Quizás no se dieron cuenta, pero impidiendo la postulación
de la candidata, la profesora Corina Yoris, en representación de la mayoría de
la oposición democrática venezolana, quedaron al descubierto, marcados por unas
horribles manchas que no se quitan y que los identifican a donde quiera vayan…
y eso incluye al troupe de candidatos y partidos instantáneos que se han sumado
al cortejo, más bien fúnebre que festivo, que insisten en convocar y participar
en unas elecciones que no son elecciones.
Ya elegir no significa escoger, expresar la voluntad
ciudadana, darse un gobierno, nombrar representantes… si vamos a la torcida
lógica del filósofo de turno del gobierno chavista, las elecciones en Venezuela
significan que solo Maduro escoge, sin votantes y con la luz apagada, para al
cabo de unas horas vuelva la luz del apagón (una situación reiterativa en el
país) y nos encontremos que diez millones (o más) de venezolanos, una gran
mayoría, lo han escogido a él como el próximo presidente, en un manido truco cibernético,
algo que solo un CNE desalmado es capaz de lograr.
Es el nuevo concepto que naciones progresistas como Cuba,
Rusia, Corea del Norte, Nicaragua, China, y en la cola, España, México,
Colombia, Vietnam, Guyana, Brasil, El Salvador, están experimentando para hacer
de sus líderes y partidos hegemónicos, los únicos capaces de poder gobernar sus
territorios, y llevarlos al reino de la felicidad posible aquí en la Tierra.
¿Y qué significa llevar a estos países al reino de la
felicidad? El economista Robert L. Heilbroner en su libro El prospecto Humano (1975) nos lo explica:
Solo dos
resultados se pueden imaginar en este histórico drama tocado por la tragedia.
El primero es el descenso de una gran parte de la población de este mundo
subdesarrollado a una condición continua de desorden social, marcada por
expectativas de vida cada vez más cortas, descalabro de sus capacidades físicas
y mentales, incremento de una apatía política mezclada con protestas y pillaje
de los alimentos. Estas sociedades probablemente sean gobernadas por gobiernos
dictatoriales sirviendo los intereses de una pequeña economía y una clase
militar pudiente, presidiendo sobre sobre un territorio podrido donde la gente
vive entre la resignación, la indiferencia y el desespero.
La alternativa que proponía el profesor Heilbroner era la de
un gobierno capaz de frenar este descenso al infierno, con un liderazgo
dedicado, bien organizado y con una estructura partidista nacional; en nuestro
caso, sería el trabajo que está haciendo nuestra candidata María Corina Machado,
desde hace ya algunos años, recorriendo el país y organizando las regiones con
partidos afines a su plan de rescate de Venezuela. Pero el chavismo está
trabajando a toda máquina y utilizando todos los medios posibles, aún los más
criminales, para que esta opción nunca sea una realidad, Maduro está dispuesto
a incendiar al país y reinar sobre sus cenizas si es necesario.
El juego que tiene Maduro es perverso, absolutamente fuera
del espíritu de nuestra Constitución Nacional y de los principios democráticos,
cambiando las reglas del juego de modo que solo él pueda ganar; incluso, ha
escogido a dedo a sus opositores, para dar esa ilusión de competencia y puja
entre diversos candidatos que, al final, todos terminan comiendo de su mano.
Inhabilitar los partidos tradicionales y líderes políticos
de la oposición, hacerse dueño del tarjetón electoral y diseñarlo a su gusto,
de modo que el elector no tenga otro camino que votar por él o anular su voto,
es un fraude más grande que el Parque Central de Caracas.
Bajo esas condiciones, no es posible elegir a un candidato
para la presidencia de la República, Maduro se aprovecha de nuestra cultura
legalista y democrática, sabe que los venezolanos en la gran mayoría somos
respetuosos de las leyes y las formas cívicas, y nos obliga a entrar por ese
embudo para conseguir un “triunfo electoral” diseñado a su medida.
Lo que pretende hacer Maduro con su CNE puede que revista la
ilusión de que se trata de un acto administrativo, pero no es legal, es puro
fascismo, hacer del estado y de los que dicen ser sus dueños, dioses más allá
del bien y del mal.
Puede que la normativa que dicta estos cambios del CNE tenga
forma y se exprese de manera formal en términos jurídicos, pero su contenido es
injusto y discriminatorio; puede que los funcionarios que la emitan pretendan
actuar en un ámbito de soberanía, pero no cuentan con la participación ni la
voluntad general, todas estas normas electorales están constituidas fuera de
nuestra Carta Magna y por lo tanto no son válidas; puede que estén respaldadas
por las armas que fueron de nuestra República, que persigan con su aparato
represivo a los opositores como enemigos del estado, pero esas normas bajo las
que actúan, esas decisiones electorales que bloquean a unos y permiten a otros
registrar sus candidaturas, siguen siendo absolutamente írritas.
Con estos actos, el gobierno de Maduro se ha puesto al
margen de la ley, muy a pesar de la puesta en escena de “Yo soy el estado” propia
de los gobiernos absolutistas, de las aplanadoras que tiene en todas las
instituciones gubernamentales y sólo obedecen a su voluntad, son el resultado
de un gobierno antidemocrático y se ha hecho ilegítimo; los venezolanos no
podemos ni debemos acompañarlo en ese camino, so pena de estar colaborando en
sus crímenes de lesa majestad.
Quienes hoy lo apoyan: militares, políticos, diplomáticos, comunicadores
sociales, iglesias, farándula, intelectuales, deportistas, tragan grueso por el
asunto de la mancha horrible que les mencioné, asociarse de manera abierta y
contumaz a un tirano es un asunto delicado, pues significa hacerse cómplices de
unas violaciones que ya están en el expediente, y de los crímenes que están por
ocurrir, porque ahora lo que viene es más terror.
El gobierno de Maduro dejó de ser el de un país llamado
Venezuela, no hay absolutamente nada que sostenga su institucionalidad, al despreciar
la voluntad de la mayoría de los venezolanos dejó de representarnos, carece de
soberanía, pues en este estado de excepción en que vivimos él no manda ni la controla,
sus alianzas regionales se debilitan, ya que ha pasado la raya roja debido a sus
abusos de poder; a partir de ahora, sus
negociados se harán en términos de una pandilla y no de un estado nacional.
Mi recordado amigo y experto en Derecho Público, el Dr.
Henrique Iribarren Monteverde, en su trabajo de incorporación a la Academia de
Ciencias Políticas y Sociales (2013) nos recordaba que el Estado de Derecho es:
“Un estado donde el Poder Público está
sometido al derecho y del cual todas sus manifestaciones están legitimadas y
limitadas por el derecho” y nos refiere a la Declaración de los Derechos
del Hombre y del Ciudadano, en su artículo 16, aprobada en Francia el 1789 y
que decía: “Toda sociedad en la cual no
esté asegurada la garantía de los derechos, ni determinada la separación de
poderes, no tiene Constitución”.
El chavismo ya tenía tiempo desconociendo los acuerdos a los
que llegaba bajo observación internacional, cambiando los términos de sus
propias negociaciones, lo que demuestra que no tiene palabra y que su intención
expresa es engañar, incluso a sus propios aliados, lo cual lo confirma como un
tramposo, un maula y un operador poco confiable.
Ya no puede
retratarse como demócrata, aunque arregle el escenario para verse como alguien
que ha cumplido con los extremos legales, que ha jugado limpiamente, y esto lo
hace por una necesidad perentoria de legitimar su corrupto gobierno.
Pero, vistas las
condiciones en que se celebrarán las elecciones, el enorme retardo para poner
al día el registro electoral, las misérrimas condiciones que ofrecen para la
observación internacional, sumando todos los obstáculos operacionales el día
antes y después de la votación, incluyendo el uso de unas máquinas para el voto
automatizado en las que nadie confía, más el infame Plan República en manos de
las FFAA, cuyo aparente propósito es borrar las evidencias de las trampas del
gobierno, nos encontramos que ese fraude es lo único que podemos esperar en
este acto comicial, a menos que el país todo, en una arrolladora mayoría, se
pronunciara en las urnas en torno a una unidad y de un candidato.
La gran ventaja para la oposición es que todo esto se ha
venido realizando frente a la comunidad internacional, con el desparpajo de
quien no tiene vergüenza en enseñar sus partes pudendas al público,
prácticamente regodeándose, publicitando sus ilícitos electorales a los cuatro
vientos, declarando que todo es legal porque está comprendido en la normativa,
repetimos, una normativa hecha a la medida de grupos criminales y viciada de
toda equidad, que viola las garantías fundamentales de los ciudadanos, que atenta
contra sus derechos humanos y a espaldas de la Constitución Nacional.
No son pocos los países e instituciones multilaterales,
ONG´s y organizaciones vigilantes de los procesos electorales, que han
advertido sobre las irregularidades cometidas por el gobierno de Maduro, sobre los
incumplimientos a los acuerdos internacionales que ha firmado con la oposición
democrática, en especial el acuerdo de Barbados, sobre la serie de injustas
detenciones de políticos y colaboradores de la Sra. Machado, sobre las amenazas
a periodistas y desapariciones de personas que han criticado al régimen para
crear un clima de terror, sobre las actuaciones de la Fiscalía y tribunales
contra ciudadanos, acusándolos de crímenes de odio y conspiraciones de las que
no tienen ninguna prueba.
Lo que nos queda a la oposición venezolana es salir del
esquema que nos plantean los chavistas revolucionarios, y denunciar las
elecciones del próximo Julio ante la comunidad internacional como lo que son:
una trampa. Maduro está a milímetros de dar un golpe de estado
Y esto es importante, debe existir la denuncia, sin perder
más tiempo; los partidos políticos, las ONG´s, las instituciones afectadas por
este juego macabro, los candidatos inhabilitados, las comunidades, los
ciudadanos deberíamos estar escribiendo y consignando nuestra protesta y
denuncia ante este estrafalario fraude electoral, ante todas las organizaciones
multilaterales del mundo, ante todas las cancillerías; los venezolanos en el
extranjero deberían estar alzando su voz para desenmascarar este terrible golpe
contra la democracia.
El gobierno de Maduro, en este acto desesperado de miedo y
traición, se está quebrando él solito. Maduro optó por el camino equivocado, el
picar siempre hacia adelante y el tratar de mantener el protagonismo, sin
importar las consecuencias, lo están llevando a su propia destrucción. No permitamos
que unos oportunistas, con su lógica de “realismo histórico”, con su pretensión
de hombres y mujeres prácticos (astutos), nos engatusen para acompañarlos en su
comparsa.
La ruta electoral aún no termina, no tenemos candidato, pues
han sido inhabilitados de facto, pero del lado chavista hay una lista de
personas jugando un juego de imposturas y engaños, el pueblo los llama
“alacranes”, muchos de ellos con grandes ambiciones de poder y fortuna,
candidatos con un precio, que podrían, si les llegamos a ese precio,
garantizándoles su seguridad y relevancia en un futuro gobierno, traicionar a
los revolucionarios y pasar a nuestro lado.
En la teoría de las conspiraciones todo es posible, por más
vigilados y seguidos que estén estos candidatos pre a porter, sería cuestión de entrar en negociaciones secretas
con ellos, Maduro y los cubanos perdieron el impulso que traían, el juego está
totalmente al descubierto, lo cual los ha debilitado, y la oposición
democrática tiene influyentes aliados que podrían ofrecer no solo dinero,
seguridad, sino hasta un exilio dorado, si fuere necesario.
Cualquier oferta que les haya hecho Maduro podría ser
fácilmente superada por la unidad democrática, ¿Qué podrían ofrecerle los
cubanos castristas, arruinados y roñosos a estos candidatos? ¿Cuál sería la
oferta de Maduro, que todos ellos saben jamás cumplirá, para que brindaran sus
nombres para semejante acto? ¿Acaso hay alguno de ellos que le importe su
prestigio personal y su papel en la historia?
Aunque tengo la impresión que damas como María Corina
Machado o la profesora Corina Yoris, mujeres sobrias y muy rectas, serían
incapaces de avanzar en estos terrenos de espionaje, dobles agentes y sobornos
para conseguir nuestro “Candidato de Manchuria”, reconozco que, dentro de los
partidos que nos acompañan en la unidad, hay no solo gente cualificada para
hacerlo, sino negociadores de un fino instinto que lleven a buen término esta
propuesta indecente.
Maduro nos tiró al ruedo a esos alacranes para que
bailáramos pegados con ellos, sería cuestión de escoger cual es el alacrán que tiene
la ponzoña con menos veneno, aproximarnos a él y hacerle esa oferta
irresistible; estoy seguro de que tendríamos candidato.
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