Lo pregunto, ya que el gobierno de los EEUU está a un
paso de declararlo de ésta manera, lo que acarrearía una serie de consecuencias
graves para el muy golpeado prestigio de esta Revolución Bolivariana Socialista
del Siglo XXI, y traería sobre sus principales dirigentes más sanciones y
medidas punitivas de carácter administrativas, criminales y hasta militares.
A nadie le gusta un terrorista, es una denominación que a
nivel mundial genera rechazo debido justamente a las connotaciones negativas
que genera su simple existencia, asociada a la muerte, la destrucción, el
vicio, el fanatismo; los terroristas son figuras ligadas a la destrucción de la
convivencia social, a la interrupción de las economías y a generar la desconfianza
en los gobiernos, ya que generan miedo y un clima de angustia colectiva, sus
acciones están encaminadas a la devastación del orden con el fin de imponer una
ideología y unos intereses, que por lo general pretenden la opresión y la
supresión de libertades.
Ha habido intentos de hacer del terrorista una figura
romántica, libertaria, han tratado de asociarlos a unos mártires por causas
idealistas, pero sus acciones, todas bruscas, cobardes, injustas y
destructivas, los han llevado a ser temidos, odiados, y a ser buscados y
cazados cual alimañas, esa es la fama que se han ganado, excepto, en los grupos
más radicales y violentos, que los reclutan, los entrenan, los mantienen y los
utilizan.
Para tratar de sacar una conclusión sobre si el chavismo califica
como grupo terrorista o promotor del terrorismo, vamos a analizar el concepto y
contrastarlo con algunas de las acciones políticas y militares que ha
caracterizado al chavismo en sus 21 años de hegemonía en el poder en Venezuela,
para ello vamos a utilizar la definición que utiliza El Diccionario de Política, coordinado por Noberto Bobbio (1909-2004),
Nicola Matteucci (1926-2006) y Gianfranco Pasquino (1942-), todos reconocidos
politólogos, juristas, demócratas, socialistas y hombres públicos, esto lo hago
para no ser juzgado como parcial, aunque de entrada les puedo decir que en lo
personal considero al terrorismo como una acción plenamente criminal sin ningún
contenido político.
Los hechos que vamos a reseñar son históricos, de carácter público
y fueron reseñados por la prensa cuando ocurrieron, ni son inventos ni falso
testimonio, quizás difieran en la interpretación de los mismos, ya que con el régimen
chavista existe una “historia oficial” que pretende la verdad verdadera pero
eso es cuestión ideológica.
La entrada en el Diccionario lo denomina Terrorismo Político y lo define de la siguiente manera:
“Aunque
usualmente el terrorismo se entiende como la práctica política de quien recurre
sistemáticamente a la violencia contra personas o cosas provocando terror, la distinción
entre este último y el terrorismo, representa el punto de partida para el
análisis de un fenómeno que a través de los siglos ha ido aumentando constantemente
su peso político. De hecho se entiende por "terror” un tipo específico de
régimen, o mejor dicho un instrumento de emergencia al que recurre un gobierno
para mantenerse en el poder.”
Estos autores se valen de inmediato de los ejemplos de la
Revolución Francesa, mencionan a Maquiavelo en su Discursos sobre Tito Livio en el que consideraba al terror como
herramienta útil para gobernar, a la Revolución Rusa y al terrorismo como una
forma aceptable para mantener la dictadura del proletariado, y hacen esta
interesante observación: “El recurso al
terror por parte de quien ya detenta el poder dentro del estado no se puede considerar
como una forma de terrorismo político, término por el que se entiende el
instrumento a que recurren determinados grupos para hacer caer un gobierno
acusado de mantenerse por medio del terror.”
La forma como el chavismo ha entendido el ejercicio del
poder ha sido con un intensivo y extensivo uso del terror sobre la población y
en contra de sus opositores, y efectivamente cualquier tipo de rechazo, reclamo
o protesta es considerada como terrorismo, por parte del gobierno, en contra de
una supuesta legitimidad democrática, que Chávez tuvo originariamente al ganar unas
elecciones, pero que luego Maduro, utilizando la muerte del Teniente Coronel y
una serie de fraudes y subterfugios, se hizo con el poder de manera ilegítima
con lo que a partir de ese momento, y para seguir la lógica del Diccionario, se
inauguró como terrorista y promotor del terrorismo.
Chávez gustaba del uso del terror como instrumento
político, contaba con sus fuerzas de choque, sus Círculos Bolivarianos, sus
colectivos armados, gente como la difunta Lina Ron y sus bandas que tenían
aterrorizados a los medios de comunicación, un tumulto de gente dispuestas a
invadir predios y propiedades, con sus sindicatos “rojitos” capaces de tomar
plantas industriales completas y paralizar su funcionamiento, amenazando
constantemente a sus contrarios con una “revolución pacífica pero armada”; su
gobierno se distinguió por el uso de estas tácticas, como fue el atentado con
una bomba en contra del Fiscal Danilo Andersen, para eliminar gente
problemática dentro de su redil y hacer llegar un claro mensaje a sus
seguidores.
Pero lo que más distinguió a Chávez como terrorista y a
su partido político, el PSUV, como grupo terrorista, fueron las acciones
armadas que emprendieron en las calles de Venezuela en contra de
manifestaciones de ciudadnos pacíficas y desarmados, para protestar en contra
de su gestión de gobierno, posicionando a sus grupos de exterminio en lugares
estratégicos con armas letales y disparando a mansalva sobre las marchas,
provocando graves bajas e infundiendo terror en la población, el gobierno
siempre alegó que era la misma oposición la que se agredía buscando la
violencia, y esto tuvo que hacerlo en varias ocasiones, ya que el pueblo de
Venezuela clamaba por su libertad.
Pero lo que calificaría a Chávez como terrorista fue su
apoyo, financiamiento y defensa de las causas subversivas de la guerrilla
comunista colombiana, sus nexos cercanos con el IRA la ETA, el Hezbolá, Hámas,
los movimientos guerrilleros de El Salvador, Nicaragua, Perú, sus contactos con
los líderes de países del Medio Oriente en Irak, Siria, y Libia, su simpatía
por los movimientos independentistas de Puerto Rico y luchas de minorías radicales
de negros, hispanos y nativos aborígenes en los EEUU, su discurso agresivo en
contra del imperialismo, el capitalismo y las libertades individuales lo
convirtieron en el vocero de este selecto grupo de terroristas y violentos
quienes tenían en nuestro país una base de segura de operaciones y
entrenamiento.
No fueron pocas las noticias, denuncias y pruebas que
aparecían en la prensa nacional e internacional de campamentos, donde expertos
en fabricación de explosivos, francotiradores, instructores en guerrilla
urbana, secuestros y extorsión, dictaban sus cursos bajo la anuencia y
protegidos por el ejército venezolano, no pocas las ocasiones que jefes de la
subversión eran atendidos en nuestros hospitales, y a muchos de ellos los vimos
haciendo turismo y hasta rindiendo declaraciones a la prensa oficial.
El discurso de Chávez era el de endiosar a estas figuras
del terror como líderes de causas populares y utopías imposibles, bandidos como
Pancho Villa, el Ché Guevara, Ezequiel Zamora, el Comandante Marcos, Marulanda,
eran los epígonos de sus elegías cuyas luchas eran las de los pueblos que no
tenían voz, y la pétrochequera venezolana era una inagotable fuente de
financiamiento de propaganda, candidatos y no pocas acciones deleznables en
contra de los derechos humanos en países democráticos.
Cuba y el régimen de los hermanos Castro fueron sus
favoritos, y para quienes no hubo límites en la generosidad y algo más que
amistad que se planteó entre los gobiernos de Fidel y Chávez, la inoculación
ideológica cubana fue total, la gesta libertaria (según la teología de la liberación),
los aspectos post colonialistas pregonados por el Foro de Sao Paulo, la
Justicia Social (tesis que sirve de ariete del Vaticano socialista en contra
del capitalismo), el mundo “pluripolar” que fue parte del pensamiento de Obama
y del partido Demócrata cuando decidieron unilateralmente dejar de liderar al
mundo para darle paso a China como gran hegemón, fueron algunos de los aspectos
ideológicos que privaron en aquel momento.
Pero quiero resaltar aquí dos tácticas esenciales que
iban a rendir sus frutos como tapaderas
y coberturas a las acciones de terror y al terrorismo que fomentaba Chávez, la
primera era hacerse pasar siempre como víctima del imperialismo, como el país
pequeño y subdesarrollado frente a los poderes industrializados y globalizados,
como el cristiano humilde que hace lo posible por ayudar a los más desposeídos,
y de allí todos los alegatos de guerra económica, de atentados en su contra, de
discriminación y abuso de poder para invisibilizarlo, Chávez siempre se
presentó como el David frente a Goliat, y desde esa posición sus acciones
terroristas se veían como legítima defensa y hasta como reacción necesaria y
justa.
La otra estrategia es la de siempre avanzar, de estar a
la delantera, de pegar primero y en medio de la refriega y las acusaciones, avanzar
sin importar el costo, de esta manera, mientras estaba justificando su
proceder, su muy bien engrasada maquinaria de terror ganaba terreno, tomando
posiciones, oprimiendo a su pueblo un poco cada vez pero sin pausa, fue así que
en medio de alegatos, señalamientos y discusiones, nacionales e
internacionales, fue haciéndose con más y más poder.
En el Diccionario
se nos dice lo siguiente: “El fenómeno
terrorista en el plano internacional adquiere pues una relevancia que no tenía
el terrorismo dentro del estado, por el hecho de que mientras que en este
último ámbito no representa más que una entre las posibles formas de lucha, en
el nivel internacional constituye en cambio el único camino abierto para quien
no se identifique con la estructura existente del orden internacional.”
Tanto Fidel Castro como Hugo Chávez Frías creían a pie y
juntillas sobre la tesis de Lenin sobre la internacionalización del movimiento
revolucionario, y siendo el terrorismo una expresión de ella, era necesario
reunir a todos estos grupos en una causa común, de allí este esfuerzo mundial
por entrelazar a estas diferentes organizaciones violentas bajo una misma causa
y convertir a Caracas, en la capital del terrorismo internacional.
Pero con el asesinato de Chávez por parte del castrismo
en Cuba, el juego se tornó aún más violento ya que Nicolás Maduro era de una
catadura mucho más despiadada; a Maduro le gusta compararse con bestias y
advierte a sus opositores no buscarle su lado oscuro pues pareciera no poder
controlarlo, de hecho, el número de muertos, heridos, torturados, presos y
exilados aumentó de manera notable durante su tiranía.
Su alianza con el narcotráfico trajo al país la modalidad
de los “descuartizados” tal y como ocurre en México por parte de sus socios,
las fosas comunes para masacres completas (recurrentes en las zonas mineras),
el etnocidio de aldeas indígenas, la desaparición de figuras públicas
secuestradas por sus órganos de represión, la captura y persecución de periodistas,
su constante vigilancia y amenazas hacia defensores de derechos humanos, la
ejecución sumaria decenas de venezolanos cada semana por parte de sus órganos
policiales de exterminio en las barriadas populares, la agresión directa y
contumaz en contra de diplomáticos y las sedes de las misiones, escalaron a un
grado inédito y aislaron al país.
Efectivamente, Maduro es mucho más letal y sanguinario
que Chávez, la resistencia se hace a costa de la vida de los ciudadanos, que de
manera pacífica continúan arriesgando sus vidas en contra del régimen.
El solo hecho que la vocería del chavismo sea su programa
oficial “Con el Mazo Dando” y tenga a un exmilitar como su conductor, al
inefable Diosadado Cabello, quien actúa como el juez y jurado de vidas y carreras
de muchos venezolanos, que terminan luego de ser acusados en este espacio
televisivo, de la peor manera posible, mostrando una cantidad de pruebas
fabricadas, documentos falsos, y montajes de audio y video, que lo que dan es
vergüenza ajena por lo burdo de su manufactura, es la manera que tiene el
régimen de insuflar el miedo entre la población, porque el mal llamado gobierno
chavista ya no gobierna, se impone a fuerza del terror judicial, policial,
militar y psicológico.
Si el chavismo no promociona el terror, entonces no sé
qué es terrorismo.
Termino con una cita del Secretario de Estado de los
EEUU, George P. Shultz, con motivo del atentado contra el avión de PanAm en
Lockerbil, en Escocia por comandos de Libia, el 25 de Octubre 1985, que resume muy
bien el por qué los EEUU no puede bajar la guardia ante los terroristas.
Algunas
personas han sugerido que tan siquiera contemplar el uso de la fuerza es
rebajarnos al nivel bárbaro de los terroristas. Quiero referirme a este tema
frontalmente. Es un absurdo argumentar que la ley internacional nos prohíbe
capturar terroristas en espacio aéreo o aguas internacionales, o atacarlos en
el territorio de otras naciones, o el usar la fuerza en contra de estados que
mantienen, entrenan y cobijan terroristas o guerrillas.
La
ley internacional no propicia tales resultados. A una nación atacada por
terroristas le está permitido el uso de la fuerza para prevenir futuros
ataques, puede capturar terroristas, o rescatar sus ciudadanos cuando no hay
otra forma de enfrentarlos. No podemos permitir que las ambigüedades de la
amenaza del terrorismo nos reduzcan a una total impotencia.
Una
política llena con demasiados requerimientos y condiciones, que nunca podrán
ser cumplidos, se equipara a una política de parálisis. Se resumiría a admitir
que nuestras armas y nuestras fuerzas no son suficientes para defender a
nuestros ciudadanos, o nuestros intereses, o nuestros valores. Esto,
simplemente no lo puedo aceptar.
Los
estados que protegen al terrorismo aumentarán por causa de nuestra sumisión, no
por nuestra resistencia activa. Usaremos nuestros poderes militares solamente
si el riesgo lo justifica, si no hay otra manera de enfrentarlos, y entonces
solamente de una manera apropiada y con un objetivo claro. Pero no podemos huirle
a cada reto. No podemos esperar por una absoluta certidumbre y claridad. Si lo
hacemos, nuestro futuro estará determinado por otros, lo más probable por
aquellos que son más brutales, más inescrupulosos y los más hostiles a todo lo
que creemos. -
saulgodoy@gmail.com
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