martes, 23 de junio de 2020

El Marx profundo y secreto



Recientemente he leído varias opiniones de colegas articulistas, donde indirectamente me señalan como un teórico de la conspiración, en su negativa acepción, como propagador de versiones descabelladas de la realidad con el fin de escandalizar y desinformar, y ellos, los que me acusan de ser un escritor amarillista, se escudan detrás de la pose de lo políticamente correcto, del más rancio “sentido común”, de sus poses de personas conservadoras, equilibradas y muy centradas, imagen que les es útil para vender al público de industriales, comerciantes y financistas, que consideran su mercado cautivo, una serie de productos entre los que se encuentran: seminarios, publicaciones especializadas, encuestas, estudios y otra gama de servicios para sobrevivir en esta crisis, que es Venezuela.
Estas personas no tienen idea de lo que es una teoría de la conspiración, me confunden como posible competencia para sus mercados, y aunque todos estamos en el negocio de la información, hay unos que viven de ello, y otros que como yo lo hacemos por amor al arte, como orfebres de la palabra y como polinizadores de ideas, en mi artículo de hoy les voy a dar un ejemplo de lo que puede hacer un teórico de la conspiración, y escogí a uno de los mejores, a quien he mencionado anteriormente de pasada, se trata del inefable Miles Mathis y resumo su brillante estudio Reading the signs: Karl Marx (2014), espero lo disfruten.
Hay una corriente de escritores antisemitas que ven en el sionismo un verdadero complot en contra de la civilización occidental, teniendo como base la cultura hebrea, al estado de Israel, y vínculos históricos de ciertas grupos judíos con el alto mundo de las finanzas y la política.
Para estos conspiradores radicales, Marx y el comunismo es una creación del sionismo internacional para ellos hacerse con el control del mundo, por medio de la revolución del proletariado y la destrucción del capitalismo, parte de estos intentos de descreditar a los judíos vienen de los tiempos cuando se elaboraron, en medio de una guerra ideológica una serie de panfletos y documentos, la mayor parte de ellos trabajados, a finales del siglo pasado, en laboratorios de inteligencia en Europa y Rusia.
Entre estos “productos” de inteligencia se encontraban la infame y famosa publicación, Los Protocolos de Los Sabios de Sion, que según las últimas investigaciones fue producido en Francia, en 1898, por encargo de la policía secreta del Zar para mal disponer a los judíos en contra de la iglesia católica ortodoxa, con la intención de frenar la influencia modernista de varios asesores judíos a quienes el Zar tenía en confianza, y para que triunfara los planes del ala radical que quería una Rusia poderosa y conquistadora, la más lejos de la influencia europea posible.
Umberto Eco le dan tan poca credibilidad a este conjunto de mentiras tan torpemente hilvanadas, que se asombra cuando entre las motivaciones declaradas en el propio documento dice: “…los malos (los judíos) expresan sus maléficos planes de forma tan franca y descarada, como declaran Los Antiguos de Sión, que su – ambición es ilimitada, un rencor voraz, un deseo despiadado de venganza y un odio intenso”.
Ya hemos hablado de estos Protocolos en otra entrega, lo que quiero dejar claro, es que los judíos siempre fueron las víctimas propiciatorias de este tipo de intriga, cuando alguien necesitaba un chivo expiatorio para cuando las cosas iban mal, los judíos eran perfectos.
Luego surgieron una serie de autores que hicieron de este tema su obsesión y no pararon en salir libros que demostraban que el comunismo era un arma de los judíos para la conquista del mundo, entre ellos destaco al Rumano Traiam Rumanesco, quien desde su exilio en Latinoamérica dejó una serie de libros donde examina en detalle este supuesto plan de dominio mundial; las teorías de la conspiración están llenas de estas manifestaciones, que se hicieron mucho más intensas luego de la derrota del nazismo en la Segunda Guerra Mundial, pero ahora con un ingrediente nuevo, la negación de que el holocausto no existió.
Y aquí es cuando se mezclan la verdad y la mentira con el expreso propósito de confundir y propagar un Fake News, porque esta modalidad de propaganda no es nueva, si bien es verdad que un gran contingente de judíos fueron parte de la revolución Rusa, que muchos de ellos conformaron los puestos claves del Soviet, que muchos de los apologetas del comunismo eran judíos, pero eso tiene otras explicaciones, entre ellas los pogromos en contra de los judíos que se hicieron con la anuencia del Zar en vísperas de la revolución, la ola de antisionismo que recorría Europa, entre otras cosas el malestar dirigido en contra de las familias pudientes, banqueros, prestamistas, comerciantes, joyeros, tenderos, en medio de una pobreza generalizada, lo que se tradujo en saqueos, robos y violencia generalizada, ello explicaría porque la revolución comunista fue tan popular entre las familias judías en la Rusia rural y urbana, lo que querían evitar era que las persecuciones se hicieran política del comunismo.
 Y es aquí que entra uno de mis teóricos de la conspiración favoritos, Miles Mathis, de quien también hemos hablado en otra oportunidad, Mathis le da una nueva vuelta a la tuerca a esta teoría que relaciona a los judíos con el comunismo, partiendo de un hecho incontrovertible, Carlos Marx era judío.
¿Cuál es el giro novedoso que Mathis le aplica al marxismo? Uno muy interesante, y es que el marxismo es un caballo de Troya que introduce la inteligentzia y los grandes financistas judíos precisamente para acabar con el socialismo, al que consideran un peligro, pues atenta en contra de la estabilidad del poder financiero, político y social que muchas y muy poderosas familias judías han logrado adquirir hasta ese momento del siglo XIX, sobre todo en Europa.
Mathis descubre en sus investigaciones que detrás de Carlos Marx se encuentra nada menos que la familia Rothschild, y es que aparentemente la abuela de Marx, de apellido Bareth-Cohen, era prima de Henriette Bareth-Cohen que se casó nada menos que con Nathan Mayer Rothschild de los banqueros de Fráncfort, pero además, la madre de Marx era una Pressburg, y su hermana se casó con un Phillip de Bélgica, familia de banqueros, los más ricos del reino, que luego fundarían la gran industria de productos electrónicos, y que estuvieron involucrados en el financiamiento de la vida de Marx en Londres y París.
Pero el padre de Marx tampoco era un limpio, fue un exitoso abogado que hizo fortuna, renunció a su fe judía y se convirtió al luteranismo; y aquí abro un paréntesis obligatorio para explicarles que esos eran los años donde surgía de manera imparable una nueva y poderosa clase social, los industriales, los financistas y los comerciantes que eran apenas la punta del iceberg de una clase que estaba destinada a terminar con la hegemonía de la aristocracia, de las casas reales.
Para cuando Marx estudiaba en Triers, muchos de estos banqueros ya tenían el control financiero de varios reinos e imperios, al punto que muy pocos reyes se podían permitir el lujo de iniciar una guerra sin preguntarle a los Rothschild si contaban con su apoyo para los préstamos que iban a necesitar, fue en Tiers que Marx se compromete con su futura esposa Jenny von Westphalen, nada menos que una de las mujeres más bellas y de alta alcurnia de la nobleza prusiana, cuatro años mayor que él.
Mathis huele de inmediato un matrimonio arreglado por tres de las familias más ricas de Europa con una familia aristocrática, una familia que tenía muchas diferencias con sus pares de la nobleza, con uno de los judíos más brillantes de su generación, que sería contratado y asignado como misión, penetrar el socialismo y destruirlo; no había temor más grande para la nueva clase pudiente, que los obreros y gente del pueblo se organizara y participara en una revolución para acabar con ellos.
Ya para ese tiempo el dinero que manejaban los grandes banqueros, en su mayoría judíos, financiaban a varias policías secretas de varios estados y no menos consultores de importancia trabajando para esos gobiernos, con la suficiente visión y experiencia como para seguir un plan secreto y llevarlo a cabo con el fin de salvaguardar los intereses de los nuevos oligarcas del dinero, ningún banquero movía sus influencias sin información y para ello contaban con fuentes de inteligencia, tenían en una red de contactos alrededor del mundo, los banqueros era la gente más y mejor informada del momento, con la suficiente capacidad como para crear un movimiento político y social que hiciera de contrapeso al temido socialismo, y eso era el comunismo, iban a introducir en el campo socialista una cuña para dividirlo, y si era necesario, destruirlo.
Para eso prepararon y utilizaron a Marx, el agente perfecto para que creara y desarrollara el plan comunista y llevara a cabo la misión de organizarlo en las principales ciudades de Europa; con el financiamiento necesario y a tiempo, podrían hacer posible un contrataque que le aseguraría a la nueva clase industrial y financiera el predominio sobre los centros de poder del mundo.
Mathis argumenta que en su investigación sobre Marx, se encontró con una serie de incongruencias y contradicciones sobre su vida personal, y aquí vio la mano oscura de los servicios de inteligencia controlados por los banqueros, para ocultar la vinculación de Marx con sus amos, toda su historia personal y la de su familia fue manipulada para aparecer como lo que no eran.
Marx nunca fue pobre, ni pasó necesidad, Jenni no era una mujer inculta ni vivió en la inopia (de hecho, era una baronesa y su abuelo fue el jefe de gobierno del Duque Ferdinand de Brunswick), sus hijas no son las que nos pinta la historia y sus vidas no fueron la tragedia que nos quieren vender, la relación que surgió con ese otro heredero millonario, Engels, no fue por casualidad.
La mayor parte de las fotografías que existen de Marx, su familia y relacionados,  afirma Mathis categóricamente, están todas trucadas, la información que existe sobre su vida, que lo hacen ver como alguien viviendo en la marginalidad está totalmente manipulada; para hacer el trabajo intelectual, de publicaciones, de organización, de contactos, de visitas y relaciones que hizo Marx se necesitaba una compleja estructura de apoyo y financiamiento, y es obvio que tenía una mano protectora muy poderosa, a pesar de que Marx fue expulsado de Alemania dos veces, nunca fue arrestado, la policía jamás lo tocó, otros revolucionarios en su tiempo fueron perseguidos y maltratados.
Esto no quiere decir que Marx se diera la gran vida y se pasaba en palacios o en exclusivos clubes, él tenía que jugar un papel y lo hacía perfectamente, pero no en las condiciones que nos quieren vender los que manejan los hilos del comunismo, ideología esta que resultó uno de los mejores negocios para los banqueros tanto en Europa como en los EEUU, de hecho, financiar la revolución rusa se convirtió en una inversión altamente productiva, de modo no crean todo lo que les dicen de Marx, el hombre murió millonario, como siempre lo fue.
¿En qué consistía este truco del comunismo urdido por los banqueros? Lo primero, había que meterle miedo a la burguesía con la clase obrera, de allí la insistencia de Marx en publicitar la tenebrosa “dictadura del proletariado”, había que enredar a los obreros tanto en sus organizaciones como en sus planes para hacer imposible su avance, recordemos, el principal enemigo de los industrialistas y banqueros es la aristocracia y contra de ellos lanzan a la masa proletaria, la labor de Marx era empastelar todo el mundo del proletariado, dirigirlo por callejones sin salida, brindarle una doctrina económica absurda que los llevara al fracaso, crearles divisiones y falsas expectativas.
La doctrina marxista es perfecta para estos propósitos, revestida de una pátina de cientificismo, haciendo complejos planes para lograr sus objetivos, Mathis nos comenta:

Marx fue enviado para controlar la oposición. Noten como en cada crisis, Marx se las arregla para crear facciones en vez de alianzas. El previene de manera efectiva acciones reales siempre enfrentando a los socialistas entre ellos. El los mantiene discutiendo sobre puntos filosóficos sin sentido en vez de lanzarlos a la acción… Él no está creando alianzas, critica a los liberales y a otros socialistas. Los mantiene peleándose entre ellos. Y al mismo tiempo mantiene al movimiento hundido con una carga de términos inútiles e imprecisos como el de materialismo dialéctico, Esto es una perfecta distracción leguleya, que aprendió de su padre. Como abogado, su padre conocía las mejores herramientas, y actuando como un agente de la desinformación utilizaba una monstruosa cantidad de términos legales, que insertados en cualquier argumento crean confusión.

No voy a entrar en detalles sobre otros aspectos del marxismo y el éxito obtenido como herramienta de inversión para bancos e industrias, fue un instrumento para defender un negocio que se convirtió a su vez en un gran negocio para solo unos pocos, que son los que controlan la economía mundial.
Quiero que recuerden que se trata de una teoría conspirativa, no de la verdad verdadera, pero entre la maraña de información siempre se encuentran indicios ciertos, que si uno investiga y trabaja sistemáticamente, va completando un rompecabezas que por diversas razones hay gente que no quiere que usted complete, sólo imagine, que si esto que le digo es verdad, Nicolás Maduro, sin saberlo, es un agente de un banquero en el Federal Reserve Bank, y está en la nómina del Morgan o del Chase en New York, la revolución bolivariana como la de Cuba fue toda urdida por los judíos para hacer buenos negocios, esa sería una de las conclusiones que pudiéramos sacar de las razones que Mathis alega.
Les recomiendo investigar las pistas que les he dejado, y por favor, no crean todo lo que lean, pero si hacen su tarea, se van a encontrar con una hebra de hilo, que si la siguen, se van a sorprender, y eso tiene que ver con la escuela de secundaria en Chicago llamada la New Trier High School, disfruten el viaje.    -    saulgodoy@gmail.com


                                                                                                 





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