe del chavismo desde
el día en que hizo público la crisis en Wuhan, sin otra evidencia que su
encendido discurso en contra del Presidente Trump y su afiebrada tesis de que
el socialismo mundial se encuentra bajo ataque, su prédica es que el socialismo es la única ideología
verdaderamente humanista, que se basa en la solidaridad y el amor por el
prójimo, que es la única forma de gobierno del pueblo y para el pueblo que
puede salvar al mundo de su crisis ecológica y a la raza humana de una pobreza
atroz, el socialismo está en riesgo de perder el terreno que han ganado en
elecciones democráticas y limpias debido a las trampas y la guerra sucia que
lleva a cabo el capital y la burguesía mundial... si las consecuencias de esta
actitud no tuvieran las secuelas destructivas que está creando, sería una cuestión para reírse.
El discurso es uno de guerra, la invitación es una de
acción, de lucha, de alerta máxima.
De las intervenciones de Maduro en cadena nacional, se
han desprendido en cascada todas las demás apariciones de sus adeptos y
seguidores, explicándonos como estamos “aplanando la campana” de la
estadística, como los números favorecen las medidas que se han tomado (al
parecer obligante para la mayoría, pero para un grupito de privilegiados del
régimen, es cuestión de fiestas y parrandas así terminen contaminando a la
población), tampoco han pasado
inadvertidos sus intentos por conseguir financiamiento internacional
para hacerle frente a esta situación, pero sus reiterados manejos corruptos de
fondos públicos y la poca transparencia de su gestión lo impiden.
Estamos bajo amenaza de intervenciones militares, de allí
la movilización de todas las fuerzas armadas al servicio del partido único
socialista, por ello el apresto de las milicias, de los colectivos armados, de
las fuerzas policiales y de acciones especiales, todas las misiones y comunas
que han formado están movilizados, en medio de las maniobras de defensa del
territorio que ha implicado la instalación de baterías antiaéreas en diversos
puntos estratégicos, encima de esto, ahora les toca manejarse en una emergencia
sanitaria mundial, lo que refuerza su necesidad de despliegue de sus
componentes armados, desde hace unos meses Venezuela vive en un ambiente
prebélico en medio de una grave crisis político y social.
El discurso chavista va impregnado de una fuerte dosis de
liberación de la opresión, no sólo de las estructuras de dominación, escuelas,
familias, propiedad privada, estado de derecho burgués, sistema financiero,
religión… el proceso político es una lucha y los socialistas la enfrentan con
la intención de derrotar a un enemigo en todas las arenas, y si la violencia
cobra víctimas y si la destrucción se escapa del control no importa, por las
banderas de la justicia social todo está permitido, de allí que no les tiemble
el pulso al momento de obligar a las personas a pasar necesidades y
sufrimientos, el precio a pagar por un mundo mejor no tiene un monto asignado,
generaciones enteras deben estar dispuestas al sacrificio máximo.
Pero lo más curioso de todo este tinglado ideológico
marxista es que dicen que todo lo hacen por amor, quieren la paz pero están
armados, te llaman a las mesas de negociación pero tienes que @@hacer
lo que te dicen, vas a unas elecciones pero ya sabes quién va a ganar, la
revolución no admite derrota, ni retroceso, para ellos, los conductores de este
proceso revolucionario, lo que está en juego es mucho más grande e importante
que cualquier interés o vida de los comunes.
Dicho esto, les pregunto a mis amables lectores ¿Qué
creen ustedes que va a suceder con esta cuarentena obligada a punta de pistola
y de alcabalas policiales? Ya andan los colectivos armados asesinando bajo el
manto de la impunidad a ciudadanos que violan el toque de queda, en el sitio,
sin proceso legal, sin derecho a la defensa, es la pena de muerte por estar en
la calle, preguntan por las redes sociales ¿Y dónde quedó la política?
El chavismo sigue persiguiendo a políticos de la
oposición, haciendo visitas domiciliarias amenazantes, acallando con violencia
a periodistas y las opiniones que difieran del discurso oficial, incrementando
su nómina de presos de conciencia, los únicos que están en las calles son las
fuerzas de ocupación del régimen ejerciendo el aislamiento progresivo de
barrios, urbanizaciones, municipios, poblados, imponiendo un estricto racionamiento
de alimentos, medicinas, combustible, con planes de distribución escalonados de
electricidad, agua, gas doméstico, el dinero anda escaso, el transporte público
está al punto del colapso, no hay posibilidad de surtir a todo el país de
gasolina, ya nadie puede ir a trabajar, la enorme crisis económica ha sido
enmascarada con esta cuarentena… ¿En que han convertido a Venezuela? -
saulgodoy@gmail.com
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