viernes, 20 de enero de 2017

De cómo los partidos políticos se autosuicidaron


La expresión “autosuicidio” la popularizó el presidente Carlos Andrés Pérez, una tautología que probablemente utilizó, para remarcar el hecho de una acción terminante por la mano de la propia víctima, el asunto es que efectivamente, los partidos políticos venezolanos debido a una serie de errores, pésima conducción de sus organizaciones y una falta de vitalidad existencial, se entregaron al cuchillo del chavismo aún a sabiendas, que la degollina venía.
Toda la estrategia de la MUD, desde sus inicios hasta éste momento, fue electorera (si hubiera sido electoral, creo que los resultados hubieran sido otros) con lo que quiero decir, que ciertos personeros de nuestra política nacional utilizaron los partidos políticos para avanzar en la consecución de sus negociados políticos, al contrario de propiciar una verdadera política electoral que tiene en su centro al bien público, el interés colectivo.
Lo peor fue, que a pesar de las advertencias, muchas, muy serias y a tiempo, las ignoraron y siguieron marchando hacia el abismo donde finalmente se desbarrancaron, todavía hoy y en medio de la postración que vive el país, estos mismos flautistas de Hamelin, pretenden que ahora, seamos nosotros los que reclamemos y luchemos en las calles por unas elecciones, para ellos volver a sus fueros, negociando con nuestra voluntad política su precaria sobrevivencia, ante unas fuerzas que jamás comprendieron.
Lamentablemente para el país, en el peor momento posible, tuvimos una dirigencia política mediocre, interesada y traidora, que intentaron hasta el último momento negociar con nuestro enemigo, que no un contrincante, que es el chavismo totalitario y mafioso.
¿Cómo caímos en esta situación? Eso es lo que vamos a tratar de comprender con estas breves líneas, por lo menos una idea que nos ilustre de que fue lo que nos sucedió.
El estamento político que tenía al país al momento de la llegada del chavismo, una parte venía de los partidos tradicionales, que por una vieja y desfasada forma de hacer política, permitió que se le colara entre las cuerdas esa fuerza oscura y destructiva que era Chávez y su movimiento bolivariano, cuyo único objetivo era acabar con la democracia en el país.
Agotados los modelos y la forma de conducir la política nacional, sin liderazgos visibles ni élites que sirvieran de contención, el chavismo se adueñó de la esperanza de un país disgustado con un espectáculo innoble, de partidos echándose cuchillos uno contra otros.
Chávez acaparó el imaginario nacional con su discurso de cambio y justicia social, de reivindicaciones y poder popular y se llevó el premio mayor al ser elegido como presidente del país.
Una comparsa de políticos y organizaciones apoyaron de manera expresa o indirecta a la nueva fuerza política, creyendo muchos, que por nueva y sin experiencia, podía el partido revolucionario ser manipulado y conducido al redil de los intereses creados, craso error.
Pero también contábamos con nuevas organizaciones y figuras políticas nacidas en democracia, jóvenes con una visión que parecía fresca, con programas que prometían seriedad y responsabilidad en la gestión pública, que fueron diseñados y creados para funcionar en la democracia que partidos como AD, Copey y el MAS habían construido, y que estaba muriendo.

Y se hizo el chavismo.
Nadie estaba preparado para lo que venía, un líder megalómano y radical que sentía que el país le pertenecía.  No voy hacer un análisis del chavismo durante estos largos años de horror, suficiente material hay al respecto, lo que sí debo señalar, es que la dirigencia política nunca estuvo a la altura para enfrentársele a un gobierno como el chavista, donde la violencia, el militarismo, la mentira y el insulto eran la forma que tenían de hacer política, nos tocaron unos líderes cobardes, pacifistas, leguleyos, electoreros y acomodaticios que renunciaron desde el principio, a la lucha frontal por recuperar el poder en manos de unos facinerosos.
Con la gríngola constitucional y entendiendo que la solución a nuestras cuitas era de carácter electoral, le dieron al chavismo rango de políticos demócratas y de gente civilizada, no de los ladrones, corruptos y asesinos que muy pronto empezaron a manifestarse, esta estrategia, sostenida por casi veinte años, lo que hizo fue darle cierta legitimidad a los bandoleros.
Yo me imagino, que los partidos de la oposición venezolana pensaron que ubicándolos como demócratas, los chavistas se amoldarían al papel de contendores democráticos, sin entender que muchos de los líderes revolucionarios ya bebían de las charcas del nazismo, de las tesis fascista del enemigo necesario, que tenían de ejemplo y asesores a personajes siniestros, que no tenían pizca de demócratas.  Sus modelos eran las peores dictaduras del planeta, cuyos líderes empezaron a ser reconocidos como “hermanos” y obsequiados con la espada de Bolívar, la sola cercanía a Cuba y a su régimen, la presencia de sus funcionarios en el palacio de gobierno, ha debido indicarles que la naturaleza del contendor era otra.
Pero todas estas señales fueron obviadas en pos de una carrera electoral, que sabían terminaría resultando favorable a la democracia, y bajo esta premisa desecharon cualquier otra forma de resistencia que implicara otras maneras de oposición más comprometidas que unas simples marchas, “bailoterapias”, caravanas y reuniones con las juntas de vecinos, para explicarles el uso del tarjetón electoral.
Esa estrategia de ir construyendo una oposición organizada, activa y comprometida requerían de un tiempo que no tenían, y si bien empezaron a cosechar éxitos electorales, en la misma medida el chavismo empezó a apretar las tenazas sobre los mecanismos democráticos.
La forma de unidad que habían adoptado los partidos de la oposición era en esencia poco democrática, pues eliminaba la competencia política, la diversidad de líderes y propuestas, uniformaba a todos los integrantes, y limitaba severamente el disenso, se creaban jerarquías verticales y se fosilizaban los mandos en las manos de los líderes de los partidos más importantes, que si estaban equivocados, como varias veces probaron estarlo, era muy difícil contradecirlos.
La tendencia a perpetuar en sus cargos a los jefes, se hizo más que obvio,  no hubo elecciones internas en estos partidos y aunque dio resultados positivos en cuanto la ejecución de las campañas electorales, su resultado final, que era el gran número de votantes que favorecían la tarjeta de la unidad, era imposible saber si los votantes respondían por convicción a las propuestas y candidatos,  o porque era la única opción en contra de los revolucionarios, pero el efecto fue contundente la MUD terminó siendo el único partido político legalizado y reconocido por el CNE.
Entubando todos los votos se favorecieron una serie de partidos regionales, algunos insignificantes, que contaron con un respirador artificial para seguir existiendo, la convivencia de los partidos bajo el paraguas de la unidad se hizo difícil, especialmente luego de que no se pudieron “cobrar” triunfos muy importantes por trampas y amenazas del chavismo, por la imposición de líneas y candidatos, por la asignación de los magros recursos.
Dentro de la MUD era imposible hacer a alguien responsable de derrotas, errores y faltas, los principales partidos y algunos oportunistas tenían confiscada la dirección de la unidad, teniendo siempre sus intereses partidistas como prioridad antes que los de la unidad, y aún antes que los del electorado que decían representar, fue de esta manera que surgieron contradicciones importantes entre la acción y el pensamiento, entre lo que se hacía y se decía.
Mientras tanto un gigantesco aparato opresor de estaba montando por parte del chavismo, un estado policial que empezaba a reclamar tierras, industrias, propiedades, negocios, medios de producción, y quienes se opusieran eran arruinados, encarcelados, torturados o asesinados.
El partido de gobierno fue apoderándose lentamente de las instituciones, de los medios de comunicación, fue copando los espacios políticos por medio del clientelismo más vulgar, jugando con las necesidades del pueblo a cambio de su apoyo electoral, que debido a su ineptitud y a la corrupción, cada día contaba con menos seguidores.

El giro al totalitarismo
Era cuestión de sacar unas cuentas muy sencillas, el camino electoral no era el mejor para los intereses de los revolucionarios de perpetuarse en el poder para siempre, como lo decían cada vez que podían, por lo que utilizaron las instituciones que tenían secuestradas para cambiar las normas electorales, poniendo condiciones a su favor, y haciéndole la vida más difícil a los partidos de la oposición, le secaba las fuentes de financiamiento, les hacía constantes auditorías, les montaba intervenciones judiciales, cambiaba los circuitos electorales y con ellos la representatividad en las regiones, les hacía trampa con las tarjetas, les negaba la participación en el CNE, se negaba a contabilizar actas y votos, convirtió el proceso de automatización en una caja negra.
A medida que la situación electoral se fue poniendo más y más difícil la llamada unidad, insistía en congregar a todos los partidos en un una sola dirección política, pensaron que así como los militares chavistas se unieron en un partido único, en una estructura piramidal, con un solo jefe y una sola voz, para competir con tal contendor había que copiarlo, ser su igual, en una lucha de transformer contra de transformer.
Esta fatal decisión tenía varios inconvenientes, primero, era una visión infantil de una competencia electoral en desigualdad de condiciones, y esto empezó a sentirse cuando se dieron los primeros encarcelamientos de líderes opositores, enredando a varios líderes en procesos judiciales amañados, inhabilitándolos, de modo que un líder que destacara y fuera identificado como un peligro para la continuidad en el poder del chavismo, era inmediatamente neutralizado por los tribunales revolucionarios, pusieron presos a alcaldes, diputados, perseguían a los gobernadores de la oposición, le daban palos a todo aquel que pensara diferente al gobierno.
Con esa organización unitaria como enemigo, le resultó muy fácil al gobierno chavista infiltrarla, bien posicionando caballos de Troya dentro de la MUD, o comprando algunos de los cascarones vacíos que parasitaban dentro de la unidad, muy pronto la estrategia del chavismo se hizo clara, copar la unidad con partidos y políticos aliados, que quisieran cohabitar con ellos a cambio de algunos cargos.
Y los líderes de la unidad sintiendo las duras circunstancias en las que habían caído y dando muestras de un pragmatismo y una sinvergüencería inaudita, lograron interesar al gobierno enviándole señales de que estaban a la venta,  la llamada mesa de diálogo no fue otra cosa sino una negociación a favor del gobierno, era un “SALE” de temporada a cambio de algunas liberaciones de presos, elecciones y puestos salidores en el gobierno, pero ciertos sectores radicales del chavismo arruinaron la estrategia haciéndola evidente, el secreto de la MUD se había destapado y los votantes se sintieron traicionados.
La única verdadera victoria obtenida por la MUD fue el rescate de la Asamblea Nacional (la victoria en realidad fue del pueblo de Venezuela, de los electores), esa mayoría aplastante del país que quiere que el gobierno salga del poder, eligió a sus representantes para que gobernaran y le pusieran coto a la grave situación de gobernabilidad del país.
Pero los parlamentarios, todos salidos de las filas de la MUD conservan en sus mentes esa particular visión de que al gobierno hay que tratarlo con guantes de seda, que a pesar de toda la agresividad y mala voluntad había que ser no solo un buen cristiano, sino un mejor demócrata, es la salida de la víctima aterrorizada por el “bulling”, dialogar, dialogar hasta el último momento para dar lástima y que pare el castigo, tratar de convencer al agresor de que no son las perras en su manada.
Toda propuesta contraria a esta actitud de esclavo, de pedir clemencia y hacer vales los principios del juego democrático ante el agresor bestial e inhumano, fue rechazada, condenada y sus proponentes execrados del juego interno de la MUD, la actitud de algunos se hizo tan perruna, buscando complacer al amo, que hasta viajaron a los EEUU para impedir que se le aplicaran sanciones al gobierno chavista en nombre de la soberanía e independencia del estado, para algunos de estos oportunistas y vendedores de carros usados, el problema era sólo de los venezolanos, que nadie se meta en la riña, esto era algo entre hombre y mujer, tal cual, como si fuera un caso de  violencia doméstica.
El malestar que causó este comportamiento, dio pie a una serie de señalamientos y críticas que la cúpula de poder de la MUD trató de revertir utilizando la estrategia de que se trataba de una jugada de la anti-política de sectores radicales, principalmente de venezolanos viviendo en el exterior y que por medio de las redes sociales estaban incitando a romper con la unidad, que insistían, era la única manera de romper con la hegemonía chavista.
Pero el affaire de la mesa de diálogo con el gobierno, la participación de mediadores interesados en darle oxígeno al gobierno en medio de la espantosa crisis social y económica, era el reflejo no de querer solucionar la debacle en el país, sino de contenerla dentro de nuestras fronteras para que no se desbordara, la mayor parte de los países del orbe le tienen miedo al cáncer revolucionario bolivariano, se creen que Cuba puede hacer y disponer en Latinoamérica creando una sucursal del infierno frente a las barbas de su peor enemigo los EEUU.
El ex presidente Obama en una política totalmente errada le dio beligerancia al gobierno de los Castro, permitiéndoles afianzar sus tentáculos terroristas y antidemocráticos incluso dentro de los EEUU, craso error, las fuerzas insurgentes de Eurasia, el medio oriente y el crimen internacional tienen campamento a las puertas de la patria de Jefferson y Lincoln, el plan es subvertir y acabar con el Imperio capitalista, y como en Venezuela, utilizando a la democracia como entrada para causar el daño.

Últimas consideraciones
No quiero terminar este artículo simplemente con una crítica a la MUD, por designio de sus directores, incluyendo a Ramos Allup y Julio Borges han descartado una salida militar, no han entendido que el país se encuentra ocupado por una fuerza militar al mando de extranjeros, que la única manera de confrontar una ocupación armada en precisamente por la vía militar.
Ya hicieron lo que estaba en sus manos desde la legalidad, le quitaron la supuesta legitimidad a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia y declararon el abandono del cargo del Presidente de la República, con lo cual el país cuanta sólo con la Asamblea Nacional como órgano de gobierno legítimo.
Pero hace falta que Julio Borges asuma su posición como Presidente interino de Venezuela, es él y no otro quien debe asumir por la Constitución la jefatura del estado, es él quien debe irse a Washington al Departamento de Estado para explicar la situación del país, y si tiene la oportunidad de reunirse con el presidente Trump para requerir su ayuda, no tanto porque el país no pueda hacer frente a un problema interno, sino porque la amenaza del chavismo es hemisférica y se ha convertido en un problema de seguridad para los EEUU.
Nuestros próceres, Miranda y Bolívar no tuvieron prurito alguno en pedir ayuda a los británicos, el Imperio de su época, para ayudarlos en la lucha de la independencia, y hasta sus ejércitos lucharon en nuestra tierra y por nuestra causa.
Borges debería pasearse por activar la actividad clandestina, un distintivo de nuestras organizaciones políticas libres y democráticas cuando fueron perseguidas por las dictaduras, incluso la izquierda se ha destacado por su oposición clandestina, el mismo Chávez fundó el MBR200 en la clandestinidad.
La lucha debe ser en todos los frentes, en nuestra condición no hay espacio para las exquisiteces políticas, es hora de ser bifronte, como Jano, un rostro para la lucha democrática y otro para la lucha por la sobrevivencia, hay analistas que creen que los venezolanos abandonamos la violencia como respuesta humana a la opresión pues hemos avanzando a un estadio superior del ser, por favor, no somos ovejas, somos humanos.
Pero hay que ser consistente, la palabra de la oposición debe cumplirse, sus edictos deben ser efectivos, sin arrepentimientos ni acomodos, debemos definirnos, el peor momento para dudar es ahora, hay venezolanos muriendo de desahucio en la calle cada minuto que pasa por culpa de éste gobierno, no hay momento que perder, espero que los países del mundo y las organizaciones multilaterales hayan recibido notificación de esta nueva situación, que la Asamblea Nacional se haya ocupado de hacer público la existencia del nuevo gobierno en Venezuela, un gobierno que todavía no se ha conformado.
Por último, una palabras personales para Julio Borges, has trabajado toda tu vida para llegar a este momento, quizás no en las condiciones que deseabas, pero indudablemente te encuentras en el ojo del huracán, vas a pasar a la historia de acuerdo a como te comportes en éste momento, tus errores del pasado podrían ser enmendados si actúas de acuerdo a las circunstancias, es el momento de la verdad.   -    saulgodoy@gmail.com






jueves, 19 de enero de 2017

Racionero y el Arte


Uno de los libros fundamentales para comprender el arte y que toda biblioteca especializada debería tener es Arte y Ciencia (1986) del autor catalán Lluis Racionero, una verdadera joya de erudición en la que nos retrata el fenómeno creativo, en sus dos expresiones fundamentales, arte y ciencia, en contra del telón de la historia.
Racionero empieza por descartar toda idea de progreso, dice: “En la evolución de la creatividad no existen progresos sino cambios de propósitos; el hombre tantea a ciegas para asegurar su improbable supervivencia.  Sólo en el camino hacia la libertad es indiscutible el progreso de la creatividad.  En la creatividad el hombre realiza sus aptitudes potenciales y se expresa en libertad; paralelamente, la libertad es el marco necesario para el despliegue- sin trabas ni censuras- de la creatividad.”
Y se hace la pregunta del millón de dólares: “¿Qué otra finalidad podrían tener la política, la economía, la cultura, si no la de proporcionar el marco adecuado para que la creatividad, realizadora del hombre, germine?”
La creatividad es construir nuevas relaciones con elementos preexistentes, no significa crear de la nada, no somos dioses, conectamos los puntos que ya están dados y que tenemos delante de nosotros.
El escritor y filósofo español Lluis Racionero
Sigue explicando Racionero: “Si una conexión tal se expresa mediante una forma, y dicha forma causa emoción en el espectador, diremos que se trata de arte; si la conexión se formaliza a través de un lenguaje simbólico y genera conocimiento, diremos que se trata de ciencia.  Arte y ciencia son dos modalidades dialécticas del proceso creativo.”
Y durante todo su libro Racionero nos muestra como el arte y la ciencia interactúan de manera estrecha, explicando con sendos ejemplos de literatura, pintura, escultura, cine como la realidad que nos descubre la ciencia influyen de manera determinante en los estilos, temas, movimientos y experimentos en las artes y como estos, a su vez, influyen a los científicos en sus búsquedas por resolver los misterios del universo, proporcionándoles posibilidades impensadas, puertas secretas, relaciones imposibles y derroteros inexplorados.
Nos explica como en los grandes momentos de la civilización humana, las artes y las ciencias estaban estrechamente relacionadas, al punto que convergían en una misma persona, escuela u orden, el artista y el científico.
¿Cuántas conexiones no se hicieron entre elementos de la tabla periódica durante la ensoñación de un químico escuchando a Mozart? ¿Cómo explicar la furia de mil soles explotando sin tener que recurrir a un poema hindú, tal como lo hizo el físico nuclear Oppenheimer? ¿Qué mejor forma de explicar la teoría del caos que con una pintura de Jackson Pollock, o entender el flujo de conciencia que leyendo a Joyce?
Cuando Racionero nos explica el arte del siglo XX nos pasea por los avances en el psicoanálisis, principalmente en el descubrimiento del inconsciente, igualmente nos remite a la teoría de la relatividad de Einstein, a la física cuántica, de esas nociones se desprendieron una serie de manifestaciones artísticas como el surrealismo y el cubismo, la música atonal, arte y ciencia bailaban un tango apretado, era un juego de espejos.
Pero de pronto se encuentra en ascuas con los movimientos vanguardistas que miran hacia el nuevo milenio, para el escritor como para mucha gente es un arte incomprensible, Racionero lo explica diciendo que nos encontramos en una atapa intermedia, de cambios, que el arte se encuentra sumido en medio de experimentos, de propuestas y tentativas que todavía no cuajan.
Para que un vigoroso movimiento artístico sea reconocido debe ser popular, tiene que emocionar al público porque si no hace, simplemente quedará como una rareza, algo incompleto, como lo es precisamente la música atonal o el nouveau roman, que no pasaron de ser “curiosidades” para diletantes o especialistas, jamás llegaron a calar en el gusto del gran público y ser parte de la cultura popular.
El panorama actual del arte se complica debido, entre otros cosas, porque los cánones estéticos ya no existen, no hay reglas de oro, todo el mundo trabaja como le da la gana bajo esa única norma que obliga “porque necesito expresarme”, de allí que exista tanto arte de pacotilla, sin sentido, sin estímulo y hasta vulgar.
¿Cómo juzgar al arte contemporáneo? ¿Cómo valorarlo? Porque de hecho hay un mercado del arte funcionando, donde se cotizan obras por cantidades astronómicas, donde hay artista que son superestrellas y reciben el trato de celebridades, Racionero nos descubre los mecanismo que en su opinión están moviendo el mercado del arte mundial, un complejo entramado de grupos financieros, galeristas, críticos de arte, medios de comunicación y publicistas que controlan los valores del arte actual.
Lo que le queda a la gente realmente interesada en descubrir el verdadero arte dentro de este alud de propuestas, estilos y movimientos artísticos es recurrir a las herramientas críticas existentes, que para suerte o penuria de muchos observadores interesados, se trata de una inmensa panoplia de escuelas que han desarrollado sus instrumentos a un alto grado de sofisticación.
Y es aquí donde la ciencia y el arte se vuelven a dar la mano, pues según Racionero : “Las numerosas maneras de establecer criterios para criticar obras de arte están sistematizadas en algunos tratados para las artes plásticas y la teoría estética en general, E.F Carrit de Oxford o Bosanquet han resumido los diversos enfoques: teorías moralistas-hedonistas de Platón, Tolstoy y Ruskin, teorías realistas de Aristóteles y la Ilustración, teorías intelectuales de Kant, Coleridge y Hegel, teorías emocionalistas de Schopenhauer y Nietzsche, teoría expresionista de Croce, teoría de la empatía de Lipps, gestalismo de Khöler…”  En teoría crítica para la literatura hay otro montón, al igual que en cine, fotografía, y en artes menores como podría ser el arte gourmet (de la buena mesa) hay otro lote de corrientes críticas.
Racionero pone la lupa sobre dos corrientes críticas muy populares en la actualidad y que son usadas con mucho rigor por algunos “expertos” que son, la teoría semiótica de Humberto Eco, y la teoría matemática de la comunicación de Shanon y Weaber, ambas en extremo complicadas, analíticas y que según Racionero se pierden en el laberinto de sus formulaciones sin ayudarnos a entender lo que verdaderamente mueve al arte.
Para quienes desean obtener un panorama del arte hoy, éste libro de Lluis Racionero es de gran ayuda, lo recomiendo.   -   saulgodoy@gmail.com





miércoles, 18 de enero de 2017

¿Qué hace un crítico de arte?


La apreciación de arte es una actividad fundamental en el ser humano, forma parte de ese paquete que llamamos “felicidad” o sea, conforma uno de los fines que justifican una vida bien vivida; apreciar el buen arte, disfrutarlo, comprenderlo y hacerlo parte de nuestro entorno está considerado como uno de los placeres fundamentales que le dan justificación a nuestro esfuerzo y sacrificio de trabajar “con el sudor de nuestra frente”.
Y apreciar el arte es fundamentalmente una actividad racional, el llegar a la conclusión de que un concierto, obra de teatro, un buen libro, una película o un cuadro nos gusta, pasa por una evaluación de la experiencia, donde se conjuga una serie diversa de criterios que concluyen en un juicio de valor, pero para ello debemos primero tener un conocimiento previo de estos objetos de nuestra valoración.
Hay que adquirirlos o pagar para estar expuesto a ellos; hay que informarnos para tener una opinión educada; hay que pensarlos, discutirlos, analizarlos, lo que es precisamente una de las actividades sociales más reconfortantes; ir al cine con amigos y discutir luego sobre el film es una actividad enriquecedora y divertida, y que puede ser muy interesante, a medida que estos criterios se hacen más profundos. Hay personas que se sienten tan movidas por la experiencia estética que son capaces de invertir grandes sumas de dinero para ser parte de ellas, y así entramos en el mundo de los coleccionistas y patrones del arte.
El arte nos hace humanos y, mientras mejor formados estemos sobre lo que nos gusta, derivaremos mayor placer y satisfacciones; en este punto intervienen los críticos de arte, que son profesionales con una formación académica y que, supuestamente y debido a su continua exposición a las obras de arte y a los artistas, son personas que no sólo han desarrollado un conocimiento técnico sobre las artes sino que, quizás lo más importante, tienen buen gusto.
Para tener buen gusto hay que exponerse al arte de manera continua, sobre todo en los aspectos estéticos, hay características de una obra de arte que no son fáciles de aprehender, que son tan elusivos y dependen de una apreciación más sensible que lo intelectual, cosas como el balance, la intención, la atmósfera, el sentimiento… que trascienden el conocer de la historia de la obra, o de las técnicas empleadas.
Para el filósofo F. Sibley las características estéticas de una obra no pueden ser inferidas de su carácter no-estético, es decir, hay valores en una fuga de Bach, por ejemplo, que  trascienden la forma y la técnica de una partitura, o de la ejecución de un instrumentista o de la manera como fue dirigida, tanto en el conjunto como en los detalles hay un carácter que trasciende las formas y se eleva sobre las partes, y hay que tener cierta sensibilidad y conocimiento no sólo para captarla sino, más importante todavía, para articularlo en palabras.
Los críticos de arte, los buenos, son una guía indispensable en entender y examinar esos valores estéticos; educan al público para una mejor percepción de las obras, descubren para el neófito caminos que se deben transitar para desarrollar el buen gusto.
La apreciación estética es altamente valorada; en palabras de Matthew Kieran, en su artículo Conocimiento estético (2011): “Nos gusta la apreciación estética por sí misma porque pensamos que involucrándonos con el arte cultivaremos nuestras mentes de manera de tener una mejor comprensión de nuestro mundo. La embrujadora elegancia de una pintura o un diseño puede ser absorbente por derecho propio, pero a medida en que el trabajo se hace expresivo, profundo o nos pone a pensar, potencia nuestro entendimiento.  Las obras de Shakespeare serían mucho menos importantes si no expresaran y exploraran esos aspectos fundamentales de la naturaleza humana de la manera como lo hacen.”
Una cosa es la intención del artista con su obra, lo que quería lograr, otra el efecto real que ésta produce en el público; a veces coinciden, otras no, en ese extremo de la apreciación artística se encuentra el crítico de arte, del lado de nuestra época, intereses, tendencias; el crítico educa al público, lo orienta, le explica lo que debemos buscar, lo que está bien y lo que está mal, si una obra alcanzó sus metas o quedó corta, si un artista es un maestro o un aprendiz a brujo, el crítico inclina la balanza en los valores del arte, en sus cotizaciones, en los mercados, da fama o arruina carreras, mueve al público a las galerías y museos.
Un buen crítico es un árbitro de excepción en las competidas variantes artísticas. Los críticos son especialistas en sus áreas; como lo pudiera ser un cirujano cardiovascular, el que sabe de cine, sabe de cine, el que critica música entiende de música… no son artistas, ni productores, ni compositores, pero tienen un olfato altamente desarrollado, como los catadores de vino, saben cuando un caldo es superior a otros y porqué, detectan el genio cuando lo ven, saben cuando hay trampa y fraude, pueden explicar lo que otros no, de allí su valor.
Por supuesto, como en todas las profesiones, hay grados de excelencia y mucho farsante; no son pocas las veces que hemos leído críticas aburridas, insulsas, a veces incomprensibles debido al oscuro lenguaje en que están escritas… también nos encontramos con “snobs”, personajes  que se creen los árbitros del buen gusto y pretenden dictar pauta porque tienen buenos padrinos que los apoyan, con estos individuos la que pierde es la cultura, se hace vulgar, se retrasa.
Al final de todo este esfuerzo se encuentra el gran público, la gente, quienes son los que finalmente deciden si un crítico tenía o no la razón, y a medida que un público se cultiva, se hace más exigente y refinado, por lo que los críticos deben elevar sus estándares, que a su vez exigen más de sus artistas y gana la cultura.
Afortunadamente, en Venezuela hemos tenido, más por suerte que por designio, una serie de brillantes críticos de arte; estos terribles y oscuros años de revolución no han evitado que contemos con pocos, pero muy finos, críticos de arte, cuya oficiosidad nos afina en criterios y gusto y que, en algún momento, será reconocida.   -   saulgodoy@gmail.com




martes, 17 de enero de 2017

La conciencia según Dennett





Y su propuesta la comparto plenamente, empezando porque es uno de los hombres más informados que existen en la actualidad sobre ese complejo campo de la neurobiología, sobre todo, la que tiene que ver con el funcionamiento del cerebro.
Ya he escrito unos cuantos artículos acerca del profesor Daniel  C. Dennett, un prolífico autor y conferencista norteamericano de fama mundial, que tiene una terrible noticia para aquellos que creen en la divinidad del ser humano, en la naturaleza especial, digo espiritual, en esa partición no biológica de nuestro ser que algunos llaman alma, personalidad, yo, conciencia.
Considerada una de las ideas más peligrosas del mundo, el profesor Dennett ha sido anatemizado por muchas de las religiones del mundo como el propagandista de una herejía, de la herejía.
Para ponerlo en términos muy crudos, Dennett cree haber descubierto (al igual que muchos científicos) que el cerebro humano trabaja como una computadora húmeda (orgánica) que funciona como terminal de un complejo sistema nervioso que capta estímulos, los procesa, los filtra, los cataloga, les da propiedades, significación, jerarquía y los presenta en una especie de sala situacional, donde actúan diferentes sistemas especializados, que no son otra cosa que millones de neuronas haciendo sinapsis entre ellas, cada una trayendo a la mesa su versión de los hechos, y allí, con toda esa información a la vista y gracias a varios trucos que el cerebro ha aprendido para favorecer nuestra existencia en un mundo hostil, nos hace creer que somos una persona, que tenemos un yo dentro de nuestro cuerpo controlando una parte de nuestras vidas, sobre todo la que tiene que ver con el mundo externo.
El profesor e investigador Daniel C. Dennett
El truco es tan bueno que nos hace creer que tenemos un discurso interno, pensamientos, sentimientos atribuibles a esa persona que tiene nuestro nombre, ocupación, dirección, cuentas bancarias y número de teléfono; estar consciente, es ser un agente para la acción con un punto de vista en primera persona, no solo reconocemos cosas y respondemos a ellas, sino que nos damos cuenta que notamos cosas, incluso a nosotros mismos dándonos cuenta.
Lo más loco de la situación que Dennett nos dice, es que los investigadores han encontrado en 
sus laboratorios, que todas las partes involucradas en esta ilusión de crearnos a nosotros mismos, ninguna tiene consciencia propia, ni siquiera esos sistemas especializados que se encuentran en la sala situacional (que es el cerebro todo, no un punto en específico), son como máquinas que operan en paralelo, inconscientemente, simultáneamente, trabajando las 24 horas, todos los días hasta el momento que dejemos de funcionar, y cuando eso suceda, el truco se acaba, la ilusión de nosotros, de mi persona, simplemente desaparecerá.
Una idea terrible, y espectacular al mismo tiempo, es la biología trabajando al máximo de sus posibilidades creando personas, seres que creen tener conciencia de sí y del universo, que se cuestionan sobre el pasado, el presente y el futuro, que prevén su final, que crean arte y quieren conquistar otros mundos, que aman, que tienen hijos, que se matan y destruyen, que quieren vivir eternamente… que crearon a Dios.
Esa persona que vive en ese cuerpo, o sea tú y yo, nos hemos construido por medio de la palabra, constantemente nos estamos presentando ante otros y a nosotros mismos, utilizando una red de discursos, de representaciones, de caracterizaciones, de roles, de recuerdos y experiencias que construimos con el lenguaje, Dennett cree que uno de los elementos más potentes de nuestro medio ambiente son las palabras con las que creamos nuestro mundo simbólico, y muchas veces son las palabras las que toman el control de nuestras vidas.
Fue Descarte el que nos hizo creer que dentro de nuestro cerebro había un teatro, y que allí sucedían las cosas que nos sucedían, y había un homúnculo, un hombrecito que veía todo lo que pasaba y que tomaba decisiones, era nuestro yo imaginado por un filósofo del siglo XVII, esa idea de que éramos “nosotros”, espíritus divinos separados de la materia en la que estábamos encerrados, los verdaderos señores de nuestro destino y acciones, incorruptibles, eternos, entes luminosos hechos para un mundo perfecto cuando abandonáramos nuestros cuerpos, una idea reconfortante y falsa.
Gottfried Wilhelm Leibniz en su tratado Monadología (1840) escribió: “Supongamos que hay una máquina, cuya estructura produce pensamientos, sentimientos y percepciones; imagina esta máquina esta máquina grande pero preservando sus proporciones, de modo que pudiéramos entrar en ella como si lo hiciéramos en un molino. Suponiendo que podemos visitar su interior; que podríamos encontrar allí?  Nada sino partes que se empujan y  se mueven, pero no encontraríamos nada que pudiera explicar la percepción.” 
Leibniz planteó correctamente la imagen, pero las creencias de su tiempo lo hicieron derivar hacia el alma, al fantasma dentro de la máquina, esa entidad espiritual que la metafísica de su tiempo creó para explicar la razón última del ser humano, pero había planteado el problema correctamente, sólo que abandonó la explicación más obvia, era la actividad de esas partes brutas las que originaban, a manera de un subproducto, la percepción.
Porque si le creemos a Dennett y a los resultados que los científicos han obtenido en sus centros de investigación luego de años de trabajo, no existe el libre albedrío en los términos que hasta ahora hemos conocido, la libertad es otro truco que nos juega el cerebro, porque si somos creación de nuestros nervios, glándulas, humores, órganos y secreciones, si todo está condicionado por la tiranía del estímulo-repuesta y nuestra constitución biológica, ¿Somos realmente libres?
Tomemos en cuenta, que ningún cuerpo es igual al otro, de modo que esa tendencia a la infidelidad, a la acumulación de riqueza, a contemplar el suicidio o a la bondad entre las personas, así como otros muchos comportamientos de las personas, pudieran ser productos de cómo funciona ese complejo sistema biológico, y la calidad de los trucos que hace.
Todas nuestras normas éticas-legales, nuestro mundo moral, nuestras creencias religiosas todo ese constructo cultural de ideas y creaciones estéticas, nuestras formas políticas  e instituciones no son sino parte de esa enorme colmena, que como las termitas en África, hemos construido para guarecernos de los elementos y de los peligros.
Pero muy por el contrario, al entender esta tesis (sí, afortunadamente, para algunos, todavía es una tesis, no ha sido probada del todo, pero lo que se ha descubierto apunta a que es así) en vez de echarnos a llorar porque el mundo no es lo que creíamos, lo que nos habían vendido los curanderos y brujos, esa fantasía dorada de que vivíamos en la tierra de “nunca jamás”, lo que debería despertar es nuestra curiosidad por redefinir quienes somos en realidad, como personas y como especie, si esto fuera de esta manera, si nuestra consciencia es el resultado de una arquitectura inteligente de nuestra biología ¿Cuál es nuestro lugar en el mundo? ¿Qué es el mundo?
No sé a ustedes, pero a mí me parece apasionante que por primera vez en nuestra historia se nos dé la oportunidad de revisarnos en totalidad, de quitarnos de encima ese pesado fardo de mentiras y buenas intenciones y enfrentemos nuestro sino, sabemos que hace algunos miles de años atrás no había seres conscientes en nuestro planeta, que la aparición de la consciencia fue un fenómeno de reciente aparición ¿Cómo fue eso posible?
Si lo que dice Dennett es verdad, se trataría del descubrimiento más importante de la historia de la humanidad, ni siquiera el descubrimiento de América, o el del subconsciente tendrían comparación, y aunque se entiende, le movería el piso a mucha gente, tampoco eso significa una invitación al nihilismo o a la desesperanza, muy por el contrario, sería la oportunidad de desarrollar nuevos sistemas filosóficos, en especial una ontología distinta, la antropología daría un vuelco y nada digamos la sociología, sólo para empezar.
Para algunos críticos esta sería una versión de Darwin recargado, que no estaría muy lejos de la verdad, la evolución ha especializado el cerebro humano hasta el punto de producir conciencia desde una plataforma puramente biológica, como un epifenómeno de alta complejidad.
La conciencia, según Dennett no es algo tangible, ni concreto, es difícil de abarcar y no sabemos cómo se origina, lo que sí sabemos es que en medio de ese enorme caudal de información que produce nuestro sistema nervioso, está allí, en constante proceso  de los impulsos que recibe, sólo atendiendo aquella información que la necesidad reclama para conservarnos con vida.
Lo que aflora como conciencia, es como un gran mosaico de lo que percibimos como realidad, cada pieza es inmediatamente sustituida por otra y otra, y otra, algunas duras partes de un segundo, otras son más estables creándose una corriente de conciencia, un flujo que nos da la impresión de continuidad y unidad.
Los libros de Dennett hay que leerlos con mucha atención, afortunadamente es un educador de primera, con un gran dominio del lenguaje, capaz de explicarnos al detalle situaciones complicadas que conciernen  nuestra más íntima naturaleza.  -   saulgodoy@gmail.com










lunes, 16 de enero de 2017

La Guerra Popular Prolongada


Dentro de mis múltiples áreas de interés, la guerra ha ocupado un lugar especial, tengo alma de guerrero más que de intelectual, y respeto esta manifestación humana del conflicto, entre otras cosas, porque de todas las actividades de la voluntad, ésta es la que más rápido puede cambiar la realidad de los pueblos y el curso de la historia.
Y de las cosas que he aprendido es que hay muchas maneras de librar una guerra siendo una de las más complejas y difíciles, la llamada Guerra Popular Prolongada, últimamente puesta de moda por las declaraciones del General Padrino, el flamante Ministro de la Defensa de los chavistas.
El General Padrino cree, entre otras cosas porque es un comunista, que la Guerra Popular Prolongada es exclusiva de los revolucionarios, que les viene casi que por osmosis por ser simpatizantes (mas no practicantes) del marxismo, no tanto leninista, como sí maoísta.
Porque aunque las llamadas guerras populares tienen una historia anterior al líder Chino Mao Zedong, fue éste quien les dio las bases teóricas y las convirtió en una forma organizada de lucha antiimperialista.
Ya el estratega chino Sun Tzu recogía en su Arte de la Guerra su preocupación por las guerras prolongadas, decía: “En toda la historia, no hay un episodio donde un país se haya beneficiado de una guerra prolongada.  Sólo aquellos que saben de los desastrosos efectos que una larga guerra saben de la suprema importancia de llevarlas rápidamente a su final.”
Y es que entre las muchas razones por las que una guerra prolongada no es buena para nadie, aparte del desastre social y económico que significan, es porque la experiencia ha demostrado, que si una guerra se alarga mucho, el enfrentamiento deja de tener un propósito y sus resultados se hacen nulos para todos los bandos enfrentados, y hay ejemplos recientes como el de la guerra en el Chad que tuvo 20 años de duración, o la guerra en Liberia en 1990 entre la facción de Charles Taylor en contra del presidente Samuel Doe, que terminó arrastrando a diversos grupos y países en un conflicto que parecía no tener fin.
Todo estratega militar, apuesta por una guerra rápida, con acciones contundentes sobre el enemigo que lo obliguen a rendirse o a pactar, de hecho son contadas las ocasiones donde se planifique una guerra prolongada como fue el caso de China contra Japón o la de Vietnam en contra de los EEUU en el pasado siglo.
Y planificar una guerra prolongada es sumamente complejo, pues sabes como empieza pero nunca cuando y como termina, una guerra prolongada es una guerra de insurgencia, donde se combina el enfrentamiento convencional con el no convencional, la guerra irregular, el uso de fuerzas guerrilleras, de avanzadas y retiradas, de largas marchas y guerra de resistencia, y cuando se habla de Guerra Prolongada Popular se habla de una participación activa de la población civil, lo que complica aún más el escenario.
De la tesis de la Guerra Prolongada Popular elaboradas por Mao se desprendió, sobre todo en Latinoamérica, una serie de variantes en la que cabe destacar las elaboradas por el Che Guevara en su guerra de guerrillas y que dieron lugar al foquismo, movimientos de liberación nacional, tercerismo, tendencia proletaria, guerra de movimientos, de posiciones, para desembocar en territorios liberados, todas variantes de la guerra irregular.
Las Guerras Prolongadas, de acuerdos a diversos estudios militares, son propias de los países del Tercer Mundo, formas de lucha derivadas de los movimientos de liberación colonialista, que se dan cuando estos países luchan entre sí, o cuando una nación industrializada y desarrollada entra en guerra con alguno de ellos, lo cual constituye uno de los peores escenarios posibles para una fuerza convencional, por lo que tratan de evitar éste tipo de conflicto.
La guerra de Vietnam marcó de manera importante la manera como los EEUU percibía la insurreción, Rusia lo experimentó en Afganistán, aquellas derrotas significaron un importante aprendizaje para no dejarse arrastrar en una situación bélica de desgaste que se extienda en el tiempo y signifique importantes pérdidas de hombres y recursos.
A partir de estas experiencias bélicas las academias, investigadores y teóricos de estas potencias se han embarcado en entender los aspectos más importantes de este tipo de guerra y cómo hacer para ganarlas, o al menos neutralizarlas.

La Guerra Prolongada Popular no es una opción en contra de los EEUU.
Este aprendizaje en enfrentar la Guerra Prolongada, ha rendido sus frutos para los EEUU tanto en la Guerra del Golfo como en Afganistán, se han desarrollado novísimos métodos de contrainsurgencia, de inteligencia pero sobre todo de la llamada guerra a distancia, por medio de robots, armas automatizadas, plataformas de armas remotas, principalmente en armamento aéreo que han comprobado un alto grado de eficiencia en situaciones reales.
Las personas que consideran el uso de estas formas de guerra, tienden a obviar la velocidad del desarrollo de nuevas armas, más potentes e inteligentes, que son incorporadas a plataformas remotas automáticas, donde ya no es necesario poner en riesgo a sus operadores y técnicos, estos desarrollos están prácticamente cambiando la manera en que se combate, con la ayuda de sensores remotos, nuevas tecnología de localización de blancos y miniaturización de explosivos con nanotecnología, con un más efectivo sistema de entrega y mayor poder destructivo, han hecho obsoletos la mayor parte de las tácticas de movilización y combate desarrolladas en el siglo XX.
Sadam Husseim estimó que la guerra contra Irak duraría seis años, pensando justamente en los principios de la Guerra Prolongada de la experiencia vietnamita, los estrategas norteamericanos la llevaron a 100 horas efectivas de guerra que les bastó para alcanzar los objetivos y derrotar a las fuerzas irakíes, basándose principalmente en ataques aéreos y una incursión limitada de fuerzas de infantería a blancos estratégicos, Afganistán y Pakistán han sido un verdadero laboratorio de la guerra de contrainsurgencia e inteligencia sobre el terreno, han desarrollado sofisticadas estrategias para combatir el factor ideológico, pieza fundamental en el aparato que sostiene una guerra prolongada.
En los libros de textos anglosajones hay una diferencia entre los términos Protracted y Prolongued, el primero es usado en situaciones de conflictos que no necesariamente desembocan en una guerra como es el caso de Colombia y la guerrilla subversiva, el otro, sí se usa cuando un país débil enfrenta a uno superior, que utilizando equipamiento convencional lo enfrentan por medio de una guerra de insurgencia.
Vietnam ha creado demasiadas expectativas y hasta espejismos en muchos estrategas revolucionarios que creen que se trata de una experiencia fácil de repetir o imitar, sin tomar en cuenta los grandes avances tecnológicos y operativos que se han logrado hasta el momento, esto sin contar con las condiciones ya largamente superadas de países agrarios que existían en China y Vietnam cuando tuvieron sus éxitos militares, y de las condiciones ideológicas que imperaban en los líderes del momento.
Vietnam se preparó durante sucesivos conflictos anticolonialistas para montar una red política y en contacto con el pueblo que culminó con la organización de los Soviets de Nghe Tinh con el que consolidaban el poder obrero y campesino en sus principales provincias, esto fue anterior al año de 1936 que se abren hostilidades en contra de los franceses, para 1945 tenían la experiencia y la estructura para luchar en contra del Japón Imperial y vencerlos, luego de nuevo en contra de los franceses, para llegar a 1960, cuando ya estaban preparados para resistir la presencia norteamericana pues contaban con tropas y oficiales fogueados en la guerra y a una población civil dispuesta y lista para la movilización.  
Como todo lo que hace el chavismo, su pretensión de preparar al país para una Guerra Prolongada Popular, en cuestión de días, no pasa de ser un peligroso deseo, peligroso porque no están dadas las circunstancias para un enfrentamientos de esta naturaleza, no existen ni las condiciones sociales ni ideológicas para intentarlo, no hay liderazgo, no hay músculo, compromiso, ni unión y menos aún estrategas a la altura de una situación como la que plantean, lo que sí es notorio es el daño que una guerra de este tipo, mal conducida y peor ejecutada, pudiera ocasionarle al país.

El chavismo debería negociar, no provocar.
El chavismo no tiene líderes a la altura de Mao, de un Lin Piao, de un Ho Chi Min o un Vo Nguyen Giap, ninguno de nuestros 2000 generales tiene experiencia en combate, los cubanos no han combatido contra los norteamericanos desde su derrota en Grenada y muy poco podrían hacer comandando las tropas chavistas que solo han reprimido manifestantes desarmados.
La calamitosa situación económica del país hacen imposible el abastecimiento de un contingente grande de tropas ni por mucho tiempo, de hecho, muchos de esos efectivos están pasando hambre, están mal equipados y carecen de aprestos, logísticas y bastimentos para sostenerse a la intemperie y bajo fuego enemigo, el transporte y las comunicaciones se encuentran en un estado lamentable y no pueden contar con la población civil ya que en su mayoría son víctimas de las medidas del gobierno chavista que los mantienen en niveles de sobrevivencia.
Este deseo fantasioso ha movido los resortes para que la Fuerza Armada chavista, desplegara  el “Ejercicio de Defensa Integral Antiimperialista Zamora 200”, más como propaganda, que como un intento serio por encausar una planificación militar para el escenario de una guerra, como un observador imparcial de estos ejercicios cívico-militares, puedo decir que lo que me provocó fue pena ajena, si se hubiera hecho una evaluación seria y profesional de los mismos, hubieran destituido al Ministro de la Defensa chavista General Padrino López por su ineptitud, ya que los mismos resultaron un desastre inocultable, fueron tan negativos para la imagen de los uniformados chavistas, que ahora son el hazme reír de región.
Convirtieron un ejercicio militar en una mala propaganda política, dejando al descubierto la completa inoperancia del componente civil, y la pésima preparación de las unidades militares para el combate convencional, lo que si dejaron en evidencia es la mala praxis que últimamente a distinguido algunas operaciones militares, de utilizar civiles, especialmente niños, mujeres y ancianos como escudos humanos para proteger ciertos componentes armados, lo cual, además de ser un acto de cobardía, está expresamente prohibido por las leyes internacionales que regulan los conflictos armados, y viola los más elementales derechos humanos de la población, de hecho, está considerado como un acto de terrorismo.
Quienes participaron y fueron testigos de esta puesta en escena, y de alguna manera comulgan con los intereses del chavismo, deben estar pensándolo dos veces antes de hacerse parte de estas operaciones suicidas, que lo que buscan en elevar el número de víctimas civiles en una situación bélica.
¿Se trata de una burla a los ciudadanos por parte de las FFAA chavistas? Ni siquiera se cumplieron con las normas legales para tal práctica de movilización, el público no fue ni convenientemente informado ni la ciudadanía participó excepto por los grupos afectos al gobierno, por ningún lado se vieron las prácticas y preparativos para la protección de la población civil más vulnerable en caso de un evento de tal naturaleza.
Cuando el chavismo entre en guerra en contra de los EEUU, recomiendo a los venezolanos buscar refugio seguro y dejar que pasen las primeras horas que serán definitivas para decidir el futuro de estos alucinados, que como bien dijo Maduro en la apertura de los ejercicios: “hoy en Venezuela el pueblo está unido a la fuerza armada para “defender la patria” como lo pidió el fallecido presidente Hugo Chávez (1999-2013) que impulsó la llamada revolución bolivariana.”
Venezuela es muy grande y diversa, no es socialista, han dejado de creer en sus FFAA, carece de un poder ejecutivo legítimo y Hugo Chávez está muerto.
Creo que lo que cabe es una profunda revisión de toda la doctrina militar chavista, no van a poder defenderse si se da el supuesto de un ataque de fuerzas superiores en número y tecnología, menos aún van a poder llevar la guerra a otros países en Latinoamérica tal y como promete Maduro, y en aras de su propia sobrevivencia, deberían desechar la tesis de la Guerra Prolongada Popular, simplemente es un disparate.   -  saulgodoy@gmail.com



domingo, 15 de enero de 2017

El arte antiguo





Pascal Quignard se define a sí mismo como un literato, como alguien que constantemente descifra las letras, sus conferencias sobre La imagen que nos falta (2009, 2010, 2011), ya son leyenda en Francia, su público fue vario pinto, arqueólogos, historiadores del arte, psiquiatras, artistas plásticos, estudiantes, la impresión que me dio una vez terminado su breve libro, una compilación de sus notas para dichas conferencias, es que se trata de un filólogo y experto en arte antiguo.
El título de las conferencias parte de la observación que hace, que ningún ser humano podrá nunca obtener la imagen del momento sexual en que fue concebido, por más que la imaginemos jamás podremos tener la certeza de cómo fue realmente, esto para el comienzo, porque al final, también careceremos de esa otra imagen fundamental, que es cuando morimos, tampoco la veremos pues ya no estaremos allí.
Estos dos misterios, los traslada al arte antiguo, y estudiando con cierto detalle algunos ejemplos escogidos, elabora una tesis que no sólo me pareció interesante sino que explica con mucho, algunos de los fenómenos que todavía revolotean sobre el arte contemporáneo.
Quignard escoge cuatro pinturas que han marcado estos albores del arte, el primero es el bisonte de la cueva de Lascaux, en Montignac, el segundo, también pintado en la pared rocosa es el clavadista de Paestum, algunos lo llaman la tumba del nadador, se encuentra en un templo en el puerto de Amalfi, cercano a la bahía de Nápoles. El tercero es un fresco griego encontrado en la Tumba de los Toros y preservado entre ruinas etruscas de Aquiles y Troilo, en Tarquinea, Italia.  El cuarto y último es otro fresco, parte de la Casa de Dioscuro que fue trasladado al Museo Arqueológico de Nápoles y es nada menos que La Medea meditando, Medea es un personaje de una de las más importantes tragedias griegas escrita por Eurípides y que luego el romano Séneca tomó como inspiración para su poema trágico Medea, del cual hicimos un artículo reseñándolo, y que se encuentra en este blog.
La idea que nos trasmite Quignard con estos brillantes análisis estéticos, por lo menos lo que yo entendí, es que para el artista antiguo la representación del hecho consumado era lo menos importante en la misión que se imponía el artista de aquellos remotos tiempos, de alguna manera, los momentos anteriores al acto o desenlace de la situación planteada, eran mucho más importantes a la matanza del bisonte, al chapuzón del clavadista en el agua, al asesinato de Troilo por parte de Aquiles y a la masacre que haría Medea con sus hijos por celos y venganza hacia su marido Jasón.
Hoy en día el artista, influenciado por una cultura de la acción, quizás por los efectos de la fotografía y el cine, o por una sed continua de sucesos en pleno acontecimiento, como la que nos trae la televisión con esos reportajes en vivo donde vemos las cosas saltar en pedazo, o el balón introduciéndose en la arquería para marcar el gol o la víctima herida de muerte delante de nuestros ojos, es muy probable que la representación artística del momento sea precisamente, ese instante decisivo que resume el evento.
Para el artista antiguo el verdadero arte estaba en presentar los elementos y la situación antes de los desenlaces, era esa ola que se levantaba llena de energía pero que no reventaba, era la promesa pero no la realización, por ello, el bisonte pareciera estar a punto de arrollar al cazador, el clavadista lo vemos suspendido en el aire antes de entrar al agua, observamos a Aquiles acechando escondido al inocente Troilo para asesinarle, y a Medea planificando su horrible crimen, apenas instantes para que sucedieran los eventos fatales.
Y vistos de la manera como los presenta Quignard, tiene razón, el misterio del arte se hace mucho más patente no recogiendo un suceso como si fuera una noticia amarillista, en el mismísimo acto, sino presentando el marco contentivo con todos las piezas que entrarán en juego y que terminará de la manera, que todos sabemos, ocurrirá.
Para ello por supuesto, debemos tener las claves, es decir, debemos saber que fue lo que pasó, conocer la historia; quien no tenga idea de que el oráculo le predijo a Aquiles que cuando muriera Troilo, la ciudad de Troya caería, quien no sepa que Jasón estaba a punto de contraer nuevas nupcias con otra mujer, abandonando a Medea, quien loca de celos pretende acabar con la vida del niño que lleva en su vientre, y degollar a Mérmero y Feres, los hijos de Jasón, que inocentes juegan al lado de su madre que, meditabunda, sostiene la espada, quienes desconozcan estas historias no podrían comprender las diferentes escenas.
Igual, no escuchamos el cuento de la cacería del bisonte que narraron los guerreros luego de su partida de caza, ni las historias de los clavadistas de los muelles de Amalfi saltando al mar en peligrosas competencias, pero allí están las escenas, sucediendo o a punto de suceder.
Hay indudablemente magia en estas pinturas que predicen un futuro del pasado, una magia oracular que el artista compartía con su tribu, el trabajo del artista antiguo radicaba fundamentalmente en rescatar para la memoria aquellos que se habían ido, los héroes que ya no estaban, las tragedias vividas, para no olvidar a los que una vez vivieron, el artista recrea sus sombras en las paredes de las cuevas o de los templos.
Quignard nos revela algo por muy pocos conocido, dejemos que sean sus palabras las que nos revelen el secreto: “En Roma se llama «agoreros» a los sacerdotes que echan los auspicios…  Auspicia se descompone en aves y spicio. Palabra por palabra, aves-mirar. A dichas visiones
de pájaros en vuelo las llama el latín inauguraciones.  In-augur-ationes. El agorero, sirviéndose de su bastón sagrado -lituus-, recorta en el cielo un rectángulo -templum-, en el cual examina
el vuelo, el paso, la dirección de pájaros, nubes, tormentas, movimientos del aire, relámpagos y de
cualquier otro signo que pudiera surgir. El templum define antes que nada el espacio cuadrangular en el aire, señalado por el agorero con la punta de su bastón ritual, que será sometido a con-templatio.   No será sino más tarde que el…templo augural en el cielo se conviertan en un edificio de piedras más o menos cuadrado o rectangular que, a partir del suelo, se eleva sobre sus columnas para proyectarse en dirección del cielo.  Si el presagio se produce de derecha a izquierda del rectángulo en la página de aire -sinister- éste es siniestro, maleficiado. Si el presagio se produce de izquierda a derecha del templo -dexter- está colmado de destreza, de impulso, de ánimo: saldrá beneficiado. Resulta ocioso decirles que ocurre del mismo modo en el espacio de la pintura romana.”
De las tantas teorías de cómo se generó el cuadro en la pintura occidental ésta es la explicación más plausible de la que tengo noticia, y si, efectivamente, el artista, específicamente, el pintor, que los griegos lo llamaban zoo-graphos, significaba escribiente de la vida, explica lo cerca que estaba el artista del mago y su obra de ser venerada como algo sagrado.
Los artistas contemporáneos, aún en sus figuraciones más abstractas, así sea componiendo ensamblajes de cosas ya hechas o utilizando seguidillas de pixels de luz en una pantalla de alta definición, siguen, al igual que los artistas de la antigüedad, tratando de auspiciar el templo con sus imágenes, que hablan de los que se fueron y de lo que viene.  -   saulgodoy@gmail.com