martes, 8 de diciembre de 2020

La lotería chavista

 


Y como era de esperarse, hicieron trampa; se trata de una manera muy particular de violar las normas, de hacer una oferta electoral engañosa, de falsificarla, de prepararla para favorecer sus propios intereses, e inexplicablemente, de informar al mundo que ellos ganaron de la manera más justa y equitativa posible, pero lo hacen de una manera tan exagerada e inverosímil, que ellos mismos caen en la ilusión que crearon para confundir al mundo, y empiezan a creer en su propio avatar como si se tratara de la realidad, lo que es una verdadera locura, pues cualquier salida o soluciones posible para sus problemas los cancelan, hundiéndose más y más en el pantano de sus mentiras.

Uno de los riesgos en jugar a esta lotería electoral de la manera como ellos, los socialistas piensan, es que el acto es público y bajo el escrutinio de mucha gente, se trata de una jugada muy compleja donde hay que tener control sobre los registros de votantes, si manejan los circuitos electorales a su antojo, si las autoridades del evento están bajo su nómina, si los medios de comunicación están alineados con sus intereses, y el software de las máquinas de votación pueden ser intervenidos para cambiar los resultados en cualquier momento, mientras más veces repitan el acto de magia, más riesgoso es que alguien se dé cuenta del montaje.

Y es algo que está sucediendo, demasiados pases de mano, quizás el cansancio de sus actores, o el aguzamiento de los sentidos del público, un fraude tan grande y complejo sólo podría resultar si lo hacen pocas veces, pero tratar de que el público se acostumbre a la misma rutina una y otra vez, hace que el truco se descubra, deje de ser magia y se convierta en una estafa.

Pero los chavistas son un tipo de personas disminuidas, echadas a perder, sin capacidad de reflexión, pero fundamentalmente porque no tienen consciencia ni de sí mismas, ni de las personas que los rodean, y esto es así porque carecen del sentido de la responsabilidad, como los organismos más primitivos, como si fueran amebas, existen solo para vivir sus limitadas existencias, no tienen sentido de trascendencia, carecen de memoria histórica y todo lo relacionan con un discurso ideológico socialista donde la revolución, especie de estado superior del ser y de la sociedad, asume el papel moral de cruzada liberadora del hombre, con todo el peso de la única y principal verdad… con ese argumento y esa bandera se creen que todo les está permitido.

Es así como vimos a Nicolás Maduro respondiendo a preguntas de periodistas internacionales, como el conductor de una cruzada liberadora, sin mencionar ni una sola vez algún error o mácula en su desempeño como jefe de estado, todo lo malo que le sucedía al país, desde las escasez de combustible, la crisis financiera, la pésima relación con los principales países de Occidente, las posibles violaciones de derechos humanos, todo era producto de la guerra que sus enemigos tenían en contra de Venezuela, no en contra de él, en contra del país, porque en su opinión el mundo nos odia, lo que quiere es sumirnos en el vasallaje, apoderarse de nuestras riquezas y decirnos lo que debemos hacer.

El expresar que la nueva Asamblea Nacional producto de las elecciones manipuladas y direccionadas por su gobierno, representan y están en capacidad de cambiar el curso de nuestra situación en cuanto a nuevas inversiones, estabilidad en el estado de derecho, protección a los empresarios e innovadores, y un cambio drástico en la productividad del país, teniendo a la Asamblea absolutamente bajo su control político, diciendo que hay representación de la oposición venezolana, contando con los poquísimos curules que por gracia del CNE le adjudicaron a los “alacranes” que el mismo escogió, financió y lanzó al ruedo como una oposición a la medida de sus necesidades hegemónicas, dice mucho, de la voluntad que hay detrás de su huecas promesas.

Ni una palabra sobre la destrucción del país, es como si nada hubiera pasado durante su mandato y Venezuela fuera una todavía un país moderno y con calidad de vida, no mencionó la desaparición del bolívar como moneda nacional ni la dolarización de la economía por vía de la necesidad más ruda y violenta de que el pueblo necesita una moneda para poder tener una economía de subsistencia, insistía en la mentira de empresarios e inversionistas interesados en abrir operaciones y crear fuentes de empleos, cuando sólo negreros y garimpeiros pudieran estar interesados en hacer negocios en nuestras actuales circunstancias.

El día de las elecciones tuve que viajar a Caracas y vi las enormes colas de vehículos esperando su turno para cargar gasolina, vi también los centros electorales vacíos, como nunca antes los había visto, ninguna de las convocatorias a los adeptos al chavismo, ninguna de las ofertas por bonos y comida resultó, menos aún las amenazas de quitarles la comida o desalojarlos de sus viviendas otorgadas por el gobierno funcionó, la gente simplemente se hartó de la comedia, de hacer de tonto útil para La Habana, porque aunque Maduro no lo quiera reconocer, en este país si hay varios gobiernos extranjeros interviniendo en nuestros asuntos internos, si hay comisarios políticos vigilando lo que hace Maduro y sí tiene que rendirles cuentas como si fuera un capataz a su amo.

Maduro se llena la boca de lo que hizo y dijo Bolívar, del país que nos legó, de la patria que construyó, que nada tiene que ver con el desastre bíblico que sus huestes corruptas y desalmadas le propinaron al país hasta dejarlo en el huesero, con Venezolanos huyendo por las fronteras desesperados buscando una vida digna, con niños comiendo basura en la calle porque no tienen quienes velen por ellos, con las cárceles repletas de ciudadanos pagando penas sin haber recibido sentencias, sin juicios justos y oportunos, sin derecho a la defensa.

Todas esas palabras que dijo Maduro a los periodistas auguran que esta siniestra comparsa va a continuar con el agravante que ya no hay afeites, ni disfraces, ni poses, lo sucedido el 6 de diciembre en Venezuela deja muy en claro que Maduro y el chavismo están solos, que se trata de una banda de facinerosos con menos del 10% del apoyo popular (a pesar de las cifras de participación infladas que dio el CNE), que ya las caretas cayeron, que no estamos en democracia, que su gobierno solamente los representa a ellos, que no hablan por el país y que actúan bajo la conducción de un tirano que no deja de mentir.

Cuando la magia se convierte en fraude no hay manera de enmendar la plana, vertida la leche en el suelo ya no se puede recoger, el hecho brilla en toda su intensidad y cualquier cosa que se diga tratando de cambiar las evidencias va en contra de sus autores, cuando la trampa sale, la única manera de sostenerla es con más mentiras, con el uso de la violencia, y comprando falsos testigos, pero son estrategias limitadas, que hay que hacer a la luz del día y que va restándole fuerzas a sus perpetradores, hoy Nicolás Maduro y la revolución bolivariana son más débiles y vulnerables.

La Ley Antibloqueo que tanto mienta Maduro es la vara totalitaria con la que medirá todas sus actuaciones a partir de este momento, una herramienta para el control social que le permite hacer todo en secreto y sin ningún tipo de condicionamiento, creo que presiente que la escasez y la inflación están cocinando un escenario de conflicto interno y para ello necesita carta blanca, para coordinar acciones heroicas para salvar su revolución.

No quiero terminar este breve análisis de las elecciones y sus resultados sin mencionar la insistencia de Maduro en la idea del diálogo, un tema al que recurre de manera oportunista, a sabiendas de que es el koan de los demócratas de la oposición pacífica y democrática, y que de manera fanática repiten “todo empieza y termina en el diálogo”, pero no nos dejemos confundir, para el marxismo leninista el fin de la política no es el diálogo, es el cambio, recurriendo al engaño y si es necesario, a la violencia.

Chávez lo decía, la esencia de la política es el cambio, la transformación del mundo, las palabras se las lleva el viento, los acuerdos pueden romperse, lo que realmente importa es la acción, la vía de los hechos, en una clara referencia a la visión de Gramsci, que era el fin del materialismo histórico: “el método de conocimiento y  transformación revolucionaria del mundo, la base filosófica de la cosmovisión científica de la clase obrera y de otras fuerzas que combaten por el socialismo… Frente a la filosofía idealista, muchas de cuyas corrientes, aunque no lo admitan, están vinculadas a la ideología y a los intereses de las clases dominantes de la sociedad explotadora, la filosofía marxista proclama que es parte integrante de la cosmovisión del proletariado revolucionario, la base filosófica del comunismo científico, que fundamenta la transformación revolucionaria de la sociedad burguesa en una sociedad comunista. El espíritu de partido de la filosofía marxista estriba, asimismo, en que combate resueltamente la filosofía burguesa reaccionaria, los intentos de "conciliar" el materialismo y el idealismo, de situarse "por encima" de la lucha de los partidos en filosofía, y critica toda dejación del materialismo en favor del idealismo y la religión”.

El diálogo es una treta y con ella se han burlado de nosotros a sus anchas, la utilizan cuando se ven en apuros y se sienten atrapados, y nuestros políticos de pacotilla que no saben diferenciar a un ser humano racional de un socialista, porque la mayor parte de ellos son socialistas, pican el anzuelo y quedan atrapados en unas negociaciones imposibles; es por ello que me permito insistir, la única manera de sobrevivir al chavismo es derrotándolo, en todos los terrenos, y cuando lo tengamos a nuestra merced, obligarlos a la rendición incondicional.

Esa Asamblea Nacional que nos quieren vender como legítima, es una lamentable morisqueta a la racionalidad y al estado de derecho, esos diputados son todos marionetas del poder totalitario que a su vez son manejados por otros poderes extranjeros, con agendas que nada tienen que ver con nuestros intereses y principios; es una locura haber llegado a este momento, lo sé, pero si algo útil se desprende de estas infaustas maniobras,  es que Venezuela es un país totalmente desquiciado, con un gobierno fallido que se ha convertido en una amenaza internacional de manera clara, real y actual.

Yo confío en que el presidente Trump, vistos los elementos precursores de la actual crisis electoral que atraviesa su gobierno, en el que hay un importante componente revolucionario venezolano con el que Caracas y La Habana controlan las elecciones en varios países de la región, y con el que están intentando robarle su elección para un segundo mandato, una vez que los tribunales de justicia le devuelvan su victoria, tome ahora acciones más contundentes en contra de estos enemigos de la democracia mundial.

Es una pena que hayamos tenido que descender tan abajo en los infiernos, para darnos cuenta de quienes son los chavistas y que significa el socialismo del siglo XXI, pero ya estamos allí, desnudos y prácticamente sin nada que perder, solo espero que nos quede voluntad para seguir resistiendo e inteligencia para rectificar.    -   saulgodoy@gmail.com

 

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