Hay una famosa canción para niños norteamericana titulada “3 Blind Mice” que durante un tiempo fue la
tonada que identificaba el show cómico de T.V. Los Tres Chiflados (por cierto hay
una versión en tiempo de Raggae que
es una de mis canciones favoritas), pues creo que sería la cortina musical ideal
para identificar a los presidente de México, Colombia, y Brasil, hermanos de ideología
del candidato por el socialismo revolucionario Nicolás Maduro, cuando se reúnan
para tratar de rescatarlo en su indefendible arrebato totalitario y antidemocrático,
al no aceptar su derrota electoral, y pretender cometer un fraude, falsificando
actas electorales y esparciendo una versión de los hechos tan descabellada y absurda,
que se ha convertido en el hazmerreír de la política en Latinoamérica, que no pasaría
de ser un acto humorístico más del mandatario sino fuera por sus graves consecuencias,
tanto para las democracias, como para la seguridad hemisférica.
Estamos claros que el socialismo en Latinoamérica, sus
gobiernos, han estado marcados por una fuerte epidemia de corrupción en estas
últimas décadas, sobre todo por haber permitido la asociación del narcotráfico
entre las estructuras de poder, lo que ha debilitado grandemente la
institucionalidad y el orden social en estos países, pero el caso de Venezuela
es patético ya que los encargados del poder , la cúpula política de sus
gobiernos, en especial el estamento militar, se han involucrado directamente en
estos negocios, quedando en evidencia su participación en delitos de tráfico de
drogas y lavado de dinero, al punto que hay internacionalmente órdenes de
captura y recompensas, entre ellos, en contra del mismo presidente Maduro.
Nicolás Maduro obnubilado por el poder y la impunidad que
acompañó sus primeros escarceos con el delito, no reparó en las consecuencias
de sus actos y se fue de bruces atropellando no solo vidas, reputaciones, leyes
e intereses, aún en otros países y sin cuidar apariencias creyéndose intocable,
hasta que se convirtió en una amenaza para países y poderes que estaban por
encima de sus posibilidades de imponer su voluntad.
Lo interesante para mí que soy estudioso de las ideologías y
del discurso político, es como Maduro utilizaba las diversas doctrinas
revolucionarias de la izquierda, primero del marxismo tradicional, pero luego
utilizando el repertorio de las tesis anticolonialistas, de la teología de la
liberación, del nacionalsocialismo, de la democracia cristiana, del maoísmo,
del castrocomunismo y de otras muchas corrientes de la izquierda contemporánea,
incluyendo las tesis feministas, del Woke, de la diferencia de géneros… pero no
vayan a creer que era algo profundo, estudiado y repensado, todo lo contrario,
igual que su antecesor, el inefable Comandante Chávez, rumiaban memes,
consignas, resúmenes, y extractos de estas ideas y construían un discurso para
justificar sus acciones.
Este tipo de constructo en mentes poco organizadas, pueden
crear una tormenta de ideas que lejos de aclarar una posición existencial y un
soporte moral para sus actuaciones, se convierten en un espeso e incomprensible
engrudo de teorías mal digeridas, frases vacías pero que suenan bien, y excusas
que intentan justificar un comportamiento de un pandillero en una cuestión
filosófica y de principios, de allí resulta su empeño de que él es la
encarnación de la paz y el amor, que solo a través de su persona, Venezuela y
los venezolanos podemos realizarnos como el pueblo escogido y con un brillante
futuro, en fin, toda su cháchara incomprensible y alucinada es para venderse
como la persona necesaria, el líder bolivariano que está por encima del bien y
del mal.
La intervención de Lula, Petro y Obrador en la situación de
Maduro va a ser harto difícil, en primer lugar se van a encontrar con un hombre
presa del pánico, presionado por todos lados luego de su fatal decisión de
desconocer unas elecciones controladas por su partido y sus militares, unos
comicios que perdió de manera incontestable, a la vista de todo el mundo, luego
de una campaña electoral donde se vio claramente que había perdido su contacto
con el pueblo, que hubo una avalancha de votos en su contra y a favor de la
oposición, incluso dentro de sus propios adeptos, lo que provocó una iracundia
que se ha traducido en violencia institucional, en terrorismo de estado en
contra de los venezolanos, con brutales acciones judiciales y policiales.
Y es que la situación del país no daba para menos, la
miseria y la falta de oportunidades, la terrible situación económica, de
seguridad, con los servicios de salud, educación y transporte en el suelo, con
una censura y desinformación como nunca antes se había visto clamaban por un
responsable, y claramente esa persona era Maduro quien ha demostrado en
repetidas ocasiones que no es un demócrata. La gente estaba cansada y quería
una nueva oportunidad de vida y futuro que aquel hombre no ofrecía, tan
sencillo como eso.
Pero justo cuando ese momento de cambio se hacía realidad,
Maduro se encontraba en su peor momento personal y político, con múltiples
acusaciones y procesos en su contra, el cúmulo de sanciones que había provocado
estaban afectando al país, su imagen había caído en desgracia y optó por la
peor salida, el secuestro de Venezuela: o él volvía al poder que lo protegía, o
venía el diluvio.
Sus tres amigos, los principales presidente latinoamericanos
que representan a la izquierda, tienen en sus manos una labor de desmanteladores
de bombas, no solo serían las consecuencia de un desbordamiento de la violencia
en Venezuela que inevitablemente los salpicaría a ellos también, con una nueva
oleada de emigrantes buscando refugio a la violencia, abriendo un vórtice de
inestabilidad política que afectaría a toda la región, ya con Nicaragua y Cuba
entrando en fases de cambios sociales internos que podrían conducir a un
aceleramiento de la entropía.
Pero considero que el mayor daño que causaría, dejando a
Maduro actuar como pretende, sería el tremendo boquete que se abriría en la
estabilidad democrática del continente, e incluyo a Norteamérica. Si se pierde
el respeto por los procesos electorales, si se permite una violación tan
flagrante y directa al principio de la voluntad de la mayoría como patrón para
los cambios pacíficos, consensuados y ordenados en los países, si rompemos con
esa línea vital que es el respeto al voto, todo el sistema continental de orden
y civilización se vendría a pique.
Sería un ejemplo terrible de barbarie y de regreso a los
caudillos, las mismas fuerzas de la derecha se verían plenamente justificadas
de emplear la fuerza para conseguir sus fines, pues en los países que no actúen
y hagan como los tres ratones ciegos, que no ven lo que se les viene encima, y
por lo tanto con su silencio aprueben la muerte de la democracia en un país
como Venezuela, que sumados a otros estados fallidos, crearán un efecto dominó
de consecuencias inimaginables.
Maduro se ha convertido en una amenaza presente y muy real,
hay que buscar la manera de desactivar esa amenaza, o disuadirlo de que
continúe por ese peligroso sendero, no tengo una solución que pueda darse sin
afectar otros principios e instituciones necesarios para la convivencia entre
naciones, lo único que espero es que estos presidentes no actúen como los tres
ratones ciegos.
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