martes, 12 de enero de 2021

Dónde estamos parados, por Saúl Godoy Gómez


 


Vamos, en vez de esforzarnos en mirar sin objeto hacia la oscura distancia, a observar calmadamente a nuestro alrededor, por un instante, en la escena donde estamos y que nos deja perplejos. Quizás, en una inspección más seria, algo de esa perplejidad pueda desaparecer, algo de sus caracteres que la distinguen así como sus más profundas tendencias se revelen con mayor claridad; también pueden ser clarificados nuestra relación con las circunstancias, nuestros objetivos y nuestras tareas dentro de ellas.

 

 Matew Arnold, en Cultura y Anarquía, 1848.

 

Me siento optimista con lo que está sucediendo en nuestro país, y no hablo de los aspectos materiales y del ruin régimen chavista, que todavía sigue allí molestando, violando, saqueando y matando; estoy hablando de un cambio mucho más sutil e importante, creo que los venezolanos estamos al fin cambiando de mentalidad, al menos, de punto de vista. Los que podemos tomar un respiro y mirar a nuestro alrededor, aunque sea por un instante, alejarnos y ver en perspectiva lo que nos está sucediendo, notamos unos cambios importantes en los venezolanos.

Son cambios confirmados por hechos, no es imaginación ni buenos deseos, la gente está actuando bajo otro patrón de comportamiento, expresando ideas diferentes a esos discursos gastados de los socialistas que se dicen demócratas, creo incluso que nos empezamos apartar de la idea de buscarnos adalides fuera del país para que resuelvan nuestros problemas, y en esto tuvo mucho que ver la debacle del presidente Trump que, con toda su buena intención para nuestro país, no pudo o no supo cómo manejar la revolución socialista que ahora lo tiene en jaque.

La situación del presidente Trump es sumamente difícil, le quedan escasos días para tomar la decisión de su vida y salvar a los Estados Unidos de Norteamérica de un negro destino (literalmente hablando); los comunistas creen tenerlo en sus garras, a punto de una destitución deshonrosa, con la que pretenden no sólo destruir su imagen, asesinarlo moralmente y arrojarlo al basurero de la historia como un oportunista antidemocrático; si los deja, no hay nada qué hacer, el futuro de la democracia y la libertad están definitivamente perdidos.

Cuando se le permite al totalitarismo tomar el control del aparato del estado, todo sucede muy de prisa y cualquier intento de revertir la situación se hace más difícil, los que realmente valoran la república y sus valores de independencia y libertad deben estar muy atentos a las señales que el ambiente y los eventos telegrafían, ya que el comunismo actúa disfrazado de institucionalidad y respeto a la ley, leyes que terminará usando como armas en contra de los ciudadanos y de quienes piensan diferente.

Pero si por algún milagro el presidente Trump decide reaccionar, y creo que lo hará, con el soporte de los verdaderos patriotas y por la supervivencia de la república, si no se entrega a los argumentos comunistas de que en “democracia” debe aceptar trampa que le hagan al electorado, que se burlen de él, lo censuren, que irrespeten la constitución de los EEUU y que las instituciones sean tomadas para favorecer al socialismo, entonces de seguro presenciaremos una crisis de gobierno, una ruptura del orden y un estado de excepción.

Si los norteamericanos bajan la guardia y le entregan el poder a personas que tienen sus lealtades y alianzas fuera del país, en una idea de una globalización socialista que no tiene nada que ver con los intereses verdaderamente norteamericanos, y que para colmo, le preparen trampas judiciales al presidente saliente, procesos legales interminables para llevar los cansados huesos de Trump a una cárcel, y que su familia sea mostrada como la de un criminal común, el mundo todo será testigo del fin de otro imperio más, y del advenimiento de un Nuevo Orden Mundial.

El presidente Trump está al final de su vida productiva, no creo que vaya a permitir que los rojos le vayan a echar a perder sus planes de un retiro bien ganado, del respeto que merece como un exmandatario que supo hacer su trabajo, y que su país goce de la tranquilidad y las oportunidades de vida para millones de sus conciudadanos, ¿Qué tiene que perder?... todo.

La defensa de la democracia, y esto ya ha sucedido en la historia, incluso en su país, con la guerra civil entre el norte y el sur; hay momentos en que la república debe ser salvada de su extinción, se necesita no sólo de valor y coraje, sino de la plena convicción que todo el esfuerzo histórico de un país, sus sacrificios, sus tradiciones están en extremo peligro, cuando los poderes mediáticos, ideológicos, sociales y políticos, tratan de imponerse bajo la égida del colectivismo y a favor de la intervención de potencias extranjeras en los asuntos internos de ese país, sólo medidas heroicas podrán impedir la pérdida de la nación, mañana podría ser muy tarde.

En el caso venezolano, hombres equivocados y pusilánimes se dejaron arrebatar al país, anteponiendo unos principios totalmente manipulados por los comunistas y el crimen internacional, en una retórica de democracia que simplemente destruyó el tejido nacional y se transformó en una pesadilla que ya va por los 21 años; hay quienes piensan que la democracia lleva en su seno la semilla de su propia destrucción, y que llegado ese momento debe dejarse que ocurra para que se produzca una renovación, no comparto esa tesis.

La democracia si no se defiende, y esto implica llevarlo hasta sus últimas consecuencias, se pierde, tan sencillo como eso, nos la arrebatan y nos esclavizan, de eso, los venezolanos ya tenemos mucha tela para recortar, lo difícil ahora es liberarnos, retornar a la democracia desde un barranco de opresión, mentira y terror, y eso sólo puede hacerse con las ideas correctas, pues si no estamos claros en nuestras ideas no hay manera de alcanzar las metas.

Estamos en un momento crucial, creo que ya ha despertado mucha gente, los venezolanos nos hemos liberado del discursito interesado de los colaboracionistas, del argumento principal de que ser demócrata, pacífico y electorero es el único camino a la salvación, de las intenciones de Maduro de que permanezcamos obedientes y serviles para que no nos pase nada y sigamos jugando a su idea de democracia, que es una burda manipulación.

Cuando un país tiene normativas como la ley contra el odio, con la que pueden estigmatizar e ilegalizar cualquier idea opuesta a la del régimen comunista, cuando la censura puede llevar a la cárcel a un ciudadano expresando su descontento, cuando una persona puede ser asesinada o torturada porque piensa diferente, definitivamente hemos llegado a un punto de no retorno, nos obligan a bajar al infierno y quieren que lo hagamos en silencio, con la cabeza gacha y dándole las gracias por su generosidad.

Los venezolanos tenemos que volver a la mesa de diseño, nuestros planes de liberación han fracasado, el camino que teníamos para liberarnos del régimen, por medio de votos, consultas, respeto a las opiniones de nuestros aliados de que debemos seguir negociando con nuestro verdugo, ha llegado a su fin… como diría aquel inolvidable personaje de la televisión infantil de unas décadas atrás: “Y ahora… ¿Y quién podrá defendernos?”

Nadie nos va defender, y menos en estos momentos aciagos, de pandemia, de perdida de las democracias, de crisis económica, de avance del totalitarismo, del terrible engaño del socialismo, de tecnologías inhumanas, y de líderes oscuros que rinden culto a la perversión humana.

Debemos hacernos con un nuevo plan y actuar de acuerdo a él, pero debe ser distinto a lo que ya hemos ensayado, empezando por que debe ser secreto, no podemos ni debemos publicitarlo, llevarlo a cabo sin estridencias ni anuncios de lo que vamos a hacer, no podemos revelarlo sencillamente porque nuestro enemigo espera que lo hagamos, porque el juego hasta el momento ha sido: las reglas las pone el régimen porque eso es lo democrático y constitucional, y así ellos han secuestrado las instituciones, el congreso, los tribunales, las FFAA, los partidos políticos, los medios de comunicación… nosotros obedecemos y ellos mandan, nosotros trabajamos y ellos nos roban, nosotros protestamos y ellos nos caen a palos, nosotros morimos, nos torturan, nos encarcelan, y ellos pasean como reyes por las calles, comprando en sus bodegones y rodeados de escoltas.

Debemos rescatar el significado del trabajo clandestino, una tradición que no está perdida y que tanto éxito tuvo en el pasado, incluso para ellos, recordemos que el chavismo nace en las alcantarillas de la democracia abierta, en las cunetas más oscuras de la institucionalidad… permitir que nuestros enemigos sepan con antelación lo que vamos hacer es una estupidez que no podemos permitirnos, de allí la necesidad de construir redes ciudadanas de segundo y tercer nivel por donde podamos canalizar la información, eso es lo que hacen las revoluciones y las contra revoluciones que han tenido éxito en la historia.

Volviendo al principio, de las señales más auspiciosas en un cambio de actitud de mis compatriotas, observo que se cansaron del jueguito electorero, porque a pesar de los que insisten en que ése es el único camino de la liberación, desde hace más de veinte años no ha habido elecciones limpias en nuestro país, la democracia no puede ser rescatada desde el voto, porque éste sólo sirve una vez instaurada la libertad, para elegir y hacer conocer nuestra voluntad, pero primero debemos recuperar lo que nos arrebataron.

Coincidencialmente, ése fue el primer paso para que los comunistas accedieran al poder en USA, hacerse con el control del aparato electoral y tener lista una red judicial para que acreditara la usurpación de la voluntad del pueblo por medio del fraude masivo (permítanme autocensurarme, este alegato de fraude electoral no ha sido probado, de modo que advertimos de su posible falsedad), ¿Cuáles la razón y el propósito de la siembra de un estado profundo (deep state) si no es el control de los resultados de las organizaciones claves en el manejo del poder en el momento preciso y necesario?

Los medios de comunicación y las empresas tecnológicas que los soportan se dieron a la tarea infame de confundir al público con fake news y opiniones absolutamente interesadas en llevar a cabo la prostitución de la democracia en los EEUU, la única manera de desmontar un fraude de esta magnitud es abriendo todo el proceso para su revisión y examen, y es justamente los que los demócratas están negados hacer, es lo que los distintos tribunales en poder de los comunistas están negados a conceder.

Para hacerles la historia corta, los venezolanos vamos de regreso mientras que los norteamericanos vienen camino al infierno. Los venezolanos nos negamos a ser parte de la burla electorera de este pasado diciembre del 2020, cuando el régimen de Maduro se apoderó de la Asamblea Nacional por un fraude cantado y a la vista de todos… y ya sabemos quiénes son nuestros enemigos y colaboracionistas, y ellos saben que no vamos a jugar su juego, su trampa está al descubierto.

En cuanto a Trump, los comunistas están utilizando una vieja táctica cubana, poner a mujeres en puestos claves para la ofensiva, para debilitar la respuesta defensiva de los hombres, sobre todo de los conservadores, tan respetuosos del sexo opuesto; las mujeres revolucionarias pueden ser muy peligrosas y a veces más despiadadas que los hombres, vea usted las figuras que los socialistas están desplegando en este momento por el partido demócrata y más de la mitad son mujeres, la señora Obama, la señora Clinton, la señora Pelosi, sólo para mencionar las más importantes.

Es lamentable ver a políticos republicanos cediendo a la presión comunista supuestamente para salvar la democracia, entregándosela en bandeja de plata al comunismo y a las minorías más radicales y primitivas del país, personas que tenía en alta estima abandonando su propio criterio para sumergirse en excusas retóricas y argumentos jurídicos, todos en provecho de entregarle sin resistencia, el país a las huestes de la noche.

Al presidente Trump lo tienen en jaque, más no le han dado el mate, y están desesperados por derrocarlo antes de que termine su mandato; una vez que lo tengan a las sombras vendrán las medidas de fuerza, empezando por el desarme de la población civil y aprovechar la pandemia para producir toques de queda en regiones estratégicas, pero el país está temblando de la indignación, se siente los temblores que anuncian una contra reacción al comunismo, bajo estas condiciones no creo que el candidato Biden tenga oportunidad de realizar su sueño de entregarle el país al socialismo internacional.

Si en Venezuela pudiéramos inocular a su población con una dosis de “ubicatex” ¿Qué es lo primero que notaríamos? Pues que las armas que supuestamente nos legó la democracia para defenderla, no sirve ninguna, excepto aquel famoso artículo 350 de la Constitución vigente, que nos obliga al desconocimiento de regímenes contrarios a la democracia, de allí en adelante estamos por nuestra cuenta y con un solo objetivo, rescatar nuestra libertad y con ella, la democracia.

Hasta aquí lo que se daba por hoy, que estén bien y atentos a los acontecimientos.   -    saulgodoy@gmail.com 

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