miércoles, 22 de abril de 2020

Republicanismo y democracia, ¿términos enfrentados?



Se dice que en una ocasión que salía Benjamín Franklin de una de esas reuniones que se celebraban en Filadelfia a puerta cerrada y donde se discutían los detalles de lo que sería la nueva Constitución de los EEUU, una mujer lo detuvo en la calle y le preguntó por qué tipo de gobierno se habían decidido, si una República o una Monarquía, y Franklin le contestó: “Una República Señora, si es que gente como usted puede sostenerla.”
Las siguientes notas son algunas aclaratorias necesarias para las discusiones que se están dando sobre la pertinencia y ventajas de estos dos conceptos en las ciencias políticas, que en algunos argumentos esgrimidos parecieran contradecirse, yo en lo personal los utilizo de manera complementaria, no antagónicos, todo depende de la definición de la que se parta al momento de enfrentar uno al otro en términos críticos, como muchos temas en política, sin una claridad de términos no es posible llegar a conclusiones razonables.
Empecemos por decir que ambos términos se confunden en varios momentos de la historia, fue el caso de Grecia, donde República y Democracia convivían sin mayores contradicciones, aunque la escuela de Platón, por boca de Sócrates tenía algunas observaciones y reclamos para la democracia tal y como estaba planteada en Atenas; en aquellos tiempos una república podía sin ningún problema estar bajo la conducción de un tirano o un gobierno colegiado, de hecho tanto Atenas como Esparta eran consideradas repúblicas a pesar de sus muy diferentes aproximaciones políticas sobre el poder.
La democracia ateniense era tenida por imperfecta debido a la fácil intervención de manipuladores de opinión, de retóricos que confundían fácilmente a los asambleístas en el foro público y manipulaban a la masa para satisfacer sus intereses, y había quienes la diferenciaban de la República, por el contenido es esta última de las virtudes cívicas, que tendían hacia el bien común.
Democracia y República tienen unas muy diferentes etimologías, democracia tiende más a configurar una doctrina política donde  lo que importa es la voluntad de la mayoría, Republica en cambio, era más bien referido a un régimen político, una combinación de instituciones que trataban de equilibrar los juegos del poder, pero de nuevo, en varios períodos históricos ambas era al mismo tiempo sistemas políticos e ideologías, encontrábamos repúblicas democráticas y democracias republicanas, dependiendo del énfasis que se ponía en principios y valores, o en formas y procedimientos.
De esto resulta que la República Romana poco tuviera que ver con la griega, era mucho más populista y la influencia de las élites más determinante, todo lo contrario a la República Cristiana al principio de la Edad Media, nacida de las comunas organizadas en pequeños feudos, el poder hegemónico de la Iglesia fue fundamental para la evolución del concepto republicano posterior, durante este particular período, las prácticas democráticas estaban en su mínimo histórico.
La idea del republicanismo empezó su deriva hacia la prevalencia de las facciones políticas, la búsqueda del consenso y las coaliciones para asegurar la estabilidad de los gobiernos, esto sucedió con las repúblicas que nacieron con las ciudades-estados, como Florencia, es por ello que hay que tener cuidado cuando por ejemplo leemos a Maquiavelo o a Bodin, la República de la que ellos hablaban, era muy específica y de acuerdo a sus realidades y tiempo, no se puede generalizar, lo mismo sucede con el concepto de república en la Ilustración y posteriormente, como fue entendida durante la independencia de los EEUU.
De toda esta nebulosa situación es que todavía hoy podamos encontrar Repúblicas con regímenes autoritarios y hasta dictaduras, que nada tiene que ver con las verdaderas democracias, o democracias conducidas por partidos únicos y que niegan la participación política a la sociedad en general.
Con la democracia sucede igual, el concepto evoluciona a medida que se van adelantando los agregados como derechos del hombre, dignidad, soberanía, que se afinaban los términos de libertad, igualdad, participación en los asuntos públicos; en los Estados unidos de Norteamérica en los tiempos del presidente Lincoln, había democracia, pero también había esclavitud, las mujeres no tenían derecho al voto, y los ciudadanos no tenían manera de influenciar al gobierno federal, pero había una democracia funcional, que llevaba al país adelante, entre otras cosas, porque aparte del ejercicio democrático de sus derechos, también existían unas instituciones que compartían y de alguna manera balanceaban el poder absoluto, era el aporte del  republicanismo con instituciones que interactuaban y hacían de contención al poder absoluto tanto del monarca como del populacho, que hacían de contrapeso unas con otras, y posteriormente fue clave la aparición de una opinión pública que permitía la discusión de los grandes temas del país.
No es lo mismo hablar de republicanismo en Europa que en Asia, los modelos varían, las instituciones cambian tanto en operatividad como en fines, sin que una sea mejor que la otra, lo importante es que la acción política logre sus cometidos.
El diccionario Webster del habla inglesa tiene unas definiciones interesantes, define República de la siguiente manera:

1ª (1): Un gobierno que tiene un jefe de estado quien no es un monarca y quien en tiempos modernos es un presidente.
(2): Una unidad política (como una nación) que tiene un gobierno de este tipo
b (1): Un gobierno en el que el poder supremo reside en un cuerpo de ciudadanos con derecho al voto y que es ejercido por oficiales electos y representantes que responden a los ciudadanos  y gobiernan de acuerdo a las leyes.
(2): Una unidad política (Como el de una nación) que tienen esa forma de gobierno
c: Un gobierno usualmente caracterizado como republicano en esa unidad, como la Cuarta República Francesa
2: Un cuerpo de personas que libremente se involucran en una actividad específica, la república de las letras.
3: La constitución política y territorial de una unidad de diversas naciones como Checoslovaquia, URSS., o Yugoslavia.

En todas las lecturas que he realizado para escribir estas notas, me he dado cuenta que quienes propugnan por un modo republicano de gobierno le tienen desconfianza a la debilidad del sistema democrático en cuanto a la contención de la corrupción, a que algunas minorías privilegiadas o agresivas se adueñen del poder, o alguna instancia (organismos electorales, presidencia o legislatura) sea tomado por grupos de interés para hacer valer sus propias agendas por encima del interés general.
Para ello propugnan con instituciones como el de los Colegios Electorales, hacen un punto de honor en la división de poderes, pero sobre todo, y como ya lo había notado el pensador francés Alexis de Tocqueville, el gran secreto de la democracia norteamericana se encuentra en su gobierno local y en la articulación de todos los intereses de las comunidades en un bien común, que es el lugar donde se hace realidad ese juego de virtudes cívicas que viene de la tradición democrática de los griegos.
En los tiempos de las guerras de independencia en las colonias Americanas, cuando Simón Bolívar pensaba en República y republicanismo lo hacía sobre la experiencia francesa, la concepción norteamericana de república era demasiado novedosa y avanzada para ser tomada en cuenta aún; en el discurso que dio la historiadora venezolana Inés Quintero (2010) en la Academia Nacional de la Historia, con motivo de la conmemoración del 19 de Abril, día de la Independencia de Venezuela, explica con lujo de detalles como se fue construyendo la idea de la independencia hasta llegar a concebirla en términos de una nueva República que nada tenían que ver con las tradiciones republicanas griegas, romanas, medioevales o anglosajonas, sino con necesidades prácticas de gobierno al hacerse un vacío con la Regencia en España.
Pero efectivamente, la discusión actual que se lleva a cabo entre la supuesta contradicción que existe entre republicanismo y democracia, es una diatriba superficial y absurda entre intereses radicales de los partidos demócrata y republicano en USA, de una mala interpretaciones de los llamados “originalistas” de la derecha norteamericana de la posición que lideraba Madison, y que quedó recogida en El Federalista; para aquel momento en que Franklin y los demás Padres Fundadores se reunían en Filadelfia y otras ciudades, para darle los detalles finales a la Constitución, había una tendencia en considerar a la democracia como la expresión política primitiva, de las turbas.
Tal concepción del término tuvo sus consecuencias, ni en la declaración de independencia, ni en la Constitución de los Estados de Unidos de Norteamérica, se menciona la palabra democracia, pero si el de la república, tampoco aparece en ningún símbolo patrio ni en ninguna canción o himno; John Adams dijo: “Tenemos derechos que anteceden a todos los gobiernos de la Tierra; derechos que no pueden ser desconocidos ni restringidos por leyes humanas; derechos que derivaron del Gran Legislador del Universo.”
Con ese espíritu fue escrita la Constitución de USA, el gobierno no es el dispensador de los derechos, fue creado para proteger esos derechos que ya existían.
Precisamente por lo ocurrido al calor de violencia revolucionaria en Europa, muchos le atribuyeron a las bandas de exaltados y colectivos armados esa particular manera de imponer su voluntad como ejemplo de democracia, de allí la importancia y el cuidado que tuvieron de imponerle a esa mayoría soberana, filtros y espacios donde eran sus representantes, quienes terminaban ejerciendo el gobierno, lejos de los tumultos.
Los padres fundadores de Norteamérica sabían desde el primer instante es que se reunieron para ver cómo se organizaban, que era el gobierno mismo la primera amenaza a sus libertades tan duramente defendidas, fue el mismo John Adams quien advertía: “Recuerden, la democracia nunca dura,  se desgasta pronto, se agota y se asesina a sí misma. No ha habido ninguna democracia hasta el momento que no haya cometido suicidio”.
Y la verdad sea dicha, para el chavismo democracia es muchedumbre vociferante y desorden, les gusta la comparecencia de las masas armadas y fanáticas, producir políticas en este ambiente de circo romano, para Chávez y Maduro su concepto de República es la voluntad unipersonal del líder, un pensamiento único y una sociedad organizada en comunas; en realidad el chavismo nada tiene que ver con valores democráticos y mucho menos con principios republicanos.
La llamada República Bolivariana de Venezuela, ni es una república, ni es bolivariana, y mucho menos es de los venezolanos, pero si no son república, tampoco son parte de una democracia, como les gusta a estos revolucionarios narcotraficantes venderse en el mundo, Venezuela no es un país, es una parodia de nación y cada vez menos es una sociedad civilizada, mientras el chavismo exista la verdadera Venezuela no tendrá oportunidad de renacer dentro de sus tradiciones republicanas y verdaderamente democráticas.
Pero en la discusión que se está dando en USA concurro con la opinión del politólogo norteamericano Ryan McMaken y editor de la publicación Mises Wire del Instituto Mises de USA, alega en su artículo Dejen de decir, somos una república no una democracia (2017) lo siguiente:

Es un hecho, todos los regímenes en el planeta se llaman a sí mismos “una democracia” calificandose como una república de acuerdo a la definición de Madison. Todos los países que se describen como democracias en el discurso contemporáneo usan algún tipo de esquema representativo en su forma de gobierno, y todos poseen un sistema que al menos en parte, “derivan sus poderes directa o indirectamente de un gran cuerpo de gente”. También eligen representantes en vez de emplear métodos directos. Consecuentemente, en terminología contemporánea, no existen diferencias relevantes entre las palabras “república” y “democracia”. Por lo tanto, destacando una preferencia por republicanismo sobre demócratas no comunica información útil al menos que uno precise la definición de ambos términos de manera que se diferencie de la definición de Madison.

saulgodoy@gmail.com








No hay comentarios:

Publicar un comentario