Dedicado a la memoria de Héctor Scanone, un buen padre de familia, empresario, venezolano y amigo, uno de los últimos miembros de la auténtica logia de los Búfalos Mojados.
Tendré 67 años de vida el próximo 16 de septiembre, en
esta última década me he acostumbrado a dormir temprano (a las 8 de la noche ya
debería estar en cama pescando el sueño) y me levanto por lo general a las 3 de
la madrugada, fresco como una lechuga, esto por dos razones, me he acostumbrado
a usar internet a esa hora, cuando el tráfico no es tan intenso y el servicio
es más rápido, pero también porque a esas horas realizo mis lecturas más
pesadas y complejas, temprano mi mente trabaja mejor, me concentro más y
entiendo más rápido las cosas que leo, de modo que aprovecho la mañana en leer
y escribir como hasta las nueve, que me ocupo de otras actividades.
Cuando leo y escribo me gusta escuchar música de fondo,
muy bajito, por lo general clásica, los conciertos de Mahler o los trabajos de
Janášek
son de mis favoritos, aunque esa madrugada tenía puesto las obras sinfónicas de
Duke Ellington, la River Suite,
interpretada por la Orquesta Sinfónica de Detroit (una delicia para los oídos,
búsquenla se las recomiendo), y me embarcaba en la lectura del complicado
trabajo de los doctores Donald D.Hoffman de la Universidad de California, del
Departamento de Ciencias Cognitivas y Chetan Prakash de la California State
University, del Departamento de Matemáticas, titulado Objetos de Conciencia (2014), con un buen café, no existe mejor
compañía.
En éste blog encontrarán varios trabajos sobre la
consciencia porque es un tema que me interesa, creo que es fundamental para un
ser humano pasar por esta vida y tener al menos una idea, de que trata eso de
ser consciente y que es la realidad.
Este par de notables científicos parten de la siguiente
hipótesis, la selección natural en el hombre ha favorecido un sistema de
percepción que solo ve la verdad en parte, nos ha construido de manera tal, que
percibimos una versión rápida, económica y diseñada para dirigir nuestro
comportamiento y satisfacer dos necesidades fundamentales: sobrevivir y
reproducirnos.
Nuestra percepción no trata de enseñarnos la verdad, sólo
le interesa que tengamos hijos.
Esta es la herramienta con que nos ha dotado la
naturaleza para conocer nuestro universo, para darnos una idea del mundo en que
vivimos, para sortear lo que es real y que es apariencia, no fue diseñada con
esos propósitos, pero aun así el hombre se ha encargado de irla afinando poco a
poco para esas notables funciones.
Parece trivial pero no lo es, esto trae unas implicaciones
enormes en nuestras vidas, lo que significa es que todo nuestro sistema
nervioso, ese maravilloso órgano llamado cerebro, y la inteligencia que surge
de él, fue concebido por la evolución darwiniana para que no nos comiera el
tigre y pudiéramos tirar, saciando nuestra sensualidad y sexualidad, dejando el
mayor número de mujeres preñadas a nuestro paso por la vida (esta es la versión
más cruda de nuestra naturaleza, y las damas por favor no se ofendan, pues fue
gracias a sus buenos oficios que pasamos de ser unos embrutecidos cavernícolas
a unos extraordinarios bailarines del raegetón y el perreo).
Ustedes se preguntarán ¿Es esto lo que lee este señor a
altas horas de la madrugada?
Les reitero, esto tiene unas serias implicaciones sobre
cómo cada uno de nosotros ve el mundo y tiene mucho que ver con la teoría
cuántica, el solipsismo, la inteligencia artificial, la biología evolucionaria…
y hasta la religión.
Pero vamos por parte, empecemos con una historia que me
gusta mucho y que he contado en varias ocasiones, el físico Abraham Pais decía
de su amigo Albert Einstein: “A menudo
discutíamos su noción de realidad objetiva. Me acuerdo de una caminata que
hacíamos y de pronto Einstein se detiene, me mira y me pregunta si realmente
creo que la luna sólo existe cuando la miramos.” El físico y Premio Nobel,
todavía estaba preocupado por las implicaciones de la teoría cuántica que
presuntamente establecía que la luna no existía mientras ésta no era percibida
por un observador.
Y esto ya venía dando vueltas en la psicología, Piaget
había estudiado en los niños esta creencia de la “permanencia de los objetos”,
veían una pelota en su cuarto y esperaban encontrarla allí luego que se
ocupaban de otras cosas, los científicos han determinado que los bebes de tres
meses ya hacen un mapa mental de sus pertenencias y esperan encontrarlas allí
cuando despiertan.
Pero en el mundo cuántico eso no sucede, si no hay quien
observe el objeto, este colapsa hasta que otro observador o instrumento de
medición lo perciba y se rehace en onda o corpúsculo, pero en las últimas
investigaciones realizadas sobre la percepción humana, no es que los objetos
desaparezcan, sino que algunos de sus atributos que lo distinguen no se
manifiestan, entre ellos los colores y los olores, cuando la realidad no es
observada, los objetos del mundo se reducen a sus elementos básicos, cuando
alguien las percibe (con el sistema perceptual humano) se rehacen estos
atributos a los que estamos acostumbrados.
Demócrito ya lo decía, todo está compuesto de átomos y
vacío, y Locke aseveraba que existen propiedades primarias y secundarias en los
objetos y que cuando estos no eran percibidos, algunos de ellos faltaban,
persistiendo lo esencial, como forma y posición; afortunadamente la visión
humana es bastante precisa en determinar las cualidades del mundo que vemos, un
precipicio es un precipicio, y si nos pasamos del borde lo más seguro es que
caigamos irremediablemente al vacío.
Y en función de preservar nuestra salud e integridad
física, nuestros sentidos se han perfeccionado en darnos la información
necesaria lo más rápido posible, y en esas circunstancias de urgencia se trata
de la información más básica, para salvarnos de las amenazas, y esto es así
porque hay un precio que todos pagamos por información útil, la primera es el
coste calórico, un precio en energía, debemos estar bien alimentados y con
buena salud para tener todos nuestros sistema de acción-reacción a punto, lo
segundo es el tiempo, si nuestros sentidos nos bombardean con información
inútil es muy difícil que nuestras reacciones sean oportunas, tardamos
demasiado tiempo en procesarla y pudiéramos morir en el intento, en cambio
nuestros sentidos han evolucionado para darnos la información mínima necesaria
para no pisar la cascabel que serpentea a nuestros pies o esquivar al autobús que se nos viene encima
en el acto.
La selección natural no favorece los sistemas perceptivos
que captan la verdad y la totalidad del mundo, le da prioridad a aquellos que
pueden dar una información mínima, rápida, no muy costosa, y diseñada para la
sobrevivencia y la reproducción, por ello, lo que vemos y sentimos es apenas
una parte apenas de la realidad y para no sobrecargar nuestros sistema solo nos
da información de lo que tenemos delante en ese preciso momento, eso es lo que
llamamos consciencia.
Los doctores Hoffman y Prakash nos dan un excelente
ejemplo con lo que sucede en nuestras computadoras:
Supongamos
que está editando un archivo de texto y que el ícono para ese archivo es un
rectángulo azul situado en la esquina, abajo a la izquierda. Si usted hace click en el ícono usted puede abrir el
archivo y revisar el texto. Si usted arrastra el ícono al cesto de basura,
usted puede bórralo, si lo arrastra hacia el ícono de un disco externo, usted
puede crear una copia del archivo. De modo que el ícono es de mucha utilidad
¿Pero es verdad? Bueno, la única propiedad visible del ícono son su posición,
su forma y color. ¿Estas propiedades del ícono representan las verdaderas
propiedades del archivo? Claro que no. El archivo ni es azul ni rectangular, y
probablemente no esté situado en la esquina inferior a la izquierda de su
computadora. Ciertamente, el archivo no tiene ni color ni forma y no
necesariamente debe tener una posición determinada (probablemente sus bits
estén repartidos a lo largo y ancho de la memoria). De modo que el sólo
preguntar por las verdaderas propiedades del ícono es cometer un error
categorial, y desconocer por completo el propósito de una interfase. Uno pudiera razonablemente preguntar si hay una relación
entre el icono y el texto, pero no si verdaderamente representa el archivo. Es un hecho, que una de las funciones
importantes de la interfase es
ocultar la verdad. La mayor parte de los usuarios no quieren saber de la
complejidad de los circuitos integrados, voltajes, y campos magnéticos que
están funcionando detrás del telón cuando ellos editan un archivo. Si tuvieran
que lidiar con aquella complejidad, probablemente nunca pudieran terminar el
trabajo en el archivo. De modo que la interfase
está diseñada para permitir que el usuario sea efectivo en el uso de la
computadora mientras permanece ignorante de su verdadera arquitectura.
Algo parecido sucede de
nuestra percepción de la realidad, trabajamos apenas con la información
necesaria para lograr nuestros propósitos mientras estamos a salvo y buscando
como procrearnos, de resto, ignoramos lo que verdaderamente sucede en el mundo
delante de nosotros, para eso debemos hacer un esfuerzo extra con las
herramientas dadas por el proceso evolutivo.
Ahora, imagínense lo que
sucede cuando varias personas se reúnen, cada una con su punto de vista sobre
la realidad que cada uno vive, ¿Cómo hacen para ponerse de acuerdo? eso, es un
verdadero milagro y sucede a cada momento, pero también nos dice algo sobre el
mundo que habitamos, que existe un flujo de conciencia universal y que somos
parte de él, por lo menos mientras estamos vivos.
El problema de la conciencia
pica y se extiende, y hay opiniones sobre que la consciencia es un plano de
existencia que trasciende a nuestros órganos perceptivos, para el budismo y
otras creencias religiosas la muerte no es el final de la existencia, la
consciencia universal es lo único verdaderamente que existe, es la oportunidad
de hacernos parte de esa corriente de consciencia que está en todos lados, no
solo la percibimos nosotros los humanos ni tampoco es exclusiva del planeta
Tierra, pero para llegar a ella debemos esforzarnos.
Esta nueva corriente del panpsiquismo tiene gran número de
seguidores, hablan de diferenciar la consciencia de la inteligencia, y en el
caso del neurocientífico, el Dr. Giulio Tononi de la Universidad de
Wisconsin-Madison, opina que el grado de consciencia se puede medir por medio
de una escala cuya unidad se llama phi, y que determinaría el grado de control
que un ente tiene sobre sí mismo y sobre otros a su alrededor.
Hay quienes afirman que la
consciencia es la verdadera materia y
energía negra que le dan unidad al universo, hay científicos como Roger
Penrose, Ray Kurtzweil, e incluso el exitosísimo multi-empresario Elon Musk, que
creen que el universo tiene consciencia y conecta a todas las cosas, pero esa
es harina de otro costal y lo dejaremos para otro artículo, sí les recomiendo buscar el artículo reseñado y
leerlo, es mucho más rico y extenso que lo que éste apretado resumen ha pretendido. -
saulgodoy@gmail.com
No hay comentarios:
Publicar un comentario