En su fabuloso artículo Porqué importa Gregory Bateson (2020) del escritor e investigador
Ted Gioia, nos propone que nos imaginemos que nos encontramos con Gregory en
una fiesta y le preguntamos que hace para ganarse la vida, y Ted que está a su
lado interrumpe y nos da un apretado resumen de su vida:
Bateson
empezó como biólogo y con un pedigrí excepcional- su padre fue, William
Bateson, quien acuño el término “genética”. Bateson demostró un profundo
conocimiento de las ideas de Darwin que aprendió de muy niño en casa. A finales
de los años veinte del pasado siglo, ya estaba enseñando lingüística en la
Universidad de Sídney. En 1930, era un importante antropólogo haciendo trabajo
de campo en Nueva Guinea y Bali (a veces en compañía de su esposa para aquellos
años, la también antropóloga Margaret Mead). Luego de la Segunda Guerra
Mundial, adquirió renombre como psicoterapeuta desarrollando su famosa teoría
del “doble vínculo” (double bind),
que inicialmente fue utilizada para explicar las causas de la esquizofrenia,
pero luego fue usada en otras áreas, incluyendo comedias, arte, poesía y
comportamiento organizacional. En la década de los sesenta, Bateson realizó
investigaciones sobre los efectos del LSD en el Hospital de Veteranos cercano a
la Universidad de Stanford, donde junto al Dr. Leo Hollister reclutaron al
futuro novelista y cronista del movimiento hippie, Ken Kesey (escribió la
novela It flew over the cucoo´s nest,
de la cual hicieron una famosa película “Atrapado sin salida” 1975) para que
participara en los experimentos. Más tarde viajó y se instaló en las Islas
Vírgenes donde dirigió los laboratorios para estudiar la comunicación de los
delfines que había fundado el excéntrico millonario John Lilly. Y durante toda
esta actividad, preservó su pasión más grande: el estudio y la propagación de
la cibernética, dirigida a explicar el sistema del pensamiento y comportamiento
humano, y lo hizo con el rigor que Newton aplicó en sus estudios de física.
Su obra fundamental es el libro, Pasos hacia una ecología de la mente 1972, una interesante compilación
de artículos, conferencias, y lo que Gregory llama “metálogos”, conversaciones
con su hijita donde explica las bases de su pensamiento, aunque no deben
dejarse confundir con la forma del libro, se trata de una de las obras
fundamentales del pensamiento moderno, años de observación, experimentación y
pensar sobre la naturaleza humana digno de un hombre renacentista y universal.
Ted Gioia nos presenta a Gregory como un genuino ejemplar
de la contracultura norteamericana de aquellos años 60, en medio del movimiento
hippie, de la terrible guerra de Vietnam, del rock psicodélico, el amor libre y
la cultura de las drogas, un observador calificado que hendía su época con una
mente analítica, afilada como un escalpelo y con un espíritu holístico; todo
aquel movimiento New Age (para aquel entonces lo llamaban la Era de Acuario)
chocaba de frente contra el materialismo de una sociedad consumista e
industrial, y el resultado fue una revolución importante y profunda en el
pensamiento de los jóvenes del momento, una revolución que tuvo su París en el
68 y su Woodstock un tiempo después, una verdadera rebelión de la mente y el
espíritu.
Los contacto que tuvo con los representantes de la
generación Beat, amante de la literatura y en especial de la poesía, cultivado
en las tradiciones orientalistas del budismo zen y el taoísmo, este científico
de formación y académico a carta cabal, pudo darse cuenta de las fuerzas que se
levantaban en aquel mar de leva, afortunadamente estaba al tanto del profundo
problema de la información y el existencialismo, que dio como resultado su
interés por la semántica, que a su vez pudo experimentar con ella en sus
laboratorios con pulpos y delfines, como pionero del movimiento cibernético compartió
escena con las mentes más avanzadas de su tiempo, con Warren McCulloch, Norbert
Wiener, John von Neumann, Evelyn Hutchinson y otros, eran la gente que ya en
aquellos años intuían un mundo estructurado por bits de información, y podían
avizorar en la bruna del futuro al internet, a la Inteligencia Artificial, la
robótica, la nanotecnología…
Su experiencia como antropólogo y como investigador en
psiquiatría, le dio la oportunidad de desarrollar un marco de realidad en medio
de aquella turbulencia social, que muy pocos manejaban debido principalmente
por la altísima complejidad y relaciones de sus componentes, al final de su
dedicatoria en el libro que mencionamos, escribió lo siguiente que me parece
muy revelador de su actitud:
Mi
inspiración personal debe mucho a los hombres que durante los últimos 200 años
mantuvieron viva la idea de la unidad entre la mente y el cuerpo: Lamarck,
fundador de la teoría de la evolución, atribulado, viejo y ciego y condenado
por Cuvier, que creía en la Creación Especial; William Blake, el poeta y
pintor, que veía "a través de sus ojos, no con ellos", y que sabía
qué es ser humano más que ningún otro hombre; Samuel Butler, el crítico
contemporáneo más capaz de la evolución darwiniana; R. G. Collingwood, el
primer hombre que reconoció —y analizó en prosa cristalina— la naturaleza del
contexto; y William Bateson, mi padre, quien sin lugar a dudas estaba en 1894
maduro para recibir las ideas cibernéticas.
Hay varias ideas que manejó Bateson que nos conciernen a
los venezolanos, y que están cincelando nuestra realidad, una de ellas es su
concepto de tolerancia, palabra que es muy del gusto de nuestra gente y que es
muy usada para referirse a la democracia, pero como bien dice nuestro invitado
de hoy, a la gente le gusta referir como tolerancia cuando no pueden distinguir
las diferencias entre una cosa y la otra, en ese estado de confusión pretenden
que prevalezcan sus opiniones desinformadas, y si alguien les arguye lo
contrario lo acusan de intolerante, de modo que la mayor parte de las veces, el
error y la equivocación de eternizan en nuestra cultura.
De esta manera aspectos que nada tiene que ver con la
democracia, le son atribuidos a ella para que el público las acepte como
“normales”, cuando en realidad introducen características perturbadoras y que
atentan contra la misma democracia, bien sea por ignorancia o con toda la
intención de dañar la convivencia y la búsqueda del consenso.
Otra idea que me parece fundamental en Bateson es que
figura el comportamiento humano como un sistema con dos grandes avenidas, una
utiliza el control de la retroalimentación para estabilizar su funcionamiento y
obtener rendimientos óptimos, al igual que una máquina de vapor, que funciona
gracias a una serie de mecanismos auto reguladores (indicadores de presión,
calor, velocidad, de lubricación, etc.), que hacen que un todo complejo de
partes distintas pueda equilibrarse mientras hace su trabajo.
La otra avenida es la vía libre, sin esos mecanismos de
auto regulación, sin indicadores del funcionamiento de las partes, el sistema
opera sin guía alguna, lo que hace, es que una vez en encendido, sólo le queda
agotarse en una loca carrera hasta consumir su combustible, se termine la vía,
o que las piezas se descompongan; algo muy parecido ocurre con las formas de
gobierno que se da una sociedad, una democracia para que funcione correctamente
necesita de mecanismos de auto regulación, de controles y rendimientos de
cuentas, de la opinión pública, de elecciones libres, entre otras muchas cosas,
en cambio un régimen como el Socialismo del Siglo XXI, que prescinde de
controles y posibilidad de retroalimentarse de información para saber dónde se
encuentra y como va, simplemente funciona hasta que se echa a perder, que es lo
que sucedió con nuestro país, por eso es que el chavismo no es, ni nunca podrá
ser democrático.
Vamos por último tenemos el concepto del “doble vínculo”
y la explicación que da Gioia es muy clara:
En
el ejemplo clásico de Bateson, una madre se distancia emocionalmente de su niño
pero obliga al jovencito a asumir la culpa por el romper esa intimidad. El niño
enfrenta entonces ese doble vínculo: decir la verdad pondría a la madre furiosa
y produciría sólo desmentidos y una mayor separación, mientras que aceptando la
mentira convertiría al niño en un enemigo a quien se le reprocharía la
responsabilidad por la ruptura y todos los problemas que eso conlleva. Y
porque, por definición, estos son problemas insolubles, los participantes en
este doble vínculo están forzados a confrontar este dilema imposible una y otra
vez… en palabras de un muy conocido proverbio, estás condenado si lo haces, y
estás condenados si no. La intensidad de la situación se exponencia desde el momento,
como usualmente ocurre, que los involucrados no se les permite mencionar el
doble vínculo. La raíz del problema permanece, por definición, sin ser
mencionada.
Eso es lo que el chavismo le ha ofrecido al país durante
estos últimos veinte años, ellos hacen lo que les da la gana, sin control ni
responsabilidad alguna, y trasladan la culpa al venezolano inocente por medio
de un doble vínculo, dejándonos siempre en neutro, sin saber qué hacer,
confundidos todavía más, gracias a la intervención de una posición
colaboracionista, que tiene las ideas de democracia, tolerancia y pacifismo en
un revoltillo sin pies ni cabeza, lo que los lleva a asumir la posición más
cómoda para ellos: esperar, vamos a ver qué pasa y recemos para que Dios nos
ayude.
Bateson tiene otro libro traducido al castellano,
publicado póstumamente, se titula La
Unidad Sagrada 1991, y es un complemento al primero, ambos son de lectura
obligada para quienes quieran tener armas para luchar en contra de la barbarie
del chavismo, los recomiendo. –
saulgodoy@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario